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Escuelas en Red

¡Haz oír tu voz!

Por: | 18 de noviembre de 2012

Coloma Mestre Vila y Victoria Hornero Chornet, profesoras de Filosofía del Instituto Público de Educación Secundaria Vila-roja de Almassora (Castellón), invitan a sus estudiantes de Secundaria Obligatoria a relatar una experiencia curricular que permitió comprobar que ‘Sí se podía’ mejorar el entorno; que ‘Sí se puede’ influir en las decisiones de las Instituciones democráticas, en este caso, el Ayuntamiento de Almassora.

Estudiantes del IES Vila-roja de Almassora en la escalera del Consistorio.

Los estudiantes toman la palabra...

― SARA: Voy a contarles cómo surgió la idea de ir al Ayuntamiento y presentarle al Alcalde nuestras peticiones.

Formábamos parte de una iniciativa educativa colectiva "Conectando Mundos", promovida y apoyada por Intermón Oxfam. Debatíamos las consecuencias del actual modelo de desarrollo y el significado del efecto mariposa; pasábamos del trabajo de aula al contacto on-line con otras escuelas... y, con todo esto, decidimos poner en marcha un proyecto para mejorar la vida en nuestro pueblo.

Trabajamos en grupo, de manera que cada uno hiciera propuestas. Un compañero dijo que podríamos pedirle al Alcalde algunas de las cosas que se necesitan para que nuestra vida en el pueblo sea más sostenible. La idea fue tomando fuerza y acabamos en el Ayuntamiento.

Es, en este momento, cuando Victoria, la profesora, insiste en que “la escuela es el primer espacio dónde se ejerce la ciudadanía, donde se empieza a participar, y uno de los lugares donde se facilitan las herramientas de transformación en las que el ser humano es el principal actor.”

Pero, continuemos con el relato...

― MARIO: Yo explicaré cómo, entre todos, confeccionamos la carta para el Alcalde.

Cada compañero hizo una carta, o un esquema de carta, con las cosas que consideraba más importantes. Después cada grupo consensuó qué quería decir y cómo lo quería exponer. Participamos en la elaboración de la carta los tres grupos de la clase de Alternativa [espacio curricular asignado al alumnado que no opta por las enseñanzas de religión]. Después elaboramos una síntesis y, por último, hicimos una revisión final del texto. Cuando estuvimos de acuerdo la firmamos.

En otra sesión, cada compañero preparó dos preguntas. Entre todos, elegimos las que queríamos formular al Alcalde. Procuramos elaborarlas bien; queríamos quedar bien pero, no por eso, ponérselo fácil.

― ANSI: Fuimos a la sala de reuniones del Ayuntamiento.

La distribución fue muy simple. Los que teníamos que participar preguntando o leyendo nuestras solicitudes nos sentamos en la mesa donde se sientan los concejales y el resto en el sitio del público.

Tres compañeros leyeron los problemas y ofrecieron las soluciones que consideramos mejores. El Alcalde nos habló de su punto de vista y de lo que en el futuro se podía hacer. Después le hicimos dos preguntas por estudiante. Al acabar, nos hicimos una foto con él.

Estuvimos en la sala de reuniones del Ayuntamiento. Tres compañeros leyeron los problemas y ofrecieron las soluciones que considerábamos mejores.― PAU: En la carta le exponíamos al Alcalde que...

Habíamos estado trabajando en clase el ‘efecto mariposa’ y que habíamos decidido poner en marcha una serie de acciones, que estaban a nuestro alcance, como por ejemplo: murales informativos, usar la bici, apagar la tv, reducir el gasto de corriente eléctrica...

Al Alcalde le pedimos que desde el Consistorio, como representante de la voluntad ciudadana y responsable de la gestión de los recursos públicos, se adoptaran decisiones para la mejora de las condiciones de vida en el pueblo, como la construcción de un carril bici, facilitar un servicio gratuito de bicis, celebrar un día sin coches, etc.

Estamos seguros de que, mejorando Almassora, mejoramos el mundo. Al final, le agradecimos su atención.

― CARLOS: El Alcalde nos escuchó, y nos contestó por correo electrónico, una vez estudiadas las propuestas. 

¿Qué hemos conseguido?… Algunas cosas.

Nos dieron plantones de enredaderas para poner algo de verde en el centro, los trenes han incrementado el número de paradas en días laborables, se han peatonalizado más calles... No habrá sido sólo por nuestra carta, ni por nuestra visita, pero desde luego estamos seguros de que hemos influido. Somos los futuros votantes. En estos momentos, seguimos pendientes de todo lo demás, pero estamos convencidos de que si continuamos con este empeño, lo conseguiremos.

