"La educación no puede resolver por sí sola todos los problemas del desarrollo, pero una visión humanística y holística de la educación puede contribuir a lograr un nuevo modelo de desarrollo. En ese modelo el crecimiento económico ha de estar regido por respeto al medio ambiente y la preocupación por la paz, la inclusión y la justicia social."
(UNESCO. Replantear la educación ¿Hacia el bien común mundial?)
“A los niños pequeños les ayudamos porque muchas veces tienen dificultad para hacer cosas difíciles y si no le ayudamos no sabrían hacerlo”
(Desiré, alumna del Colegio ‘Ramón y Cajal’ de Alpaltir).
En la entrada anterior relatabamos el desarrollo de algunas tareas que identifican el modo de enseñar del Colegio Público de Educación Infantil y Primaria ‘Ramón y Cajal’ de Alpartir (Zaragoza). Organizaban parte de su actividad escolar en torno al cuidado del medio ambiente y se valían de un proyecto curricular ambicioso, denominado: ‘Protectores planetarios’.
El proyecto servía de recurso motivador para aprender ‘con sentido’ un conjunto de competencias curriculares relacionadas con la comprensión y expresión oral y escrita, los contenidos de las áreas de Ciencias de la Naturales y Ciencias Sociales, el desarrollo de actividades de acción tutorial, la utilización de las tecnologías de la información y comunicación...
En esta segunda entrega, continuamos con esta misma concepción de la enseñanza, refiriendonos a algunas tareas centrales que han permitido construir un entorno de ‘buena convivencia’, tanto dentro como fuera del recinto escolar.
“… entendemos que nuestros objetivos educativos van más allá del estricto campo del conocimiento, siendo necesario que el alumnado aprenda a convivir no sólo en la escuela, también en su entorno familiar, por lo que es necesario la implicación de toda la sociedad…” (Proyecto de Convivencia: El colegio de ‘Alpartir’, un espacio de convivencia. Pag.7).
La promoción de la convivencia en la comunidad del Colegio de ‘Alpartir’, no es algo aislado y paralelo al resto de actividades, es parte de una actuación integrada, democrática y respetuosa con la promoción de aprendizajes en entornos presididos por la cultura del diálogo, el consenso y la paz, o como ellos mismos lo expresan: convertir ‘El colegio de Alpartir, en un espacio de convivencia’.
“Por eso, desde el curso escolar 2008-2009 venimos desarrollando el proyecto educativo ‘El colegio de Alpartir, un espacio de convivencia’ para impulsar una educación de calidad basada en los principios que sostienen la Cultura de Paz. Para ello tratamos de desarrollar de una manera integradora las dimensiones de la paz en los niveles personal (educación cognitivo-afectiva), social (educación socio-política) y en su relación con la naturaleza (educación ecológica), mediante la realización y participación en distintas actividades inclusivas de convivencia”. (Proyecto de Convivencia: El colegio de ‘Alpartir’, un espacio de convivencia. Pag. 7).
El Colegio ‘Ramón y Cajal’, como ya pusimos de manifiesto en el ‘post’ anterior (Soy Rita, 'la cigüeña planetaria'), es una escuela rural. Cuenta con 5 docentes y 35 estudiantes, agrupados en tres unidades (una de Educación infantil y 1º de EP; otra de 2º, 3º, 4º de EP; y una tercera 5º y 6º de EP). El 30% del alumnado procede de otras culturas; un 6% presenta necesidades educativas especiales.
En este contexto, como en cualquier otro escenario de aprendizaje, las buenas relaciones de convivencia ocupan un lugar destacado. Sabemos que los estudiantes y los profesores no se eligen entre ellos y el profesorado no obtendrá éxito en su labor profesional a menos que el alumnado esté interesado en aprender y el grupo esté dispuesto a trabajar de manera provechosa. Más necesario, aún, cuando se trata de conseguir aprendizajes relevantes; algo mucho más ambicioso que la mera memorización, cuya simple ejercitación sería tarea más fácil.
