Sobre el blog

Ni enciclopedia ni consultorio sexual al uso. He aquí un rincón erótico festivo dedicado a las relaciones y la atracción entre seres humanos, esa faceta que nos hace la vida más placentera, tierna, amorosa, plena… Un blog coral, con cinco autoras de todo origen y condición, que apuesta por el juego, la provocación, lo sensual y el sexo como acto libre, adulto, compartido, real o ficticio, siempre divertido... Eso sí, si tu mirada no es amplia y tolerante, mejor no te detengas aquí. Coordina Analía Iglesias. No sólo se admiten firmas invitadas, sino que son deseadas.

Sobre las autoras

Anne Cé. Nació en el sur austral (Argentina), en un tiempo beatle y en un país con altísima densidad de psicoanalistas y jugadores de fútbol. Periodista, quizá incluso a su pesar, narra lo que se le ponga delante. Y narra, y narra. Un día descubrió que el simple roce de una clavícula le erizaba la piel y entonces comprendió por qué le gusta tanto abrazar a un hombre.

Esther Porta. Segoviana, fue becaria en el mítico Tentaciones y allí hizo de todo hasta que sus conocimientos de sexo la convirtieron en Beatriz Sanz. Y gracias a ella, publicó artículos semanales de sexo, dos libros y fue reclutada como sexperta guionista del programa de Canal +: 'Sex Pópuli'. Cuando casi se le había olvidado (lo de escribir de sexo...) se mete a bloguera. Y aquí está, con tantas ganas de sexo (del uno y del otro) como siempre...

Venus O'Hara, de Reino Unido, con raíces irlandesas. Modelo fetish, actriz y escritora. Licenciada en Ciencias Políticas y Francés, reside en Barcelona, ha sido columnista sexual en varias revistas, tiene su propio blog de fetichismo y es creadora de 'No sabes con quien duermes', un confesionario para personas que llevan una doble vida. Publicó su primer libro junto a Erika Lust, 'Deséame como si me odiaras', en 2010.

Tatiana Escobar, de Venezuela (1976), ha escrito ensayos y poesía en español. Traductora y editora, en 2004 abrió en Madrid junto a sus socios la primera boutique erótica de España, La Juguetería Erotic Toys, para no tener que vivir de la literatura. Desde entonces vive del sexo. Y escribe, a veces, para sus amigos.

. Madrileña. Soñó con escribir y pronto descubrió una vía: el periodismo. Pero como tampoco valía narrar sobre cualquier cosa, eligió suerte y remató la faena con un posgrado en Sexología. Ha trabajado en suplementos de salud y medios especializados. Con la práctica ha acabado por darle un toque más sensual a sus letras. Y con ellas sueña en escribir, ahora, un libro.

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Venus O'Hara, Anne Cé y Silvia C. Carpallo, según 'Mi Petit Madrid'.

Nuevo libro

El orgasmo de mi vida. Si ya no sueñas con príncipes azules, locos por pedirte en matrimonio, ni esperas que aparezca un millonario atormentado pero diestro en amores, con una Visa en una mano y un látigo en la otra, este libro es para ti. Porque El orgasmo de mi vida habla de eso, de mujeres realistas, lúcidas, independientes y eróticamente vivas, capaces de combinar esa cotidianidad que todas conocemos, con sus pasiones más salvajes. Ellas son las protagonistas de los relatos, sin guionistas que les digan lo que tienen que hacer, pero sobre todo, son las compositoras, directoras e intérpretes de los orgasmos más armoniosos de sus vidas.

Lux eróticaLux erótica. "Escribir sobre sexo era la propuesta y me sentí estimulada. Después de tantos años como periodista cultural y con mucha vida hecha en torno a la información y a la actualidad, tenía ganas de ponerle carne a la crónica. Porque nuestra más genuina actualidad como personas pasa por el relato del erotismo. Porque de atracción y de relaciones hablamos todo el tiempo en este tiempo occidental con ciertas libertades individuales garantizadas y rebosante de espíritu lúdico pero también algo desafectado y con nuevos descompromisos adquiridos...". Anne Cé.

Inglés para pervertidosInglés para pervertidos."Se dice que la mejor manera de aprender un idioma es a través del sexo con un extranjero. Pero ¿qué haces si estás en la cama y no sabes qué decirle? Con Inglés para pervertidos puedes aprender todas las palabras y expresiones que siempre has deseado saber, desde lo más elemental al sexo más salvaje. El libro cuenta con ocho capítulos centrados en las partes del cuerpo, la cama, el LGBT, las compras sexis, el lado oscuro, el porno, el chat y la salud sexual. Cada capítulo contiene vocabulario, gramática y unos ejercicios muy originales que no encontrarás en ningún otro libro. Aprende todo lo que tu "English teacher" no se atrevería a enseñarte nunca. Y... si te cansas de estudiar, el libro incluye un montón de fotos mias para distraerte". Venus O'Hara.

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Eros

No son sexies los hombres que piensan en dinero

Por: | 26 de diciembre de 2016

Tengo una amiga que dice que hay hombres que te gustan de lejos y hombres que solo te gustan a distancias ultracortas; esto es, que no soporta verlos venir, ni cómo caminan ni su figura a distancia. Esto último es peligroso, concluía mi amiga, porque quiere decir que no te gusta la persona en su vida alejada de ti, que no lo admiras -como siempre debería suceder con una pareja- cuando está despegado, en su ámbito, en otras cosas. El que te convenza cuando está cerca puede ser simplemente un consuelo a nuestra necesidad de afecto, el efecto de la fricción, piel con piel sin perspectiva ni contexto.

Yo digo que la de verlo a distancia es una prueba, sí, efectivamente, porque la cama calentita puede ser placentera más allá del personaje que te acompañe. Mucho más exigente es que esa persona te guste cuando se levanta, habla y actúa. Pero este cierto requisito va, a mi parecer, un poco más allá del simple aspecto físico. A ver si me explico...

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Fotografías de Irene Díaz.

Una vez, por alguna adversidad pasajera con el transporte público, salí de trabajar y, en el aparcamiento, tuve que pedirle a un colega lejano si me podía acercar. Era la primera vez que lo veía por la empresa (luego supe que era un abogado que venía solo en grandes ocasiones) y realmente era un tipo muy sexy. Cuando lo vi venir caminando me gustó mucho pero realmente yo necesitaba prioritariamente un transporte y él fue el primero que pasó por allí, en el momento indicado. Es decir, el hecho de que el 'chófer' estuviera muy bien solo le agregaba un poco de buena suerte a la circunstancia.

