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Escuelas en Red

Dando la ‘nota’… ♫

Por: | 23 de marzo de 2014


Fuente: Niña escribiendo en el muro. Plantillas de PolarBear. París. En: SAATCHI ART
Fuente: Niña escribiendo en el muro. Plantillas de PolarBear. París. En: SAATCHI ART

Emi Pérez López, profesora de música del 2º ciclo de Educación Primaria y jefa de estudios del Colegio Público ‘Nuestra Señora de La Fuencisla’, en el barrio de Usera (Madrid), define con su experiencia el papel relevante de la educación musical en el desarrollo pleno de nuestros estudiantes.

Mi ocupación —explica Emi— tiene que ser la de cuidar que el alumnado se sienta ‘importante’ en el centro. Cada estudiante necesita descubrir lo que siente, lo que piensa y sus relaciones con los demás y comprobar que todo esto es ‘importante’ para la comunidad escolar de la que forma parte.

Con la educación musical el alumnado se siente único, gran parte de lo que hace tiene repercusión social, tiene sentido...; otros lo ven, lo comentan… se ilusionan y se sienten con la necesidad de afanarse y ‘actuar’ de la mejor manera.

Todas estas percepciones, sensaciones… construyen una personalidad segura de sí misma y ‘cómplice’ de los demás, con iniciativa personal, con una generosa expresión creativa… que disfruta de lo que aprende, que ‘goza’ con lo bello, con lo artístico… y que permite mostrase abierto a lo imprevisto, a lo que queda ‘por venir’. Actitudes que son contenidos de trabajo de la educación musical. Construyen una personalidad segura de sí misma y ‘cómplice’ de los demás

Sin embargo, la música como lenguaje de aprendizaje, en nuestro ordenamiento curricular, ha dejado de considerarse un contenido ‘troncal’, de obligado aprendizaje para cualquier estudiante de Educación Primaria. La recientemente aprobada Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), entiende que este aprendizaje es ‘opcional’, corriendo el riesgo de que muchos de nuestros alumnos acaben esta etapa educativa sin haber tenido la oportunidad de acercase, desde la escuela, a la música. Y, en este caso ¿cómo pintaré lo que siento y cómo cantaré lo que pienso? (enunciado de la campaña desplegada en Internet por el profesorado de educación artística).

En estos tiempos difíciles para materias que “distraen”,  la labor realizada por el Colegio Público ‘Nuestra Señora de la Fuencisla’ deja constancia del poder de la música para vivir y compartir experiencias educativas emocionantes, cooperativas y promotoras de mejora y satisfacción personal.

En el verano de 2011, por ejemplo, fruto de las conversaciones mantenidas, en redes virtuales, entre maestros de educación musical, nació "Kantaconmigo". Un proyecto que comenzó de la mano de “FlautateKa”, administrado por Juan José Flores, y cuyo propósito, entre otros, era “utilizar el conocimiento de la técnica vocal  básica en el análisis de producciones artísticas propias y ajenas. Así como, crear confianza en las propias elaboraciones, disfrutando con su realización y apreciando su contribución al goce y bienestar personal”. Fruto de las conversaciones mantenidas, en redes virtuales, entre maestros de educación musical nació 'Kantaconmigo'.

Estos proyectos y otros similares crecieron y proliferaron. Consiguieron, en este caso y entre otros beneficios, compartir canciones interpretadas por todos con la flauta  (Proyecto FlautateKa) además de crear un repositorio de composiciones, que los profesores de música y su alumnado pudieron y pueden aprovechar y utilizar.

La labor profesional de un docente necesita de la actitud y la actividad complementaria de las familias. Algo que se facilita, de manera especial, con las actividades de educación musical por la fuerte motivación que contagia y por el interés que despierta todo lo que los estudiantes  —sus hijos— aprenden y comparten en la clase de música. Razón, por la cual, Emi construyó el blog de “Algo suena en la Fuencisla”, mediante el que informa continuamente a las familias de los aprendizajes que se van desarrollando en el aula. Una de las madres comenta…

“Mi hija es alumna de tercero en el colegio La Fuencisla y es el primer año que toca un instrumento. Para mí, es toda una sorpresa y una satisfacción. Los días que tiene clase de música va entusiasmada al cole y cuando vuelve a casa no puede esperar para practicar la siguiente canción... Su motivación es increíble...”

Emi atestigua que… “la clase de música es el marco ideal para trabajar la creatividad, que al igual que las demás cosas, también se aprende, y para aprender a ser consumidores críticos, respetando las producciones de los demás, valorando su trabajo. Creamos y respetamos desde la diversidad y multiculturalidad, al tiempo que aprendemos a trabajar en equipo”.

