Por Sandra Bravo*
Seamos realistas: es posible que que ellos dos no lleguen a ser colegas. Pero lo importante, en todo caso, es que tu vibrador no suponga un cisma en vuestra relación y evitar que desde el día que entre en vuestra casa, todas vuestras discusiones sobre sexo recaigan sobre él.
"Claro, desde que tienes la polla esa ya no tienes ganas de hacerlo conmigo, ¿verdad?". "Ahora entiendo por qué te emperraste en comprar el modelo más grande del mercado". "Elige: o él o yo". Son solo algunos de los argumentos que podrías oír en boca de tu novio desde que compraste aquel vibrador de última generación con el que tanto soñabas. Puede parecer irónico o exagerado, pero me temo que la realidad siempre supera la ficción.
Foto de Emilio Schargorodsky.
Una pareja entra en una tienda erórica, él intenta convencer a ella, por lo bajini, de que todo lo que necesitan es un nuevo lubricante, hasta que por fin ella, despistándolo en la sección de vaginas en lata, corre hacia alguno de los dependientes y aclama victoriosa: "veníamos a buscar un vibrador". En ese caso, la pregunta típica de "¿Para ti, para él o algún modelo para parejas?" es totalmente accesoria. Su cara lo dice todo. En ese momento, aparece el novio, acalorado y preguntándose si ya lo habrá pedido y maldiciendo el tiempo que perdió mirando los packagings. Y sí, para aquel entonces ya hemos llegado a la zona de muestras, donde su novia admira y toquetea lo que podría ser una de las siete maravillas de la humanidad. Ella escucha con atención las características de cada modelo: el tipo de material, las funciones, si es sumergible o no, el tipo de alimentación… Él solo se preocupa por un aspecto: ¡el tamaño!, dejando caer algún comentario del tipo: "no hace falta que sea muy grande, es para empezar", e intentando esconder en vano los modelos mejor dotados de la tienda.
Al final, ella escoge entusiasmada el dildo que le hará vibrar de emoción (y nunca mejor dicho), mientras él, a regañadientes, acepta sin más remedio la derrota. Si crees que tu novio puede entrar en depresión a partir de ese momento, intenta convencerle de que acabas de adquirir a su mejor aliado.
"Así no me frustraré si un día no tienes ganas" (que ya es hora de desmentir que siempre seamos nosotras las que tenemos dolor de cabeza). "Te seguiré queriendo igual" o, el mejor argumento de todos: "piensa que cuando vayas a ver todos y cada uno de los partidos del Barça estaré en casa con él en vez de con alguno de carne y hueso" (vale, quizá no sea el mejor argumento, pero puede funcionar).
Y, si eres tú, parte masculina y afectada de la relación, quien lee este artículo, permíteme darte un par de consejos para que tu pareja no te abandone por un patético ataque de celos. Punto número uno: asúmelo. Jamás lograrás hacer con tu polla lo que hace un vibrador, a no ser que tengas selector de intensidad, diez modos de vibración y otros tantos de rotación, además de un complemento para el clítoris.
No entraremos a debatir ahora si el tamaño importa o no, que no es cuestión de ponernos hipócritas, pero ten en cuenta que, de momento, ningún modelo de vibrador es capaz de seducir a tu pareja, ponerla mirando a Cuenca y dormir haciendo la cucharita después de haberla dejado exhausta. Eso solo lo puedes hacer tú (y tu vecino del quinto). Así que espabila, no sea que, en una de tus quejas, tu novia te ponga las maletas en la puerta y se vaya al piso de arriba (vibrador en mano incluido).
¿Fetiches? Foto de Emilio Schargorodsky.
Y, por último, aunque la lista podría ser mucho más extensa, un vibrador es un juguete erótico, un complemento ideal para vuestra vida sexual (y la de cualquier persona). Com-ple-men-to, no sustituto. Es más, con una herramienta de este tipo en casa podéis descubrir juntos emociones que no conocíais, aumentar vuestra complicidad y aliñar vuestra intimidad con un condimento más de los muchos existentes.
Es más, me atrevería a decir que, si dejas de lado todo tipo de prejuicios y te animas a investigar un poco con tu cuerpo y tu sexualidad, vuestra próxima visita a la tienda erótica será para que te hagas con algún estimulador de próstata o vibrador anal. Sobre todo, no intentes utilizar el de tu novia a escondidas si no quieres tener un disgusto y hacer una visita inesperada a urgencias, porque entonces puede que sí, que vuestra relación ya no tenga ningún tipo de remedio. Aunque tu novia seguirá queriéndote igual y seréis los protagonistas de una de esas inefables historias que inundan el anecdotario popular.
*Asesora de comunicación, dramaturga y colaboradora de amantis.net
Hay 5 Comentarios
Igual, yo me compré un vibrador en una sexshop online porque mi novio no me satisfacía del todo...
Publicado por: Estefanía | 14/10/2017 19:14:44
Al revés, los vibradores nos ayudan a hacer vida en pareja!! :/
Yo me compré uno en una tienda baratita y con envío rápido: http://www.hot-erotica.com/tienda/
Publicado por: Susana | 14/10/2017 19:11:26
En serio hay tios que se creen que el vibradores un rival?
Si es asi me averguenzo por la parte que me toca. Pero eso se resume en baja autoestima y nada mas!!
Publicado por: Dan | 18/10/2016 18:28:00
Cuando hay complicidad, lo divertido del juego es que el jugador... puede acabar siendo juguete... y viceversa.
Publicado por: Manolo Blog | 24/09/2016 23:04:37
Igual yo sí debería dejar al mío por mi vibrador.
No protesta por nada y no pide el mando a distancia
Publicado por: Abracadabra Noticias | 24/09/2016 10:58:57