Eros

Pasión hace ciencia

Por: | 13 de septiembre de 2016

¿Sabían ustedes que Galileo Galilei (Pisa, 1564 - Arcetri, 1642), a quien llaman el padre de la ciencia (o al menos de la astronomía y de la física), era un tipo apasionado y sexual? Un heterosexual que nunca se casó y al que, para simplificar, se le llama 'mujeriego', pero que estuvo en una relación (posiblemente abierta) con una mujer 'de costumbres laxas', unos diez años. Con Marina Gamba tuvo tres hijos y no pudo reconocerlos legalmente por la distancia social entre un noble de baja nobleza y una amante 'meretriz', aunque se ocupó de ellos, al punto que adquirieron su apellido, eso sí, cuando la mujer 'de vida disoluta' ya hubo muerto.

No se arrancó el corazón para hacer ciencia. No debió dejar de sentir para ser racional. Pensar es amar, primero, y poner la carne en compromiso. Saber es desear, herejía. Y puede que el moralismo le llame 'vicio'.

Como dice nuestro querido y siempre citado filósofo Byung-Chul Han: "El Logos carece de vigor sin el poder de Eros".

Corazon_emilio

Corazones arrancados, pero no en nombre de la ciencia. Foto de Emilio Schargorodsky.

Para hacer ciencia de esa que deja traza, hay que ser revolucionario, y amoroso. Y quizá tomar atajos, irse por las ramas. Para ser sabio, no basta con ser obediente. Galileo Galilei no fue 'recto': fue rupturista también porque necesitaba ganarse la vida, y entonces aguzaba el ingenio para alimentar a tres hijos que no llevaban su apellido sino el de la mujer que hacía enfadar a su madre.

Conocido también -o fundamentalmente- por ser víctima de un tribunal de la Inquisición, que lo obligó a abjurar de sus teorías (como la de que la Tierra no era el centro del universo), Galileo Galilei -hijo y padre de músicos- quiso asaltar los cielos antes de hora: la sociedad de su época (y la Iglesia de todas las épocas) no podían pensarse con un Sol dirigente del sistema planetario. Ni con un hombre que renegara del matrimonio como contrato social de conveniencia entre familias que se convenían. Ni con un hombre poco previsor que se dejara contagiar enfermedades de transmisión sexual porque le gustaba el sexo en Venecia, o que construyera péndulos, termoscopios y telescopios como trabajo manual, para llevar el pan a su casa.

Bellini

'Procesión en la plaza de San Marcos' (1496). Aquella Venecia de Bellini, la de las procesiones y también la de pasárselo bien, que aquella era su fama.

Todo esto que les cuento, así, a borbotones, se me hizo carne a partir de una polémica radial, días atrás. Fue en un espacio nuevo en 'Hoy por hoy' de la Cadena SER, en el que Javier Sardá y Juan Carlos Ortega exponen, cada uno a su turno, argumentos enfrentados (uno de ellos,falso) sobre un mismo hecho o personaje de la Historia, para que los oyentes digan cuál de los dos está diciendo la verdad. Narraban supuestamente la vida de Galileo (Sardá decía que el astrónomo era célibe y moralista, mientras que Ortega citaba biografías verdaderas) y resultó que la mayoría de los oyentes creyó que era verdadera la idea del científico como un hombre mojigato. Una mujer fundó su suposición en que, si Galileo "estaba tan ocupado en estudiar y experimentar, no tendría tiempo para otras cosas".

Me pregunté si no es así como especulamos sobre las personas: si te ocupas de algo serio, entonces no puedes 'perder el tiempo' en el sexo, o en el amor y los sentimientos. ¿De eso se trata nuestro racionalismo?

Sabemos que hubo pensadores asexuados, muy probablemente vírgenes, como Immanuel Kant, el prusiano encerrado en Königsberg para siempre, intentando desvelar la estructura de la razón en la disciplinada soledad hogareña (hay un libro que bromea seriamente sobre el asunto, de un tal Jean-Baptiste Botul, pretendido fundador de la corriente filosófica del 'botulismo', escrito en realidad por el filósofo Frédéric Pagès). Lo cierto es que sí, hay gente que sublima todos sus deseos o que pone toda la carne instintiva al servicio de la mente. Sin embargo, siempre habrá que derribar el dogma, porque lo rígido no hace amor y lo impenetrable tampoco hace ciencia. El dogmatismo impide abrir brechas en lo mayoritario o romper con lo sólidamente establecido, por muy falso que sea. Hay que abrir poros hacia el otro.

