Si apuntásemos en un calendario los días que dedicamos a causas especiales, nos faltarían días en el año. Sí, es cierto, queremos ponerle un día a todo, aunque hay algunos que realmente no nos molesta celebrar (o sí nos importa celebrar), como es el caso del día del orgasmo femenino.
Se trata de un día que, como otros muchos, tuvo un inicio comercial, es decir, el de vender más juguetes eróticos para las mujeres, en un momento en el que los sex shops tenían una clientela predominantemente masculina. Pero, mucho han cambiado las cosas desde que las tiendas eróticas vinieron a revolucionar el concepto del placer.
De todos modos, quizás siga siendo necesario reivindicar este día por otro tipo de razones. La primera, que todavía desconocemos bastante acerca de nuestro propio orgasmo.
Fotografía de Christopher Campbell.
Parece, sin embargo, que algunas cosas se van aclarando. De hecho, se ha hecho viral la publicación de un estudio que dice haber encontrado la razón de la existencia del orgasmo femenino. Así, científicos de la Universidad de Yale y el Hospital de Niños de Cincinnati, aseguran que el orgasmo femenino es un vestigio de nuestro pasado evolutivo, cuando las fuertes descargas de hormonas que acompañan el clímax eran necesarias para desatar la ovulación. Su teoría es que, en otros mamíferos, la descarga hormonal se produce para estimular la liberación de óvulos y favorecer la reproducción, cosa que en la mujer habría evolucionado y ya ocurre de forma espontánea.
Si bien esta es solo una teoría, ya que también existe la idea de que, en la mujer, la liberación de una mayor cantidad de oxitocina durante el orgasmo, la llamada 'hormona del amor' (que también se segrega en la lactancia) sirve para crear un vínculo afectivo con el que podría ser el padre de sus hijos. Algo que, si bien era necesario en los inicios de la humanidad, a modo de protección de la especie, en nuestra sociedad actual tampoco parece que sea imprescindible.
Otra teoría interesante del reciente estudio de Yale es el análisis del desplazamiento del clítoris. Parece que, en las especies en las que la ovulación se induce durante el orgasmo, el clítoris se encuentra dentro o muy cerca de la vagina, mientras que, en la mujer, el clítoris se encuentra fuera. Vamos, que para que la hembra de algunas especies consintiera la cópula, se la dotó de ese órgano mágico del placer, que solo era estimulado durante la penetración. Sin embargo, en la hembra humana, la penetración no es necesaria para la obtención de placer, porque su clítoris, en otro de esos milagros de la evolución, se encuentra fuera de la vagina. Es decir, que la mujer ha evolucionado de tal manera que la función reproductiva y el placer han dejado de estar unidos.