De manera opuesta a como se suele entender y orientar desde las regulaciones administrativas y a partir de un determinado discurso programático, la convivencia escolar no se consigue con el despliegue de actividades paralelas, con protocolos de actuación alejados del modo habitual de relación en el centro. Lo que se enseña y cómo se enseña y se evalúa es lo que posibilita la construcción de una convivencia positiva. Por esta razón, en el Colegio ‘Ramón y Cajal’, lo primero que se propusieron fue realizar cambios en la organización y en el funcionamiento del centro, en coherencia con una concepción más compleja e integrada de la convivencia…
“… la distribución horaria nos permite realizar la media hora de lectura con el alumnado de Primaria en los primeros 30 minutos, con lo que podemos desarrollar un programa internivelar de lectura por parejas, por ejemplo. O la distribución de todo el alumnado del centro en agrupamientos heterogéneos en el área de Conocimiento del Medio –haciéndola coincidir en todos los cursos dos días (miércoles y jueves)– para poder llevar a cabo un proyecto documental integrado de investigación al trimestre. Igualmente, en el área de Lengua se ha agrupado al alumnado para desarrollar un proyecto de habilidades sociales un día a la semana” (Proyecto de Convivencia: El colegio de ‘Alpartir’, un espacio de convivencia. Pag. 7).
Desde esta visión integral de construcción de la convivencia, y según recogen en los documentos del centro, toda la actividad escolar se encuentra impregnada de tareas de cuidado del entorno, cuidado de las personas y cuidado de las relaciones.
En cuanto al cuidado del entorno (recordemos el proyecto Protectores planetarios, relatado en el post anterior), se entiende que “la convivencia depende en gran medida del entorno, por lo que es fundamental asumir nuestra responsabilidad para que el entorno sea un espacio que favorezca una buena convivencia”.
De la misma manera, fomentan y trabajan en todo el centro las actitudes y comportamientos de cuidado de las personas. La buena convivencia ─afirman─ necesita “atender los sentimientos personales, las competencias personales y sociales, así como el desarrollo moral que se necesita para saber convivir de forma positiva, sin olvidar la cohesión grupal e integración en el grupo”.
En referencia al cuidado de las relaciones, consideran que “saber establecer y desarrollar relaciones sanas y positivas con los demás es fundamental para el aprendizaje de la convivencia, por lo que se han planteado las normas y su cumplimiento, así como el reconocimiento de la diversidad como un valor necesario en una sociedad plural y multicultural.”
Dado que las actividades de cuidado del entorno las abordamos, con cierta amplitud, en la entrada anterior, nos ocuparemos, en esta ocasión, del cuidado de las personas y de las relaciones.
En las tareas de cuidado de las personas, se abordan temáticas y se desarrollan actividades concernientes, entre otros ámbitos, a la resolución de conflictos y el desarrollo de procedimientos de mediación entre iguales, la formación de estudiantes mediadores, la representación teatral de temas de paz y actividades de aula sobre dilemas morales, que se trabajan desde el marco de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, convirtiéndolo en un instrumento práctico de regulación de la convivencia.
Recogemos, a continuación, algunas descripciones, a este respecto, de uno de sus ‘diarios de a bordo' (del Blog de Convivencia del Colegio)’, publicado en la web del centro para informar a las familias. En esta ocasión, nos detenemos en la entrada titulada ‘Mediación Escolar’.
“Durante el mes de octubre, dentro del Proyecto de Convivencia, se trabaja la resolución de conflictos utilizando la mediación escolar y así ayudar a reflexionar, dialogar y pactar un acuerdo para mejorar la convivencia en el centro.
La mediación escolar consiste en que, ante un conflicto entre dos alumnos, un tercero, desde una posición equidistante entre las partes, les ayuda a dialogar para acercar sus posturas y solucionar la disputa por ellos mismos. Este método se crea como alternativa a las sanciones por parte de docentes, un sistema autoritario que no suele solucionar el conflicto y que deteriora más aún las relaciones entre docentes y alumnado. Además de ser una herramienta de resolución de conflictos, ayuda a educar en valores.