La música como lenguaje se presta a ser un magnífico soporte de capacidades y habilidades para el aprendizaje. La educación musical pone en juego y desarrolla habilidades perceptivas, de expresión y de comunicación; indispensables para un mayor y mejor y desarrollo personal y social.

La música como comunicación de afectos, se aprende en la acción, la composición, el análisis y la interpretación. Todo alumno es deudor de sus emociones que, por otra parte, necesita compartir con los demás. La música es un recurso privilegiado, una vía plausible de canalización y recreación.

Este constante empeño por trabajar colectivamente, en equipo, y por crear música, empujó a Emi a ir mucho más allá. Buscaron cómplices y compañeros musicales, traspasaron los límites de la escuela y decidieron compartir su música en vivo con otros centros escolares.Al final, lo consiguieron, dando vida a un nuevo proyecto: ¡USERA SUENA!

Al final, lo consiguieron, dando vida a un nuevo proyecto: ¡USERA SUENA!

Disfrutaron en su primer encuentro musical, a finales de abril de 2013, invitados por el Colegio Público CIUDAD DE JAÉN (en el distrito de Usera) y por Carlos Giménez, su profesor de música. Cantaron todos, una composición creada por Carlos, para la ocasión, ‘sonaron’ juntos y tuvieron la oportunidad, una vez más, de compartir emociones a través de la música.

Después de ese primer encuentro el alumnado regresó feliz al colegio, con sentimientos que hasta ahora no habían vivido. Conocieron compañeros con las mismas inquietudes musicales, la misma ilusión y ganas de compartir.

— “Esto hay que repetirlo, profe”
— “Ha estado guay”
— “¿Cuándo les invitamos a que vengan a nuestro cole?”
— “Tenemos que hacerlo bien ¡eh!  Si hace falta, ensayamos en el recreo, profe”.

Así que no se pudo demorar mucho el 2º encuentro, y el día de Sta. Cecilia (Noviembre 2013) se repitió la magia.

—  “Profe, ¿por qué estoy llorando?...”.
—  “… de emoción. A eso se le llama emocionarse”…

Habrá más música, emociones y aprendizaje compartido. La música nos une, y habrá más encuentros y con más colegios. Estamos seguros de que otros colegios se nos unirán.

¿Quién dijo que la música no era importante? En el Colegio '...la Fuencisla', damos la nota..

Despierta escuela, despierta y mira

Por: | 09 de marzo de 2014

De particular preocupación les resultaban las escuelas y las universidades que, decían, no cumplían bien su tarea de ‘adoctrinar a los jóvenes’ convenientemente: el activismo estudiantil —el movimiento de derechos civiles, el movimiento antibelicista, el movimiento feminista, los movimientos ambientalistas— probaba que los jóvenes no estaban correctamente adoctrinados”. [Noam Chomsky, 2014: Sobre el trabajo académico... sinpermiso.fo]

Loretta Lux, Estudio de un Boy 3, 2002. Colección SFMOMA. San Francisco Museum of Modern Art

Llegar a un aula donde no hay nada y hacer crecer un huerto, podría parecer una osadía, sin embargo a mí me pareció lo más conveniente… ¡Que ilusión! ¿No?

Colegio Público de Educación Infantil y Primaria “Inés Relaño” de Almería
Colegio Público de Educación Infantil y Primaria
“Inés Relaño” de Almería

Con ese aliento inicial esta experiencia  se convirtió en el proyecto docente preferido de Carmen Cañabate Carmona, maestra del Colegio Público de Educación Infantil y Primaria “Inés Relaño” de Almería.

Cuando comenzó el curso no se imaginaban que iba a ser posible, que serían capaces de desarrollar el proyecto entre todos y con éxito; a pesar de lo sencillo que puede parecernos ahora que se encuentra en marcha.

Esta iniciativa de investigación y de trabajo de aula se desplegó el pasado curso, cuando Carmen después de un tiempo alejada de las aulas se incorporó al mencionado centro, comenzando su tarea con un grupo de alumnos y alumnas de 1º de Educación Primaria.

Llegaría un batallón de afanosas personas de seis años, creativas, entusiastas y con fuerzas para transformar este lugar en un sitio acogedor, repleto de posibilidades de aprendizajeEl inicio fue un poco duro, tuvo que empezar por conseguir “algunos recursos de aula”. El espacio estaba bastante huérfano de materiales, revelando un ambiente empobrecido de aprendizaje. "A pesar de todo", Carmen confiesa que “albergaba mucha ilusión”: era consciente de que, en una semana, le llegaría un batallón de afanosas personas de seis años, creativas, entusiastas y con fuerzas para transformar este lugar en un sitio acogedor, repleto de posibilidades de aprendizaje”.

