Julio Megía Sanmiguel (@julito_ms) y Matilde Cedenilla Magán (@mtecno), profesor y profesora de Tecnología del Instituto Público de Educación Secundaria ‘Sefarad’ de Toledo, describen su cotidiano trabajo de aula con estudiantes de primero de Bachillerato.
Se observa mucha actividad en el aula. Los estudiantes se mueven libremente desde la ‘zona de pruebas’ (el vestíbulo del edificio donde se encuentran los talleres de Tecnología) a las mesas de ordenadores, donde elaboran las rutinas de programación para sus robots.
Llevan varias semanas trabajando y quieren que todo funcione correctamente, que no se les ‘vaya de las manos’ y que, por no haber tenido en cuenta algún detalle, el resultado 'de al traste' con el proyecto y las expectativas depositadas.
Uno de los equipos se encuentra en la ‘zona de pruebas’ con su robot. El funcionamiento no es el esperado. Vuelven a la mesa y modifican el programa informático, tratando de solucionar el problema detectado. Hablan entre ellos y proponen diferentes opciones. Quieren descubrir porqué aún no han conseguido que ‘el robot detecte la lata’.
¿Latas y robots? ¿Trabajar en el vestíbulo? Es una clase en la que los estudiantes están realizando las últimas pruebas antes de participar en ‘Robocampeones'. Un concurso que ya conocen; se lo contaron los compañeros del año pasado. No ganaron ninguna prueba, pero este año están seguros de conseguir el reconocimiento que se merecen.
‘Robocampeones' es un encuentro de robótica educativa, que organiza el profesorado de los departamentos de Tecnología de variosinstitutos, en el que chicos y chicas de ESO y Bachillerato se reúnen para compartir sus trabajos.
Este año han construido un robot que va a participar en la prueba del rescate australiano; una de las muchas iniciativas que pueden diseñarse para este tipo de encuentros. El robot tiene que seguir un camino marcado con una línea negra sobre un tablero blanco. El camino termina en el borde de un recinto cerrado, marcado también con una línea negra. Dentro del recinto hay una lata de refresco, forrada de papel blanco, el robot tiene que descubrir dónde está la lata y arrastrarla fuera del recinto. Cada equipo tratará de conseguirlo en el menor tiempo posible.
Desde hace cuatro años, el profesorado del departamento de Tecnología del IES Sefarad incorpora la robótica en su programación. Buscan un entorno educativo propicio para que el estudiante aprenda a resolver problemas técnicos con creatividad, utilizando habilidades de razonamiento lógico, de experimentación con equipos tecnológicos, y desarrollando una secuencia de investigación: planteamiento del proyecto, planificación de las tareas, organización del trabajo, indagación y búsqueda de información, diseño y construcción del robot, programación informática de su funcionamiento, análisis de resultados, evaluación de logros, corrección de errores y solución final................ .................... ..................
El profesor observa el trabajo de cada equipo, anota y dialoga con cada estudiante, trata de entender el proceso cognitivo, actitudinal y relacional que cada uno ha desplegado y, al final, comenta sus observaciones con todo el grupo. No hace exposiciones para toda la clase; trata de desempeñar un papel de supervisor y guía de la labor de cada equipo y de cada alumno al tiempo que va construyendo y modulando su propio aprendizaje, hasta llegar a resolver el problema planteado.
Suena el timbre, pero los equipos están tan enfrascados en su tarea que casi no se han enterado.
- ¿Nos podemos quedar un rato más, profesor?
- Hoy no, después hay otra clase. El tiempo por hoy ha terminado.
Mañana seguirán trabajando en su proyecto. Nuestro propósito está cada día más cerca...
La lectura de este 'post' nos recuerda una cita de Deborah Meier (Investigadora senior en la Escuela Steinhardt de Educación de la Universidad de Nueva York) en uno de sus textos más contundentes: The power of their ideas: Lessons for America from a small school in Harlem, en la que plantea como...
"La enseñanza no consiste en hablar y el aprendizaje en escuchar. Lo que puede suceder, más bien, es que la enseñanza consiste fundamentalmente en escuchar, y el aprendizaje, por su parte, en hablar, contar..."
Rodrigo J. García. Doctor en Ciencias de la Educación. Premio Nacional de Investigación Educativa (MEC.CIDE). Ha sido Asesor del Gabinete Técnico del Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid y Asesor Técnico Docente de Renovación Pedagógica y Formación del Profesorado de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. Ha colaborado en el fortalecimiento de los movimientos de innovación educativa, impulsando el Portal Innova: una plataforma virtual de difusión de movimientos y prácticas de escuelas democráticas. Forma parte de diversos colectivos profesionales de mejora escolar (Atlántida, ADEME, Foro de Sevilla…). Es asesor para el desarrollo de prácticas democráticas de aprendizaje en instituciones educativas.
Hay 9 Comentarios
Gracias. Leer experiencias como ésta, me motiva a seguir haciendo una escuela inclusiva pública de calidad.
