Sobre el blog

Ni enciclopedia ni consultorio sexual al uso. He aquí un rincón erótico festivo dedicado a las relaciones y la atracción entre seres humanos, esa faceta que nos hace la vida más placentera, tierna, amorosa, plena… Un blog coral, con cinco autoras de todo origen y condición, que apuesta por el juego, la provocación, lo sensual y el sexo como acto libre, adulto, compartido, real o ficticio, siempre divertido... Eso sí, si tu mirada no es amplia y tolerante, mejor no te detengas aquí. Coordina Analía Iglesias. No sólo se admiten firmas invitadas, sino que son deseadas.

Sobre las autoras

Anne Cé. Nació en el sur austral (Argentina), en un tiempo beatle y en un país con altísima densidad de psicoanalistas y jugadores de fútbol. Periodista, quizá incluso a su pesar, narra lo que se le ponga delante. Y narra, y narra. Un día descubrió que el simple roce de una clavícula le erizaba la piel y entonces comprendió por qué le gusta tanto abrazar a un hombre.

Esther Porta. Segoviana, fue becaria en el mítico Tentaciones y allí hizo de todo hasta que sus conocimientos de sexo la convirtieron en Beatriz Sanz. Y gracias a ella, publicó artículos semanales de sexo, dos libros y fue reclutada como sexperta guionista del programa de Canal +: 'Sex Pópuli'. Cuando casi se le había olvidado (lo de escribir de sexo...) se mete a bloguera. Y aquí está, con tantas ganas de sexo (del uno y del otro) como siempre...

Venus O'Hara, de Reino Unido, con raíces irlandesas. Modelo fetish, actriz y escritora. Licenciada en Ciencias Políticas y Francés, reside en Barcelona, ha sido columnista sexual en varias revistas, tiene su propio blog de fetichismo y es creadora de 'No sabes con quien duermes', un confesionario para personas que llevan una doble vida. Publicó su primer libro junto a Erika Lust, 'Deséame como si me odiaras', en 2010.

Tatiana Escobar, de Venezuela (1976), ha escrito ensayos y poesía en español. Traductora y editora, en 2004 abrió en Madrid junto a sus socios la primera boutique erótica de España, La Juguetería Erotic Toys, para no tener que vivir de la literatura. Desde entonces vive del sexo. Y escribe, a veces, para sus amigos.

. Madrileña. Soñó con escribir y pronto descubrió una vía: el periodismo. Pero como tampoco valía narrar sobre cualquier cosa, eligió suerte y remató la faena con un posgrado en Sexología. Ha trabajado en suplementos de salud y medios especializados. Con la práctica ha acabado por darle un toque más sensual a sus letras. Y con ellas sueña en escribir, ahora, un libro.

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Venus O'Hara, Anne Cé y Silvia C. Carpallo, según 'Mi Petit Madrid'.

Nuevo libro

El orgasmo de mi vida. Si ya no sueñas con príncipes azules, locos por pedirte en matrimonio, ni esperas que aparezca un millonario atormentado pero diestro en amores, con una Visa en una mano y un látigo en la otra, este libro es para ti. Porque El orgasmo de mi vida habla de eso, de mujeres realistas, lúcidas, independientes y eróticamente vivas, capaces de combinar esa cotidianidad que todas conocemos, con sus pasiones más salvajes. Ellas son las protagonistas de los relatos, sin guionistas que les digan lo que tienen que hacer, pero sobre todo, son las compositoras, directoras e intérpretes de los orgasmos más armoniosos de sus vidas.

Lux eróticaLux erótica. "Escribir sobre sexo era la propuesta y me sentí estimulada. Después de tantos años como periodista cultural y con mucha vida hecha en torno a la información y a la actualidad, tenía ganas de ponerle carne a la crónica. Porque nuestra más genuina actualidad como personas pasa por el relato del erotismo. Porque de atracción y de relaciones hablamos todo el tiempo en este tiempo occidental con ciertas libertades individuales garantizadas y rebosante de espíritu lúdico pero también algo desafectado y con nuevos descompromisos adquiridos...". Anne Cé.

Inglés para pervertidosInglés para pervertidos."Se dice que la mejor manera de aprender un idioma es a través del sexo con un extranjero. Pero ¿qué haces si estás en la cama y no sabes qué decirle? Con Inglés para pervertidos puedes aprender todas las palabras y expresiones que siempre has deseado saber, desde lo más elemental al sexo más salvaje. El libro cuenta con ocho capítulos centrados en las partes del cuerpo, la cama, el LGBT, las compras sexis, el lado oscuro, el porno, el chat y la salud sexual. Cada capítulo contiene vocabulario, gramática y unos ejercicios muy originales que no encontrarás en ningún otro libro. Aprende todo lo que tu "English teacher" no se atrevería a enseñarte nunca. Y... si te cansas de estudiar, el libro incluye un montón de fotos mias para distraerte". Venus O'Hara.

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Eros

Te han hecho ‘ghosting’ y no lo sabías

Por: | 04 de febrero de 2017

Si echamos un vistazo a nuestro Facebook, parece que cada día surge una nueva tendencia con #etiqueta. Aunque, cuando nos paramos a leer, lo único nuevo es el nombre que le hemos dado en inglés. El king out, casi una reinvención del petting, es meterse mano con la ropa puesta de toda la vida y la sexdiet, la dieta del cucurucho que todos conocemos. Pues algo parecido pasa con el nuevo término de moda, hacer ghosting.

Ghost

Fotograma de la película 'Ghost'.

La palabra, lógicamente, proviene de ‘fantasma’. No sé si alguien más utilizaba anteriormente el término, pero entre mis amigas y yo, era muy común que cuando un chico dejaba de llamar, o no respondía a un mensaje durante días, decir que te había hecho un Casper. Lo que tiene ser de la generación de los 80 y la influencia que el cine ha tenido en nuestra vida. Vamos, que lo de hacerse el fantasma y desaparecer sin dar más explicaciones y sin saber cuál ha sido el motivo, es algo que ha pasado toda la vida.

Claro, la diferencia es que ahora la palabra tiene un matiz más tecnológico. Porque ya no te dejan de llamar, directamente te bloquean en las redes. Es decir, te eliminan como amigo en Facebook o te pasan al grupo de acceso restringido, o directamente te bloquean en Whattsapp. Algo de lo que te das cuenta cuando a esa persona nunca más le llegan tus mensajes (no tienen nunca doble check) y das por sentado que esa persona no se ha mudado a vivir a los túneles del metro, sino que te ha borrado.

