Eros

Me alegra desearte, no necesito satisfacción

Por: | 07 de junio de 2016

Por Martha Zein (*)

Te deseo, no eres mi objetivo. El deseo no está para cumplirlo, está para germinarlo, para atravesarlo y vivir en él. Te desean mis ganas; se encienden al saber que este cuerpo mío será ignorante de ti tras cada encuentro, Te deseo y no digo que necesito que me satisfagas, ni satisfacer. Si el deseo tiende a la satisfacción es porque es alimento y a estas alturas nuestra sociedad vuelve a recordar que el alimento no se persigue sino que se cuida y se consume de manera respetuosa, porque mantenemos con él una relación de interdependencia.

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Fotografías de Irene Díaz.

Me alegra desearte, me nutre este estado. Olvídate de lo que dicen. Nuestra civilización persigue el deseo porque cree que es infinito pero, como sucede a los recursos de la naturaleza, no lo es. Como parte de la vida, el deseo es inabarcable. Esta cultura en la que vivimos nos propone la angustiosa realización constante: me impele a obtenerte, te anima, me obliga, te dicta, nos señala el deseo y grita "¡cázalo!".

No colecciono deseos hasta extinguirlos ni decoro mis paredes con sus cabezas disecadas una vez que los he cumplido. Tomo sus frutos uno a uno, reconozco sus flores, pregunto a sus semillas. El deseo no es intermitente, como la semilla no es la intermitencia del fruto. Deseo masticarte cien veces antes de que formes parte de mí. La voracidad no ve, ni toca, ni mira, ni percibe, ni se implica en el proceso, solo busca la satisfacción. No quiero tragarte, no quiero un alivio que no he pedido. Quiero un despertar gozoso. No soy la malabarista enloquecida que mantiene en el aire las pelotas del deseo que me lanza el entorno. Ese angustioso juego sólo busca la alienación.

Nuestra sociedad nos quiere deseantes para que podamos sostener la violencia que la estructura; nos convierte en seres con sueños habitados por múltiples rostros sin vida para impedir que reconozcamos lo que nos es común. Nuestros sentidos se aletargan, nuestra potencia disminuye. El mundo en el que crecemos considera que el deseo es un fluido libidinal inaprensible que lleva al delirio a quien se sumerge en él. Dicen que no debo de ser esclava de mis deseos, que los deseos nos ciegan, que alimentan la ambición y vician nuestra autonomía. Rechazo estos consejos enarbolados en nombre de la diosa libertad porque reducen el élan (la fuerza vital) que me vincula a ti en una relación de dominación y consentimiento que solo puede controlarse con voluntad y capacidad negociadora.

Apelan a la libertad de elección. ¿Elección? Me planto pacíficamente ante este tanque y afirmo que, tratada como pócima, la voluntad es una disciplina que busca domar los deseos porque sabe que su naturaleza es rebelde: El deseo nos mueve, nos lleva a la constante negociación con el desequilibrio, facilita la convivencia con el caos. Quienes siguen los hilos de la trama de la vida saben que para avanzar se ha de tener un pie en el aire; es decir, asumir riesgos. Educada en el miedo al peligro, nuestra sociedad ha hecho del deseo un territorio inexpugnable al que, sin embargo, nos lanza. Una rentable industria de mapas, pócimas, guías, autoayudas, trucos, oraciones y rituales garantiza que no nos perderemos en el deseo siempre y cuando esté domesticado. Para crear ese monstruoso oasis artificial nuestros anhelos son procesados, engordados hasta la enfermedad, multiplicados hasta atrofiar el fluido de la vida.

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Fotografías de Irene Díaz.

Eutrofia. Muerte por exceso. Los amantes satisfechos agonizan en medio de su deseo preguntándose por qué no logran respirar. Te deseo fuera de este circuito, más allá de sus márgenes. Porque sé zambullirme en la entropía, porque aprendí a nadar en las olas del caos, mis ganas te atraviesan. Te nombro sin perseguirte gozosa porque soy yo la que deseo, soy yo la que habito este estado y lo germino: quiero ver cómo trepan los jazmines por tus dedos, cómo florecen y cómo se marchitan, deseo tocar nuevamente tus flores mientras ya las toco sabiendo que mi tacto no te adueña.

Porque te deseo permanezco encendida, vinculada a todo lo que no es ni tu ni yo y nos enlaza. Te deseo abriendo la boca y llenando de aire mis pulmones y desde este lugar incierto digo que el sistema que habitamos destruye al individuo desde dentro, no extraña que percibamos nuestros deseos de manera corrupta y sospechemos de los procesos que nos llevan a la búsqueda de la satisfacción. El verbo 'desear' sale de sus fábricas lacerado; por eso, ante la opción de ser sujeto u objeto de deseo en una sociedad violenta, los amantes temen herir o ser heridos. Frente a estos dos callejones sin salida (objetos pasivos o sujetos al acecho) proclamo que nos constituyamos como manantiales. Como sucede con el resto de los recursos de este planeta, de lo se trata es de no agotar nuestro fluido en nombre del alivio.