Es cuando Carmen se plantea ¿por qué no proyectar, en este entorno en principio no muy propicio, la gestación de un huerto escolar? Esto sí que podría ser un prometedor recurso de aprendizaje.
Reciclaron los cartones de leche, fabricando Calendarios de Mesa
El primer problema que debía resolver era el espacio. Disponían de un “minipatio” interior que servía de iluminación a la clase y con el que, como casi nadie lo usaba, se sintieron afortunados: les pareció ideal para sus plantaciones.

Buscaron en Internet información sobre huertos urbanos y pudieron hacerse con algunos ejemplos: pequeños huertos en terrazas y en otros lugares que podrían parecerse a su pequeño patio.Les gustó la idea de plantar en garrafas de agua; además de muy barato, les servía para trabajar de manera colectiva la rutina de reciclar. Guardaban, también, para el semillero inicial, los botes de zumo que traían para el desayuno, los vasitos de yogurt, las bandejas donde se envasa la carne... e incluso reciclaron los cartones de leche, fabricando calendarios de mesa.

Decidido el espacio y contando con que los primeros materiales estaban al alcance, lo único que les faltaba era tierra y semillas para plantar, así que Carmen pensó que “los recortes del Señor Wert” aún le dejaban margen para comprar un par de sacos de tierra y unas semillas.

Pero el huerto era, ante todo, un recurso educativo que debía cumplir su propósito de promover aprendizajes sobre las plantas y sobre el propio proceso creativo de aprender. Se comenzó buscando información…

Efectivamente, el huerto como recurso educativo les permitió aprender sobre las plantas, la agricultura, experimentar

Ahora estamos en la fase de pasar los plantones a lo que va a ser nuestro ‘huerto escolar urbano’. Cuando hemos ido a trasplantar, nos hemos dado cuenta de que las plantas al crecer se inclinaban todas hacia un lado y todas hacia el mismo.

14.02 HuertoAsí que les pregunté a mis investigadoras e investigadores por qué creían que todas se ‘torcían hacia el mismo lado’ y éstas fueron las respuestas:
.- Se están secando,
.- Les falta agua.
.- Se van a ‘pudrir’
.- Van buscando el agua.
Todas las razones que daban apuntaban a relacionar ‘el suceso’ con la falta de agua.
Casualmente habíamos dejado un envase con agua en el lado hacia el que giraban, así que todo el grupo percibía que esa podía ser la razón y no alcanzaron a aportar otra.
Para probar las hipótesis, les planteé que íbamos a hacer un experimento para ver si estaban en lo cierto:
.- Por un lado, regamos un grupo de plantas y otro no, para comprobar si al tener agua suficiente crecían rectas hacia arriba.
.- Por otro lado, por si la hipótesis adecuada era que iban buscando el agua del envase, lo cambiamos de lugar y lo pusimos justo al lado contrario.
Pudimos comprobar que nuestras hipótesis eran falsas y que a pesar de los cambios producidos, todas nuestras plantas seguían un poco inclinadas hacia el mismo sitio. Pues habría que buscar otras razones, les dije; y después de pensar un rato, escuchamos una “vocecilla” revelando que... iban buscando la luz de la ventana.

Así que renovamos nuestro experimento, les dimos la vuelta a todas para ver si cambiaban la inclinación de nuevo hacia la ventana y a unas pocas nos las llevamos a un rincón lejano y más oscuro, también giradas hacia donde no había luz y esperamos a ver los resultados...
Dos días después pudimos comprobar que cambiaban de rumbo y se inclinaban hacia la luz de la ventana.
.- ¡Ha ganado el experimento! ¡Ha ganado el experimento! Se oía gritar con entusiasmo, y los demás miraban entre sorprendidos y divertidos con el nuevo descubrimiento.
De repente pensé que algo así debió sentir Newton con aquello de la manzana."
[Carmen Cañabate.“Hipótesis y experimentos”, en su blog: Estrellas de primero.]

También aprendimos matemáticas, lengua, tecnologías de la información y de la comunicación (TIC)...

Aprender con proyectos —insiste Carmen—significa ser consciente de que el aprendizaje no está parcelado, como se empeñan en mostrarnos los libros de texto. Las áreas y los contenidos curriculares se mezclan de manera tal, que muchas veces es difícil identificar si estás contribuyendo al aprendizaje de la lengua o de las ‘mates’ o estás trabajando “cono (conocimiento del medio).

