Sí se puede
— pero en muchas ocasiones no se puede, y lo importante, entonces, es no dejarse quebrar
(Jorge Riechmann, “PODER Y NO PODER”, Marca(da) España. Amargord Ediciones).
— ¿Conocéis la frase ‘Lo hicieron porque no sabían que era imposible’?
.....Preguntó el profesor...
El 1 de septiembre de 2014 comenzó a funcionar, en la población de Estación de Cártama, en Málaga, un nuevo centro educativo. Un Instituto Público de Educación Secundaria (IES), denominado ‘Proyecto Cártama’. Denominación utilizada, mucho antes de su puesta en marcha, por un grupo de docentes que apostaron por la innovación educativa.
Este relato, que refiere José María Ruiz Palomo, profesor de enseñanza secundaria y director del instituto, comienza en un día del mes de mayo de 2013, cuando el equipo de profesionales que soñaba con esta aventura pedagógica, se reunió por primera vez en Málaga y decidió apostar por la invención, planificación y desarrollo de un centro diferente. Una institución escolar vinculada a los resultados de la investigación y a las experiencias valiosas y contrastadas de innovación educativa.
Esta iniciativa, dejo de ser un sueño y pasó a ser realidad, gracias a la vía reglamentaria establecida por la Junta de Andalucía de configurar equipos docentes, en centros de nueva creación, que presenten proyectos educativos bien fundamentados.
Este proyecto, elaborado con reflexiones y propuestas formuladas y acordadas, se presentó en la Delegación de la Consejería de Educación de Málaga; como ya hemos adelantado, hoy es un hecho.
Proyecto Cártama: Documento de fundamentación del Proyecto
Su denominación oficial, sin embargo, será otra; el Instituto adoptará el nombre de ‘Cartima’. Una denominación que fue acordada el pasado 27 de octubre, mediante el desarrollo de una tarea formativa de construcción colectiva (“Dame tu nombre”).
Una tarea, una iniciativa pedagógica… en la que participó toda la comunidad educativa, pronunciándose con su voto ante un amplio abanico de propuestas planteadas y defendidas por los estudiantes. Estas denominaciones debían estar fundamentadas por una investigación ‘ad-hoc’, avaladas por los vecinos de ‘Estación de Cártama’, que quisieran apoyar el nombre propuesto, y presentadas de manera argumentada en público.
— ¿Pero, el nombre de verdad del instituto, profe?
Preguntó una alumna durante el lanzamiento de esta iniciativa.
— Claro, el que va a tener en la fachada para siempre el edificio…
Le contestó el profesor.
— ¿Y, nosotros podemos hacer eso?
Preguntaba otra alumna, con cierta incredulidad.
— ¿Conocéis la frase ‘Lo hicieron porque no sabían que era imposible’?
Replicó el profesor.
— No.
Respondieron varias estudiantes.
— ¿Qué haríais si yo os dijera que esta aspiración es imposible de realizar?
Insistió el profesor.
— Pues, no hacerlo.
Se oyó, desde el fondo… entre risas.
— Sin embargo, este proyecto que iniciamos, sí vamos a conseguirlo.
Sentenció el profesor.
Documento didáctico utilizado en la tarea formativa y colectiva 'Dame tu nombre'.
Hasta veinte nombres se defendieron, y la comisión que gestionó el proceso, seleccionó tres, aquellos que mejor fundamentaban la propuesta con una seria documentación, selección y contraste de fuentes de información fiables, con un trabajo en equipo valioso y una adecuada presentación y defensa pública.
Proyecto "Dame tu nombre" - IES Cartima. La defensa de una propuesta
La descripción de esta situación didáctica sirve también para ilustrar la concepción sobre educación que defiende el equipo docente. Un proyecto, que según los documentos facilitados, descansa en cuatro ejes: el aprendizaje basado en proyectos, la creación de una comunidad educativa sólida y participativa, la formación del profesorado y la educación emocional.
José María comenta que el equipo docente(*) quiere ‘dotar de sentido’ su labor, identificando las oportunidades de aprendizaje que brinda la realidad. Especialmente aquellas vinculadas al entorno más inmediato del estudiante, las que alcanzan un alto grado de relevancia para ellos… y que se traducen en un mayor compromiso con el aprendizaje.
A l acabar esta tarea y este proceso de fundamentación, defensa y decisión colectiva se abordó ese otro trabajo de reflexión sobre el desarrollo seguido, sobre las vivencias. Elementos claves para hacer consciente el sentido, el procedimiento, la utilidad y la relevancia del resultado y de lo aprendido.
— Profesor(1):
¿A alguien le sorprende que hayáis estado trabajando en tantos espacios distintos (Biblioteca, Rincón de proyectos, Aula de mediadores, despacho de Dirección, Secretaría, Aula de clase…) cada grupo con un iPad y sin un profesor vigilando?
— Alumna:
Pues la verdad profe, sí…. Es bastante raro.
— Profesor(2):
¿Por qué pensáis que lo hemos hecho?
— Alumno:
Porque parece que confiáis en nosotros y porque os preguntamos, cuando no nos sale algo, mientras trabajamos…
— Profesor(2):
¿Cómo os habéis sentido, cuando se confía en vosotros?
— Alumna:
Muy bien.
— Profesor(1):
¿Confiaríais vosotros en una persona que no fuera responsable?
— Alumno:
Claro que no.
— Profesor(1):
Por eso confiamos en vosotros, porque consideramos que sois responsables; de hecho, al final de la mañana todo el mundo entregó el iPad y, en general, el trabajo muy avanzado ¿no?