Si bien desaparecer sin dar explicaciones era algo que ya pasaba, lo cierto es que no era tan sencillo como ahora. Porque solías conocerte de algo y corrías el riesgo de volver a encontrarte y tener que dar explicaciones. Ahora, sin embargo, lo más probable es que nos hayamos conocido a través de alguna red de contactos y que, con un poco de suerte, con eliminar tu perfil se resuelve el no tener que volver a verte en la vida. Aunque la vida, a veces, es un pañuelo y nos puede dar más de una sorpresa.

Por eso, parece que hacer ghosting se ha vuelto una práctica mucho más habitual. Según algunas encuestas, cerca del 80 por ciento  de los millennials dice haber sufrido ghosting alguna vez. Se podría pensar que la explicación es que, en las redes, los jóvenes solo buscan sexo fácil y que simplemente sueltan el pez después de pescarlo. Pero no, parece que esa no es lógica, ya que estos mismos estudios dicen que la mayoría se conecta a estas redes en busca de una relación seria.

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Sex on TV

Por: | 02 de febrero de 2017

Por Marta Molas*

La que escribe, que es catalana, está maravillada por una serie de la televisión autonómica llamada Merlí que ha llegado también a nivel estatal gracias a La Sexta. Habrán oído hablar de ella: un profesor de filosofía poco corriente pone patas arriba el instituto donde trabaja. Y la serie me tiene anonadada, no porque sea mejor o peor -no está mal-, sino porque, en las dos temporadas que lleva, ha confrontado varias temáticas 'de moda' del mundo erótico-sexual.

Cucumber banana tofu

'Cucumber, banana, tofu' ("pepino, banana, tofu"). Los tres estados posibles del pene según la teleserie británica.

Somos muchos los de este sector erótico-festivo los que hablamos a menudo de esta serie, la mayoría de las veces de forma positiva, por la visibilización de las problemáticas que existen en el panorama sexo-afectivo. Pero, en muchas ocasiones, sectores feministas, progresistas y de izquierdas han atacado la serie por sexista, heteropatriarcal y machista. La cosa llegó al Parlament catalán, y no se crean que la bronca fue pequeña cosa. Es cierto que en la primera temporada, el grueso de protagonistas era masculino (¿si hubiera sido una serie que no tratara la temática sexual, hubiera importado?); y sí, lo reconocemos, algún que otro personaje femenino fue tratado cual florero, pero, ¿no es así nuestra realidad (aunque no nos guste)?

Merli

'Merli', la serie de la TV catalana.

Aquí se confrontan diferentes maneras de pensar: los que creen que la televisión, y especialmente, un ente público, debe en todo momento programar para educar; los que piensan una serie de TV, con pinceladas del mundo sexo-afectivo o no, solo debe entretener y los que argumentan que las políticas de representación son importantes, pero que tampoco todo debe ser 'modélico'. A decir verdad, si un problema o realidad se exponen, sin juzgar cómo se representan, ya sirve para visibilizarlos.

Y bronca arriba, bronca abajo, Merlí, que va como un tiro, se sobrepone, y parece que las críticas al fin sirvieron para que la segunda temporada haya venido llena de interesantes retos de género, tendencias y prácticas sexuales: transexualidad, follamiguismo, relaciones abiertas, descubrimiento bisexual…  No quiero hacer spoiler, y sí les aliento muy mucho a que la vean. Pero sí les digo: esta segunda temporada se erige como más openminded, sin duda. Y ya corren los rumores a caudales: la tercera temporada is coming.

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Mentón equivale a pene

Por: | 31 de enero de 2017

El mentón constituye la frontera última de la cara, esa parte de nuestro cuerpo tan expuesta al exterior y que, sin embargo, solo pueden tocar nuestros hijos cuando son muy pequeños o alguien muy íntimo (o que aspira a serlo). Pensemos por un momento quién se acerca en una conversación, incluso informal y distendida, a tocarnos el mentón o el borde de la mejilla: exclusivamente alguien que gusta de nosotras y a quien le gustamos, y le damos permiso con la mirada y la sonrisa. De otro modo, acariciar la cara de otra persona sería un acto invasivo y casi agresivo (y, sin embargo, tocarle la mano a alguien desconocido en un momento difícil, o el hombro, o el brazo o la espalda, a otro que espera el bus y con el que bromeamos, por ejemplo, son gestos que no tienen un valor tan personal o de intimidad).

Menton

Psique y Eros, según Louis Jean François Lagrenée (1724 –1805).

Imaginémonos tocándole la cara a nuestro jefe o jefa o a un cliente en una reunión de trabajo, o a la esposa del notario que nos invita a tomar asiento en la sala de espera. Pero, sobre todo, el mentón, que es un continuum del cuello, una de las zonas erógenas por excelencia, desde la que se nos bajan todas las defensas, a partir de la que nos relajamos y nos entregamos en una relación amorosa. Cuando nos besan el cuello (porque hemos franqueado la entrada), las mujeres acercamos la boca, instintivamente. Y algo parecido ocurre con un roce dulce (no altivo) del otro con el borde de sus dedos, en nuestro mentón, desde abajo hacia arriba o siguiendo la línea del maxilar, en horizontal. Si ese dedo sigue hacia arriba llegará a los labios, a las comisuras, y querremos morderlo o chuparlo.

Tenía un amigo que pedía besos en la cara y mordiscos en las mejillas; él mordía y besaba el mentón, cuando más entusiasmados estábamos en el amor.

No es de extrañar, entonces, que los antropólogos nos cuenten que, en la Antigüedad, el mentón era una zona de enorme significado en el lenguaje erótico. La antropóloga francesa Agnès Giard explica, en su espacio de Libération, que desde la Antigüedad hasta el comienzo de la Edad Media, en Occidente, "parecería que el hecho de tocar el mentón o tomar al otro por el mentón era un signo de afecto más erótico que el acto de besarse en la boca. Acariciar la mandíbula del querido/a o sostener el mentón de una mujer manifestaba pasión amorosa".

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¿El sexo anal es tabú en pleno siglo XXI?