El caso es que, al acercarnos a su coche, vi que se trataba de una de estas berlinas alta gama de la más cara de las marcas alemanas (y del mundo), por dentro mucha madera y cuero que parecía verdadero, y su muñeca con Rólex sobre el volante con el logo parecido al de la paz. El tío era amabilísimo y también, de cerca, su sola presencia, daba 'ganas'. Sin embargo, mi libido bajó bruscamente ni bien me abroché el cinturón de seguridad y él me preguntó adónde me llevaba.  No fue nada en su apariencia, ni su voz, ni sus gestos, ni su elección de palabras lo que me alejó. Tampoco fue el escenario lujoso del interior del coche lo que me hizo correr un escalofrío poco compatible con el sexo o el amor. Fue, en cambio, la idea de él pensando en el dinero, la idea de él actuando por el dinero, buscando dinero, generando dinero, la que me deslibidinizó irreversiblemente.

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Fotografía de Irene Díaz.

 

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Bolas lúdicas (y no solo las navideñas)

Por: | 22 de diciembre de 2016

Por Imma Sust*

Bolas chinas. Póntelas, pónselas. Las bolas chinas, también llamadas bolas de Kegel, tienen múltiples funciones pero la mas importante es la de tonificar el suelo pélvico. Como en cualquier tipo de ejercicio, hay que ser constante y progresivo. No llegaremos el primer día al gimnasio y nos pondremos a levantar pesas de 50 kilos ¿no? Pues eso. Con las bolas chinas pasa exactamente lo mismo. Hay que hacerlo bien, ya que al tratarse de gimnasia pasiva, podemos coger más peso del recomendado y hacernos daño. Dicho esto, las bolas tienen más funciones que debemos conocer y utilizadas como juguete sexual pueden ser muy excitantes.

¿Las bolas nos ayudan a lubricar?

El origen de las bolas chinas no es para nada chino.  También llamadas ben wa o bolas de Geisha, son tan antiguas como el Japón feudal. Las concubinas del emperador empezaron a usarlas para preparar su vagina ante la llegada inesperada de su amo, que podía pedir sexo en cualquier momento. Entonces eran de madera y introducidas en la vagina, la lubricaban y preparaban para el acto, que en la mayoría de las ocasiones, no era nada delicado.

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Una obra del llamado 'shunga' japonés con dos mujeres y una máscara usada como dildo.

Esto nos da pistas sobre lo que pueden hacer las bolas chinas por nosotras, aparte de tonificar el suelo pélvico. Se pueden utilizar de forma no constante, digamos, para preparar el coito. Ponerlas media hora antes de practicar sexo es como hacer un poco de precalentamiento antes de subir al ring. Es un entrenamiento para mantener la vagina preparada y lubricada.  

¿Las bolas nos ayudan a tener orgasmos más intensos?

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Ser madres: la opción es solo nuestra

Por: | 21 de diciembre de 2016

Si hay algo que todo el mundo da por sentado en Navidad es que las madres han de ser las encargadas de todo: de la cena, de los regalos, de la ropa que va a llevar toda la familia, de acordarse de hacernos una foto todos juntos, de mandar los Christmas y casi de pelar las uvas, o lo que haga falta.

Por eso, este año han surgido iniciativas que intentan visualizar el problema de que la madre sea siempre la persona que falte en la mesa, probablemente porque se está encargando de que los demás podamos comer tranquilamente. Pensamos que ahora todo es mucho más igualitario, que nos repartimos las tareas, que en pareja todo empieza a ser un fifty fifty, pero la Navidad nos demuestra que nada de eso es realmente cierto.

Malas madres pelicula

Imagen de la película 'Bad Moms'.

Así, ha surgido también el llamado movimiento de las 'malas madres', aquellas que se niegan a tener que ser todo lo que la sociedad espera que una madre sea. Es decir, trabajadora pero también ama de casa, estar pendiente de los problemas laborales propios y del marido, de las actividades escolares y extraescolares de los niños, de la comida (que no es solo hacer la compra, sino pensar qué se compra) y del estado anímico y emocional de toda la familia, incluidas las mascotas. Todo ello, además, teniendo una vida sexual completa y satisfactoria, que o pones en la agenda como una tarea más o al final, a una lo de tener un orgasmo de vez en cuando se le olvida. ¿Y Superman era un super hombre por estar en tantos accidentes a la vez y ser capaz de resolverlos todos? A las madres se les exige lo mismo todos los días, y nadie las premia con nada. Todo lo contrario, se las castiga si no están a la altura de lo que resulta humanamente imposible (a no ser que una quiera acabar depresiva o infartada). Y es que, por cierto, según los últimos datos las enfermedades del corazón, estas ya son la primera causa de muerte en mujeres en España. Ríanse del estrés de los brockers de Wall Street.

Ya sin ironías, lo cierto es que en un blog como este, en el que hablamos de Eros como una parte intrínseca de la forma en la que nos sentimos hombre o mujer, la maternidad también es un tema que empieza a entrar en el debate. Porque parece que, en la definición de mujer, buena o mala, la palabra madre va por defecto. Sobre todo, cuando cumples los 30. Entonces, hasta la publicidad de Youtube te recuerda que tu reloj biológico está en modo cuenta atrás.

Porque, aunque realmente consigamos la igualdad en el reparto de tareas, principalmente en la tarea de cuidar (y ojalá la reciente ampliación de  la baja paternal de dos a cuatro semanas tenga efectos significativos en nuestro trabajo), a la hora de decir que vamos a ser madre (continuar la especie, si al jefe le parece bien), nadie nos va a eximir de ser nosotras las que vivamos, mejor o peor, un embarazo, un parto, la lactancia, los cambios hormonales y todo aquello que va en el pack de la maternidad. Con todo lo bueno, que tiene, pero también lo malo.

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Cuando nosotras cedemos

Por: | 19 de diciembre de 2016

Hay maneras y maneras de ceder. Quizá ellos cedan cuando acompañan a sus esposas de compras y sostienen cien perchas en la puerta del probador de una insoportable gran superficie de ropa barata. Puede que nosotras cedamos en dejarles poner la música que ellos quieren en nuestro ordenador (cuando no vivimos juntos y son ellos los que siempre 'toman el mando' del Spotify o de  Youtube en nuestra propia cama/casa). En estos dos casos, se trata de implícitas cesiones cotidianas que nos hacen refunfuñar, sí, pero que no suelen ir más allá del humor que alimentan.

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Dos escenas 'hot' de la brillante primera temporada de 'True detective'.

Hay otras cesiones, sin embargo, que son las cesiones del cuerpo: lo que hacemos por complacer a los hombres o por no liarlos a ellos con nuestros deseos o nuestros dolores. Lo prioritario parece ser el placer y la comodidad ajena, y no la propia, en términos de posturas sexuales y de elección de métodos anticonceptivos, sin ir más lejos. O así ha venido siendo durante unos buenos largos siglos, hasta ahora...

