Parte I: ‘Entre salam (saludo) y sukran (gracias)’
Sí se puede —pero cuando no se puede, lo terrible no es ser vencido, sino perder nuestra humanidad en ese lance. (Jorge Riechmann, “PODER Y NO PODER”, Marca(da) España. Amargord Ediciones)
“Mi labor como educador consiste en emocionarme cada día con lo que hago”
Juanjo Vergara Ramírez
Cuando un estudiante decide matricularse en un ciclo formativo de grado superior suele albergar muchas dudas. Ha terminado con éxito sus estudios de bachillerato y vuelve de nuevo al instituto, otra vez rodeado de adolescentes.
Juanjo Vergara Ramírez, profesor del departamento de Animación Sociocultural, Integración Social y Educación Infantil del Instituto Púbico de Educación Secundaria ‘Barrio de Bilbao’ de Madrid, hace referencia a la decisión que adoptan sus estudiantes.
Y aún les espera una sorpresa. Para ser educador (titulación a la que se aspiran), van a tener que vivir una experiencia personal junto a otros estudiantes, niños, niñas y jóvenes de poblaciones desconocidas. Se trata de un proyecto educativo de profundo significado intercultural que adopta el nombre de ‘El péndulo de Ifoulou' (*).
Lo primero con lo que se encontrarán en la construcción de su propia formación es con la necesidad de investigar, indagar, conocer qué es eso de ‘Ifoulou’. Pronto descubren que se trata de una alejada aldea de la cordillera del Atlas Central en el noroeste africano, habitada por población ‘amazigh’, lo que les lleva a una nueva indagación ¿Quiénes son los imazighen?
Éste es el inicio de un proyecto que se prolongará durante todo el curso y les llevará a conocer otra cultura, a descubrir narraciones, crónicas… y a contactar con experiencias fundamentales en su proceso formativo. Estas investigaciones sobre cultura, género, pobreza, participación, etc. volverán nuevamente hacia ellos, haciendo que cuestionen su manera de ver el mundo y a ellos mismos.
Toman conciencia de lo ambicioso del proyecto y empiezan a familiarizarse con la idea de que, durante un curso escolar, van a planificar, organizar y desarrollar una semana de actividades educativas para niños y adultos de ‘Ifoulou’ y de algunas otras poblaciones cercanas. Intervendrán en la escuela gestionada por la fundación Acción Geoda y, organizarán juegos y actividades de todo tipo con los niños del valle y sus familias.
Elaborando colectivamente este plan y desarrollándolo ‘in situ’, inician un largo y esperanzado camino que les permitirá formarse, construirse de otra manera, como educadores y como personas.
El desarrollo de la enseñanza en el ciclo formativo, a lo largo de todo el curso académico, rebosa de actividades de aprendizaje profesional cuyo eje de desarrollo es este proyecto, comprometido con una determinada manera de entender la educación y la formación de los educadores. La experiencia conseguida a lo largo de varios años confirma que transitan por el ‘buen camino’.Elaborando colectivamente este plan y desarrollándolo ‘in situ’, inician un largo y esperanzado camino que les permitirá formarse, construirse de otra manera, como educadores y como personas.
Sentir, experimentar, vivir con plenitud y protagonismo la profesión de educador como una tarea de compromiso con las personas y con el desarrollo cierto de la justicia social… les cambia la vida.
Así se lo manifiestan los propios estudiantes, año tras año, a Juan José Vergara y éste es el motivo —añade él— de que el proyecto incluya la palabra ‘péndulo’. “La idea es simbolizar el recorrido que se realiza con el proyecto desde Madrid hasta el Atlas y del cual —como un péndulo— se nos devuelve personas distintas, reflexivas y comprometidas".
“El péndulo es la metáfora que mejor describe los efectos de una intención educativa que planta semilla a través de la red -y la piel- en Madrid y el Atlas. Un par de miles de kilómetros separados solo por el clic de un ratón, el clic de un vuelo low-cost, el clic de un salam y un sukram. El clic de una mirada de unas decenas de niñ@s con los que encontrarse para encontrarte.
El péndulo es una metáfora estupenda para describir una realidad XXI. Comunicaciones que posibilitan una inmediatez en los intercambios pero que dejan lo más interesante al ámbito de lo privado: ¿qué habla de mí aquella realidad? Y es que el péndulo nos lleva a realidades lejanas pero también nos cuestiona en lo más cercano.”
[Juanjo Vergara. Madrid-Demnate-Ifoulou.Educación7/24. Blog: Cambia la mirada]
Tras cinco años de proyecto y viajes, la salud de esta acción educativa es excelente. Los contenidos que cursan en los módulos profesionales de desarrollo comunitario y didáctica de la educación infantil adquieren ‘sentido’, cuando se organizan alrededor de este proyecto de aprendizaje; lo mismo ocurre con el aprendizaje de técnicas concretas: programación, desarrollo de proyectos transnacionales, elaboración de materiales, etc.
Los contenidos están asegurados en su tratamiento y desarrollo, al desplegar esta iniciativa educativa.
Este proyecto permite, además, concretar un compromiso de los futuros educadores con la instauración y desarrollo de una ciudadanía global solidaria.
Los estudiantes encuentran una fuente de motivación personal en lo que hacen y para qué lo hacen. Unos, por conocer una realidad diferente; otros, por el interés por la infancia o por la situación de las mujeres de poblaciones rurales. Su actividad y compromiso contagia al centro, a estudiantes y profesores, que ven en el proyecto ideas valiosas a la espera de hacerse realidad.
Todos función educativa, hasta el punto de estar llevando a cabo modificaciones relevantes en su currículo formativo, para hacer de los estudiantes futuros educadores especialistas en educación para el desarrollo. Así se ha solicitado formalmente a las autoridades educativas. Lo más destacable, por encima de cualquier otra cuestión más formal es, a juicio de Juanjo Vergara… “comprobar cómo año a año, el ‘péndulo de Ifoulou’, consigue que los estudiantes |
cambien radicalmente su mirada. Tomen conciencia del poder de la educación como promotora de cambio social y experimenten la suerte de haber elegido la mejor de las profesiones”. Después de vivir el proyecto y una vez terminado el curso… Juanjo suele citarles una célebre sentencia: “la educación no cambiará el mundo, pero sí a las personas que podrán hacerlo”.
Y, a continuación nos manifiesta… “Emociona observar las miradas de jóvenes educadores, de poco más de veinte años, que entienden perfectamente esa maravillosa sentencia de Paolo Freire”.
Dedicaremos el siguiente post a desgranar muchas otras claves y emociones de este proyecto ¡Habrá segunda parte…!
(*) El IES Barrio de Bilbao de Madrid desarrolló durante el curso 2013-2014 el proyecto “El péndulo de Ifoulou” Este proyecto, fue galardonado en la VI edición del Premio Nacional de Educación para el Desarrollo Vicente Ferrer convocado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y cogestionado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
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ABARAKA | Mientras tanto... amando |
Sostenibilidad: Mirar... |
La indeferencia: la peor... |
Hay 2 Comentarios
Es cierto que muchas veces el curriculum establecido no lleva a algo competente. Es por eso que el docente juega un gran papel y no debe ceñirse solo a un libro de texto o querer terminarlo antes de que acabe el curso. Debe ajustar su metodología a sus alumnos para obtener un resultado exitoso, como es el caso de este artículo donde al final, tras esfuerzo, el docente consigue que sus alumnos adquieran los objetivos.
Publicado por: Javier Vidal | 29/04/2015 9:36:24
Bellísima experiencia! Muchas felicidades!
Publicado por: Roser Batlle | 08/03/2015 10:35:06