Por: | 27 de enero de 2017

Por Imma Sust*

Hablamos de la tercera practica sexual más extendida del mundo, pero sigue siendo muchas veces un enorme tabú en nuestra sociedad. Cuando hablamos con compañeros de trabajo y amigos, nos encontramos a menudo con personas deseosas de practicarlo, pero con prejuicios, vergüenza y por qué no decirlo… ¡asco! ¿Lo que sirve para evacuar puede dar placer? Sí, estamos hablando del sexo anal.

¿Qué tipos de clientes se acercan a nuestra tienda con intenciones de practicarlo pero con algún tabú?

El hombre heterosexual que quiere un lubricante muy potente porque a su chica no le gusta el sexo anal. ¿Duele solo de leerlo verdad? En estos casos, acostumbro a preguntar: "¿si no le gusta, por qué lo quieres hacer?" Después de dejarlo pensar dos o tres segundos, le animo a encontrar la manera de que a su chica le guste. El lubricante es muy importante en el sexo anal, eso es cierto. En esa zona no se lubrica nunca. Por muchas ganas que tengamos, si lo practicamos sin lubricante podemos hacernos daño. Pero sin ganas es bastante imposible poder hacerlo sin morir de dolor. Lo primero que aconsejo al hombre deseoso de penetrar a su chica es que primero deje que su chica le penetre a él (puede hacerlo con un dedo o un dildo). Después de otra mini pausa de reflexión, el chico ya interesado me pregunta cómo se puede hacer para que no duela. ¡Bravo! Ha costado pero vamos por buen camino.
Nuestro trasero es como la casa de un vampiro, si no pides permiso para entrar, puedes sufrir.

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'Hercule et Omphale', de Bartholomäus Spranger(1585). Musée d'histoire de l'art de Vienne, Vienne.

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Cómo llevar la iniciativa para no quedarse con las ganas

Por: | 25 de enero de 2017

Podemos encontrar muchísima información, ideas y trucos para mejorar nuestras relaciones sexuales. Todo eso está muy bien, pero antes hay un problema importante que resolver. ¿Cómo consigo tenerlas? Pongámonos en situación: he conocido a alguien, me gusta, creo que le gusto, me apetece saber si puede haber química de verdad, pero no tengo ni idea de cómo provocar esa situación.

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Imagen de la serie 'Gossip Girl'.

Seguimos teniendo pánico a llevar la iniciativa, por norma general, y por falsos mitos. El primero, sin duda, es el miedo al rechazo. Algo que quizás a la hora de dar un primer beso en una primera cita puede tener su lógica, si tenemos cierto pánico a las 'cobras'. Pero que carece de sentido si ya ha habido algunos acercamientos y si tenemos claro que la otra persona está interesada. Entonces, entra en escena el siguiente pensamiento, ¿qué pensará de mí la otra persona si me lanzo? Ellas, por no dar una 'impresión equivocada'; ellos, por no parecer 'que van solo buscando eso', sea o no cierto.

Aunque debería ser un mito desterrado, aún seguimos rumiando esa idea de que son los hombres los que deben tomar la iniciativa. ¿Por qué? En realidad, la idea, como todo, es dejar a la mujer en un papel pasivo respecto a su propia sexualidad, como si realmente ella no tuviera capacidad de decidir por sí misma lo que quiere o por lo menos, cuando lo quiere. Eso tampoco es una ventaja para los hombres, ni mucho menos, porque les carga la responsabilidad de llevar la iniciativa siempre, independientemente de si son más o menos extrovertidos o seguros de sí mismos.

De esta forma, el primer truco, sin duda, es olvidarte de todo lo que está establecido. Cada cita, casa situación y cada persona es diferente, por lo que, en ocasiones, quizás sea él quien dé el paso y, en otras, quizás sea ella, sin que nos tengamos que parar mucho a pensarlo. Simplemente porque será lo que ha surgido en ese momento.

El segundo consejo, por tanto, será saber elegir el momento. Porque, sí, la cosa debe surgir, pero antes de lanzarnos al vacío hay que tener algunas consideraciones en cuenta. Por ejemplo, que sea un momento en el que estemos a gusto, lo estemos pasando bien y no tengamos prisa por estar en cualquier otra parte. Desde luego, también importa el lugar. Quizás si estamos despidiéndonos en el coche, en nuestra puerta o estamos tomando la última copa, es mucho más fácil empezar a dejarse llevar que si estamos cenando en un restaurante o en mitad de la calle. Por pura lógica. Aunque, a veces, la pasión pueda desatarse en cualquier lugar y nos llevemos más de una sorpresa.

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Intolerancia al 'no'

Por: | 24 de enero de 2017

Por Martha Zein*

La educación sentimental no forma parte de la vida privada, no es una isla de intimidad en nuestra  existencia,  es  porosa  a  los  valores  de  nuestra  cultura.  Amamos  en  el  seno  de  una sociedad atravesada por el neoliberalismo, que no solo es un modelo económico sino un modo de vida. 

Vivimos  en  el  "yes, you  can",  una  frase  enardecedora  que  apela  a  la  meritocracia  (valor asociado a la capacidad individual o al espíritu competitivo) y que ha calado en nuestros huesos hasta  alcanzar  la  médula  de nuestro  comportamiento  amoroso. Es  más  importante  de  lo  que parece decir en alto: no es cierto, no lo podemos todo.

Es un acto de resiliencia insistir en que  no  todo  es  cuestión  de  voluntad,  ni  todo  está  a  nuestro  alcance,  ni  el  éxito  es  fruto  del esfuerzo y la superación.  

Diego arrascaeta

Obras del artista argentino Diego Arrascaeta. Mixta sobre papel.

Las desigualdades estructurales, los imprevistos y los acontecimientos históricos afectan a nuestros actos y, por supuesto, existen los otros, con sus propias hojas de ruta, cuya simple existencia influye en nuestros procesos. Sí, es posible que perdamos la partida, que nuestros deseos no se cumplan y sin embargo sí los de la vecina, que la vida nos dé algo que no esperábamos y que aquel amante que disfrutamos ayer hoy no nos desee, porque la vida está al alcance de nuestra mano pero no está hecha a la medida de nuestra voluntad.

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El bucle infinito de las relaciones. Estar en loop o entrar en loop, diciéndose las mismas frases, mil veces, en la pareja o repitiendo cosas dichas por otros, en anteriores relaciones. No se inventa casi nada, solo hay un reciclaje de frases, conceptos, excusas y salidas más o menos airosas, elegantes, sin herir demasiado (o lo contrario: el bochorno y la ofensa).

