Por Martha Zein*
La educación sentimental no forma parte de la vida privada, no es una isla de intimidad en nuestra existencia, es porosa a los valores de nuestra cultura. Amamos en el seno de una sociedad atravesada por el neoliberalismo, que no solo es un modelo económico sino un modo de vida.
Vivimos en el "yes, you can", una frase enardecedora que apela a la meritocracia (valor asociado a la capacidad individual o al espíritu competitivo) y que ha calado en nuestros huesos hasta alcanzar la médula de nuestro comportamiento amoroso. Es más importante de lo que parece decir en alto: no es cierto, no lo podemos todo.
Es un acto de resiliencia insistir en que no todo es cuestión de voluntad, ni todo está a nuestro alcance, ni el éxito es fruto del esfuerzo y la superación.
Obras del artista argentino Diego Arrascaeta. Mixta sobre papel.
Las desigualdades estructurales, los imprevistos y los acontecimientos históricos afectan a nuestros actos y, por supuesto, existen los otros, con sus propias hojas de ruta, cuya simple existencia influye en nuestros procesos. Sí, es posible que perdamos la partida, que nuestros deseos no se cumplan y sin embargo sí los de la vecina, que la vida nos dé algo que no esperábamos y que aquel amante que disfrutamos ayer hoy no nos desee, porque la vida está al alcance de nuestra mano pero no está hecha a la medida de nuestra voluntad.
Leídas así, de tirón, estas mínimas reivindicaciones pueden resultar verdades de Perogrullo. Sin embargo, son difíciles de asumir para quienes aman en el seno de la cultura neoliberal. Por ejemplo, el neoliberalismo defiende que cada cual es responsable de lo que le sucede y que cada quien tiene lo que se merece en función de las decisiones que adopta.
Esta lógica tiene sus consecuencias en el terreno sentimental, sobre todo en la fase del desamor: Si lo que "merecemos" no se nos otorga, si alguien nos da calabazas, lo vivimos como una injusticia. "¿Cómo has podido hacerme esto a mí?", cantaba inocentemente Alaska en los ochenta, cuando España se rendía a las exigencias del mercado europeo después de 40 años de aislamiento.
Obras del artista argentino Diego Arrascaeta. Mixta sobre papel.
Otra de las afirmaciones neoliberales es que el éxito social procede de la competencia con otras personas. Tal triunfo es el mejor índice de que se está en el camino correcto, de ahí la búsqueda de la excelencia en la educación o en el deporte, por ejemplo. Esta corriente política y económica valora que los seres humanos logren un espacio de poder en el grupo, la ascendencia,
y no la calidad de sus relaciones. El reconocimiento social es considerado en sí mismo un triunfo y prevalece sobre las capacidades para crear vínculos.
Nuestra vida erótica se quiebra ante estos valores de forma insospechada y se vuelve insostenible cuando nuestro/a amante nos deja de querer: no solo sentiremos el dolor por la muerte de un vínculo sino que nos percibiremos impotentes ante la mirada del grupo al que pertenecemos. Un 'no' sentimental convierte al amante neoliberal en un fracasado en situación de riesgo.
Si los éxitos son entendidos como un logro individual, ¿Por qué no van a serlo los triunfos eróticos? La sociedad a la que pertenecemos defiende que nuestra libertad termina donde empieza la del otro, olvidando que ese organismo vivo que es la comunidad también tiene sus propios límites, que atraviesan el tiempo individual y que deberían condicionar nuestro comportamiento. Cuando el individualismo cala hasta el punto de olvidar que el cuidado del bien común es vital desaparecen del horizonte las utopías colectivas y ocupan su lugar los paraísos privados.
El triunfo sentimental se convierte en el único proyecto trascendente que acariciar, de modo que recibir un "ya no te quiero" implica el final de la única utopía posible. Así de profunda la intolerancia al 'no' de los/as amantes del siglo XXI.
Aprendemos a amar cuando consumimos, cuando renunciamos a un deseo, cuando nos encontramos con un límite, cuando los ponemos, cuando aceptamos que no todo está a nuestra disposición, cuando consensuamos las reglas del juego, cuando las rompemos... Nuestro comportamiento sentimental no solo está atravesado por el patriarcado sino por los valores que perpetúa el neoliberalismo y que se expresan en detalles de la vida cotidiana. No nos debería sorprender que las campañas en torno a la violencia de género no logren modificar la conducta en escuelas, institutos y universidades.
El dolor que supone el final de un vínculo se convierte en una bomba de relojería para quienes han crecido creyendo que sus deseos siempre están ahí, dispuestos a ser cumplidos. ¿Cómo van a entender que se puede amar incluso cuando acaba el amor si perciben la frustración sentimental como una injusticia que no merecen? Quizás empezamos a cultivar su incapacidad para digerir unas calabazas el día en que olvidamos enseñarles a perder al parchís.
(*) Escritora, autora de documentales y narrative coacher. Imparte talleres sobre las narrativas del Eros, centrándose en las trampas del lenguaje, los límites de la representación y la poética del deseo. Colaboradora en el espacio radial 'No apagues el llum' de IB3. En Twitter: @marthazein
Hay 8 Comentarios
No es fácil aceptar un no, en las relaciones de pareja o el ligoteo menos aun pero.... "no es nmo"
Publicado por: pasionclasificados | 20/04/2023 12:01:43
pero quien tiene mala suerte que se te liga con una bella chica jovencita como las que salen aca http://www.dapfanatics.com/tag/hot-teen-dp/ y te dice que no con las bolas al aire ???
Publicado por: jacobo | 02/03/2018 5:50:25
muy interante el artículo
Publicado por: amor online edarling | 06/02/2018 17:07:47
Interesante como la intolerancia por el no está creando una generación de intolerantes, y personas que no saben tolerar la frustación en el amor, si no crees el post sólo tienes que meterte a una web de citas cómo edarling y veras cómo se ponen las personas a las que les niegas una cita.
comparto todo lo dicho en al artículo.
Publicado por: javier perez | 06/02/2018 17:05:41
Sólo quería decir por qué hay tan poca información sobre Viagra en farmacia online Barcelona y aquí está su artículo sobre la libido y el poder masculino! Los que no están en 40 años - no entienden estos problemas.
Publicado por: Farmacia-barcelona | 27/09/2017 15:07:15
No sólo hay que aceptar el NO como respuesta, sino que hay que aprender a decir NO, de la manera más adecuada sin que por ello debamos ofender.
Y si tienes miedo al NO, pregunta antes qué aportas para que no te aparten.
http://www.luisbermejo.com/2015/06/9-aprende-decir-no.html
Publicado por: Diana | 25/01/2017 14:35:29
My name is NO
https://www.youtube.com/watch?v=cMTAUr3Nm6I
Publicado por: Pobre Noruego | 24/01/2017 23:17:59
Estoy recordando aquello de "Que parte del no es no, no entiende
Publicado por: Abracadabra Noticias | 24/01/2017 13:04:06