Por Miguel Vagalume*
Las representaciones de la sexualidad se han hecho mucho más complicadas en el siglo XXI. Hemos llegado a una época en la que una imagen a veces no consigue resumir una idea. En este siglo se ha complicado mostrar visualmente unas realidades que no existían o que se habían invisibilizado hasta ahora. Un reto que a la prensa y la televisión les está costando superar.
Ya no nos sirven los estereotipos ni las ideas simples para explicar una realidad que es más compleja que la que habíamos manejado antes. Y para explicar algo complejo funciona mucho mejor la palabra escrita o dicha (o las artes plásticas), que la televisión y la fotografía.
'Presentation' de Richard Fand (EE.UU., 2001) integra la colección de arte contemporáneo del Museu de l'Erótica de Barcelona.
Un ejemplo está siendo el poliamor, del que se habla cada semana. Como se sigue entendiendo el poliamor desde una perspectiva monógama, siempre se aspira a que, al hablar de relaciones poliamorosas, aparezcan tres o cuatro personas. Todas juntas. Todas abrazadas. Como si fuese un matrimonio de tres o de cuatro. Como si conviviesen, como si cada noche significase un trío o una orgía. Algo fácil de entender visualmente pero que no tiene nada que ver con la realidad. Como si, para ser poliamor 'de verdad', los protagonistas tuviesen que parecerse a una comuna.
En el poliamor, puede que las personas convivan, puede que no. Pero lo que es seguro es que suele haber mucha más gente implicada en cada relación, más allá de esas tres o cuatro que posan para la foto: otras relaciones, sus amantes ¿qué regularidad, qué grado de implicación tienen que tener para aparecer en la foto? ¿y qué sucede si se comparte crianza o cuidados con personas con quienes no hay un vínculo de pareja, o sí emocional pero no sexual?
Por eso la televisión se suele perder cada vez que intenta reflejar ya sea el poliamor o la anarquía relacional. El matrimonio de tres es la nueva imagen ideal. Amantes fuera del armario.
Pero no es solo el poliamor. Cada vez se va haciendo más popular la idea que no hay que encajar en dos únicos modelos tan rígidos como 'ser hombre' o 'ser mujer', que tanto sufrimiento han causado y siguen causando.
Aunque desde un punto de vista académico se discutan identificaciones alternativas, es inevitable darse cuenta de que se están buscando nuevas maneras de estar en el mundo, de sentirse, de vivirse. Son ideas básicas, que las ha explicado la sexología una y otra vez desde hace mucho tiempo —somos una mezcla de muchos elementos, a varios niveles y no dos categorías opuestas— , pero que no ha sido hasta ahora que están calando en la sociedad más joven. Y ahí, de nuevo, la prensa se pierde a la hora de mostrar visualmente identidades más complejas, en un tiempo en que necesitamos diferenciar entre quienes tienen pene y quienes tienen vagina, aunque eso no tenga por qué coincidir con ser hombre o mujer, o como se quiera considerar cada cual.
Tráiler de 'XXY' de Lucía Puenzo.
La complicación, de todos modos, viene de antiguo ¿Quién ha visto alguna vez en la calle a una pareja bisexual paseando de la mano? Nadie, porque seguimos mirando la realidad con las categorías de pareja heterosexual, y de hombres y mujeres. Y así, vemos únicamente parejas heterosexuales u homosexuales. Y por la pareja que alguien tiene deducimos su orientación sexual, como si, además, fuese algo inmutable. Una manera útil de simplificar la realidad para que sea más fácil convivir con ella, pero no por ello más cierta... Y ahí, de nuevo, visualmente no hay cómo representarlo: si pongo a un chico que tenga una chica a un lado y un chico al otro, o la inversa, con una chica en el centro, tratando de cubrir la cuota simultáneamente.
Si no es con palabras ¿cómo se muestra la identidad asexual? ¿y la de género fluido? ¿cómo se muestra una red donde se mezclen relaciones emocionales, sexuales, de crianza, cuidados y otros proyectos? ¿cómo se muestran los matices de esas relaciones, prácticas e identidades que se salen de los estereotipos?
Un siglo después de que la sexualidad se pusiera encima de la mesa como algo fundamental para nuestra felicidad, da la impresión de que nos vamos saliendo —muy lentamente— de unos modelos muy rígidos y simples, en los que nos hemos movido en el siglo XX, para empezar a ver la realidad sexual humana, nuestras identidades, prácticas y relaciones como lo que son: una realidad con infinitas manifestaciones y complicada de mostrar (en imágenes) en su diversidad y matices. Algo que la radio y las prensa escrita sí son capaces de recoger. El cine lo intenta.
(*) Blogger, cocreador del grupo Golfxs con principios, diseñador de interacciones, traductor sex-positive y activista.
Hay 4 Comentarios
Los celos matan toda la esencia de las relaciones multi pareja.
Publicado por: Donde comprar Viagra | 31/05/2017 9:12:07
Promiscuidad y asexualidad se complementan. Algunas personas parecen faltar en algo donde otros tienen un excedente.
Publicado por: Marco | 11/05/2017 1:12:43
Resumen de este artículo: . No es un error, es que este artículo no dice absolutamente nada. Le dais demasiada cancha a Vagalume, y nunca dice nada de nada.
Publicado por: Wank Buddy | 26/04/2016 14:51:34
Las relaciones multi pareja son muy satisfactorias y placenteras, aunque es necesario que todos los intervinientes lo hagan de una manera libre y decidida. Los celos no pueden aparecer, al igual que el egoísmo.
Publicado por: DULCE | 26/04/2016 12:20:52