Lenguaje gastado, descolorido de tanto uso, que ha perdido su eco, aunque se diga bien entonado, o el fuera-de-tono de un parche demasiado nuevo sobre la trama percudida: un 'te quiero' antes de tiempo, por ejemplo. La imposibilidad y el desajuste. Falta de timing o déficit de piel. Y cuando las explicaciones suenan clichés, solo queda el lapidario: "la decisión está tomada".

"No sos vos, soy yo", ¿se acuerdan de aquella película argentina?

En España, hay un director de cine que cada día abona más y mejor la trama de Eros, con sus silencios, las contradicciones, los eufemismos y las alegrías: Roberto Pérez Toledo es un especialista en el relato de las relaciones humanas. Lo hace generalmente en corto, comprimiendo y, con el efecto de lo bien dosificado, expandiendo sentidos y preguntas. Así, cada uno de sus cortometrajes es una pieza condensada de este tejido de atracciones, éxtasis y paradojas, que nos refleja en algún instante cotidiano, a un lado o al otro. Nos identificamos para reírnos o volver a analizar, o para concluir en el anticlímax de la vida verdadera, porque los guiones del amor/desamor casi nunca transcurren ni culminan como las comedias románticas de Hollywood.

"Algo que no avanza, retrocede", "te mereces a alguien mejor que yo", "necesito encontrarme a mí mismo", "necesito estar solo", "no estoy preparado" o "vas demasiado rápido" son algunas de las frases que hemos oído o pronunciado en este movimiento circular de las relaciones, que se retroalimenta, sin excepción.

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Imagen de 'Los Gritones' (2010), un cortometraje de Roberto Pérez Toledo con Ruth Armas y Fran Castillo.

No todo es Hollywood: aquel "te quiero" en mitad de la tormenta emocional, dicho por el personaje de Ingrid Bergman a su marido, en Viaggio in Italia, de Roberto Rosellini, no auguraba un final feliz, pero el gran Roberto escribió, justo allí, la palabra "fine". Creo que todos sabemos que ese "te quiero" era apenas un punto y coma de otro final posible, del más seguro de los finales, que quedó fuera de metraje.

Todos somos perdedores desde el principio, pase lo que pase, así se triunfe en la primera cita, o en la segunda, se concreten la plácida convivencia o el afán de novedad, las rivalidades y la entrega, el cariño, el buen sexo y el caviloso, el que tiene bríos y el desganado, el júbilo y el aburrimiento. Y no por ello dejaremos de intentar el éxito de cada instante (que así se estampará en la memoria de la generosidad y de nuestros goces).

"Mirar de frente las fallas estructurales del amor", le llamaba el escritor Gonzalo Garcés a eso que solemos hacer en los primeros momentos tras una ruptura.

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El capricho de imaginar

Por: | 21 de enero de 2017

Por Antonio Ruiz*

¿Puede la libido activarse a través de la  literatura?
 
La fantasía y la imaginación son un factor invisible pero crucial en el sexo. Claro que la fantasía no siempre concluye en una situación sexual inusual con roles o disfraces por medio. Nos referimos, pues, al encuentro previo que acontece en nuestro pensamiento y que, inconscientemente, ansiamos que sea de la manera en que imaginamos. Esa recreación de hechos y acontecimientos que, instintivamente, surge en nuestra mente representa la forma en la que deseamos el encuentro.
 
Cierto es que son muy pocas las veces en las que la ficción supera a la realidad (por desgracia), pero ni mucho menos carece esta de importancia. Ciertos estudios han demostrado que potenciar la imaginación y la fantasía sexual provoca posteriormente un incremento de los estímulos y las sensaciones eróticas durante el acto en sí. Por eso, como sabe cualquier deportista, la ejecución de una buena actividad física comienza siempre por una preparación y un buen calentamiento.

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Ilustraciones de 'El coleccionista de caprichos'.

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Madre deseo

Por: | 19 de enero de 2017

Afrodita madre de Eros, nacida adulta y deseable. Nunca fue niña. Esposa de un dios malhumorado, amante de Adonis y de Ares, tiene equivalentes en todas las culturas (de la diosa Ishtar de los asirios a la Venus romana). Ella es la diosa que puede hacer que cualquier hombre se enamore de ella con solo mirarla. Fue Astarté para los fenicios, que en ella celebraban a la madre naturaleza y la fertilidad, el amor y los placeres sensuales.

Madre de Eros. Madre es la figura indisoluble en la vida de cualquier hombre, aunque ni siquiera pueda reconocerse en ella, pueda o no decirlo. Bajando a tierra, a lo más prosaico, las estadísticas de búsquedas de la popular web porno Pornhub del año 2016 no dejan lugar a dudas: son mamás (mom), madrastras (step-mom) o MILF (Mother I'd like to fuck/ "madre que me me gustaría....") los términos que dominan casi todos los ránkings nacionales e internacionales (si vamos a Francia, hay maman française o mom; en las listas de Alemania encontramos deutsche Mutter o MILF y así sucesivamente). Nos reímos, se ríen los chicos aficionados al porno, que lo comentan al pasar, y lo dejamos pasar, pero sabemos que allí, debajo de la capa superficial de píxeles de imágenes explícitas, hay verdades que expresa el cuerpo.

Hay una consciencia del cuerpo, ligada a lo más profundo de nosotros.

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Fotograma de 'Adore' (2013), de Anne Fontaine, basada en la novela 'Las abuelas' de Doris Lessing. Aquí, Robin Wright y la pasión compartida con el hijo de su mejor amiga.

Sabemos que nada hay de contraindicado en ese deseo muy consecuente con el instinto amoroso esencial de los hombres por esa primera figura insustituible de su vida. Ella, la madre, representa la nutrición y la protección y muy probablemente por eso es que las mujeres-madres (o en edad de serlo) siguen siendo siempre tan sexies para ellos.

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¿Nos hacen falta reglas para ligar?

Por: | 17 de enero de 2017

Hay frases que utilizamos en nuestro día a día sin saber muy bien de donde vienen. Hay también ideas populares que damos por buenas, porque las decía nuestra abuela y la abuela de nuestra abuela, aunque ya no sabemos cuál es la abuela que las dijo primero. Y hay ciertas reglas en el mundo de las citas y el ligoteo que todos utilizamos sin saber por qué, como si estuvieran escritas en una tabla, al modo de los 10 mandamientos.

