Parte II: ‘Al otro lado del espejo’
“Como si hubiera sucedido y ya no fuera. Pero permanece (y habla)”.
Antonio Crespo Massieu, “LO QUE PERMANECE”, Marca(da) España. Amargord Ediciones.
“— Me ha alucinado mucho vuestra forma de trabajar con los niños y las actividades que hacéis.
— Esto es aprendizaje del bueno, del que se te tatúa en el cerebro y se queda para toda la vida”.
Diálogos del documental: Cambia la mirada.
Estudiantes del IES ‘Barrio de Bilbao’ viajan a Marrakech, Demnate e Ifoulou.
En la entrega anterior (El Péndulo de ‘Ifoulou’. Parte I: ‘Entre salam y sukran’) nos comprometimos a desgranar, en un segundo ‘post’, otras claves y emociones de lo que supuso el desarrollo de este proyecto de formación de educadores infantiles, integradores sociales y animadores socioculturales. Avanzamos que ¡Habría una segunda parte…! Pues bien, daremos respuesta, a continuación, a este compromiso.
La investigación (Hargreaves y Fullan, 2014) confirma que la inversión en la formación y profesionalización de los docentes, los educadores… constituye, a largo plazo, una verdadera garantía de desarrollo humano, en todas sus vertientes: de ciudadanos, comunidades, pueblos y países. Asegura avances relevantes de cohesión social y productividad en las siguientes generaciones.
La formación de buenos educadores, para todos los alumnos, exige promover, desarrollar y ejercitar el compromiso con los estudiantes, y con las comunidades en las que están insertos; requiere una formación pedagógica, humanística y científica rigurosa y ‘con sentido’, un buen trabajo de construcción colectiva del conocimiento, en colaboración… y un cúmulo de vivencias reveladoras que permitan hacer juicios efectivos y acertados en imprevisibles y complejas circunstancias.
En esta entrada, ilustramos con algunas referencias el ‘buen hacer’ de un centro y un profesorado a la hora de planificar y poner en acción la formación de futuros Educadores Infantiles.
Juanjo Vergara Ramírez, profesor del departamento de Animación Sociocultural, Integración Social y Educación Infantil del Instituto Púbico de Educación Secundaria ‘Barrio de Bilbao’ de Madrid, comenta… “Cada año, con el grupo de estudiantes, aspirantes al título de Educadores, viaja un compañero que se hace indispensable: “El diario de viaje”.
“El diario de viaje”, es un cuaderno colectivo que circula de mano en mano desde que salen de España con destino a la aldea de “Ifoulou” en Marruecos, hasta que regresan de nuevo a Madrid.
Nos estamos refiriendo a un viaje, contemplado en el proceso formativo, que les ‘cambia la mirada’ hacia los otros: otra cultura, la infancia, las comunidades rurales e, incluso, su profesión como educador. Como ya escribimos en el ‘post’ anterior… “toman conciencia del poder de la educación como promotora de cambio, y experimentan la suerte de haber elegido la mejor de las profesiones”.
Pero, continuemos con el relato… Al principio, cuando se entrega el diario al grupo, las miradas suelen ser escépticas: “¡Otro trabajito más, profe!”, “¡Jo, vaya rollo! ¿No?”.
Durante las primeras horas de viaje, el diario reposa en la mochila de algún estudiante con todas sus páginas en blanco. Así se suele mantener durante el vuelo a Marrakech y luego a la cordillera del Atlas.
En algún momento, de manera natural, el cuaderno empieza a ser demandado. Unos y otros quieren utilizarlo. “Se pone en evidencia la necesidad de escribir y el impulso de pedirle el diario al compañero o a la compañera”.
De pronto sienten el deseo de contar sus vivencias… lo que les sorprende, lo que no entienden… lo mucho que están aprendiendo al trabajar como educadores, al asumir la responsabilidad de poner en práctica lo aprendido en clase y todo lo planificado…
Una semana dedicada a la promoción de desarrollo pleno con estudiantes más jóvenes, niños y niñas, ávidos por conocer y compartir… en este caso, y como ya hemos apuntado, de la aldea Ifoulou en la Comarca Rural de Ait-Tamlil en la provincia de Azilal (Marruecos).