Aunque nos asuste sentir, estos seres que somos hemos podido convertir nuestra sexualidad en Eros, para alcanzar la vida y magnificarla (o el erotismo como apropiación de la vida, en la filosofía de Georges Bataille). Con todos los riesgos del caso, porque existir es caso de riesgo.

La falta de 'rectitud' ayuda, a veces, a tomar caminos innovadores en ciencia, en arte y en aventura vital: "Eros conduce y seduce el pensamiento a través de lo no transitado, de lo otro atópico (...) Platón, en contra de la tradición, declara a Poros padre de Eros. Poros significa 'camino'. El pensamiento ciertamente osa adentrarse en lo no transitado, pero no se pierde allí. Eros, gracias a su procedencia, le muestra el camino. Filosofía es traducción de Eros a Logos", según el filósofo contemporáneo Byung Chul Han, a quien insistiremos en citar en este espacio.

Sigue Han: "El pensamiento en sentido enfático comienza por primera vez bajo el impulso de Eros. Es necesario haber sido un amigo, un amante, para poder pensar. Sin Eros el pensamiento pierde toda vitalidad, toda inquietud, se hace represivo y reactivo".

Dogma no hace ciencia. Dogma no hace amor.

  Bertini_fresco_of_Galileo_Galilei_and_Doge_of_Venice

Galileo enseñando al duque de Venecia cómo usar el telescopio. Fresco de Giuseppe Bertini (1825-1898).

Epílogo: A pesar de todos los sufrimientos que le procuró la Iglesia Católica, Galileo Galilei mandó a sus dos hijas mujeres a un convento, al poco tiempo de morir su madre. Con María Celeste, la mayor, mantuvo una correspondencia frecuente: "es una mujer de exquisita mente, singular bondad, y muy apegada a mí", escribió el hereje. Probablemente -aquí, especulo- Galileo no hacía sino asegurarse de que sus hijas aprendieran a leer y a escribir, y tuvieran tiempo para construir pensamiento, algo casi reservado a las monjas (o sea, las vírgenes) en ese momento del mundo. El resto de las mujeres, como su querida Marina, debían dejarse llamar 'putas' para vivir sus emociones, o convertirse en obedientes esposas, con la cocina como paisaje casi excluyente.

Hay 8 Comentarios

Muy buen artículo. Yo añadiría que el neurocientífico Antonio Damasio dice en su libro "El Error de Descartes" que las emociones y la razón no están separadas en el cerebro, sino que pensamos con las emociones.

Me inunda la pasión, me domina el amor, temo la desilusión pero guardo esperanza de forma reposada y tranquila viendo descender la luz apagándose el sol por el horizonte y el dia que se acaba, mi amor, la noche y sus sombras nos rodean y abruman, pero , de momento, parece que habrá un nuevo amanecer.
https://youtu.be/ndjsYdlluqY

Mañana me voy para cerca de ti, mi amor andaluz. Pero sin possibilidad de veerte en alguna calle de Lecce o Roma. El clavo peleó con la rosa. Saudades de ti, mi amor andaluz!
https://www.youtube.com/watch?v=PKnX6RwA0LM

Eso digo yo!!!!!! ¿y? cada uno se ilusiona o desilusiona con lo que puede, la vida es una rueda en la que los sentimientos y emociones se repiten hasta que se acaba.

Y?

Paixāo, amor, desilusāo: coisas atemporais
https://www.youtube.com/watch?v=xhrpaq3ec0I&index=3&list=RDVdq-CcjaQvQ

La visión que tenemos de los personajes históricos suele estar bastante distorsionada. El hombre siempre ha sido proclive al placer y desenfreno, independientemente de su nivel intelectual.

La pasión es ciencia y de su uso nacen los hijos que ya son ciencia pura, la mayor de ellas, por eso no hay que dejar de ser nunca apasionado en el amor, porque esa misma pasión te induce a las demás: la de investigar, la de crear, la de enseñar, etc..., en definitiva, la de vivir con algo de felicidad.