No, no he conseguido desentrañar su origen, ni he podido hacer un estudio sobre cómo se ligaba en tiempos inmemoriales, en esos en los que ni si quiera existían los teléfonos móviles para dar 'toques', pero sí que, por pura sabiduría popular, me he permitido recopilar algunas de esas reglas no escritas para ligar. Sobre todo para darles una vuelta y pensar si realmente siguen teniendo sentido, o las utilizamos como mantras porque ni siquiera nos hemos parado a pensarlas.

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Escena de Sexo en Nueva York, 'la biblia' de las citas.

1) Es imprescindible tener una frase para ligar: Porque todo el mundo sabe que salir de fiesta y volver a casa sin que nadie te haya preguntado un "¿estudias o trabajas?", o un "¿vienes mucho por aquí?", es una experiencia incompleta. Tenemos la idea de que triunfar esa noche depende de nuestro ingenio para causar una buena primera impresión en cuatro palabras. Un consejo: No oler a sudor y no balancearse a causa del exceso alcohol también suma puntos.

2) Hay que invitar a una copa: Vamos a ver, entendemos que el concepto ligar pasa por seducir a esa persona por tu personalidad, o vale, por tu físico, pero no por tu cartera. Eso tiene otro nombre. Otro consejo: Quiérete un poco más, y se aplica tanto para la persona que invita como para la invitada.

3) Nada de sexo en la primera cita: Es uno de esos mantras que se repite hasta en las series de televisión. ¿Quién se lo inventó? La teoría es que si te acuestas en la primera cita no habrá sucesivas, porque se habrá perdido el misterio de la caza. La lógica es que si te lo has pasado bien en la cama, no hay motivo para no repetir, y si la cosa ha ido bastante mal, mejor saberlo desde el principio. Y con quien se deja llevar por los prejuicios o pretende usarte como un juguete de goma, mejor no haber llegado a intimar más.

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La copa vaginal, entre nuestras mejores soluciones

Por: | 16 de enero de 2017

Por Imma Sust*

Si te viene la regla, no hagas mayonesa ni toques ninguna planta. Este mito es tan falso como que las mujeres no podemos hacer el amor o bañarnos entre tiburones cuando tenemos la menstruación. Más bien pasa todo lo contrario: la sangre de nuestra regla es buenísima para las plantas. Mezclada con un litro de agua, creamos un estupendo fertilizante orgánico para nuestras amigas verdes y es muy probable que las moribundas revivan.

Pero, ¿cómo lo hago para recoger la sangre? Bueno, si no quieres estar sentada delante de un cubo esperando, lo más práctico es que utilices un buen recipiente interno que puedes llevar todo el día contigo. ¿Sabes de lo que te estoy hablando, no? Pues vamos a decirlo alto y claro. La copa vaginal es absolutamente maravillosa y todas las mujeres del mundo deberían utilizarla.

¿Por qué todavía hay chicas que usan tampones, compresas o esponjas sintéticas cuando tienen la menstruación? No lo sé. Supongo que de la misma manera que hay mujeres que usan el método Ogino para no quedarse embarazadas o que no van a la peluquería cuando tienen la regla. No tengo ni idea. La copa no es perfecta en todo, también tiene algún que otro problemilla. Pero nada es comparable con los químicos que le ponemos a nuestra zona íntima cada vez que nos introducimos un tampón o usamos una compresa.

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'Fuck for forest' o el porno ecológico. Esta pareja demuestra lo saludable que es la sangre menstrual.

Hay una alternativa ecológica, es cierto, pero nos cuesta mucho dinero cada mes. Si no creéis lo que os digo, os invito a hacer el siguiente experimento. Coged un vaso de agua y poner un tampón no ecológico dentro. Haced lo mismo con otro vaso y una copa vaginal. Lo dejáis toda la noche y a la mañana siguiente, veréis claramente lo que le estáis haciendo a vuestro cuerpo. El agua del vaso de la copa, estará cristalina y la otra llena de cositas flotando.  Esta es la primera razón para utilizar la copa. No hace daño a tu cuerpo. ¿Queréis más razones?

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Erotismo colaborativo en tiempos de Wallapop

Por: | 13 de enero de 2017

¿Te imaginas que esperas al comprador de la aspiradora (que te ha vuelto loca a preguntas sobre la succión, por Wallapop) a medio desvestir, con ligueros y encajes?

¿O que te presentas en casa del vendedor de la pala de pádel, comentando que llevas dentro las bolas chinas, para entrenar el suelo pélvico?

En tiempos de omnipresente Tindr y aplicaciones cruzadas en el smartphone, no sería raro que confundiéramos el chat de algún 'galán in progress' con el chat sobre dónde quedamos y a qué hora con el conductor del Bla-Bla car.

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Sesión del fotógrafo Emilio Schargorodsky con la actriz y modelo Nathalie Le Gosles.

No he probado aún esto del mestizaje de apps, pero aquel día tuve ganas de cambiar el tono del chat con el comprador de la aspiradora, que no paraba de preguntar sobre si la máquina 'chupaba bien' en todas las superficies o si la 'capacidad de succión' era buena. Era tanta su insistencia sobre el tema y tanta mi incapacidad de medir (o expresar) las virtudes de succión del aparato que sentí muchas ganas de empezar a bromear sobre el sentido escondido que se asomaba detrás de tanta curiosidad 'aspiracional'.

Las colaboraciones online se multiplican con propósitos diversos, a la vez que reemplazan fiestas y barras de pubs con fines explícitos. Podemos enumerar ya las buenas relaciones filiales o amigos con derecho a roce que conservamos como legado de Airbnb o Couchsurfing. Hay quien llega incluso a heredar algún Tindr descartado por su compañera de piso.

Por no hablar de colaboración (con todas las letras) de la flamante App 'de chicas' llamada Boompi, concebida para compartir perfiles de ligoteo con las amigas; es decir, para que ellas puedan cotillar y opinar sobre nuestro candidato, en tiempo real. Quienes la han lanzado, en Barcelona, dicen que "detectaron que existía una alta tasa de abandono en estas apps ya que las chicas salían de los chats para comentar con sus amigas en otras apps sobre las conversaciones que estaban teniendo con chicos durante el proceso de ligue". Así, las chicas pueden añadir secretamente a sus amigas mientras quedan con alguien.