No solo se rompen las fronteras entre temáticas, horarios… sino la organización clásica del aula. Se hace precisa una autentica transformación. En este caso, para éste y otros proyectos, se trabajó por rincones.
Se hace precisa una autentica transformación. En este caso, para este y otros proyectos, se trabajó por rincones
Esta reorganización del espacio del aula permitió el trabajo en colaboración y en pequeño grupo, lo que hacía posible que, en el mismo momento, no todos los alumnos se encontrasen haciendo lo mismo, sino que se dejaban llevar más por sus intereses y habilidades. El aula se inundaba de inquietud y de ilusión por aprender, incluso en quienes presentaban más dificultades.

En el proyecto del ‘huerto escolar urbano’, el rincón de la ciencia se convirtió en un vivero y en lugar de observación e investigación. En el rincón de la biblioteca y en el del ordenador se buscaba información sobre el modo de hacer las plantaciones.

“ ‘De a poquito’ como decía Myriam Nemirovsky fuimos consiguiendo que nuestra biblioteca fuese la parte más importante de la clase, y os iremos contando, también ‘de a poquito’, nuestros logros porque queremos que sea un lugar interesante, divertido… que nos ayude a aprender sobre cosas importantes”. Escribía Carmen en una de las entradas de su blog: ‘Cuentos de brujas y otras zarandajas.

Después, cada grupo preparaba una exposición oral sobre lo que había plantado, contando a los demás las razones que le habían llevado a hacerlo, cómo… y, además, haciendo partícipe al resto de la clase de algunas características vitales de sus plantas. Esta actividad les permitió, además, trabajar la exposición oral y el valor de un buen guion escrito, que sirviera de apoyo a la exposición.

“Hemos aprendido…
•   qué es un ‘índice’,
•   para qué sirve,
•   también, que a veces se le sustituye por la palabra ‘sumario’,
•   que en los libros temáticos, cuando buscamos información, no es necesario
    leerlo todo ni empezar por el principio,

•   vocabulario a veces complejo y sin que se lo 'empequeñezca' nadie para que lo
    entiendan.

•   a seleccionar información relevante, relacionada con una búsqueda previa,
•   a contar a los demás lo que hemos encontrado,
•   a interactuar con un grupo,
•   a tomar decisiones conjuntas,
•   y más información acerca de las plantas: sus partes, cómo crecen, su ciclo
   de vida
...”

[Carmen Cañabate, “Ampliamos nuestra información sobre las plantas”, en su blog: Estrellas de primero.]

La evaluación del trabajo y de los aprendizajes también fue una tarea compartida; a través de las grabaciones se pudieron analizar las exposiciones y mejorar, para otras ocasiones, el rol de ponentes y de oyentes.

También descubrieron en la maceta de los rabanitos una comunidad de gusanos de un verde intenso y que estaban muy "lustrosos". Les encantó verlos y por eso los grabaron y lo compartieron en su blog: “Las estrellas de primero”.

Por último, comenta Carmen, pudimos comer unas pequeñas pero ricas patatas y unos rabanitos recogidos de nuestro huerto. Eso sí, tocamos a poquito pero al menos los probamos y de los errores aprendimos a mejorar para las siguientes siembras.

Hay programas para jardines de infancia en los que se da a cada niño, por ejemplo, una colección de pequeñas piezas: guijarros, conchas, semillas y cosas por el estilo. Se propone entonces a la clase la tarea de descubrir cuáles son las semillas. Empieza con lo que llaman una ‘conferencia científica’: los niños hablan entre sí y tratan de imaginarse cuáles son semillas. Y, claro, hay algún maestro que orienta, pero la idea es dejar que los niños vayan pensando. Luego de un rato, intentan varios experimentos tendentes a averiguar cuáles son las semillas […]. Esos niños aprenden realmente algo: no sólo algo sobre las semillas y sobre lo que las hace crecer; también aprenden algo sobre los procesos de descubrimiento. (Noam Chomsky, 2014: Sobre el trabajo académico… sinpermiso.info)


(*)
El título de la presente entrada adopta el nombre de uno de los trabajos del fallecido cantante español de Rock Germán Coppini López-Tormos: Despierta Escuela.

Sobre el autor

Rodrigo J. GarcíaRodrigo J. García. Doctor en Ciencias de la Educación. Premio Nacional de Investigación Educativa (MEC.CIDE). Ha sido Asesor del Gabinete Técnico del Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid y Asesor Técnico Docente de Renovación Pedagógica y Formación del Profesorado de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. Ha colaborado en el fortalecimiento de los movimientos de innovación educativa, impulsando el Portal Innova: una plataforma virtual de difusión de movimientos y prácticas de escuelas democráticas. Forma parte de diversos colectivos profesionales de mejora escolar (Atlántida, ADEME, Foro de Sevilla…). Es asesor para el desarrollo de prácticas democráticas de aprendizaje en instituciones educativas.

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Rodrigo J. García

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