¡Ustedes lo pidieron a gritos, con pancartas y llamados anónimos a las cuatro de la mañana! Y tenían razón, porque si hay secundarios prolíficos, nadie puede dudar que Željko Ivanek se encuentra entre los representantes más encumbrados e insaciables de este selecto grupo. Con ustedes, el eslavo. El impávido. El cuenco de ojo más profundo de la tele. El hombre de las mil series:
Željko Ivanek
Imparable. Željko Ivanek nació el 15 de septiembre de 1957 en Ljubljana, Eslovenia (entonces Yugoslavia). Emigró dos veces a los Estados Unidos: a los tres y a los diez años. Regresó para cumplir su destino: convertirse en un actor enorme.
Basta con husmear un poco en su largo currículum para ver la cantidad de lugares por los que pasó este gran actor: ex convicto y polígamo en Big Love, secuestrador en House, perverso esposo de Juliet en Lost, juez de vampiros en True Blood y asesino en The Mentalist.
Pero hay más, muchísimo más: The West Wing, John Adams, Law & Order, CSI: Crime Scene Investigation, Law & Order: Special Victims Unit, Bones, Shark... Como ven, la lista es interminable. Hoy nos detendremos en un puñado de series en las que más tiempo participó el gran Željko. Porque en su extensa lista de trabajos, suele ser hombre de un solo episodio. En las que siguen, no:

Ed Danvers. El debut como guionista del enorme
David Simon (
The Wire) fue también el primer gran trabajo de Zeljko. Gran trabajo porque se trata de su estreno con un personaje de continuidad. Compuso a
Ed Danvers, oscuro y algo taimado fiscal del distrito de
Baltimore, que aparece poco en la serie, pero durfante sus siete temporadas. Su papel en Homicide nos trae reminiscencias de la primera temporada de
Damages: un abogado gris de vida vacía que defiende a los malos con eficacia pero sin excesiva pasión.

James Devlin. Željko llegó a
Oz para quedarse: participó en veintisiete episodios de los casi sesenta de la serie (de 1997 a 2003). En esta historia el prolífico actor se pone en la piel del gobernador
James Devlin, el hombre que maneja las riendas políticas de la moderna prisión de máxima seguridad.
Devlin aplica en su trabajo mano dura, pero así y todo no puede evitar que, a veces, las cosas se le vayan de las manos.

Andre Drazen. Otra vez en la piel de un villano con todas las letras: insensible, brutal y bastante atormentado; en este caso se llama
Andre Drazen. Tanto él como su hermano
Alexis son capaces de todo para liberar a su padre, un perverso criminal de guerra y en su momento mano derecha del ex presidente yugoslavo,
Slobodan Miloševic. Pero también otra cosa lo mueve: la venganza contra aquellas personas que, como
Jack Bauer, le hicieron la vida más difícil.

Ray Fiske. Es un abogado que se encarga de hacer los trabajos sucios del millonario
Arthur Frobisher (
Ted Danson), aunque en el fondo, cuando lo conocemos, comprendemos que es un hombre sensible, acaso víctima de las circunstancias, metido en un juego perverso del que puede salir de una única manera. Conmovedor e impresionante el trabajo del actor en esta serie, por el que fue nominado para un premio Emmy como mejor secundario. Por supuesto, lo ganó.

Emile Danko. Hasta el momento su último trabajo en televisión: trece episodios a lo largo de 2009. Como sólo llegué hasta la primer temporada de
Heroes, no tengo el gusto de haber visto la participación de Željko en esta serie en la que interpretó a
Emile Danko, un sujeto abocado a darle caza a los protagonistas de la historia. Aquí Željko es un tipo rudo y con pasado misterioso. También es bastante perverso y carente de misericorida. En suma: una porquería de persona. O mejor, un antihéroe perfecto.
Sólo le falta un detalle
Lo dicho. Amamos a este actor de nombre y rostro extraño. El gran Željko Ivanek nos sorprende a cada rato. Por suerte, y aunque parezca imposible, todavía tiene mucha tela que cortar. Estuvo en todos lados. Fue funcionario o abogado casi siempre, y en la última década un gran villano impasible. Fue todos los hombres de corbata que nos podamos imaginar.
Sólo le falta un detalle para alcanzar la cumbre: el papel de su vida, el gran protagónico que termine de hacerle justicia.