Herminia Almeida Lozano profesora del Colegio Público de Educación Infantil y Primaria ‘La Luz’ de ‘La Orotova’ (Tenerife) es miembro de unacomunidad de profesionales de la enseñanza, interesada en el desarrollo de proyectos cooperativos de aula. Con esta experiencia, “Descubrimos China en la clase”, inicia una secuencia de relatos que tratan de superar la brecha existente entre la investigación más contrastada y la práctica docente.
敝 (Mi) colegio está ubicado en el norte de la isla de Tenerife y mi alumnado pertenece a un grupo mixto, de 1º y 2º curso de Educación Primaria. En septiembre, cuando hace mucho calor, después del recreo, mientras descansan, suelo leerles un cuento. De esta manera surgió el proyecto de trabajo que deseo compartir.
Era sobre China y nació de la lectura del cuento “La reina trotamundos en China”.
Empezamos con una lluvia de ideas, despertando curiosidades por este país: sus gentes con ojos rasgados —hasta las cabras chinas los tienen—, su situación geográfica, su gastronomía, su escritura…
Para mantener el interés, se me ocurrió escribir mi nombre en chino, y lo colgué en clase, sin decirles su significado. Todos querÍan saber ‘qué decía’ ese cartelito de la pared...
Era necesario contar con un título y después de debatirlo en grupo, acordamos llamar a nuestro proyecto: “Descubrimos China en la clase”.
Una vez decidido lo que queríamos investigar, formamos cinco grupos de trabajo, aunque nos reuníamos además por parejas, individualmente y en gran grupo. Los grupos intermedios organizaban la información que aportaban las parejas, la clasificaban, le daban sentido y la exponían.
En el grupo que trabajaba sobre la Historia de China, apareció como contenido de investigación: La Gran Muralla. Mostraron interés por su origen, sentido y tamaño, permitiendo introducir la medida y la descomposición numérica.
El primer problema que se presentó fue medir algo que era inmenso, según las fotos, y no contábamos con materiales que nos sirvieran. Propuse, entonces, buscar en clase y encontramos las regletas.
Un segundo problema era que las cajas de regletas estaban descompensadas. Casi todas tenían piezas de un mismo color. Esta situación nos llevo a plantearnos: Qué se podría hacer para que cada caja tuviera un número similar de fichas y medir “una muralla china hecha en clase”.
Volcamos todas las cajas de regletas en el suelo y situamos en el centro las cuatro cajas vacías. Comenzó entonces la discusión:
¿Cómo nos organizamos?
¿De qué forma podemos resolver este entuerto?
¿Cómo vamos a trabajar?
Las regletas estuvieron varios días en el suelo de la clase mientras buscabamos una solución. Por fin se pusieron de acuerdo y acordaron trabajar de dos en dos, un niño de 1º curso con otro de 2º, para poder ayudarse y acompañar a los que se iniciaban en estas prácticas de resolución de problemas.
Separaron las regletas por colores y asignaron cada montón a una pareja. Luego decidieron distribuir la misma cantidad en cada caja y, por último, expusieron al gran grupo sus acuerdos.
Clasificación, conteo, reparto… ya teníamos las regletas en orden. El siguiente problema a resolver era ¿Cómo construir una muralla china en clase con las regletas?
Hubo varias propuestas y al final llegamos al acuerdo de utilizar las regletas naranjas (10 unidades) y, para que nos quepa en nuestras mesas, pondremos 6.
Otro grupo descubrió la gran cantidad de inventos que nos había proporcionado el pueblo chino: la pólvora, la brújula, la imprenta, el papel…
Para trabajar este contenido introduje diferentes textos: narrativos, expositivos, descriptivos e instrucciones de desarrollo de actividades… Aprovechamos una leyenda china sobre el arte de la caligrafía para motivar el descubrimiento de los ideogramas.
Entre todos construimos un panel y tuvimos claro que los ideogramas representan palabras o pensamientos. Cada alumno eligió una palabra y la asoció a un ideograma inventado.
Otra actividad que realizamos, ésta individual, fue identificarnos afectivamente con una palabra y representarla. Pusimos en marcha, además, una nueva iniciativa: inventar un mensaje para todos; nos decidimos por “Hay que trabajar duro y nunca rendirse”.
El grupo que reunía información sobre las artes marciales descubrió que antes eran artes bélicas y de defensa, hoy son prácticas de meditación y trabajo del cuerpo.
Para ocuparnos de este contenido decidimos pedir la colaboración de una madre, que residió un tiempo en Shangay, siguiendo a su maestro de Tai-Chí. Esta circunstancia nos suscitó otra cuestión: Si viene la madre de Carlos ¿Cómo nos organizaremos para preguntarle?
Confeccionaron una entrevista, teniendo en cuenta lo que ya habían visto, conocido… y lo que les interesaba saber. Se dieron cuenta de que debían presentarse, recoger las intervenciones de la entrevistada y, además, tendrían que pensar en algún encargado por grupo que le hiciese las preguntas.
El grupo que asumió el bloque de Geografía, además de informarnos de la situación del país, el continente al que pertenece y algunos referentes del entorno… nos manifestó su sorpresa cuando averiguó que China es el país más poblado del mundo y que, por esta razón, el gobierno chino decidió aplicar la política de hijo único.
Descubrimos que los ojos rasgados son un mecanismo de protección ante los rayos de sol y los fuertes vientos. Recogieron información sobre la vivienda tradicional, la compararon con la China actual, la gastronomía… "Comen rollitos de primavera y bolas de arroz con palillos", "No pronuncian la r", "En China hay Mcdonals"...
Encontraron y mostraron imágenes que contradecían lo que en un principio pensaban.
La búsqueda de información sobre las plantas les desveló que eran iguales que en otros países, pero descubrieron una técnica para hacer que los árboles no crezcan: los bonsáis.
Producciones finales. Con toda la información obtenida realizamos un panel. También un dossier donde incluimos fichas de trabajo realizadas, documentación en papel, fotografías… Además de un trabajo artístico individual (ideogramas), dos colectivos (panel abecedario y mensaje) y una presentación a las familias.
Utilizando esta metodología de proyectos colaborativos de trabajo escolar me he podido dar cuenta cómo se fomenta la autonomía en el aprendizaje, el trabajo cooperativo de grupo, la aceptación de responsabilidades… He comprobado que los niños y las niñas aprenden más y mejor, siendo también más felices, sin olvidar la satisfacción que muestran las familias, al ser partícipes del proceso de aprendizaje de sus hijos.
imagen: Pintura de Yang Yuanyuan, referenciada en The Jealous Curator