Como para no levantar nunca más cabeza  (ni la vista, del móvil). 

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Sexo dos punto cero

Por: | 12 de enero de 2017

Por Celeste Dickman*

En plena eclosión tecnológica sería ilógico pensar que el mundo erótico se iba a mantener al margen de un panorama que ofrece tantas posibilidades. Incluso aquellos juguetes que siempre nos parecieron de corte más tradicional han experimentado una increíble transformación en la última década, hasta convertirse en lo que constituye toda una nueva generación del erotismo y la sensualidad. Es lo que podríamos denominar ‘Sexo 2.0’ o experiencias más allá de lo sensorial, en las que la tecnología se ha puesto al servicio del placer.

Esta revolución se ha manifestado en diversos ámbitos relacionados directa o indirectamente con la industria del sexo y, probablemente, la industria de la pornografía haya sido de las más beneficiadas por el auge de las nuevas tecnologías. Justo cuando parecía que el cine porno se había vuelto a estancar, apareció la realidad virtual para levantar los ánimos de productores, actores y, por supuesto, consumidores.

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Las gafas de 'VR Vangers', el accesorio de la realidad virtual en el porno.

¿Imaginas lo que es ver una escena de sexo con tanto realismo? Los contenidos de porno específicamente destinados al consumo con gafas de realidad virtual permiten al usuario sumergirse en una experiencia mucho más realista y con buena calidad de imagen. Hemos pasado de las lúgubres salas de cine al VHS del videoclub, luego al DVD, posteriormente a los contenidos online y, finalmente, a los canales con películas en 4K y para consumo con gafas de realidad virtual. Hay, por ejemplo, una startup que funciona mediante suscripción y que invierte alrededor de 20.000 dólares en el rodaje de cada una de las películas que ofrece a sus clientes.

También está la opción de vivir una experiencia mucho más intensa. Eso sí, tendrás que viajar hasta Japón para hacerte con el material necesario, porque por el momento solo se comercializa allí y tiene un precio aproximado de unos 400 euros. Los japoneses no se conforman con ver películas a través de unas gafas de realidad virtual sino que quieren sentirlas. Por eso, han diseñado una suerte de traje estimulador, el Illusion VR que, salvo por su nombre y su finalidad, resulta cualquier cosa menos erótico. Aparte de las gafas, el atrevido usuario que se decida a ponerse esta armadura de placer deberá cargar con todo tipo de trastos destinados a la masturbación que hacen dudar acerca de si, en este caso, la mano de toda la vida no será un método mucho más sencillo y efectivo. ¡No conviene tentar a la suerte con tanto cable, que hablamos de temas muy delicados!

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¿Hay futuro sin sexo?

Por: | 10 de enero de 2017

Todos hemos visto alguna película o leído algún libro futurista en el que parece que el sexo ya no es necesario. A ver, visto desde esa perspectiva práctica, es un esfuerzo físico que no siempre asegura la reproducción (si lo comparamos con las certezas de un laboratorio) y que implica sentimientos y ese tipo de cosas que tan mal se ven en las utopías/distopías futuristas. Tanto es así que parece que la evolución pasa por eliminar el sexo como modo de reproducción, o eso nos dice la ciencia ficción. Porque la ciencia lo que nos ha dicho recientemente es todo lo contrario: de hecho, el sexo parece ser la clave de la evolución de las especies.

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Imagen de la película futurista 'La Isla'.

La culpa de todo la tiene, según este reciente artículo, una pulga  Por resumirlo a niveles muy simples, se trata de un trabajo en el que se estudió dos poblaciones diferentes de estas pulgas o lías de agua (Daphnia magna): las que se reproducían de forma asexual, es decir, por duplicación de los genes de la madre, y las que lo hacían de forma sexual, uniendo los genes de dos individuos. Cabe señalar que estas pulgas tienen la capacidad de elegir una u otra forma, según su temperatura.

La idea era analizar cómo respondían ambas poblaciones de una misma especie al ataque de una bacteria, que parece ser su peor enemiga, en la carrera por la supervivencia. Lo que descubrieron los científicos es la respuesta que suena más obvia: la población que se reproduce de forma sexual resiste mejor los ataques de la bacteria que la que se reproduce de forma asexual, ya que la combinación de genes favoreció el sistema defensivo de las pulgas concebidas.

Es decir que si un individuo se reproduce siempre con el mismo código genético tiene menos probabilidades de adaptarse mejor al entorno que uno que combine los genes de sus progenitores y, por lo tanto, tendrá más posibilidades de mejorar la supervivencia de la especie. O, lo que es lo mismo: el sexo es clave en la evolución.

Más allá de la repercusión teórica y científica, desde la sexología, este estudio también tiene su lectura. Porque esto de la asexualidad, no como sistema de reproducción, sino como tendencia social, es algo que empieza a preocupar. Lógicamente, cada individuo tiene todo el derecho a definirse como quiera y a desarrollar su sexualidad como le dé la gana. Esto incluye no desarrollarla o desarrollarla solo a nivel individual, lo que se traduce en amarse más a uno mismo que molestarse en amar a los demás. Pero la cuestión varía si le cambiamos el enfoque. Es decir, si no pensamos en la asexualidad como un hecho individual, lógico y entendido dentro de la diversidad de la sexualidad humana y lo examinamos como una tendencia de toda una sociedad. 

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La herida en el origen del deseo sexual

Por: | 07 de enero de 2017

Este es mi deseo: empezar el año con una oda al deseo como ineludible expresión del cuerpo lastimado. Esta carne dolorida se alivia en el deseo. Somos este cuerpo y todo lo que él siente. Deseo es también compasión, apunta sabiamente John Berger.

Somos nuestra acción, también la de desear. Somos 'esa belleza' de John Berger, y también la herida de la carne trágica.

Quizá sea momento de dejarse de definiciones e intentos de clasificación entre las prácticas de eso que se llama amor y las del deseo. Ya intentamos, aquí, hace algún tiempo, borrar dichas fronteras, eludiendo la mala prensa del deseo y esquivando las supuestas virtudes del 'verdadero' amor (¿el romántico?). Entonces, citábamos al terapeuta Steven Sosny: "'Te deseo' es mucho más amoroso (y probablemente conduce a una relación más segura y satisfactoria) que el 'te necesito'".