El diario les permite relatar, y evocar colectivamente, vivencias de compromiso profesional vinculadas a una práctica real. María: “Emociones a flor de piel, palabras para describir lo que este viaje me hace sentir, lo que me hace sacar. En fin, no sé ni qué María era, pero ahora gracias a esta experiencia me voy descubriendo, asombrada de mí misma y a la vez de todos. La superación que tenemos y la satisfacción que esto te hace sentir. Incluso impotencia a veces, ya que en estas grandes montañas te sientes como una piedrecita diminuta e insignificante". |
Javi: “Último día de este gran maravilloso viaje a Ifoulou. Hoy me he levantado a las 7:00 horas y me he ido a dar un paseo aprovechando el entorno de la naturaleza. En completo silencio se oía el río, los pájaros, el aire. Con esta paz, mi cabeza ha hecho una reflexión de todo lo que he vivido aquí estos días. De cómo con tan pocas cosas materiales se puede ser muy feliz –con una rueda y una cuerda- y con eso basta. También he pensado en los que dejado en Madrid, sabiendo valorar más lo que tengo allí”.
Faustino: “Guau, gua, gua!!! Qué cantidad de cosas estamos viviendo en estos maravillosos días en Ifoulou. Muchísimos juegos y actividades con los niños y niñas que son unos revoltosos y les encanta hacer cosas y rápidamente se relacionan con nosotros. Hoy he ido al río a lavar y Fátima me ha prestado jabón y detergente, también me ha dicho que lo hago muy bien”.
Cada día llevan a cabo una sesión de evaluación. La que se realiza el último día puede durar más de dos horas. Es un momento en el que todos necesitan expresar sus vivencias. Todo lo que han aprendido y quieren llevarse.
— Lo que aprendes aquí es mejor que cualquier teoría de las que te puedan explicar en clase.
— Quiero volver a casa y ver todo lo que tengo allí y darme cuenta de que no es necesario.
— Piensas que vienes a un viaje y ¡¡¡te encuentras esto!!!
“Oír estas frases en la evaluación final del viaje emociona” —manifiesta Juanjo Vergara— “…me emociona como docente y como persona. Esto que habéis vivido aquí es aprendizaje del bueno, les digo. Aprendizaje del que se te tatúa en el cerebro y se te queda para toda la vida”.
Durante la vuelta, entre recuerdos y cansancio, repasan los contenidos trabajados, las habilidades que han puesto en juego, las actividades planificadas y desarrolladas, la organización del currículo prevista, la escucha que se ha hecho de las demandas e intereses de los niños y niñas de la aldea, evalúan las tareas y actividades desplegadas, la forma de trabajar en grupo, en colaboración…
Este análisis les sirve también de evaluación del marco metodológico empleado en su formación. Un modelo pedagógico que en su desarrollo se apropia del referente “Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP)”.
Este enfoque de construcción de conocimiento permite abordar, en gran medida, todas las competencias profesionales y contenidos propios de los módulos de ‘Desarrollo Comunitario’ y ‘Didáctica de la Educación Infantil’, así como el aprendizaje de técnicas concretas exigidas en el currículo oficial, como las de gestión, planificación y desarrollo de encuentros con agentes sociales, con expertos y protagonistas de la acción social y de la educación; el estudio de contextos sociales rurales y urbanos, el desarrollo de metodologías de intervención socioeducativa, las actividades de Aprendizaje y Servicio y su despliegue; la programación y el desarrollo de proyectos transnacionales, desarrollo de actividades adaptadas a grupos determinados, elaboración de materiales, etc.
Por encima de todas las reflexiones colectivas consiguen conectar, asumir y apropiarse, de una manera consciente y personalizada, de su propio aprendizaje, lo que significa, como futuros educadores, identificarse con el ‘rol’ de profesional de una educación comprometida con la ciudadanía global. Educadores reflexivos que toman conciencia de algo; tras el viaje, ser ciudadano del mundo ya no es un concepto vacío.
“Posiblemente la parte más sabrosa de este proyecto, en relación a la formación de educadores, sea acompañar —provocar— el proceso que les lleva a cuestionar sus propias ideas, su actitud ante la pobreza, la infancia, la situación de la mujer, el desarrollo socioeconómico, sus hábitos de vida y sus relaciones”.
(Juan José Vergara Ramírez, El péndulo de Ifoulou. Educar en la era de la convergencia)
Despedida. Despedirse no es cerrar. Unos pocos días enlazan personas, intenciones, vocaciones…
Mientras algunos parecen esforzarse en acelerar la cuenta atrás para el desprestigio de la escuela pública, otros imprimen cada día más fuerza al péndulo que la mantiene viva. “El viaje continúa…” Afirma Juanjo.
(*) Al otro lado del espejo, título de una obra de carácter juvenil del escritor estadounidense Peter Abrahams.
(**) El IES Barrio de Bilbao de Madrid desarrolló durante el curso 2013-2014 el proyecto “El péndulo de Ifoulou”. Este proyecto, fue galardonado en la VI edición del Premio Nacional de Educación para el Desarrollo Vicente Ferrer convocado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y cogestionado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
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