— Alumno:
Sí; aunque no todos los del grupo trabajan, profe.
— Profesor(1):
Seguramente tendremos que aprender a trabajar en grupo.
José María manifiesta que si tuviera que resumir esta apuesta de una forma sencilla, el binomio confianza-responsabilidad sería el más apropiado.
El equipo docente está convencido de la necesidad de depositar mucha confianza en el alumnado y a cambio exigirle una actitud y un comportamiento responsable. Cuando descubren que pueden establecer, acordar y fijar las normas, por ejemplo, para usar los móviles y las tabletas en clase, o las reglas de convivencia del centro, cuando toman conciencia de que su voz es escuchada, que son importantes para las instituciones, que sus opiniones ‘importan’, son tenidas en cuenta… entonces se muestran capaces de manifestar el mayor de los respetos y un fuerte compromiso.
Esta actitud y esta identificación con el comportamiento responsable no se consiguen de manera inmediata, instantánea… es fruto de todo un proceso planificado curricularmente y que ‘sucede’, ocurre… en el interior de cada estudiante. Un aprendizaje que evoluciona a ritmos distintos y con condicionantes muy diferentes. Cada alumno y cada alumna es un mundo repleto de singularidades y posibilidades.
Las familias también han participado de este aprendizaje; es una tarea incuestionable. Como sabemos por los resultados de las investigaciones en el ámbito educativo, en cualquier proceso de innovación escolar es esencial involucrar a toda la comunidad, de tal manera, que sea un proyecto deseado y conquistado por todas las personas relacionadas, de lo contrario el riesgo de fracaso es muy alto.
Trabajando en un Proyecto de Ciencias Sociales
Estamos contemplando una apuesta pedagógica que renuncia al libro de texto, que prioriza el desarrollo humano, que permite, entre otros recursos, el uso de móviles y tabletas en el aula, que rompe los tiempos y los espacios tradicionalmente establecidos en la organización escolar cotidiana, choca frontalmente con muchos esquemas consolidados y despierta razonablemente temores y dudas.
Lecciones de Historia: ¡Explica el Planeta Tierra! (Proyecto de aprendizaje, 1er. Curso ESO)
Estos conceptos pedagógicos y este nuevo ‘modo’ de ir ‘construyendo’ escuela requieren tiempos de trabajo con las familias, dialogando sobre lo que significa promover el máximo desarrollo global de sus hijos e hijas, manteniéndolos informados… y, además, de manera continua.
El Instituto dispone de una web, de una página en Facebook, de una cuenta en Twitter, y de un canal en Youtube. Vías de comunicación que al mismo tiempo contribuyen a configurar una escuela abierta al mundo, a las influencias de otros centros, a otros profesionales nacionales o extranjeros; queremos ser una escuela que aprende.
El trabajo con familias ha reportado mucha satisfacción. José María comenta que les deben un enorme agradecimiento por la ayuda recibida en los momentos de mayor dificultad que supone la puesta en marcha de un nuevo centro y entiende, además, como algo natural que existan familias que muestren reticencias ante este otro ‘estilo’ de definir una escuela y la educación.
— Alumna:
Pues mi padre dice que el año que viene me cambia de instituto, que aquí no estoy aprendiendo nada. Y yo no quiero, tienes que convencer a mi padre, profe.
— Alumno:
El mío dice lo mismo.
— Profesor:
Y vosotros, ¿qué estás haciendo para convencer a vuestros padres de que os dejen seguir en nuestro centro? ¿Hacéis las tareas a diario? ¿Os ven estudiar con regularidad?
— Alumna:
En la fiesta que vamos a hacer al final del trimestre podríamos enseñarles cómo aprendemos.
— Alumno:
Sí, y podríamos organizar clases para padres, con las herramientas TIC que usamos, para que se queden tranquilos y puedan ver lo que hacemos.
— Profesor:
¿Sois capaces de asumir ese compromiso?
— Alumnado:
Pues claro.
El día 18 de diciembre organizaron una jornada en la que se presentó a la comunidad educativa la labor realizada y el resultado obtenido en el trabajo de enseñanza y aprendizaje, a lo largo del primer trimestre. En palabras de Jose María “una suerte de rendición de cuentas”.
Fueron los propios estudiantes los que expusieron sus aprendizajes, poniendo en práctica su competencia comunicativa. Se organizaron y desarrollaron talleres, mostrando a madres y padres el uso de herramientas TIC, como con la radio escolar… El alumnado estaba consiguiendo encontrar y construir sus propias respuestas a situaciones reales que se les iban presentando.
Nada de lo anteriormente expuesto —insiste Jose María— es sencillo; a pesar de que, en estos momentos, el Instituto cuenta sólo con tres grupos de primero de educación secundaria obligatoria. Este primer curso escolar, está suponiendo un reto complejo que exige lo mejor de cada profesional del equipo docente.
En ocasiones, nos invade una cierta sensación de retroceso en lugar de avance, pero las expresiones de las caras de nuestros estudiantes, al llegar al instituto, nos están ‘diciendo’, continuamente, cada mañana... que sigamos, que vamos por buen camino… sin prisa, sin pausa…
(*) La clave este proyecto, pone de manifiesto Jose María, es el equipo excepcional de docentes. El profesorado es el protagonista del cambio en la escuela. Profesionales como Rosa Liarte, Aurora Carretero, Eva Moreno, Araceli Garrido, Joaquín Martínez, David Redondo, Inma Velasco, Ángeles Prieto, José Antonio Martín y Vanesa Alcázar con su compromiso diario hacen posible esa otra escuela, sobre la que seguimos investigando y continuamos promoviendo y defendiendo.
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