Creo, sinceramente, y sin afán victimista, que esta es la carga de la Historia entre hombres y mujeres y que, sin embargo, las mujeres de esta época -que nacemos y vivimos nuestros primeros años de adultas bajo ese signo, asumido- vamos adquiriendo nuestras propias maneras de defender nuestro placer y nuestro bienestar conforme cumplimos años. O sea que en lugar de queja, podríamos interpretar este post como una celebración del poder de la mujer madura (o como un llamado a la acción: ¡sí, se puede!).

Claro que hay mujeres muy jóvenes comprometidas en las cuestiones de género, aunque, a la hora de la verdad, pasar del discurso colectivo a la acción individual, íntima, creo que es francamente más difícil y lleva unos años de entrenamiento y experiencia en el terreno de las relaciones. Por algo siempre se menciona como un plus erótico en las mujeres mayores el hecho de que saben lo que quieren, conocen sus lugares de placer (y displacer) y han aprendido a pedir y a conseguir que les den lo que les gusta.

Viendo la excelentísima primera temporada de la serie True detective, con Woody Harrelson y Matthew McConaughey como productores y protagonistas (y el plus de la infartante Alejandra Daddario en las escenas hot), pensé que -otra vez- los guionistas representan el sexo desenfrenado desde una mirada absolutamente masculina: señores, el sexo apasionado en las mujeres no adopta las posiciones que a los hombres del cine y la tele les place.

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Me pone la Navidad

Por: | 16 de diciembre de 2016

La gente dice que la Navidad es una fiesta sobre todo para los niños. Por eso van a ver las luces de la ciudad, espectáculos infantiles y disfrutan más de las cenas navideñas si hay niños jugando cerca. Pero las Navidades también son una fecha que disfrutar de adultos, si sabemos cómo sacarle partido.

Por ejemplo, el ambiente navideño puede resultar de lo más sexy. Tiene toda su lógica. Nos gusta planear una sesión erótica con luces tenues, música suave y dejar todo apagado con las luces del árbol. Esto puede tener su toque erótico, para dejarnos llevar por la pasión, incluso viendo una película de Papá Noel en el sofá, en vez de una porno. De hecho, las luces de colores pueden tener hasta su juego si le echamos imaginación al asunto.

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Fotografía por Hernán Sánchez

Al igual que el verano tiene sus propios juegos y escenarios sexuales, la llegada del frío tiene los suyos. Podemos cambiar el sexo en la playa por el sexo delante de la chimenea, y el hacerlo sobre la colchoneta de la piscina, para hacerlo bajo la manta o el edredón, que también tiene su punto. Porque la Navidad también es un momento para sacar a relucir nuestros fetiches. Las ventas de disfraces de papá y mamá Noel se disparan por estas fechas, y no todo el mundo los compra pensando en dar una sorpresa a sus hijos. También pueden ser un objeto de deseo para desatar algunas fantasías sexuales. Ni siquiera hace falta el disfraz entero: muchas veces, el morbo puede estar en dejarse el gorro, la barba o la bata de mamá Noel abierta, mostrando algunos de los mejores regalos.

Otro de los tópicos de la Navidad son las cenas y las fiestas, que de hecho suelen ser la excusa para sesiones de sexo inesperadas o desde hace mucho tiempo deseadas. Un ejemplo claro son las cenas de empresa, que son la excusa típica para lanzarse a la persona con la que llevas tonteando todo el año y revivir pasiones adolescentes en los baños de los garitos o en la parte de atrás del coche, que también está bien para salir de la rutina. Ojo, eso sí, con quien tenga pareja, que a veces el sexo de una noche también podemos estar pagándolo el resto del año.

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Hombre-objeto, mercancía machista

Por: | 11 de diciembre de 2016

Tengo la cadencia de las Cuatro babys de Maluma y los Capos del Trap incrustada en el cerebro, de tanto escucharla y solo por razones profesionales: creo que tenemos el deber de escribir -sí, otra vez- sobre el asunto del pedido de la retirada del vídeo por ser "absolutamente denigrante para el género femenino", según reza el escrito que se gestiona en Change.org.

Una cosa es el mal gusto y otra, un hecho criminal, ¿no?

Aunque decir que algo es de mal gusto es una manera elitista de despreciar algo por cutre, hortera (en España), mersa (decíamos en Argentina) sin usar palabras despectivas. El gusto es algo demasiado personal como para darle calificaciones morales, aunque por supuesto que hay parámetros en la concepción e interpretación de lo artístico y para medir el valor de un mero producto de la industria del entretenimiento. Pero a lo que vamos es a las consideraciones ético-jurídicas del tema. Y aquí creo que donde escandalizarse equivale a no querer (o no poder) entender el fenómeno debajo de la superficie lírica: "La letra es toda una apología de violencia hacia las mujeres que las describe como meros cuerpos intercambiables y disponibles al servicio del deseo sexual ilimitado, irrefrenable e incontrolable de los varones", escribió la bloguera Yolanda Domínguez en El Huffington Post.

Creo, yendo un poco más allá del adjetivo, que hombres y mujeres somos objeto en este sistema. Juguetes de este sistema, rehenes del sexshop y las grandes superficies navideñas. Como audiencia voyeur somos, además, mercancías intercambiables del cine mainstream, la tele, Youtube y los sitios de contacto en internet (porque nos venden por kilo o clics a los anunciantes).

Dentro de este universo de hombres y mujeres-objeto, contenemos a este grupo de chicos latinoamericanos que vienen de (o representan a) los barrios pobres, olvidados de toda la vida, que han nacido en esta  lógica del ansia de la pantalla led de 40 pulgadas y las zapatillas de la NBA con luces, y que solo han aprendido a rebelarse con vigor sexual. Recuerdo ahora aquello de la dignidad del burro apaleado (pero erecto) de Elias Canetti.

Vigor sexual real o pretendido. Son jóvenes, enhiestos y nacen de a miles de millones en el mundo de la inequidad (no solo en Latinoamérica sino en África: cristianos y musulmanes sentimentales, cantándole al amor y al sexo con toda esa fuerza intacta como único capital). El reggaeton, el trap y otras músicas melosas comercialísimas no hacen más que constatarlo.

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¿Perrean también las chicas? Foto de Irene Díaz (de la serie 'Perras y coronas').

He extraído algunas partes de la letra de las Cuatro babys que creo que hablan, sin lugar a dudas, de un hombre-objeto, como sugería esta inteligente columna en una publicación de música latinoamericana, contextualizando un poco más la sociedad de procedencia del cantante colombiano y sus compañeros del rap mexicano:

"Todas sabes maltratarme, de sexo me tienen bien".