No es la primera vez que hacemos algo así, afirma Victoria, se han realizado otras experiencias de participación ciudadana en las que, después del trabajo hecho en el aula, delegados de la clase han ido a presentar el trabajo y a pedir, de nuestros representantes políticos, que adopten decisiones encaminadas a mejorar nuestro mundo.

Por ejemplo, trabajando otra actividad de 'Conectando Mundos', una alumna del centro, junto con representantes de otros centros de España, fueron a 'La Moncloa' a presentar a la entonces Vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, una serie de peticiones. En otra ocasión acudieron al Senado, y en una tercera oportunidad, al Pabellón de Iniciativas Ciudadanas de Expo-Zaragoza.

El curso pasado, en colaboración con la Fundació Pau i Solidaritat. País Valencià, participamos en el Proyecto Mou-te en drets (Muévete en Derechos), sobre derechos laborales, consumo, desigualdad, inmigración, violencia, poder...

La misma profesora comenta que el trabajo realizado en clase no se queda en el aula, ni en la teoría: atraviesa las paredes del Instituto. Es una experiencia que promueve ciudadanía En otra ocasión acudieron al Senado., es participativa y se pasa a la acción. Dejamos de lamentarnos y tomamos cartas en los asuntos públicos. Es deliberativa, se ha debatido, respetado el diálogo y consensuado las acciones a realizar (carta, visita, exposiciones de sensibilización en el Instituto y en el Ateneu Jove…). Creemos que ‘otro mundo es posible’ ”.

Los estudiantes han aprendido a investigar un tema, a participar e incidir en la vida pública del pueblo. Han trabajado la capacidad de escuchar y de reconocer las posibilidades de los otros, que complementan las personales. Han comprendido que juntos podemos transformar la realidad.

Contrariamente, en una nota de prensa del Consejo de Ministros, se reprueba el trabajo de aula con algunos de estos temas, por considerarlos 'controvertidos’, y mediante Real Decreto se eliminan bastantes de estos contenidos; además, en el anteproyecto de ley orgánica para la mejora de la calidad de la educación (LOMCE) se suprimen muchos de los espacios curriculares disponibles, hasta ahora, para trabajar este tipo de actividades ¿Educar ciudadanos comprometidos con la construcción de una sociedad más justa, no es algo deseable?

Agradecimiento a la colaboración prestada por Intermón Oxfam.

Niño... ¡Eso sí se dice, eso sí se hace, eso sí se toca!

Por: | 04 de noviembre de 2012

Carmen Gutiérrez(*) profesora de Educación Infantil del Colegio Público 'La Marquesa', de Jerez de la Frontera, relata el comienzo del curso pasado.

Alumnado de Educación Infantil del Colegio Público 'La Marquesa' de Jerez de la Frontera
Nuestra ciudad se encontraba inmersa en los preparativos de la fiesta de la Vendimia. Dirigimos una pregunta a nuestros pequeños: ¿Qué sabemos sobre ‘la vendimia’? En ese instante, acertó a 'pasar un ángel' y nos invadió el silencio, como pocas veces sucede en nuestras aulas. Volvimos a lanzar la pregunta y alguien levantó la mano, algo inseguro, y nos contestó: 'la vendimia es la uva'.

A partir de este momento descubrieron que todas las respuestas eran aceptadas y, que ellos ‘sabían’ cosas sobre la ‘lección’ que se estaba tratando en clase: la vendimia. La situación continuó, o mejor dicho cambió… la clase estaba enfrascada en una verdadera lluvia de ideas. Unos y otros, se agolpaban, diciendo…

         - Cuando las uvas se caen es que están podridas...
         - Otras se ponen viejas y dulces.
         - Los hombres cortan las uvas con las tijeras del campo.
         - La uva la dejan en una cesta para la uva...
         - Después pisan la uva para hacer zumo.
         - Y... hay un vino que se llama fino.
         - La veleta de Tío Pepe es de vino... No es un cubo es un barril.
         - La venencia sirve para coger el vino del cubo y echarlo en la copa...

Un día, en clase, entre todos, decidimos escribirles una carta. A medida que avanzaban en las respuestas, surgían nuevas preguntas...

Seño y, ¿Cómo se hace el zumo y… el vino? Y ¿Cómo se recoge la uva? ¿Cómo se pisa la uva? ¿Cómo crece?...


El debate ocupó pasillos, entradas y salidas, recreos y, sobre todo, las reuniones semanales del profesorado, donde se entrelazaban las ideas que iban surgiendo con la normativa vigente y con la voz de los niños, parte esencial de esta historia.

Iniciamos el camino a partir de lo que el alumnado sentía, le emocionaba y le era familiar. La energía necesaria, la motivación para aprender, el esfuerzo y el interés surgieron de lo que observaban diariamente en su familia, en sus vecinos… Esta visión del aprendizaje nos llevó, necesariamente, a solicitar la ayuda de todos y, de una manera especial, de las familias. Un día, en clase, entre todos, decidimos escribirles una carta.

