Por Mireia Manjón*
He aquí la gran obsesión de hombres y (muchas, demasiadas) mujeres: ¡el pene y su tamaño! Ni que fuera proporcional al placer que puede provocar o a la habilidad del propietario al usarlo… Pondría la mano en el fuego, y seguro no me quemaría ni un poquito, a que todos sois conocedores de lo que mide de media el pene en España. ¿Cuántos sabríais decir la medida media de la vagina?
Me lo temía.
¿Es que todas las mujeres tenemos de serie la misma vagina? ¡No! ¿Es que no es importante para el placer sexual? Pues… ¡claro que sí! Y lo es tanto para vosotros como para nosotras, así que vamos a otorgarle el valor que merece, que es algo más que un simple receptáculo preparado para ser penetrado.
Foto de Emilio Schargorodsky.
Siendo, como es, una gran desconocida (si lo comparamos con la popularidad que tiene el pene), vamos a ver algunas características que la hacen única, especial:
- Ya que anteriormente mencionaba el tamaño medio, apuntaré el dato: una vagina estándar mide entre 8 y 11 centímetros, siendo más corta por delante que por detrás.
- Es una cavidad virtual. No está abierta y capaz de acoger un pene, dildos, vibrador o lo que le apetezca, permanentemente. Si no hay excitación, las paredes están juntas, y es precisamente la elasticidad de las paredes las que harán que se dilaten, aumentando un 25 por ciento su longitud y pudiendo adaptarse a casi cualquier pene, sin importar cuál sea su forma o tamaño.
- No es un agujero negro. Tranquilas, chicas, que si metéis algo en ella y después no podéis sacarlo, no terminará apareciendo en otro punto de vuestra anatomía. Tiene tope (esto es el cuello del útero) y a no ser que estemos de parto, permanece cerradísimo.
- Es pirolítica. ¡Que se limpia solita, vamos! ¿Con esto qué quiero decir? Pues que la vagina tiene su propio pH y su propia flora vaginal, que la cuidan de infecciones. No hace falta limpiarla por dentro pues solo provocaríamos un desajuste y seríamos más propensas a la aparición de cándidas, por ejemplo.
Ahora bien, del mismo modo que tenemos asumido que hay formas fálicas distintas, no está tan asumido el hecho de que cada vagina, como cada mujer, es única. Hay dos aspectos generales para hablar del tamaño de la vagina y, partiendo de aquí, podemos encontrar variaciones infinitas.
- Vagina estrecha o ancha. Lo marca la elasticidad de sus paredes y la tonificación de los músculos. Así, podremos encontrar vaginas más o menos prietas. ¿De qué depende? Hay momentos en la vida de una mujer en el que la vagina podrá cambiar de forma en este sentido. Por ejemplo: después de un parto tardará unos meses en volver al tamaño inicial, o, durante la menopausia, la elasticidad de las paredes disminuirá. Éstos son los ejemplos clásicos que hacen que notemos unos cambios más bruscos, aunque podrían enumerarse más.
Si hablamos de placer, tanto para hombres como para mujeres, este punto es importante. Cuanto más prieta esté la vagina, más intensas serán las sensaciones y mayor el placer que sentiremos y sentirán. Como todo en la vida, hay aspectos que se pueden controlar y otros que no. Por suerte, esta característica de nuestra vagina ¡sí se puede controlar! Dejaos de gimnasios para tener un vientre plano y pasaos a los ejercicios de Kegel para tonificar vuestras vaginas. No solo conseguiréis unos músculos más fuertes, sino que podréis controlarlos de manera voluntaria para contraerlos y ejercer más presión durante las penetraciones de vuestros compañeros de alcoba. Conseguiréis así unos orgasmos más intensos y más placer durante las penetraciones vaginales.
- Vagina larga o corta. La vagina se mediría desde la entrada hasta detrás del cuello del útero. Y sí, "puede haber mujeres que anatómicamente tengan la vagina más corta o más larga pero, a no ser que se trate de un caso extremo, no hará variar el placer. Una vagina extremadamente corta la podemos encontrar, por ejemplo, después de algunas cirugías ginecológicas” explica la Dra. Sandra Gómez Carballo, ginecóloga especialista en suelo pélvico en Hospital Universitari General de Catalunya.
Lo que produce malestar durante la penetración es cuando el pene toca el cuello del útero, que aunque hay algunas mujeres a las que les gusta esta estimulación, a muchas les resulta doloroso. Entonces, ¿qué ocurre cuando una vagina muy corta y un pene muy largo se encuentran? ¿Qué mejor que ni lo intenten? Pues no, tampoco es eso. Hay que conocer bien el cuerpo para saber que determinadas posturas donde el pene entra directa y profundamente, como ‘la amazona’ (la mujer sobre el hombre, cabalgando), será más incómoda que otras. O aprender algunos trucos, como poner una camiseta o la mano en el pene para hacer de tope y que no se exceda en la profundidad de la penetración.
La conclusión sería, pues, que el tamaño de la vagina no importa demasiado. ¡En esto sí que hay similitud con el pene! La clave, como casi siempre, radica en saber cómo utilizarla.
Hay 2 Comentarios
Siempre importa, si la vagina es pequeña y el pene grande el dolor para la mujer esta garantizado.
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Publicado por: putas sevilla | 30/05/2023 12:11:04
Sí, importa! Se ela és pequeña, és muy doloroso un pene de 20 cm.
Publicado por: Sherazade | 25/11/2016 21:28:24