"Estoy enamorado de cuatro babys (...), dos son casadas, hay una soltera, la otra es medio psico y si no la llamo se desespera (...) ninguna me pone 'peros'".

"Hay una que se encojona si se lo echo afuera (...) hay otra que me paga para que se lo hunda".

Ella  "quiere con Maluma y conmigo a la vez".

"Estoy confundido porque ninguna de mi mente se borra".

"Tú tienes toas mis cuentas de banco y el número de la Master Card. Tú eres mi mujer oficial".

Por lo demás, hay billetes sobre los que se retoza y a ellos los tienen "comprando por San Valentín". Las chicas les salen caras, y encima los confunden: no pueden dejar de pensar en ellas.

Es cierto que todo es amol sin freno, mucho bicho duro (tanto vigor juvenil) y sexo sin protección pero con consentimiento y súplicas por parte de ellos, enamolados. Eso, al menos, en las canciones. He aquí un signo de época, nada elegante ni auspicioso, pero que no solo habla de misoginia (o de machismo, si acaso) sino de excesos tóxicos, acumulación y dinero como valor supremo de hombres y mujeres neoliberales a la fuerza, formados en el capitalismo de la seducción, como le llamaba el filósofo Michel Clouscard. Seres  impelidos a circular por un único pasillo sin atajos, siempre funcional y conveniente a la reinvención del sistema de consumo.

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Un juguete por Navidad: novedades picantes para volver a ilusionarse

Por: | 08 de diciembre de 2016

Llega de nuevo la época navideña, decoramos la casa, ponemos el árbol, intentamos acoplar en la agenda mil cenas y pensamos en los menús que nos inventaremos para juntarnos con la familia en las fechas más destacadas. Pero, sobre todo, nos volvemos locos pensando en los regalos. Es así, nos guste más o menos la Navidad es una fecha en la que hacer regalos. Sí, un jersey de renos siempre es una opción, pero si algo tiene la Navidad es que todos tenemos ganas de volver a sentirnos un poco niños y encontrarnos un juguete con el que pasarnos horas disfrutando, debajo del árbol. Que nos hayamos hecho mayores no quiere decir que ya no tengamos ganas de jugar, aunque sea con otro tipo de juguetes.

Me gusta decir que "el sexo es felicidad" y, por eso, en unas fechas como estas, debajo de mi árbol siempre hay algún regalito sexual, porque sin duda sé que a su dueño o dueña le va a sacar una sonrisa. Para dar ideas hacemos un repaso de algunos de los regalos sexuales que pueden hacernos disfrutar el resto del año.

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Idea navideña de las horquillas UDIT de Amantis.

LELO sabe que las Navidades son una fecha importante, y por ello ha preparado algunos packs de regalos con algunos de sus productos destacados. Entre ellos destaca La coartada, que no solo supone un disfrute sino que también puede ayudarnos a mejorar nuestra salud sexual, ya que se compone de las bolas chinas LUNA Beads Noir, que están recomendadas para aquellas que ya tengan algo de experiencia en los ejercicios con su suelo pélvico debido a su peso, además de 75ml de hidratante personal a base de agua. El plato fuerte, sin duda, es el MIA 2, un discreto vibrador con forma de barra de labios, que incluye un mando de intensidad y un puerto USB para poder cargarlo sin necesidad de pilas. Si bien su precio es un tanto elevado por separado, la oportunidad del pack permite incluso poder regalárselo a una misma.

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Montaje del pack de LELO 'La coartada'.

Cuando se piensa en obsequios sexuales, no siempre hay que pensar en vibradores, también podemos seguir siendo clásicos y pensar en una joya. Quizás no tanto en el sentido estricto de la palabra: podría ser en el caso de una joya anal, o un accesorio. Incluso, un collar. Claro que si le queremos dar un toque atrevido al asunto, Bijoux Indiscrets siempre suele tener opciones picantes, pero muy elegantes. Su última colección MAZE es de inspiración BDSM, pero incluye objetos que son todo un fetiche como collares que simulan el cuero (pero hechos en poliuretano, pensando también en los veganos), que incluyen incluso su propio látigo, por lo que nos pueda surgir, según el momento. Permite ajustarlo, aunque quizás puede resultar un poco molesto en el cuello si no estamos acostumbradas a llevar gargantillas muy pegadas. Lo cierto es que puede lucirse especialmente en estas fechas, y no es excesivamente llamativo, de manera que no atraeremos a quien no nos interesa.

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Gestos que nos excitan

Por: | 04 de diciembre de 2016

Hay gestos que nos excitan más que el acto en sí, aunque se dirijan indefectiblemente al acto en sí (pero sin los que el acto en sí resultaría imposible o poco placentero). Aparentes ornamentos, preliminares o accesorios estructurales, paradójicamente constitutivos, si se quiere, del hecho erótico. Por ejemplo, una vez, mi partner me quitaba suavemente las bragas, apenas rozando la piel de mi cadera con sus dedos, pero yo sentí toda la pasión anticipatoria y comencé a respirar con verdadera lujuria, y a desearlo desesperadamente. Él me dijo, riendo: "todavía no he hecho nada, me parece que eres una actriz tú".

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De la serie 'The obscure Pieta' (inspirada en 'La piedad' de Miguel Ángel), con Dómina Ghalia y Tier. Foto de Emilio Schargorodsky.

De eso hablamos hoy, de esos gestos del otro, o nuestros, alguna vez vistos, vividos, pero sobre todo aquellas acciones que alimentan nuestra imaginación (con los que nos 'hacemos los ratones', a solas o con un compañero).

Siempre he pensado que el sexo es un ida y vuelta entre el otro y nuestras fantasías (las escenas que transcurren en nuestro interior con otros, con él, las de las películas y con la vastedad de las conexiones neuronales ficción-realidad). Así, en los preliminares, vamos adquiriendo experiencia del placer y conociéndonos, activando esos mecanismos que sabemos que nos dan morbo y nos van deshojando, quitando capas defensivas y ayudándonos a entregarnos a nuestro placer, ojalá compartido.

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Tipología del cliente de un sexshop

Por: | 02 de diciembre de 2016

Por Sandra Bravo*

Las tiendas eróticas tienen una clientela diversa -como muchos otros comercios-, y es precisamente esa variedad lo que las convierte en un lugar tan interesante. Porque al fin y al cabo, no nos engañemos: la oferta de un negocio siempre se ajusta a su demanda.

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Para los fetichistas, foto de Emilio Schargorodsky.