 

(*) Escritora, autora de documentales y narrative coacher. Imparte talleres sobre las narrativas del Eros, centrándose en las trampas del lenguaje, los límites de la representación y la poética del deseo. Colaboradora en el espacio radial 'No apagues el llum' de IB3

Hay 7 Comentarios

Me gusto mucho el texto, me llevó a pensar sobre la voracidad del consumo de objetos y personas y la capacidad para postergar la necesidad de llenar del vacío y convivir con el deseo. Muy bueno.

En ocasiones deseamos aquello que nos es difícil de conseguir y parece que en ese deseo nos estancamos, pero no hay nada más que te cause mayor turbación que una mirada enamorada.
https://www.youtube.com/watch?v=7XiYsetNzcg

Deseo y satisfacción deberían ir unidos, al menos en el amor, en la vida diaria ya es otra cosa.

Deseo, si. pero correspondido y con final feliz

You don't have to say you love me, baby
https://www.youtube.com/watch?v=U914MUX1uoc

No me he terminado de leer el artículo, sólo una parte, pero a mi no me gustaría pasarme una vida deseando a una persona sin mantener una relación íntima con ella, si lo hiciese es porque no pudiera relacionarme por los motivos que fueren , pero no me gusta eso del deseo y la relación sexual a distancia sin llegar a ella.

El deseo sexual es el camino hacia el placer, hacia el relax y hacia del disfrute.

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Sobre el blog

Ni enciclopedia ni consultorio sexual al uso. He aquí un rincón erótico festivo dedicado a las relaciones y la atracción entre seres humanos, esa faceta que nos hace la vida más placentera, tierna, amorosa, plena… Un blog coral, con cinco autoras de todo origen y condición, que apuesta por el juego, la provocación, lo sensual y el sexo como acto libre, adulto, compartido, real o ficticio, siempre divertido... Eso sí, si tu mirada no es amplia y tolerante, mejor no te detengas aquí. Coordina Analía Iglesias. No sólo se admiten firmas invitadas, sino que son deseadas.

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Anne Cé. Nació en el sur austral (Argentina), en un tiempo beatle y en un país con altísima densidad de psicoanalistas y jugadores de fútbol. Periodista, quizá incluso a su pesar, narra lo que se le ponga delante. Y narra, y narra. Un día descubrió que el simple roce de una clavícula le erizaba la piel y entonces comprendió por qué le gusta tanto abrazar a un hombre.

Esther Porta. Segoviana, fue becaria en el mítico Tentaciones y allí hizo de todo hasta que sus conocimientos de sexo la convirtieron en Beatriz Sanz. Y gracias a ella, publicó artículos semanales de sexo, dos libros y fue reclutada como sexperta guionista del programa de Canal +: 'Sex Pópuli'. Cuando casi se le había olvidado (lo de escribir de sexo...) se mete a bloguera. Y aquí está, con tantas ganas de sexo (del uno y del otro) como siempre...

Venus O'Hara, de Reino Unido, con raíces irlandesas. Modelo fetish, actriz y escritora. Licenciada en Ciencias Políticas y Francés, reside en Barcelona, ha sido columnista sexual en varias revistas, tiene su propio blog de fetichismo y es creadora de 'No sabes con quien duermes', un confesionario para personas que llevan una doble vida. Publicó su primer libro junto a Erika Lust, 'Deséame como si me odiaras', en 2010.

Tatiana Escobar, de Venezuela (1976), ha escrito ensayos y poesía en español. Traductora y editora, en 2004 abrió en Madrid junto a sus socios la primera boutique erótica de España, La Juguetería Erotic Toys, para no tener que vivir de la literatura. Desde entonces vive del sexo. Y escribe, a veces, para sus amigos.

. Madrileña. Soñó con escribir y pronto descubrió una vía: el periodismo. Pero como tampoco valía narrar sobre cualquier cosa, eligió suerte y remató la faena con un posgrado en Sexología. Ha trabajado en suplementos de salud y medios especializados. Con la práctica ha acabado por darle un toque más sensual a sus letras. Y con ellas sueña en escribir, ahora, un libro.

Ilustracion
Venus O'Hara, Anne Cé y Silvia C. Carpallo, según 'Mi Petit Madrid'.

Nuevo libro

El orgasmo de mi vida. Si ya no sueñas con príncipes azules, locos por pedirte en matrimonio, ni esperas que aparezca un millonario atormentado pero diestro en amores, con una Visa en una mano y un látigo en la otra, este libro es para ti. Porque El orgasmo de mi vida habla de eso, de mujeres realistas, lúcidas, independientes y eróticamente vivas, capaces de combinar esa cotidianidad que todas conocemos, con sus pasiones más salvajes. Ellas son las protagonistas de los relatos, sin guionistas que les digan lo que tienen que hacer, pero sobre todo, son las compositoras, directoras e intérpretes de los orgasmos más armoniosos de sus vidas.

Lux eróticaLux erótica. "Escribir sobre sexo era la propuesta y me sentí estimulada. Después de tantos años como periodista cultural y con mucha vida hecha en torno a la información y a la actualidad, tenía ganas de ponerle carne a la crónica. Porque nuestra más genuina actualidad como personas pasa por el relato del erotismo. Porque de atracción y de relaciones hablamos todo el tiempo en este tiempo occidental con ciertas libertades individuales garantizadas y rebosante de espíritu lúdico pero también algo desafectado y con nuevos descompromisos adquiridos...". Anne Cé.

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