Así, en cada aula se trabaja la mediación en asamblea por parte del tutor para buscar soluciones pacíficas y dialogadas a los problemas, siendo el docente el modelo de mediador.
A la vez, la maestra especialista en Pedagogía Terapéutica se encarga de realizar la formación de los mediadores que previamente han sido seleccionados por el propio alumnado de tercer ciclo. Para ello se realiza una votación con preguntas del tipo ‘¿Qué compañero o compañera de clase intenta que haya un buen ambiente entre todos?’. También se pide la votación del resto del alumnado de Primaria, para ver en quién confían para resolver conflictos.
Una vez obtenidos ambos resultados pueden rechazar ser mediadores o continuar, siendo este curso los mediadores cuatro estudiantes de 6º y uno de 5º. Reciben la formación en las técnicas de mediación y preparan una presentación para exponer en las aulas al resto de compañeros cómo les ayudarán a dialogar para gestionar los pequeños problemas que surjan entre ellos.”
En lo que se refiere al cuidado de las relaciones, en el Colegio de Alpartir utilizan, como mecanismo habitual de relación y aprendizaje, las asambleas de diálogo y decisión, entre otros cometidos, para la elaboración colectiva de normas democráticas.
Esta formas de relación crean las condiciones para que el alumnado conozca y participe en el desarrollo de los valores democráticos de aplicación en el resto de actividades del centro.
En el colegio, otorgan un valor especial a la elaboración y votación de la Carta Magna Escolar de Alpartir ─previo estudio de la Constitución Española─, a su aprobación en la festividad del Día de la Constitución y a la evaluación anual de su cumplimiento.
Tambien, y para profundizar en el cuidado de las relaciones, desde el área de Educación Artística, en Música, preparan y trabajan distintas danzas del mundo, acercándose así al entorno multicultural en el que están inmersos. Y en el área de Educación Física practican distintos juegos del mundo promoviendo actitudes y comportamientos de cooperación.
También han conseguido, “tejer” y mantener una buena red de apoyos, colaboraciones y ayudas mutuas entre el centro, las familias y la comunidad, de la que todos sienten que forman parte.
En otra de las entradas del Blog de Convivencia titulada Constitución Escolar, se informa… “Con motivo de la celebración del Día de la Constitución Española realizamos distintas actividades relacionadas con los derechos sociales y la democracia, como la elección del representante del alumnado en el Consejo Escolar y la aprobación de la Constitución Escolar en colaboración con el Ayuntamiento de Alpartir. |
Nuestra Comunidad Educativa del CEIP 'Ramón y Cajal', mediante los cauces democráticos de participación establecidos, revisa cada año la Constitución Escolar, estudiando los Derechos de la Infancia, y se aprueba cada dos años con las nuevas modificaciones, que son leídas en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Alpartir.
En dicho acto, Marta Gimeno, nuestra alcaldesa, nos explica qué es la Constitución Española y el funcionamiento del Ayuntamiento, así como los cauces de participación.
También la representante del alumnado en el Consejo Escolar toma posesión de su cargo y firmamos la aceptación de nuestra Constitución Escolar, repartiéndose un ejemplar para compartirlo con las familias.
Este curso se ha añadido un capítulo con los derechos del alumnado con discapacidad y en las disposiciones adicionales se recoge el compromiso que adquirimos como ‘Escuela Amiga de UNICEF’ y con el programa ‘Children for Animals’".
La Constitución Escolar se redacta en castellano, rumano y árabe, “las lenguas oficiales” del centro. El acto de aprobación es retransmitido por los estudiantes a través de su canal de radio escolar.
Esta manera de entender la construcción de la convivencia es coherente con un principio prevalente, presente y buscado en la actividad habitual de la comunidad del colegio de ‘Apaltir’: la inclusión educativa, considerándola el mejor referente para su acción de enseñanza.