Si todas las personas afrontáramos la sexualidad de la misma manera y tuviéramos los mismos gustos, la juguetería erótica no sería tan variopinta ni divertida. No obstante, si quisiéramos realizar un retrato robot de los clientes más habituales, podríamos tener en cuenta los siguientes rasgos y características:

El sabelotodo. Como su nombre indica, conoce al dedillo todos los artículos del sexshop (o hace ver que los conoce). Nunca pide consejo y, si le intentas explicar alguna cosa, te corta enseguida para dar su opinión al respecto y demostrar que ya sabe de qué le estás hablando. Tiene anécdotas para todos los productos y nunca viene solo, porque en el fondo a quien quiere demostrar sus dotes y conocimientos no es a ti, sino a la persona que le acompaña (a quien intenta deslumbrar con tanta sabiduría sexual para llevarse al catre).

El tímido. Suele ser un cliente primerizo, aunque no siempre sea así. Es fácilmente reconocible porque revisa constantemente que nadie le esté mirando mientras entra, sale o realiza su compra. Habla tan bajo que necesitas llevar un Sonotone solo para él. Cuando se anima a llevarse algún juguete, te pide que le quites el packaging y que se lo envuelvas discretamente. Prefiere perder la garantía del producto de esta manera que arriesgarse a que alguien intuya el contenido de su bolsa de la compra. Hay que reconocer que se trata de un cliente muy entrañable, porque supera su timidez y sus reparos iniciales para avivar su vida sexual.

El 'voyeur'. Hay dos grandes tipos de voyeur de sexshop: el discreto voyeur fetichista (mira sin decir nada) y el de la risa floja (que suele venir en grupo y todo le produce un ataque de risa nerviosa). El voyeur viene con tiempo y se remira todos los productos, especialmente los que tienen un packaging con foto. Si la ocasión lo merece, saca las gafas de su bolsillo para poder contemplar con mayor precisión todo tipo de detalles. Si le ofreces ayuda te contesta que simplemente está dando un vistazo. No suele comprar nada.

El consejero. Siempre va de paquete. Suele acompañar a un cliente tímido o primerizo e intenta animarlo para comprar ese juguete con el que tanto sueña, pero que no se atreve a adquirir. Finalmente lo que suele ocurrir es que el aconsejado prefiera pensárselo con más calma y el consejero, que no tenía previsto gastarse nada ese día, acaba llevándose algún juguetito a casa más feliz que una perdiz.

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Mujeres y pornografía, ¿delante o detrás de la cámara?

Por: | 30 de noviembre de 2016

Que el porno siempre ha estado concebido para hombres y que, en muchas ocasiones, cae en estereotipos y actitudes machistas es algo conocido por todos. Entonces, ¿puede existir un porno feminista (que no femenino)?  La directora Erika Lust ya ha demostrado que sí, y es que ella no defiende un porno para mujeres, sino un producto diferente para todos los públicos. No solo a través de sus propias películas, y es que recientemente la directora ha decidido destinar 250.000 euros del presupuesto de su productora Erika Lust Films para financiar a directoras que quieran dirigir cine adulto desde su perspectiva femenina. Hablamos con ella para entender un poco más cuáles son los retos a cumplir y los objetivos que ya ha conseguido.

Erika Hunt Me Catch Me Eat Me

 ¿Faltan mujeres que se quieran poner detrás de la cámara o faltan proyectos que quieran a una mujer dirigiendo? 

No faltan mujeres que se quieran poner detrás de la cámara, faltan votos de confianza en las mujeres para que dirijan proyectos. Hay una web que me parece brillante llamada Shit People Say To Women Directors (algo así como 'las tonterías que les dicen a las mujeres cineastas'), donde de forma anónima mujeres de la industria del cine comparten los comentarios que reciben cuando están trabajando en un proyecto. Los comentarios que más se leen son "No estás preparada", "A las mujeres no se les da bien ni la comedia ni la acción", "Le preguntamos a una y nos dijo que no"... Algunos son verdaderamente absurdos, pero muestran esta reticencia a confiar en mujeres para liderar proyectos cinematográficos y cómo las acaban relegando a departamentos de menor importancia.

¿Se trata de un problema del cine adulto o del cine en general? 

Es un problema de la sociedad en general.  Los hombres, que siguen dominando las estructuras de dirección, aún tienen una visión paternalista hacia la mujer, y es evidente que hay una falta terrible de confianza en sus capacidades profesionales. Como decía, cada género tiene sus normas (no verás pegas para darle la dirección de una comedia romántica a una mujer, pero en cambio no pueden ni acercarse a los blockbusters), pero hay una tónica general derivada de las estructuras patriarcales que ha impedido que las mujeres desarrollen su talento en la industria del cine. 

Desde su experiencia, ¿qué diferencias hay en una película porno si la dirige una mujer o si la dirige un hombre? 

Ahora mismo los hombres solo dirigen un tipo de cine adulto, donde el sexo es algo que el hombre hace a la mujer, y la mujer hace para el hombre. El ojo, la mirada y la perspectiva es masculina. Y además es una perspectiva masculina muy específica. Por lo que todo lo que venga de la mujer al principio va a ofrecer algo distinto, una alternativa. Simplemente porque es diferente a la perspectiva que se ha tomado hasta ahora. Nosotros estrenamos hace dos semanas un experimento audiovisual en el que se entregó el mismo guión a un hombre y a una mujer, la directora Ovidie. El resultado es increíble, la diferencia entre las dos películas es evidente. 

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Fantasmas en la cama: ya no somos dos

Por: | 26 de noviembre de 2016

No hablamos de fantasías sino de fantasmas. De las presencias terceras que pueblan nuestra habitación, aun cuando creemos que estamos a solas con nuestro amante. Los otros y las otras son, hoy, seres omnipresentes, gracias a las redes, siempre ahí, en la ventana, con la ventana abierta, como la vecina al otro lado del patio interno.

Todos y todas sus ex y las ex, y  los candidatos, las pretendientes, los simultáneos y los sucesivos, sus fijas y nuestros discontinuos, todos están en nuestra cama, incluso cuando (creemos que) somos dos.

¿No les ha pasado que, después del primer o segundo orgasmo, el partner se gira en la cama, enciende el móvil o el iPad y mira compulsivamente su Facebook? Y es que él/ella ya ha estado una hora o dos sin ponerse al tanto de su timeline o de quién está en verde, conectado/desconectado y tiene que enterarse desde hace cuántos minutos. 

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Un paisaje privado. Fotografías de Irene Díaz.

¿No les ha pasado que, de reojo, sin querer mirar mucho la dichosa pantallita ajena, veis el icono del sobre blanco de Facebook, con el circulito rojo avisando de que hay mensajes en espera? ¿No les ha pasado de preferir no haber visto ese aviso en su muro para no tener que empezar a sospechar de sus chats seductores o hots con las demás? Quizá solo sea su amigo que le pasa un tema de Youtube, pero la sospecha ya está instalada.

