Por Jorge Palacios (*)
Dicen que la vida no se mide por las veces que respiras sino por los momentos en que te quedas sin aliento.
Por si no lo sabes, la Programación Neurolingüística (PNL) sirve para gestionar en ti mismo o en los demás la forma en que opera tu inconsciente hacia afuera, hacia el mundo. Es decir, se trata de identificar y desarrollar la experiencia subjetiva de una persona, lo que hay en su mente, basándose en sus comportamientos automáticos y de los que no es consciente.
De esta manera, la PNL nos aporta recursos para poder autoconocernos y conocer mejor a los demás, así como canalizar mejor nuestra manera de comunicarnos y relacionarnos, aprendiendo a sintonizar y sincronizar mejor con otras personas. Con este modelo de PNL, buscamos tener estados más plenos y positivos con nosotros mismos y con el entorno.
Imagínate, entonces, si lo llevas a tu sexualidad: puedes promover el entorno adecuado para crear estados placenteros y positivos en la relación sexual, de forma consciente, para ambos, desarrollando estímulos visuales, olfativos, auditivos (nada como hablar muy pegados al oído del otro) y sensitivos (cómo tocar es esencial), con el objeto de estimular nuestros deseos recíprocos.
Sabemos que nuestros pensamientos no son ni más ni menos que sustancias químicas que se mueven en el cerebro, y que surgen a partir de estímulos internos o provenientes de situaciones del exterior. Imagina que a tu pareja le comunicas la visualización de algún lugar que os fascine a los dos, pruebas con un relato erótico que evoque un momento placentero (ya sea imaginado, ya basado en un recuerdo) y, en ese lugar (que debes detallar y concretar en tu exposición al máximo), comenzáis cualquier juego sexual para el que previamente hayas preparado esencias y aromas ligadas al sitio, imágenes, texturas, palabras que identifiquen el lugar. Lo haces todo con un tono sensible y un volumen cálido, una temperatura adecuada, escuchando todos los sonidos que se generan en este estado, igualando la respiración de tu pareja. Se suceden las miradas, las caricias y los gestos de dulzura y ternura.
Es importante entender que para el cerebro no existe la realidad o la ficción: todo lo que imagines en tu juego será real en ese momento. Estás creando un entorno placentero a través de lo que te estás proyectando a ti mismo y a tu pareja en la mente.
Esas sensaciones positivas habrán creado tanto en ti como en tu compañero/a las suficientes conexiones neuronales como para que emerja no solo una sensación absolutamente placentera, sino también un recuerdo sólido y sumamente positivo y excitante de la experiencia vivida. La química sexual habrá dado sus frutos. Y será el momento de preguntar: ¿qué quieres? ¿qué deseas que te haga? Porque la sintonía habrá generado confianza y esta, autenticidad y mayor profundidad sexual. La satisfacción y el sumo goce harán acto de presencia. ¿Y sabes cuál es la razón? Pues, habrás abierto tu consciencia, entendiendo que el sexo no solo está en tu cuerpo, sino que está especialmente en tu mente, en la capacidad que tengas de imaginar y proyectar tus deseos y ser un espejo de los verdaderos y ocultos apetitos y fantasías de tu pareja.
Bienvenido al arte de crecer en pareja y hacer crecer vuestra sexualidad 'mental' intensa, con sinceridad, respeto y naturalidad.
*Jorge Palacios es especialista en PNL e inteligencia emocional.
Hay 2 Comentarios
La estimulación previa a las relaciones sexuales ayuda mucho a conseguir un mayor placer sexual, es ideal para poder disfrutar más del sexo, tanto tú como tu pareja.
Publicado por: DULCE | 04/07/2016 14:06:39
Interesante y diferente.
Cerebro.......regar......hay que entrenar tu atracción
Publicado por: Abracadabra Noticias | 03/07/2016 12:14:55