Alentándoles a hacerse más y más preguntas...  vivir, experimentar… la elaboración del vinoCon la información que trajeron de casa, la consulta de libros, y los datos buscados en Internet, pudieron progresar en las respuestas y en nuevos interrogantes. El profesorado, decidió asumir el ‘rol' ―a veces nada fácil― de promotor, alentándoles a hacerse más y más preguntas, formulando pequeñas y grandes tareas, ajustadas a distintos ritmos y habilidades. Pretendíamos que cada uno pudiera ir construyendo un contenido, un estilo y un propósito, merecedor de ser aprendido.

De esta manera llegamos al momento más deseado por todos: vivir, experimentar… la elaboración del vino. No estábamos solos, contábamos con la ayuda de las familias y de otros docentes del centro que colaboraron facilitando utensilios, comprando uva, pisándola y ayudando a la elaboración del mosto.

         - Seño ¿Qué vamos a hacer con la uva que no hemos pisado? Pregunta una niña.
         - Nos la comemos. Le responde un compañero.

Este diálogo nos permitió confeccionar una sencilla receta: “Brochetas de uva y queso”, que convertimos en tarea curricular, trabajando la inteligencia lingüística y la lógica-matemática.

El profesorado era muy consciente de que esta situación de aprendizaje, búsqueda, selección, organización, comunicación y representación de la información, permitía acercar al aula el conocimiento y la interacción con el entorno social y cultural.

Permitía acercar al aula el conocimiento y la interacción con el entorno social y cultural.

A estas alturas, ya estábamos en plenas fiestas de la vendimia, por lo que se disponía de información privilegiada acerca de la cultura de la ciudad. Tuvimos la oportunidad de escuchar distintas historias sobre la elaboración del vino, algunas, incluso, procedentes de la mitología griega. Fue una auténtica oportunidad para relacionar la historia con las emociones despertadas por la belleza del arte, la proporción y el color. Buscamos y encontramos manifestaciones de esta labor ancestral en nuestras calles. La prensa escrita nos proporcionó noticias de nuestra fiesta y ‘disfrutamos’ de lo bonito que era el cartel del año.

Y como no queremos que se nos olvide nada, todo lo que íbamos descubriendo lo registrábamos en nuestro libro de la vendimia que forma parte de nuestra biblioteca de aula. Para cerrar el proyecto, visitamos una viña escuela y las monitoras se quedan ‘boquiabiertas’ cuando contestamos a sus preguntas antes de pasar por los talleres. 

Gracias a esta experiencia pudimos ‘sentir’ y constatar la actividad intelectual, emocional, motriz y relacional desplegada por nuestros alumnos. Las familias contagiadas del entusiasmo, se implicaron en una estrecha colaboración con el colegio. El equipo directivo pudo descubrir el acierto de su labor de apoyo pedagógico por contribuir a la mejora de nuestra competencia profesional, y nosotros, como docentes, nos hemos sentido recompensados en cada sonrisa, en cada cara de sorpresa y entusiasmo de nuestros alumnos, en la confianza con la que las familias dejan cada mañana a sus hijos en el centro, en la complicidad que surge entre nosotros como profesionales percibiendo que 'hablamos el mismo lenguaje pedagógico'.

(*) Esta experiencia ha sido desarrollada y relatada por: Verónica González de los Santos (Tutora Infantil 3 años), Olga Rodríguez López (Tutora Infantil 3 años), Francisco Javier Torres Martínez (Tutor Infantil 3 años), Gemma Cardenete Ropero (Tutora Infantil 4 años), Carmen Eulalia Gutiérrez García (Tutora Infantil 4 años, Blog), María Valle Porras Martín (Tutora Infantil 4 años), María Luisa Rincón Piulestán (Jefa de estudios y maestra de apoyo a Infantil) y Polonia Vázquez Florido (Maestra de apoyo Infantil).

Agradecimiento a la labor de difusión realizada por Clave XXI

Sobre el autor

Rodrigo J. GarcíaRodrigo J. García. Doctor en Ciencias de la Educación. Premio Nacional de Investigación Educativa (MEC.CIDE). Ha sido Asesor del Gabinete Técnico del Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid y Asesor Técnico Docente de Renovación Pedagógica y Formación del Profesorado de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. Ha colaborado en el fortalecimiento de los movimientos de innovación educativa, impulsando el Portal Innova: una plataforma virtual de difusión de movimientos y prácticas de escuelas democráticas. Forma parte de diversos colectivos profesionales de mejora escolar (Atlántida, ADEME, Foro de Sevilla…). Es asesor para el desarrollo de prácticas democráticas de aprendizaje en instituciones educativas.

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Rodrigo J. García

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