Seguiremos en silencio, pero nuestro adentro se ha revuelto.

Entonces, quizá él se levante y se vaya al baño: "Disculpa". Con el móvil en la mano, claro.

O no, quizá se quede y abra el sobrecito delante de nosotras, y nosotras intentemos verdaderamente (y por nuestra propia salud mental) no mirar, no jugar a adivinar, no mirarle ni siquiera el gesto al leer esos mensajes, para no saber si pone cara de pícaro, atrevido, si sonríe o se muestra distante.

Seguiremos en silencio, cerraremos los ojos, nos giraremos hacia el otro lado. No queremos imitar el gesto y sacar nuestro móvil. No ahora, ahora no nos interesa si nos han mandado un DM en Twitter.

Acto seguido, nos propondremos olvidar el episodio y repetirnos el mantra: "todos tenemos una vida al margen de esta cama"; pero ya la  incertidumbre y el ritmo del aliento han cambiado el paso de la sesión, hasta ese momento tan apacible, de estar ambos presentes, dedicados, entregados.

 

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Fotografías de Irene Díaz (o los fantasmas).

Hace algunas semanas, hablábamos de la parte online 'en sombras' que en un momento se descubre y lo que eso genera, pero los fantasmas a los que hoy nos referimos son ese aglomerado de seres desconocidos que sabemos/suponemos que están allí (claro, todos tenemos otros/as, lejanos, cercanos, ex, platónicos o amigos cómplices), pero en los que preferiríamos no detenernos ni siquiera fugazmente en el momento de la intimidad compartida. Y resulta que las malditas pantallas, de redes y mensajes non-stop no nos permiten siquiera abstraernos entre esas cuatro paredes de dos.

Uno puede seguir unas conductas amables consigo mismo, pensando que en esos momentos compartidos estamos solo los dos, y que lo que haya pasado antes y lo que pase después no nos pertenece, que todos tenemos unos momentos de intersección, inclusivos, y otros momentos exclusivos para nosotros, seres individuales y libres, pero si las redes se inmiscuyen en esos pequeños espacios comunes, la teoría se nos agrieta.

Los celos implican construir un paraíso para quedarnos fuera. Lo sabemos. Sabemos que mucho más saludable es desterrar la idea de exclusividad y pertenencia, pero hay unos espacios compartidos en los que antes estábamos a salvo de nuestros fantasmas individuales y hoy eso no resulta posible.

Las consecuencias de estas multitudes en la cama llegan hasta el otro lado de la pantalla. Ya cuando estemos chateando con él, en la soledad de otra habitación, pensaremos: ¿estará con una chica a su lado o escondiéndose en el baño para responderme?

 

¿Si duele no es amor?

Por: | 24 de noviembre de 2016

Gran parte de mi labor como sexóloga consiste en que las personas puedan tener relaciones sentimentales más saludables. Porque muchas veces confundimos la palabra amor con cosas como la dependencia, la obsesión e incluso con algo parecido a un arma de destrucción masiva. Por supuesto, el empeño de cualquier profesional de la sexología pasa por conseguir que haya una mejor educación sexual, para que los sexos se entiendan mejor el uno al otro y puedan así compartir y compartirse, dejando de lado ciertos comportamientos autodestructivos. Vamos, que el amor, en definitiva, sea más sano. Pero eso no quiere decir que el amor no duela.

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Detalle de 'Kiss V' de Roy Lichtenstein.

La crisis ha tenido muchas consecuencias e incluso, ha traído algunas modas. Una de ellas es la que yo denomino toda la estética ‘happy flower’ que puede verse en las estanterías de los centros comerciales, con todo tipo de productos llenos de frases cortas pero bonitas y muñequitos sonrientes. Tiene toda su lógica. El aumento de depresiones y situaciones complicadas que ha conllevado la caída de nuestra economía, incluso en nuestra vida sexual, necesitaba una vía de escape para no sumirnos en la miseria, que se ha traducido en el aumento de productos y mensajes llenos de positividad, que intentan hacernos ver que la vida puede ser maravillosa. Y claro que puede serlo, claro que hay momentos de felicidad absoluta, pero los hay porque también existen momentos tristes. Momentos duros y difíciles, porque la vida es dulce en ocasiones, pero otras es amarga. Pues en el amor pasa exactamente lo mismo.

El primer error es confundir enamoramiento con amor. El enamoramiento es una etapa del amor, es cierto, pero el problema es que las películas, los relatos y casi hasta los anuncios de televisión nos muestran este periodo de enajenación como si fuera el amor verdadero. El amor en mayúsculas. Pero eso no es más que una reacción bioquímica de nuestro cerebro, no un concepto romántico. Según los expertos, el enamoramiento es una reacción química, provocada por una sustancia de nuestro cerebro llamada feniletilamina. Esta sustancia obliga a segregar dopamina, cuyos efectos son parecidos a las ‘anfetaminas’ que producen el estado de euforia natural cuando estamos con nuestra pareja. Todo ello supone que tengamos pensamientos frecuentes sobre la otra persona sin venir a cuento, que nos cueste concentrarnos, que nos apetezca todo el rato el contacto físico, que nuestro cuerpo reaccione ante la presencia del otro e incluso que tendamos a idealizar a la otra persona. Es decir, que no somos nosotros mismos durante un tiempo.

Pero esto, por suerte, acaba. Básicamente, porque si no sería algo así como un nuevo concepto del apocalipsis zombie. Así que es obvio que cuando la gente dice que está enamorada de su pareja, no está en este proceso, sino que ha pasado al siguiente nivel, a construir una relación de amor con otra persona. Es decir, una relación de pareja que, como cualquier otra relación, de amistad, de familia o de trabajo, implica tener buenos y malos momentos.

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¿El tamaño de la vagina importa?

Por: | 21 de noviembre de 2016

Por Mireia Manjón*

He aquí la gran obsesión de hombres y (muchas, demasiadas) mujeres: ¡el pene y su tamaño! Ni que fuera proporcional al placer que puede provocar o a la habilidad del propietario al usarlo… Pondría la mano en el fuego, y seguro no me quemaría ni un poquito, a que todos sois conocedores de lo que mide de media el pene en España. ¿Cuántos sabríais decir la medida media de la vagina?

Me lo temía.

¿Es que todas las mujeres tenemos de serie la misma vagina? ¡No! ¿Es que no es importante para el placer sexual? Pues… ¡claro que sí! Y lo es tanto para vosotros como para nosotras, así que vamos a otorgarle el valor que merece, que es algo más que un simple receptáculo preparado para ser penetrado.

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Foto de Emilio Schargorodsky.