En el centro se apuesta por el desarrollo pleno de una escuela inclusiva, única garante del establecimiento de relaciones justas de convivencia, haciendo efectivo el derecho de todo el alumnado a reconocerse como miembro activo de la comunidad escolar con pleno derecho, independientemente del medio social y cultural de origen, la ideología, el sexo, la etnia o situaciones personales (por ejemplo, derivadas de una discapacidad o trastorno de comportamiento… o por sobredotación intelectual).
En relación con este compromiso, someten a continuo análisis el funcionamiento del centro, utilizando herramientas de evaluación institucional como el Index for inclusion, que les permite identificar los aspectos estructurales y de funcionamiento necesitados de mejora, en orden a construir la escuela inclusiva deseada.
En esta misma línea, volvemos a resaltar la organización del alumnado en agrupamientos heterogéneos de distintos niveles de aprendizaje, favoreciendo la interacción y la cooperación entre el alumnado de bajo rendimiento con los de mayor nivel y contribuyendo, además, al desarrollo de habilidades sociales y a la mejora de las relaciones interpersonales.
La labor del Colegio de ‘Alpartir’ pone de manifiesto que la convivencia escolar no resulta de la importación de una serie de programas y actividades, alejados del modo de hacer habitual del centro, ni del despliegue de una serie de protocolos de actuación ajenos a cualquier tradición docente, ni de la judicialización de las relaciones escolares… sino de una práctica diaria y de una concepción justa y adaptada de la acción educativa.
Juan Antonio Rodríguez Bueno, director del Colegio comenta...
“A veces nos dicen que esto es posible porque es un centro pequeño, pero... ¿Cuántos colegios hay de las mismas características que no cambian y no sucede nada? Considero que no es porque no quieran, sino porque no pueden.
Lo encorsetado que está el sistema curricular, dejando poca autonomía a los centros, y la gran movilidad del profesorado en las zonas rurales, con sustituciones del 60% cada año, que supone casi empezar de cero en cada curso escolar, son verdaderos obstáculos al desarrollo de la innovación y la transformación de las escuelas en verdaderos escenarios de paz e inclusión”.
Colegio Público ‘Ramón y Cajal’ de Alpartir es considerado una escuela innovadora por la organización Ashoka España, incorporándola en este año de 2016 a la red internacional de Escuelas Changemaker.
Para seguir aprendiendo de la labor de este Colegio es muy recomendable visionar la siguiente presentación: Experiencias premiadas. CEIP ‘Ramón y Cajal’ de Alpartir.
Las administraciones deberían comprender mucho mejor cómo el profesorado responde a los mandatos y prescripciones normativas y partir mucho más del reconocimiento de los contextos en los que desarrollan la enseñanza, facilitándoles su ajuste y adecuación y dotándoles de los recursos materiales y de desarrollo profesional que necesitan, en lugar de seguir insistiendo en soluciones de planificación burocráticas, técnicas y alejadas del ‘mundo de la vida’ de las instituciones escolares.
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Hay 3 Comentarios
Me fascina este blog, es de los lugares a los que más entro de esta página, lo cual no deja de ser gracioso habida cuenta de que me dedico principalmente al ocio. Enhorabuena!
Publicado por: Ocio en A Coruña | 05/10/2016 17:48:44
Cada vez que leo un artículo sobre educación veo que siempre se hace hincapié en las iniciativas dirigidas a educar a los niños en ciertos valores (un tema sobre el que habría muuuucho que discutir) pero no veo nunca que se traten iniciativas sobre como mejorar el conocimiento de estos mismos niños. El desmadre educativo que hay en España se pagará durante varias generaciones.
Publicado por: seguros de decesos | 22/09/2016 4:46:14
Felicidades a toda la comunidad educativa de esta pequeña escuela rural de Zaragoza que son un referente para muchos profesionales del aprendizaje, de Aragón y del mundo.
Publicado por: Alfonso Cortés Alegre | 20/09/2016 17:21:43