Al juez Garzón lo ejecutarán tres veces. Una no es bastante. Una era bastante en tiempos de Franco, cuando los jueces eran marionetas del Caudillo, fieles servidores del Glorioso Movimiento Nacional, falangistas de camisa azul debajo de la toga.
A Garzón le aplican el triple garrote vil servido por Manos LImpias al Tribunal Supremo. Su primer verdugo es Correa que desde prisión dicta la sentencia. Luego vendrán los otros por el orden establecido. El resultado se conoce desde hace tiempo. Por eso hay unanimidad en el PP, en el PSOE y en casi todos los partidos para los que Garzón es un incordio.pobrecito Garzón. Acatemos la sentencia.
Cargarse a Garzón es salvar, dicen los verdugos, a la democracia y al sistema vigente en la Justicia. Liquidado Garzón, todos mucho más tranquilos. ¿Hay protestas en el exterior? Diremos que provienen de los enemigos de España. Garzón ha sido dopado. Aquí ante todo hay que salvar a Urdangarin y a su ejemplar esposa. Fueron dopados, a su modo y manera, pobrecitos. ¡Qué disgusto para la Primera Familia del Reino!
Cuidado con ese juez mallorquín que por investigar quizá demasiado y no impedir filtraciones inoportunas, puede ser él mismo investigado. Hay que juzgar a esta clase de jueces. Y si procede, hay que represaliarlos.
Quien niegue que estamos en un momento de represalias múltiples niega la evidencia. ¿A quién, aparte de las víctimas del franquismo, le interesa que Garzón siga en la Audiencia Nacional? ¿Que siga investigando crímenes y corruptelas, no sólo de ETA, como lo hizo con enorme valor, sino de otros que se consideran inmunes ante la Justicia?
La hipocresía, el odio, la mezquindad, la envidia y la desfachatez desprestigian de lleno a nuestra Justicia. Por si no tenemos bastante con este arsenal de políticos de chicha y nabo, sumamos ahora a jueces de chicha y nabo. Da gusto oir a Ruiz Gallardón, ministro de las más altas puñetas, pozo sin fondo de sabiduría jurídica, cuando nos alecciona acerca de su ejemplar acatamiento a los fallos del Constitucional, siempre que vaya a favor de los planteamientos de su misma tribu. Compara a Fraga Iribarne con Pablo Iglesias. Y la sintonía de la SER no salta del dial. Esto tenemos.
Pero cuando pase todo esto, defenestrado como es preceptivo Garzón, poco a poco nos recuperaremos en la dignidad y en la decencia colectiva que merecemos como pueblo. Y muchas cosas habrán de cambiar y deberemos cambiar. Ahora, repito, salvemos como sea al yerno del rey. Éste sí fue víctima inocente de un dopaje perverso...
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