También hemos hablado en el Blog Eros de la biología de las emociones y las motivaciones y de lo indefectiblemente ligados que están los circuitos cerebrales que liberan la dopamina (asociada al romance) y la testosterona (relacionada con el impulso sexual).

Vamos por esta vida de limitada consciencia entre trampas de enumeraciones: "Si sientes esto, esto y esto, entonces es amor" o "si te pasa esto otro, entonces solo es deseo sexual". También debemos saber a ciencia cierta qué es cuerpo y qué es alma. O, lo que es lo mismo, dónde está la frontera entre lo puro en nosotros y lo impuro, la carne, el resto, los restos.

Hay tests para casi todo, y las contradicciones de la carne desbordan todos los resultados.

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Foto de Irene Díaz. Nada más nutricio que el cuerpo de una mujer.

Sabemos cuánto nos engañamos cuando nos hablamos a nosotros mismos de amor, y con cuántos atributos subjetivos revestimos a nuestros objetos eróticos al narrarlos. ¿Cómo podemos seguir confiando en la limitada convención de la palabra para dar cuerpo a nuestra sensorialidad, a nuestra espiritualidad y a la afectividad?

El cuerpo concita el odio de las religiones, sobre todo de la que se sienta a este lado del mundo, la cristiana. Y, esencialmente, desde el 'pecado original' de Eva, castigada a parir con dolor, y en ella, a todas las mujeres. Sin embargo, también hay ambigüedad en esa religión de fundación pecaminosa: Jesús comía y dormía, y amó hasta la extenuación de su propio cuerpo.

Sin embargo, los instintos provenientes de nuestra solidaria animalidad debían ser borrados, y a partir del relato mismo de aquello que llamaban 'Paraíso'.

"Hemos hecho todo lo posible por disociar al individuo de la noción de su cuerpo", comenta el antropólogo del cuerpo David Le Breton. El reconocido autor francés habla también del "odio al cuerpo" que ejerce el transhumanismo, una corriente que llega a considerar esta carne como un estorbo. Para esta corriente de cyborgs, según Le Breton, hay funciones de las cuales podríamos deshacernos, gracias a los avances tecnológicos: ¿para qué perder tiempo en comer o dormir?

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Propósito 2017: no fingir más orgasmos

Por: | 05 de enero de 2017

Es uno de esos temas que surge tanto en las conversaciones entre chicas como en esas preguntas en pareja que hacemos, pese a no querer saber verdaderamente la respuesta: ¿alguna vez has fingido un orgasmo? Aunque la respuesta suele ser un "no, nunca", pocas veces resulta realmente cierta.

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Keira Knightley fingiendo un orgasmo en 'Hollywood’s British Invasion'.

¿Por qué fingen orgasmos las mujeres? Parece absurdo tener que fingir un placer que no se ha alcanzado, sobre todo para satisfacción del otro. Sin embargo el motivo no es tanto dejar el ego ajeno intacto, sino mirar por el bienestar propio. Es decir, por norma general, los orgasmos se fingen para dar por finalizada una relación sexual que no está siendo satisfactoria. La lógica es que si bien la pareja sigue insistiendo en la búsqueda de ese orgasmo de ella, la mujer da por hecho que no va a llegar y prefiere fingirlo para que la otra persona deje de insistir. Algo tan sencillo como aumentar el ritmo de la respiración, la intensidad de los gemidos, contraer los músculos de la cara, y arquear ligeramente la espalda. Todo menos las contracciones de la vagina, que nos delatan, y que pocos detectan. Una lección que viene casi aprendida de fábrica, pero ¿no sería más fácil decir lo que ocurre en vez de tener que fingir para no herir?

¿Sigue siendo necesaria toda esa pantomima hoy en día? 

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Top Ten de pedidos frikis en la tienda erótica

Por: | 03 de enero de 2017

Por Sandra Bravo*

En 2008, el Centro de Investigaciones Sociológicas realizó la última Encuesta Nacional de Salud Sexual. Aunque ha llovido desde entonces, es importante destacarla porque el universo es toda la población residente en España mayor de 16 años y el tamaño de la muestra fuede 9850 encuestados (mucho mayor que en otros estudios).

La encuesta analizaba el uso de juguetes eróticos para favorecer las relaciones sexuales. Un 76,2 por ciento de los encuestados afirmó no utilizarlos nunca y solo un 0,7 por ciento, siempre, mientras un 2,1 por ciento, casi siempre. Un 16,2 por ciento dijo utilizarlos a veces y un 4,8 por ciento no se manifestó al respecto.

Ahora, en plena época de Reyes y regalos, la pregunta es: ¿en ocho años esta tendencia ha cambiado tanto o la gente miente? De otra manera, no me explico que la industria de la juguetería erótica sea un negocio rentable.

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Sea como sea, quería hablar de juguetes eróticos poco habituales. El ranking no tiene una explicación estadística. Que un juguete sea raro o no solo depende del punto de vista con el que se mire. Los hábitos y gustos sexuales son variados, y así lo demuestran los productos eróticos que parecen no ponerle límites a la imaginación. Y para muestra un botón:

1 Meiki Plush
Es una muñeca de peluche, pero menos inocente que los simpáticos ositos a los que estamos acostumbrados. Meiki Plush es un juguete para adultos con un orificio ajustable donde se puede introducir tanto el pene directamente como un masturbador masculino. Además, viene con un complemento para hacerle más agujeros fácilmente y, sin romper demasiado el material, así que todo es cuestión de imaginación para penetrarla.

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Es el huevo Kinder de los plugs anales: cuando lo abres siempre te llevas una sorpresa… Porque de eso se trata: viene con un sistema que permite que se abra una vez ha penetrado tu lado más oscuro. ¡Solo para los amantes de las emociones fuertes y la dilatación extrema!

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Sexo para despedir el año

Por: | 31 de diciembre de 2016

Nunca fui muy de salir de fiesta, pero reconozco que las Nocheviejas siempre tuvieron algo especial para mí. Quizás esa sea la razón por la que, el año pasado, me sentia un poco triste. Es lo que tiene estar en los 30: los planes ya no son los mismos. Obligaciones familiares, niños, parejas, viajes y, sobre todo, amistades que se han ido perdiendo de unas uvas a otras. Por eso me encantó recibir en mi móvil la invitación para pasar, los dos solos, la última noche del año (o la primera) en un hotel.

