Por aquello de inspirarme para mi propio libro, durante este último verano decidí leer algo que me plantease nuevas perspectivas y debates desde la sexología.
Fragmento de la portada del libro de Jules Howard en su versión inglesa.
Durante la Feria del Libro de Madrid había hecho acopio de unos cuantos ejemplares para tener lecturas interesantes para los meses venideros. La primera de ellas me la recomendaron en la caseta de Mujeres y Compañía, y desde luego, es uno de esos libros que no deja indiferente. Oso de Marian Engel (Impedimenta), supuso a partes iguales un escándalo y una ovación en la industria editorial canadiense en el momento de su publicación, en los años 70, pero sigue revolucionando mentes a día de hoy. Al fin y al cabo, si bien se entiende que es un alegato feminista y sobre la necesidad de volver a la naturaleza, la historia central se basa en la relación de una mujer con un oso. Y hasta ahí puedo contar.
Quizás este libro no sea apto para todas las mentes, así es que decidí buscar algo más realista. Cosas de la vida, uno de los siguientes títulos que llegó a mis manos también tenía que ver con el sexo y los animales, pero de una forma mucho más científica. Sexo en la tierra de Jules Howard (Blackie Books), se presenta a los lectores de esta manera: ‘los bonobos hacen el amor y no la guerra: para no discutir juegan a esgrima con sus miembros. Las iguanas se masturban justo antes de aparearse, para que el acto dure menos en los entornos peligrosos. Hay animales que llevan 40 millones de años sin sexo. Algunas luciérnagas macho prefieren aparearse con farolas. Los bracitos del Tyrannosaurus rex servían para sujetarse durante la cópula. Las vaginas de los patos azulones hembra tienen trampas para controlar la efusividad de los machos. Si Buscando a Nemo estuviera basada en hechos reales, el protagonista habría nacido hermafrodita, habría crecido como macho y habría llegado a practicar sexo con su padre. Todo esto, aunque parezca mentira, es cierto. Y también bonito". Y eso es solo la presentación.
Nos hace plantearnos, en primer lugar, que es difícil observar la sexualidad animal desde un prisma humano, y que cuando lo hacemos, lo que deducimos es que los animales tienen ciertas manifestaciones sexuales ‘que rayan la pornografía’, según palabras del propio Jules Howard, una de las figuras más influyentes en zoología a nivel internacional, y habitual colaborador de la BBC. Así, en esta lectura, Howard pone de ejemplo otra referencia literaria como ‘Las costumbres sexuales del pingüino de Adelia’, en las que descubrimos que los pingüinos además de su parte tierna, tienen su parte perversa. Perversa desde la mente humana, que no desde la suya, claro.
Además de las curiosidades sobre el sexo animal que nos descubre esta libro, se plantean otras ideas bastante interesantes. Una de ellas, por ejemplo, la idea de la selección sexual , y lo poco práctica que puede ser la misma. Pone de ejemplo el caso del pavo real, cuya llamativa cola podría ser una consecuencia de la predilección de las hembras por este tipo de machos, y que, en contrapartida, se han vuelto presa más fácil para los depredadores. "Servir no sirve para evitar que te capturen, pero hay que ver lo que reluce cuando le da el sol. Solo la selección sexual es capaz de producir semejantes maravillas", apostilla el autor.
Otra idea especialmente interesante es la de la influencia del hombre en la sexualidad de los animales. Para ello, el ejemplo es el ya citado de las luciérnagas, cuyos machos se ven atraídos por la luz y vibración de las farolas, más que por la luz de las hembras, razón por la cual se equivocan al elegir a sus parejas (yesta podría ser una de las causas por la que esta especie esté desapareciendo). Del otro lado, la influencia del humano en la reproducción de especies como los osos panda está siendo clave para conservar la especie. Claro que quizás sin nosotros sobre la Tierra dicha especie tampoco estaría en peligro.
Penúltima lección de hoy: habría que dejar de sentir que nuestra sexualidad es única cuando no lo es tanto. Volviendo al caso de los bonobos, y dejando aparte sus luchas de penes, el estudio de su sexualidad ha cambiado en gran parte el paradigma de la nuestra. Y es que esta especie de chimpancé hace el amor cara a cara, es decir, que practica 'el misionero', cuyo nombre viene de que los misioneros recomendaban practicar la postura a individuos de las culturas ‘primitivas’ para que supiesen distinguir el acto sexual humano del de los animales. Y resulta que los animales la descubrieron antes. "Y también se besan, y no me refiero a piquitos, sino a besos con lengua", apunta el autor.
Por último, si preferís averiguar curiosidades de la sexualidad más humana que animal, os recomiendo de nuevo el manual. S=EX² de Pere Estupinyà (Debate). Lo curioso es que en el mismo descubriremos que parte de nuestro comportamiento sexual aún está controlado por nuestros instintos más básicos, y es que a veces somos los humanos los que lo hacemos como animales. Por eso no viene mal echar un vistazo a la perspectiva animal, quizás para analizar nuestra propia sexualidad.
Hay 10 Comentarios
Thank you.
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Publicado por: Apocalyptica | 26/01/2021 10:38:58
Muy bueno!!!! Ya 3 libros mas para mi lista de lectura hehehe
Muchas gracias y hay que desfrutar a topeee
Muaak ;)
Francys BELLE
Publicado por: Francys BELLE | 27/09/2015 15:55:11
Gato, adiantado pelo seu aniversario. Nāo sei onde estarei, se tem wi-fi gratuito. Eu me nego a pagar por wi-fi. Rsrsrs. Tenha uma dia maravilhoso, um ano maravilhoso!
https://www.youtube.com/watch?v=ruytAdJuXtk
Publicado por: Venecia | 27/09/2015 15:11:36
Coincido DULCE
Publicado por: Piensa en Brooklyn | 25/09/2015 13:51:21
Bastantes humanos con mucho de animal hay ya como para que encima nos jodan. Seguro que los libros son divertidos y curiosos, pero a algún "orangután" le pueden dar ideas. Mejor elegir pareja que no recuerde a ningún animal.
Publicado por: Carlos Martinez | 25/09/2015 9:05:53
Depende do animal: Fazem-no mal os galos, os coelhos, os leões. Fazem-no bem os bois, os cavalos os morcegos e os macacos.
Publicado por: Paula | 24/09/2015 23:28:09
Espero que hacerlo como animales no se acabe como la mantis religiosa o sea al modo tortuga.
Los animales también se dan en los juguetes eróticos como los patitos vibradores, que es hacerlo con animales... de goma.
Publicado por: JuguetesEroticos365 | 24/09/2015 14:39:54
Con o como animales, pero eso es otro artículo....
Publicado por: Piensa en Brooklyn | 24/09/2015 13:03:12
A veces como animales, pero más la calidad que la cantidad.....que no escasez
Publicado por: Abracadabra Noticias | 24/09/2015 13:02:36
Lo importante es disfrutar del sexo, y si hay que hacerlo como animales, genial, siempre que sea hacerlo mucho!!!
Publicado por: DULCE | 24/09/2015 11:20:00