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Ser sexy es una actitud

Por: | 15 de noviembre de 2016

Hacía mucho que no salíais a cenar, pero esta cita está yendo a las mil maravillas. Un buen vino, una conversación interesante, toqueteos debajo de la mesa, estáis como locos por llegar a casa. Pero cuando llegáis a la habitación, la magia se esfuma. Mejor la luz apagada, que no vaya a ver cómo me desnudo. Mejor en esa postura en la que no se me marcan demasiado las lorzas, no vaya a ser que se fije más de lo que ya me estoy fijando yo. ¿Sexo oral? Mejor no, seguro que no le va a gustar el sabor de mis genitales. No será nuestro cuerpo tal y como es lo que corte el rollo a la otra persona, será nuestra falta de seguridad en ese momento.

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Adam Driver y Lena Dunham nos han mostrado en Girls que sentirse sexy es cuestión de actitud.

Sin embargo, seguimos pensando que la atracción tiene que ver solo con lo físico, cuando uno de los factores principales no es sino la actitud. Porque para ser sexy, hay que sentirse sexy. Tan sencillo como eso.

Muchas veces nos planteamos cómo alguien que, a simple vista, nos parece poco atractivo, puede tener tanto éxito sexualmente. La respuesta es sencilla: porque cree en su éxito, porque se muestra seguro y la seguridad en uno mismo es el mejor sex appeal del mundo.

Pese a ello, seguimos obsesionándonos con dar una 'buena imagen' en la cama. Dejamos de disfrutar para centrarnos en los defectos de nuestro cuerpo, como si algún cuerpo no los tuviera. Como si solo se fueran a la cama las imágenes, irreales y retocadas, de las portadas de las revistas.

Porque seguimos pensando que el sexo se parece a la ficción que nos han vendido. Cuando dos personas deciden echar un polvo no ven acompasados su movimientos con una luz tenue ni escuchan música de fondo como en las películas, sino que se ven sorprendidos por las risas que provocan unos pedos vaginales. Y no pasa nada, está bien. Es el sexo de la vida real.

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Beneficios de la vibración: adiós a las contracturas

Por: | 11 de noviembre de 2016

Por Imma Sust*

Trabajando en una tienda erótica como amantis, te encuentras cada día con cosas que te sorprenden. A mí, hay una que me escandaliza mucho y quiero compartir con vosotros. Muchas mujeres y algunas muy jóvenes, siguen llamando consolador al vibrador. Se me ponen los pelos de punta cada vez que lo oigo. Les explico siempre que la palabra consolador se utilizaba de forma despectiva, cuando se inventó el vibrador para tratar la histeria femenina.

 

Vibrador siglo XIXImagen de la película 'Hysteria': ¿así habrá sido el primer vibrador, el del siglo XIX?

 

 

 

 

Sí, era una enfermedad diagnosticada en la medicina occidental hasta mediados del siglo XIX. No tenían que tener demasiados problemas las mujeres de esa época para que las diagnosticaran de histéricas. Insomnio, pérdida de apetito, dolores de cabeza… Las pacientes que sufrían esa falsa dolencia debían recibir un tratamiento que consistía en la estimulación manual de sus genitales por parte del médico. Vamos, lo que viene a ser una masturbación de toda la vida. El tratamiento finalizaba cuando la mujer llegaba al orgasmo, que entonces se llamaba "paroxismo histérico". Suponemos que los médicos se cansaban mucho y por eso se inventó el vibrador. Fue en 1870. El nuevo artilugio, conseguía que, en menos de diez minutos, las pacientes llegaran al clímax.

Ya tenemos el primer beneficio de la vibración: acelera la llegada del orgasmo.

Si no es un consolador, ¿cómo lo llamamos? A mi me gusta llamarlo juguete sexual. Pero es cierto que hay algo que hace que un juguete sea muy distinto a otro y eso es: ¡la vibración! El caso es que no todos vibran (de forma fálica), entonces, se decidió un día
que utilizaríamos el termino 'dildo' para los que no vibran y vibradores para los que efectivamente sí lo hacen.

Trailer de 'Hysteria', de cómo el doctor Joseph Mortimer Granville inventó el primer vibrador.

La vibración la podemos encontrar en juguetes pequeños, pensados para estimular el clítoris o en más grandes, pensados para la penetración. Más allá del gustito que nos puede dar esa sensación, que es mucha, nos beneficia de otras formas. Sobre todo, si sufrimos de alguna disfunción sexual.

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Manualidades eróticas: otras formas de masturbar

Por: | 07 de noviembre de 2016

Una de las quejas que suelen ponerse sobre la mesa de los sexólogos es aquella de "es que ya nunca le apetece", y es una frase que ya dicen tanto hombres como mujeres.

Claro, cuando empezábamos a salir, el sexo formaba parte de la cita, de ese momento de ocio de mimo mutuo. Pero ahora que vivimos juntos y que nuestro tiempo en pareja ya no se asocia tanto a la diversión, sino más a las responsabilidades, no es solo que no tengamos ganas, es que a veces no sabemos cómo encontrarlas.

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Aunque, claro, la pregunta es, ¿de qué no tenemos ganas? Porque si indagamos algo más, seguro que pocos dirían que no les apetece un momento de contacto físico con su pareja. A lo mejor, en vez de ir al grano, podemos pensar que hay muchas formas de proponer una sesión de placer para el cuerpo. Entre ellas, por ejemplo, un masaje erótico.  

No es una tontería. Tras un día de estrés, de agobios, de agotamiento tanto físico como mental, lo que necesitamos es volver a conectar, con el otro y con nosotros mismos, para variar. Desnudarnos poco a poco, poner una luz tenue y sentir las caricias de nuestro amante lentas, cosquilleantes, como si nos fueran recargando, poco a poco, la energía perdida durante el día. Una forma de querer y dejar que nos quieran.

Además, un masaje también puede ser otra forma de motivar nuestra creatividad erótica. Por ejemplo, si utilizamos algún aceite de masaje con un tacto y un olor especial, o si nos ayudamos de algún vibrador, de esos que nos hacen recordar que tenemos terminaciones nerviosas más allá de los genitales.E incluso, podemos hacer algo diferente con la forma de estimular los genitales, una vez que lleguemos a esa parte. Sobre todo, si echamos mano de un buen lubricante.

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El orgasmo es el mejor ejercicio para el suelo pélvico

Por: | 04 de noviembre de 2016

Por Marta Molas*

Más de una entra en una farmacia o tienda erótica dedicida a, por fin, entrenar esos músculos invisibles llamados (en su global) suelo pélvico. El término "bolas chinas" está en el imaginario de muchxs y es el primer instrumento en el que pensamos. ¿Pero es lo que nos conviene? En este post, sumamos las opiniones de varios expertos para que os decidáis por el recurso más adecuado.