Dos copas de champán en la mesa, fresas con chocolate. Un traje caro, con una corbata que deslizo despacio. Un vestido de satén que al caer deja ver un corpiño negro. Le he traído una sorpresa: una máscara y un collar de cuero. Siempre dice que los hoteles son el mejor lugar para cumplir fantasías.

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Pixabay.

Suena música clásica de fondo. Nada estridente, ni letras que nos desconcentren. Me siento en la cama, mientras él me arropa por la espalda. Me da un masaje con aceites, que hacen que su roce sea aún más cálido, si cabe. Comienza a acariciar todo mi cuerpo, despacio, dejando que mi piel se ponga de gallina. Cierro los ojos bajo el antifaz, para sentir su aroma, su respiración, el tacto de las yemas de sus dedos, de los besos que se le escapan por el camino. Hace mucho que no lo hacíamos así. Despacio. Sin relojes, sin presiones. Tenemos toda la noche para sentir placer.

De pronto, sus caricias dejan de ser ligeras, comienza a buscar mi sexo, a presionar mi vulva exigiendo su humedad. Siento el comienzo de su erección en la espalda, cuando para mi sorpresa, me agarra del collar, me acerca a su boca y comienza a devorármela. Sabe a un amor de años, a hogar, pero también a agua tibia en mitad del desierto, a dulzura en días amargos.

Ahora soy yo la que le envuelvo con mis brazos, y le beso no como se besa a alguien que lleva toda una vida contigo, sino a un amante secreto, furtivo. Comienzo a arañar su espalda, a gemirle al oído todo lo que quiero que me haga. Subo mis piernas a sus hombros, mientras que dejo que mi ropa interior quede en mis tobillos. Él se deshace de ella mientras besa mis dedos y deja libre su deseo. Bajo entonces mis pies a su sexo, y comienzo a masajearlo, con ese fetiche que es tan nuestro. Su pene crece, aún más si cabe y la urgencia comienza a apremiarnos. Se balancea sobre mí, me penetra, y todo mi cuerpo se encoje ante esa sensación de volver a sentirme llena. No es que me sienta una persona vacía, pero me encanta sentir que otro rellena en ocasiones los huecos, al menos, de mi cuerpo.

El ritmo comienza a ser frenético, como si estuviéramos hambrientos de placer. Lo devoramos todo, los cuerpos, los jadeos, las palabras calientes y enajenadas, en un vaivén que me lleva a un orgasmo y a las ganas de repetirlo. Y entonces, cuando le estoy rogando que me lo haga duro, que me embista con toda su fuerza y me desgarre desde dentro, nos miramos y todo se vuelve lento. Casi no nos movemos, solo encaja en mí y me presiona, me deleita con movimientos conocidos, mientras respiro el aire que él expira, mientras se nos escapan las palabras más sucias: los te quiero. Así es nuestro sexo, de sujeto a objeto, de seco a emocional.

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¿Qué es la meditación clitoriana?

Por: | 30 de diciembre de 2016

Hemos hablado aquí varias veces de lo sensuales que pueden ser los masajes. Incluso Venus O'Hara comentó su experiencia con un gurú del masaje hot en Barcelona o dejándose llevar por cuerpos tántricos. Pero lo que todavía no se ofrece (salvo en anuncios doble equis), y que seguramente estará al llegar en España, es esta moda californiana llamada 'meditación orgásmica' o 'meditación clitoriana'.

Quizá se trate de una vuelta de tuerca comercial o un rebranding del masaje del 'Yoni', que muchos cultores del tantra ya practican,  eso sí, con sus parejas. Esta práctica, con envoltorio mindfulness y anglosajón, trae como novedad la de ofrecerse como un servicio que provee un experto desconocido. Un trato entre el dedo índice de alguien y nuestros genitales.

¿En el siglo XXI se cierra el círculo de aquellos médicos victorianos que trataban la histeria femenina con sus manos cansadas?

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'Yoni' y 'Lingam', relieve en el Templo de Candi Sukuh, Java (siglo XII).

El proceso consiste en que un hombre acaricie con movimientos circulares la región que se encuentra por encima del clítoris de una mujer durante aproximadamente un cuarto de hora (el cuadrante superior izquierdo, más precisamente), mientras ella permanece  recostada en un "nido" de cojines, desnuda. Lo del "nido" se menciona en todas las descripciones de la técnica, quizá porque el entregarse sexual se parece al dejarse llevar de vuelta al útero, sin vergüenzas, en mullida intimidad.

Lo que no es uterino es la luz: se evita la oscuridad y esconderse. Todo es a plena luz y, al menos de palabra, en plena consciencia.

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Ir a pasar los sofocos a un sexshop

Por: | 28 de diciembre de 2016

Por Mireia Manjón*

"Se acabó lo de sangrar cada mes, lo de estar pendiente de si me baja o no la regla… ¡Por fin! Los niños ya se han emancipado y todo va bien en el trabajo. Todo parece estar en orden en mi vida. Ahora sí, ahora puedo dedicarme de una vez por todas a follar cuando quiera, sin preocupaciones. Pero, ¿qué le pasa a mi cuerpo? Me da pereza, cada vez más, y cuando me pongo a ello no lubrico como antes, incluso hay veces que me duele y ¡llegar al dichoso orgasmo parece una odisea!".

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Durante el rodaje de 'Hojas de otoño' (1956), de Robert Aldrich, con Joan Crawford y Cliff Robertson. Ella dejó pasar su juventud sacrificándose como cuidadora de su padre, pero ahora ha encontrado el amor que puede hacerla florecer.

Menopausia, ese momento en la vida de toda mujer en el que ya no hay que preocuparse de quedarse embarazada. Llega la hora de disfrutar del sexo sabiendo que eso no supondrá un problema, que los ovarios han dejado de ovular y no volveremos a sufrir cada mes el engorro, molestias y dolor de la regla. ¡Menuda alegría! Eso sí, el descenso de estrógenos asociado a este cese de actividad ovárica hará que nuestro cuerpo cambie. Cambios que afectarán a la vida sexual, sí, pero no temáis: está en nuestras manos salvar esas  pequeñas dificultades con las que nos encontraremos.  

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El País

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