La historia es muy común. Hombre que se centra en su trabajo, pasa mucho tiempo fuera de casa y mujer que, para que él triunfe, deja su carrera y se dedica al hogar y a los hijos. Pero al final, ya se sabe, la falta de atención pasa factura y no tarda en aparecer un vecino, un amigo o un profesor del colegio, en el que buscar el afecto perdido. Pero, ¿y si la historia fuera al revés?
Escena de 'El becario'.
Los tiempos han cambiado. La mujer no solo se ha incorporado al mercado laboral, sino que, de hecho, lidera la ocupación de las universidades y, en muchas ocasiones, está más preparada que su pareja. Eso, unido a que la crisis ha supuesto un aumenta de paro en sectores habitualmente masculinos, como el de la construcción, conlleva que los roles tradicionales vayan cambiando. Ella es la que trabaja fuera de casa y él, el que se queda trabajando dentro, ocupándose de la casa y de los niños, bien porque no le queda otro remedio, o bien porque decide apostar por la carrera profesional de ella.
He aquí la historia de la conocida película El becario, en la que Anne Hathaway es una empresaria de éxito, algo sobrepasada por las circunstancias, que intenta llegar a la cima profesional, sin que se vea afectada su vida personal. Un papel que, de cierta forma, ya interpretó en El diablo se viste de Prada. Esta vez, no obstante, quedan más al descubierto las diferencias que aún existen entre hombres y mujeres a la hora de dedicarse a su carrera.
(Atención, spoiler) La cuestión del nudo llega cuando se descubre que el marido que ha dejado su carrera de éxito por ella, y que vive dedicado a su hija, tiene un affair. Una aventura de la que ella, en primera instancia, se sentirá culpable. Quizás esa es la primera diferencia con la situación a la inversa: ahora es ella la que intenta echarse la culpa y eso no suele ocurrir en el otro sentido (seamos sinceros). Así, confiesa entender que él ha dejado de sentirse un hombre en el papel de 'amo de casa' y que por eso ha buscado otra mujer que le haga sentir reafirmada su virilidad (otra idea tristemente extendida). Un argumento que, precisamente, la figura del hombre más tradicional, encarnado por Robert de Niro, intentará desmontar, haciéndole ver que ella solo ha luchado por un sueño y que no tiene la culpa de las decisiones de su marido. Tanto es así, que el propio marido acabará admitiendo que él y solo él es el responsable de su decisión.
Lo primero por aclarar es que sí, las infidelidades dependen exclusivamente de quienes las comenten, puesto que en caso de que haya un problema en la pareja, lo suyo es intentar arreglarlo, o ser capaces de dejarlo y ser sinceros, antes de buscar el amor en otra parte. Que la mentira propia no se justifica en el error ajeno.
Pero, ¿por qué demonizamos al hombre excesivamente trabajador, pero exculpamos a la mujer que hace lo mismo? Lejos de tirar piedras sobre mi propio tejado como mujer, lo que quiero decir es que la solución no pasa por repetir los errores que otros ya cometieron.
A lo mejor no se trata tanto de que uno tenga que renunciar a nada por el otro. De que en la pareja uno consiga lo que quiera a costa del otro. El mensaje más sano sería buscar un equilibrio tanto individual, como a nivel pareja. Es decir, que si los dos quieren una carrera profesional, se conviertan en un apoyo para que ambos puedan trabajar dentro y fuera. Que no se trate de que uno se sacrifique por el otro, sino de que trabajen como equipo y eso les permita sumar juntos. O si no, la cosa acabará mal, sin importar quiénes interpreten los papeles. Porque todas las parejas necesitan atención y complicidad, y si no, tienden a estropearse.
Y es que si bien la película intenta dar un mensaje feminista, hay un momento que nos da que pensar. Sobre todo cuando ella, además de culparse por la infidelidad de su marido, admite que lo más seguro es que a él le sea más fácil volver a casarse, mientras que ella acabará casándose solo con su trabajo, y por lo tanto, morirá amargada y sola. Un concepto que, tristemente, sigue estando en el ideario colectivo. Como si las mujeres que se dedican a su trabajo no fueran capaces de conciliar su vida con una nueva pareja, tras un fracaso sentimental, o como si las mujeres que deciden dedicarse a su carrera, en vez de al matrimonio, tuvieran que ser por lógica infelices.
Porque quizás el error de fondo es ese: seguir pensando en la mujer de un modo diferente a como pensamos en el hombre. En pensar que su carrera y su vida personal deben ser diferentes a la de un hombre y que, por ende, será juzgada (para bien o para mal) de forma diferente a un hombre. Y la igualdad no consiste en eso, sino en todo lo contrario.
Hay 7 Comentarios
Lastima que esa sea una excusa para montar los cuernos
Publicado por: webcam sexual | 31/05/2017 19:41:16
Como dice DULCE si no nos dan la atención que necesitamos la infidelidad llegara seamos o no adictos al trabajo.
en un articulo de mi blog ya tratamos este tema, y muchas lector@s que siguieron nuestros consejos me escribierón contándome como habían revivido su pasión y habían dejado de buscar esa chispa fuera de casa.
http://www.divinaslocuras.com/5-recomendaciones-para-salvar-tu-convivencia-en-pareja-blog-1-50-10/
Publicado por: DJL | 21/07/2016 20:41:44
Todos somos infieles y cuando uno de los dos se centra en el trabajo y descuida o no presta tanta atención como antes, es cuando surgen las infidelidales,
Publicado por: MarcBar | 21/07/2016 7:22:06
Berta, cada uno és un mundo, cada pareja tiene sus reglas. Una de estas reglas puede ser: hagas lo que quieras, no quiero saber. Tengas cuidado conmigo y sólo hablaremos sobre esto, si decidiais separarse de mi". En Brasil, por ejemplo muchas personas más cultas son así. Y Luis, totalmente de acuerdo. Podemos amar 2 personas a la vez, podemos amar una y follar con otra. Sólo hay que respetar la regla de la pareja.
Publicado por: Sherazade | 21/07/2016 1:04:40
Dulce no confundamos a la gente, una cosa es irte con otro u otra porque te has enamorado, se plantea y se toma una decisión y, otra muy distinta es estar casado/a y estar con un@s y con otr@s, eso sí que es infidelidad, sobre todo si mantienes una relación buena con tu espos@ y no sabe nada. Y, por cierto Luis, hay muchas personas monógamas el no serlo depende de la buena o mala suerte que hayas tenido al encontrarte con la que vas a compartir tu vida.
Publicado por: Berta | 20/07/2016 23:03:13
La infidelidad existe porque el ser humano NO es monógamo. Lo mismo que en la naturaleza existen especies que lo son para siempre (Orcas y otras), el ser humano no lo es, al menos por genética. Por eso las religiones fomentan la fidelidad, aunque en algunos casos machistas sólo de la mujer pues el hombre puede tener varias esposas pero no al revés.
¿Sería infidelidad si tu pareja sabe que vas a tener sexo con alguien?
Menudo dilema: http://luisbermejo.com/blog/59-infieles/
Publicado por: Luis | 20/07/2016 18:05:00
Los seres humanos somos infieles por naturaleza, por lo que buscamos cualquier excusa para poder irnos con otro u otra. Buscamos nuevas experiencias constantemente, y si nos lo ponen más fácil no dándonos tanta atención como merecemos, al final la infidelidad llega antes.
Publicado por: DULCE | 20/07/2016 17:09:43