Publicado por: Alfonso Cortés Alegre | 06/12/2012 11:52:18
Fantástico el planteamiento de este proyecto. Conozco Robocampeones y entusiasma a los alumnos. Sin embargo la nueva ley de educación condena a nuestros jóvenes a un futuro sin la materia de Tecnologías en su curriculum. Si consideras que la Tecnología debe formar parte de la educación de los jóvenes del s. XXI firma aquí:
http://www.change.org/es/peticiones/en-apoyo-de-la-educación-tecnológica
Publicado por: Susana | 05/12/2012 23:31:17
¡Qué experiencia más sugerente! Sin duda hay muchas otras que no conocemos y que podrían , como esta, contagiarnos optimismo es esta época gris.
Publicado por: Pio Maceda | 04/12/2012 15:11:28
"La enseñanza no consiste en hablar y el aprendizaje en escuchar. Lo que puede suceder, más bien, es que la enseñanza consiste fundamentalmente en escuchar, y el aprendizaje, por su parte, en hablar, contar..."
ME RECUERDA A LA PEDAGOGIA DE LAS FACULTADES, DONDE EL DOCENTE ERA QUIEN DEBÍA LLENAR DE CONT. LA MENTE DE SU ALUUMNO, O LA EDUCACION BANCARIA DONDE EL DOCENTE ERA EL TRANMISOR Y EL ALUMNO UN MERO SER PASIIVO, BUENO LA IDEA SE QUE TIENDE ALO CONTRARIO A REINVICAR LA ACCION-REFLEXIONDEL DOCENTE, ALUMNO Y CONTENIDO TENIENDO EN CUENTA EL CONTEXTO, PERO EN UNA CLARA DIALECTICA. EXCELENTE EL ART. PARA REFLEXIONAR LA ACTIVIDAD DE LOS ALUMNOS, NO SU PASIVIDAD Y ACRITICIDAD EN EL PROCESOS DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE. VALE DE STA FE , ARGENTINA.
Publicado por: vale zampichiatti | 03/12/2012 19:04:32
Me encanta el trabajo que se hace desde la aignatura de Tecnología los chicos apernde de otra manera y resuelven los problemas tal como se los van encotrando, no esperan que se los den resultos.
Publicado por: Clara | 03/12/2012 17:15:43
Quizá sea difícil asumir de entrada lo que nos propone Deborah Meier; sin embargo sabemos que esta consideración proviene de un trabajo duro, desarrollado durante muchos años en escuelas situadas en los 'márgenes'. Para mí tiene toda la credibilidad.
Despues de tabajar en situaciones díficiles de aprendiazaje, concluir con esa afirmación, merece el reconocimiento de todos y abrir las puertas a la idea de que 'Si se puede' construir una escuela más justa, para todo@s y de calidad.
Publicado por: Lourdes | 03/12/2012 9:29:11
Diseñar y construir el prototipo de un coche que se mueve es mucho más concreto y tiene más significado que calcular su velocidad o describir el funcionamiento del motor de explosión; además es muy posible que, después de construir el coche, se quieran aprender estas cosas.
Se trata de resolver un problema real, una situación concreta, que no es trivial pero que está dentro de nuestras posibilidades, con todos los conocimientos y habilidades que tenemos en este momento, así como con aquellas que tendremos que adquirir o desarrollar durante el proceso.
Y este enfrentamiento con situaciones en las que somos los protagonistas y no solo los ejecutores debería conducir a una concepción distinta del acierto y el error, el éxito y el fracaso, lo correcto y lo incorrecto, lo verdadero y lo falso y tantas otras dicotomías asociadas a nuestra necesidad de seguridades. Sería una forma de descubrir que el mismo problema se puede resolver de múltiples formas diferentes y que, mientras se buscan, es habitual equivocarse y enmendar lo que se hace, aprendiendo de ello. Esto nos volvería más flexibles y menos propensos a tener prejuicios, que son dos de los requisitos indispensables para enfrentarse a lo desconocido, en oposición a la rigidez y el dogma que suelen acompañar el mundo de lo académico.
http://www.otraspoliticas.com/educacion/educar-para-la-incertidumbre
Publicado por: Enrique | 02/12/2012 18:11:47
La asignatura de Tecnología en la ESO es fundamental para que los alumnos tengan una formación completa. Desde esta asignatura se enseña a mirar el mundo con "otros ojos" y a "pensar" en la solución a los problemas integrando conocimientos del resto de asignaturas.
No permitamos que a nuestros alumnos le priven de esta formación. SI A LA TECNOLOGÍA.
Publicado por: elena_juanelo | 02/12/2012 16:42:52
Fantástico trabajo el de los alumnos y sobre todo el de los docentes. Enhorabuena Julio y Matilde. Desde infantil también creemos en los robot!! Me quedo con es maravillosa cita de Deborah
Publicado por: Sandra | 02/12/2012 12:09:45