Sí a las bolas chinas... para suelos pélvicos en forma.

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Fotografía de Irene Díaz.

Oscar Ferrani, divulgador sexual, defiende las bolas chinas "como aparato de gimnasia pasiva en un suelo pélvico donde no se detecta un prolapso (caída) o lesión importante. Son un aliado, no un salvador en casos extremos, y hay que tener en cuenta que también existen otras herramientas para realizar gimnasias activas y un abanico amplísimo de estrategias para beneficiarnos de un suelo pélvico en forma".

En la misma línea habla María Dolores Teruel, fisioterapeuta: "es controvertido su uso con fines terapéuticos ya que no existe evidencia científica que respalde su uso con este fin. Mi recomendación sería usarlas si tenemos un tono muscular normalizado".

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El poder del arnés

Por: | 02 de noviembre de 2016

Por Imma Sust*

En el siglo XV a.C. reinó en Egipto uno de los faraones más importantes de la historia. Se llamaba Hatshepsut y era una mujer. Una reina faraona, que vivió disfrazada de hombre toda su vida para poder reinar. Se dice de ella que fue el primer transexual de la historia. Llevaba una barba postiza, vestía como un hombre y estoy segura que hoy en día llevaría puesto un arnés para ostentar todavía más poder.

¿Por qué un arnés?

Podríamos decir, hablando en términos sexuales (no es para ir de escalada, aunque la forma puede ser bastante parecida), que se trata de un conjunto de telas, estratégicamente unidas, que sujetan un dildo en nuestro pubis, dando así la sensación real de que tenemos pene. Anahí Canela (sexóloga y conocida por educar sobre squirting, placer anal y sexualidad, en general) utiliza el arnés como arma de trabajo al impartir muchos de sus talleres. Por ejemplo, en el taller de Squirting y Punto G., se coloca un arnés con un buen dildo de forma fálica para explicar cual es la mejor postura para llegar al orgasmo cuando hablamos de penetración.

Es ponerse el arnés y las caras de las personas que asisten al taller cambian de forma radical. Envidia, admiración o sorpresa. Cada uno lo vive de diferente manera, pero ella se siente poderosa al mostrarse con su pene. La verdad es que le queda de maravilla. Es curioso ver cómo muchas mujeres que asisten al taller, la mayoría heterosexuales, que jamás habían pensado en utilizar este artilugio en sus
relaciones, se animan a probárselo y se sienten cómodas, felices, plenas y por qué no... poderosas con ese artefacto, que no necesita ser cogido con las manos.

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Fotografía de Irene Díaz.

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Círculo como sinónimo de mujer

Por: | 31 de octubre de 2016

Por María Paz Ruiz*

La dimensión de lo que significa ser mujer está sufriendo una evolución integral.

Celebrar a la mujer que asume esta evolución es una responsabilidad de las que deseamos que este cambio sea real y lo veamos juntas con nuestras hermanas, socias, jefas, empleadas, creadoras, madres e hijas.

¿Nuevas mujeres? Sí, y nuevos retos que llegan para asumirlos en comunidad

¿Cómo somos estas mujeres?

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Leandro Lamas.

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Esto acaba de empezar: ahí están los correos de Hillary y la casilla del (ahora ex) marido de la principal asesora de Clinton (el señor que no pudo evitar seguir mandándose fotos hot con una amante, a pesar de su sitio en semejante momento histórico). Como si fuera poco, tenemos ahí, intoxicándolo todo, los aullidos de Trump, pidiendo a Putin que meta más mano en los servidores demócratas, y así, y así, de la Casa Blanca para abajo, todo demuestra que estamos con los pies en el barro. Todo a la vista, y todos con lodo cibernético hasta las rodillas, rehenes de nuestros secretos, de nuestros mensajes viejos, de las fotos recibidas, de las noches de aburrimiento y las frasecitas pícaras, todo mezclado con las pruebas de contubernios o cotilleos políticos, familiares o profesionales. Y no diga que no con la cabeza, que no le creo.

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Fotografía de Irene Díaz, sus redes.

En algún momento creíamos tener algún control ("en el Facebook no hay novios", por ejemplo, o "me conecto al Skype en modo 'ausente'", o "borro a los ex de las redes", o "el Hangout lo tengo como 'desconectado'", o "no hago caso a los DM de Twitter", "ni hablar: el Tinder casi no lo uso"), pero es difícil mantener una conducta coherente en tantos sitios, simultáneamente. Ni hablar de querer mostrarnos y ocultarnos al mismo tiempo, o para algunos sí estamos ''disponibles' (WhatsApp dixit) y para otros, no. Y la cosa empieza a irse de las manos y rogamos al cielo para que San Bill o el discípulo Zuckerberg nos sean leves.

Mezclados los ex con los rollos nuevos en el Facebook, las amigas haciendo comentarios de travesuras cómplices, queriendo parecer interesantes pero no arrogantes, accesibles y cariñosos pero no con todos (no exageremos), empezamos a perder tiempo en el código deontológico de nuestra imagen de marca, o perdemos el control, y que sea lo que dios quiera.

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Fotografía de Emilio Schargorodsky, sus redes.

Y nos pasan estas cosas de las redes que son apenas síntomas de nuestra vida social actual, entre los que se cuentan estos nuevos formatos para las mismas neurosis de siempre en las relaciones:

Bloqueo/desbloqueo. Tenía un amigovio que cuando se enojaba, me bloqueaba, y luego me desbloqueaba pero me tenía que volver a pedir "amistad". Todo me parecía infantil y gracioso, así que lo aceptaba; entonces, arrancaba de nuevo el juego de los mensajes privados, con el invariable "gracias por aceptarme"

Mejor salir con un ciberfóbico. Ya que nosotros/as estamos tan 'pillados', mejor que encontremos a alguien que no se pase nunca por Facebook ni por Twitter ni por Instagram, y por supuesto, mejor fuera de Tinder. El otro día, una conocida del gremio periodístico-literario decía en Facebook: "¡Tengo pareja y no está en Facebook". Y contagiaba esa algarabía y todos los demás comprendíamos de qué se trata ese confort de no ser observados/as, pero, sobre todo, la libertad de no tener que espiar nada de nadie.

 

Tráiler de 'Perfetti sconosciuti' ("perfectos desconocidos") de Paolo Genovese.

Ya me fijo lo que pones en Twitter. Escuché, en 'Todo por la radio' de la SER, un chiste acorde al espíritu de los tiempos: "¿Qué te pasa, mi amor? ¿Ah, no me quieres contar? Bueno, ya miraré en Twitter".

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El País

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