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Sobre el blog

Ni enciclopedia ni consultorio sexual al uso. He aquí un rincón erótico festivo dedicado a las relaciones y la atracción entre seres humanos, esa faceta que nos hace la vida más placentera, tierna, amorosa, plena… Un blog coral, con cinco autoras de todo origen y condición, que apuesta por el juego, la provocación, lo sensual y el sexo como acto libre, adulto, compartido, real o ficticio, siempre divertido... Eso sí, si tu mirada no es amplia y tolerante, mejor no te detengas aquí. Coordina Analía Iglesias. No sólo se admiten firmas invitadas, sino que son deseadas.

Sobre las autoras

Anne Cé. Nació en el sur austral (Argentina), en un tiempo beatle y en un país con altísima densidad de psicoanalistas y jugadores de fútbol. Periodista, quizá incluso a su pesar, narra lo que se le ponga delante. Y narra, y narra. Un día descubrió que el simple roce de una clavícula le erizaba la piel y entonces comprendió por qué le gusta tanto abrazar a un hombre.

Esther Porta. Segoviana, fue becaria en el mítico Tentaciones y allí hizo de todo hasta que sus conocimientos de sexo la convirtieron en Beatriz Sanz. Y gracias a ella, publicó artículos semanales de sexo, dos libros y fue reclutada como sexperta guionista del programa de Canal +: 'Sex Pópuli'. Cuando casi se le había olvidado (lo de escribir de sexo...) se mete a bloguera. Y aquí está, con tantas ganas de sexo (del uno y del otro) como siempre...

Venus O'Hara, de Reino Unido, con raíces irlandesas. Modelo fetish, actriz y escritora. Licenciada en Ciencias Políticas y Francés, reside en Barcelona, ha sido columnista sexual en varias revistas, tiene su propio blog de fetichismo y es creadora de 'No sabes con quien duermes', un confesionario para personas que llevan una doble vida. Publicó su primer libro junto a Erika Lust, 'Deséame como si me odiaras', en 2010.

Tatiana Escobar, de Venezuela (1976), ha escrito ensayos y poesía en español. Traductora y editora, en 2004 abrió en Madrid junto a sus socios la primera boutique erótica de España, La Juguetería Erotic Toys, para no tener que vivir de la literatura. Desde entonces vive del sexo. Y escribe, a veces, para sus amigos.

. Madrileña. Soñó con escribir y pronto descubrió una vía: el periodismo. Pero como tampoco valía narrar sobre cualquier cosa, eligió suerte y remató la faena con un posgrado en Sexología. Ha trabajado en suplementos de salud y medios especializados. Con la práctica ha acabado por darle un toque más sensual a sus letras. Y con ellas sueña en escribir, ahora, un libro.

Ilustracion
Venus O'Hara, Anne Cé y Silvia C. Carpallo, según 'Mi Petit Madrid'.

Nuevo libro

El orgasmo de mi vida. Si ya no sueñas con príncipes azules, locos por pedirte en matrimonio, ni esperas que aparezca un millonario atormentado pero diestro en amores, con una Visa en una mano y un látigo en la otra, este libro es para ti. Porque El orgasmo de mi vida habla de eso, de mujeres realistas, lúcidas, independientes y eróticamente vivas, capaces de combinar esa cotidianidad que todas conocemos, con sus pasiones más salvajes. Ellas son las protagonistas de los relatos, sin guionistas que les digan lo que tienen que hacer, pero sobre todo, son las compositoras, directoras e intérpretes de los orgasmos más armoniosos de sus vidas.

Lux eróticaLux erótica. "Escribir sobre sexo era la propuesta y me sentí estimulada. Después de tantos años como periodista cultural y con mucha vida hecha en torno a la información y a la actualidad, tenía ganas de ponerle carne a la crónica. Porque nuestra más genuina actualidad como personas pasa por el relato del erotismo. Porque de atracción y de relaciones hablamos todo el tiempo en este tiempo occidental con ciertas libertades individuales garantizadas y rebosante de espíritu lúdico pero también algo desafectado y con nuevos descompromisos adquiridos...". Anne Cé.

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