Gran parte de mi labor como sexóloga consiste en que las personas puedan tener relaciones sentimentales más saludables. Porque muchas veces confundimos la palabra amor con cosas como la dependencia, la obsesión e incluso con algo parecido a un arma de destrucción masiva. Por supuesto, el empeño de cualquier profesional de la sexología pasa por conseguir que haya una mejor educación sexual, para que los sexos se entiendan mejor el uno al otro y puedan así compartir y compartirse, dejando de lado ciertos comportamientos autodestructivos. Vamos, que el amor, en definitiva, sea más sano. Pero eso no quiere decir que el amor no duela.
Detalle de 'Kiss V' de Roy Lichtenstein.
La crisis ha tenido muchas consecuencias e incluso, ha traído algunas modas. Una de ellas es la que yo denomino toda la estética ‘happy flower’ que puede verse en las estanterías de los centros comerciales, con todo tipo de productos llenos de frases cortas pero bonitas y muñequitos sonrientes. Tiene toda su lógica. El aumento de depresiones y situaciones complicadas que ha conllevado la caída de nuestra economía, incluso en nuestra vida sexual, necesitaba una vía de escape para no sumirnos en la miseria, que se ha traducido en el aumento de productos y mensajes llenos de positividad, que intentan hacernos ver que la vida puede ser maravillosa. Y claro que puede serlo, claro que hay momentos de felicidad absoluta, pero los hay porque también existen momentos tristes. Momentos duros y difíciles, porque la vida es dulce en ocasiones, pero otras es amarga. Pues en el amor pasa exactamente lo mismo.
El primer error es confundir enamoramiento con amor. El enamoramiento es una etapa del amor, es cierto, pero el problema es que las películas, los relatos y casi hasta los anuncios de televisión nos muestran este periodo de enajenación como si fuera el amor verdadero. El amor en mayúsculas. Pero eso no es más que una reacción bioquímica de nuestro cerebro, no un concepto romántico. Según los expertos, el enamoramiento es una reacción química, provocada por una sustancia de nuestro cerebro llamada feniletilamina. Esta sustancia obliga a segregar dopamina, cuyos efectos son parecidos a las ‘anfetaminas’ que producen el estado de euforia natural cuando estamos con nuestra pareja. Todo ello supone que tengamos pensamientos frecuentes sobre la otra persona sin venir a cuento, que nos cueste concentrarnos, que nos apetezca todo el rato el contacto físico, que nuestro cuerpo reaccione ante la presencia del otro e incluso que tendamos a idealizar a la otra persona. Es decir, que no somos nosotros mismos durante un tiempo.
Pero esto, por suerte, acaba. Básicamente, porque si no sería algo así como un nuevo concepto del apocalipsis zombie. Así que es obvio que cuando la gente dice que está enamorada de su pareja, no está en este proceso, sino que ha pasado al siguiente nivel, a construir una relación de amor con otra persona. Es decir, una relación de pareja que, como cualquier otra relación, de amistad, de familia o de trabajo, implica tener buenos y malos momentos.
Y esa relación, como cualquiera de las otras, va a doler a veces. Por supuesto nunca debe de doler porque nos hemos perdido el respeto, porque no sentimos utilizados, o porque nos sentimos agredidos, incluso hasta llegar al dolor físico. Eso es masoquismo y no tenerse amor a uno mismo. Pero sí dolerá cuando vengan las dudas, los conflictos, el exceso de expectativas, las inseguridades, y todos los retos que debe afrontar una persona en cualquier relación a lo largo de la vida. Porque sí, de una forma u otra, les pasa a todos.
De hecho, cuando más se ama, es cuando más posibilidades hay de sufrir por amor. Pero no por la falta de atención o de reciprocidad, no por estar esperando horas por una llamada que no llega o por ver a esa persona tonteando con cualquiera. No, eso es no querer aceptar una realidad, que para los ojos de los demás resulta obvia y en ese caso lo que nos duele no es el amor, es el rechazo.
El amor duele porque implica tener empatía por otra persona. Tu pareja ha sido despedida de un trabajo que le encantaba, ha tenido un enfrentamiento muy duro con su familia, o incluso, tiene que hacer frente a una enfermedad. Si el ser amado sufre a nosotros nos dolerá, precisamente porque le amamos de verdad. Nos dolerá aun más porque veremos su dolor y no podremos hacer nada para solucionarlo. Nos dolerá también cuando se nos queden ilusiones por el camino, cuando tengamos objetivos juntos que no conseguimos sacar adelante, o cuando sabemos que nos queremos y que las circunstancias no nos hacen estar bien ni separados, ni juntos. Y nos dolerá hasta el punto de poder sentir esa sensación en el pecho, como si de verdad se nos partiera el corazón.
Por eso, cuando llegan las discusiones, los conflictos, los momentos bajos, el conocer lo peor del otro pensamos que no merece la pena. Porque ‘si duele no es amor’, está claro. Y nos rendimos. Tiramos la toalla y huimos hacia una nueva pareja que nos venga a buscar para cenar en un restaurante romántico, sin pensar que algún día también tendremos que verle en el váter. Buscamos de nuevo esa foto en el atardecer y esa frase tonta que utilizamos como mantra, porque de tanto verla creemos que es cierta.
Como si a estas alturas de la película no hubiéramos entendido que el amor es más bien un abrazo cuando más se necesita, un momento de sinceridad para asumir errores como primer paso para superarlos, un 'lo siento' que habrá que repetir todas las veces que nos equivoquemos (¿quién narices se inventó eso de que el amor es no tener que decir nunca lo siento?), un estar sentados sin hablar pero sabiendo que no estáis solos, una mano que coge a otra en la sala de espera de un hospital, un entender que hoy no hay ganas pero no pasa nada, un quererse cuando se ríe, pero también cuando se llora. El amor más sano es el que deja de ser una idea ficticia y se asume como una realidad que tiene muchas aristas.
Porque sí, el amor a veces duele, pero solo cuando merece la pena.
Hay 6 Comentarios
El amor duele, el refrán "quien bien te quiere te hará sufrir , el amor tiene momentos difíciles y momentos felices.
https://putaslleida.com/
Publicado por: putas lleida | 27/05/2023 11:46:06
Pues sí, el amor puede doler, a veces lo que más queremos nos termina doliendo y haciendo daño. Pero por suerte, los puntos positivos suelen ser superiores a los negativos, es lo bonito del amor
Publicado por: Victoria | 01/12/2016 12:40:54
É pena que a gente nāo possa mais dialogar.
https://www.youtube.com/watch?v=-7WQ7o1ot5A
Publicado por: Sherazade | 25/11/2016 21:19:08
El amor duele como un cuchillo de hielo
Publicado por: Abracadabra Noticias | 25/11/2016 13:32:20
Estais enamorada? Estais embrujada
Publicado por: Paula | 25/11/2016 0:14:53
Como científico que investiga el cerebro, no paro de preguntarme de dónde habrá salido ese mito de que la feniletilamina es un mediador del amor o del enamoramiento. Por ejemplo, una búsqueda en PubMed con "phenylethylamine" AND "love" da 0 resultados. Una búsqueda con "phenylethylamine" AND "nucleus accumbens" (el sitio donde supuestamente este compuesto libera dopamina) da sólo 16 resultados. No, este compuesto no media el enamoramiento. Eso de que "el enamoramiento es sólo química" es una exageración sin base científica.
Publicado por: Hermes Solenzol | 24/11/2016 22:02:16