"Yo la dejé, pero creo que porque no quería estar ahí hasta el previsible final de nuestra relación, aunque no he podido dejar de pensar en ella, y ahora está casada y tiene dos hijos. Le he escrito hace un tiempo una larga carta, pero no me atrevo a enviársela, ¿te parece que lo haga?", me consultaba hace algún tiempo un amigo de treinta y tantos, que sigue soltero y con nostalgia por una exnovia.
Cuando se acaba una relación, extrañamos la presencia de esa persona pero también su ausencia. Es decir, lo echamos de menos como potencial interlocutor de nuestro diálogo interno, de nuestras previsiones (podría proponerle ir de excursión, el finde), de nuestras dudas (cómo actuar después de lo que pasó con nuestro jefe). Nos encontramos mil veces ante el muro de : 'ay, cierto que ya no está'. A ver si puedo ser más gráfica: por ejemplo, escuchamos un debate en la radio sobre la homosexualidad reprimida que expresa la escritura de 'El Padre' en Strindbergh y pensamos que se lo comentaremos a él, que admira tanto al dramaturgo sueco... y en eso caemos en la cuenta de que ya no hablaremos más con él, que ya no podremos decírselo. Entonces, nos viene la melancolía del hueco en el lugar del interlocutor potencial o, de lo contrario, la loca idea de escribirle un SMS, un whatsapp o un e-mail para contárselo (en Facebook nos tiene bloqueadas, así que ya no podemos usar el messenger: por cierto, ¿bloquear es una manera de expresar la imposibilidad de dejar de estar pendiente del otro?).
El hueco en el alma, o toda esa ausencia entre las piernas. Foto de Irene Díaz.
¿Qué hacemos con las ganas, con el hueco, con los razonamientos que se nos asoman a borbotones? ¿Qué hacemos con nuestros sentimientos estampándose en seco contra su ausencia? Y el cuerpo que pide.
Convendrán conmigo en que, frente a estos supuestos, falta calcular el factor tiempo para dar una respuesta certera.
A mi amigo que hacía largos meses que no se comunicaba con su ex novia, le dije rotundamente: "sí, hay que mandar esa carta". Sería, a mi parecer, apenas una caricia lejana, una mueca amable e inocua, pero portadora de reconocimiento y gratitud. Viniendo de ex-amores que nos dejaron, esas líneas nos darán una palmadita en el ego y nos harán sentir confianza y ganas de salir a la calle con una sonrisa de 'el mundo es justo'.
No es lo mismo aguantarse frente al teléfono hasta casi cortarse los dedos o atarse las manos cuando hace dos semanas desde que hemos tomado la decisión de decir 'adiós' (o nos han dado a entender que 'adiós'), que cuando hace dos años que no nos vemos. Y en este asunto, hay un giro muy ingenioso en el guión de la serie Girls de HBO, heredera de Sexo en Nueva York: es cuando Charlie, el exnovio 'perdedor' de Marnie se hace rico por inventar una app que impide a la gente llamar al ex al primer impulso. ¿Cómo? Cobrándole, por ejemplo,100 dólares por una llamada o un SMS a ese número. En realidad, se trata de una maniobra disuasoria que bien podría servirnos en esos momentos de dudas tan fuertes como el impulso.
Lo gracioso del caso es que Charlie le confiesa a Marnie que fue ella quien le inspiró para desarrollar el software que finalmente lo ha hecho un ejecutivo de éxito, al que ella vuelve a desear, cuando las tornas de su propia vida han cambiado. Marnie rompió un corazón pero la idea creativa quedó del lado del loser.
Aquí, la escena en la que ella, que ahora ha caído en desgracia, va a descubrir cómo es la nueva vida del exnovio que en un tiempo ella tuvo a sus pies.
Todos hemos pasado alguna vez por la situación de que un amigo nos advierta: "te ataré las manos" o "te cortaré los dedos" para que no se te ocurra llamarle. ¿O no?
Más allá de todo eso van las sensaciones de locura transitoria (o nubarrón mental y temblera física) cuando el ex se lía con una amiga/o nuestra/o. Para seguir con Girls, una excelente exposición de hechos de estos tiempos de sexualidad milennial, una bruma semejante se asienta en la cabeza de Hannah cuando ve a Adam y a Jessa yéndose juntos de una fiesta, e intuye lo peor. Lo que probablemente ella nunca sepa es lo que pasa del otro lado de los celos, al este del Edén... Porque los celos son como la construcción de un paraíso desde el muro exterior: no sabemos qué pasa dentro pero seguro que es el paraíso, solo porque nosotros/as estamos fuera.
Como buena chica lista, al cabo de la enajenación transitoria, llega a la conclusión de que solo ella misma puede hacer por alcanzar la sensación de libertad, que no hay nadie que pueda otorgársela ni arrebatársela. Para llegar a la ligereza de la libertad hay que reconciliarse también con los demás, y eso es lo que intenta Hannah con un ramo de flores. En el supuesto paraíso, sin embargo, la argamasa de los muros es traición, de esa que no deja de pesar sobre los hombros de los nuevos amantes. Esta es la escena:
Ergo: la libertad interior no solo nos aligera de equipaje mental, también es agradecida y nos provee de verdaderos buenos deseos, incluso para con aquellos a quienes creímos pertenecer. Y poco importa desentrañar si el mundo es justo.
Hay 4 Comentarios
Un corazón roto es una de esas experiencias que todos nosotros, como humanos, podemos compartir, pero solo cada uno puede experimentar en su intimidad. En momentos de bajón por una ruptura son de gran ayuda leer frases para superar una ruptura que sin duda te harán reflexionar y pensar.
Un ejemplo: “Si quieres olvidar a alguien, nunca le odies. Todo lo que odias queda grabado en tu corazón; Si quieres olvidar un amor no puedes odiar."
Publicado por: Ana Maria Martinez | 20/02/2021 21:05:58
Actualmente muchas parejas entienden que el orgullo es de curarse con el tiempo hasta gracias a esto pueden aumentar las posibilidades de recuperar a tu ex https://www.tendenciaseducativas.es/recuperar-ex-novio/
Publicado por: Silena rodriguez | 27/01/2018 19:14:24
El tiempo cura las heridas, y lo que fue una ruptura amorosa puede terminar convirtiéndose en una bonita amistad, ¿por qué no intentarlo?
Publicado por: DULCE | 26/09/2016 17:19:15
Después de una relación no es obligatorio que la pareja implicada quede mal sin poder hablarse ni siquiera; todo va a depender del motivo de la ruptura y de lo que se ha hablado; cuando hay una ruptura , durante un tiempo se habla de las causas de la misma y de la conveniencia de que esta se produzca o no, por lo tanto, esa pareja pueden quedar como amigos y hablar las veces que quieran y les apetezca, como no hablar durante un tiempo, al fin y al cabo es una persona con la que has tenido vivencias y no tienes que llegar al límite de enemistarte; pero, en fin creo que esto depende en realidad de como es cada uno.
Publicado por: Nina | 25/09/2016 22:51:37