Hernán Casciari nació en Buenos Aires, en 1971. Es escritor y periodista. [Sección 'Apparitions'
Apparitions, una de
exorcistas bien hecha
Tal vez éste sea un buen momento para hablar de Apparitions, una miniserie de la BBC que oportunamente recomendamos en Espoiler, sin profundizar demasiado, y que —para aquellos que aún no la han visto— puede ser una interesante alternativa en épocas de sequía estival.
El creador de Apparitions es Joe Ahearne (Doctor Who y Ultraviolet). Consta de sólo seis capítulos de una hora de duración cada uno, protagonizados por Martin Shaw, el actor inglés que, como se recordará, interpretaba a Doyle en la serie inglesa The Professionals.
Lejos del joven e intrépido policía de aquel hito de finales de los setenta, aquí Shaw (impecable en su papel) es un maduro sacerdote de la iglesia católica (el padre Jacob), al frente de una congregación que investiga milagros para determinar futuras canonizaciones, pero con habilidades especiales para la práctica de rituales exorcistas.
La historia comienza en un hospital de Calcuta, con la Madre Teresa en su lecho de muerte. Al parecer ella está sufriendo una extraña afección, que —según nos informan enseguida— puede tratarse de un ataque del demonio.
Esto es sólo el principio, porque la historia no queda aquí, pero la escena inicial sirve de preámbulo para anticipar lo que vendrá. La guerra entre el bien y el mal es inminente. Hay señales, posesiones y conspiración satánica. Es el momento de elegir de qué lado está cada uno.
Realismo sobrenatural
Pese a que es un exorcista renuente, el Maligno sabe que el padre Jacob posee el don de expulsar demonios. Los espíritus malvados lo conocen, y le temen. Y están dispuesto a convertirlo en uno de ellos.
En esto reside uno de los grandes logros de Apparitions.
Más allá de tratar asuntos muy sensibles en los tiempos que corren, como el caso de un aspirante a sacerdote gay que es despellejado vivo en un sauna, y de introducirnos con verosimilitud en asuntos relativos a prácticas esotéricas en el seno de la iglesia católica, Apparitions aborda la cuestión del Mal desde un costado innovador.
Tras miles de años de guerra sin cuartel, Satanás y su ejército han sofisticado sus métodos de lucha. Ahora son ellos los que hablan, como predicadores, de “conversión” y de “verdad”, al mismo tiempo que resisten los exorcismos como si fueran mártires estoicos.
“¿Quieres que grite, y escupa, y blasfeme? Yo escogí esta misión. Vine al mundo a testificar la verdad. Mi fe es más fuerte que la tuya”, le grita Michael (Rick Warden), un poderoso demonio, al padre Jacob en mitad de un exorcismo, en una de las mejores y más impresionantes escenas de la miniserie.
Y luego, en el medio de la batalla, en una especie de exorcismo al revés, le pide a Satán que tenga piedad de su oponente: “por éste, tu sirviente, Jacob —le suplica—, enemigo jurado de nuestra raza”.
No sólo Jacob deberá enfrentar al escepticismo reinante de la sociedad en general, sino que además tendrá que lidiar con sus superiores del clero, para quienes el exorcismo es “un ministerio en descrédito”, una práctica que se extinguirá gradualmente hasta unirse “a otras vergüenzas históricas, como la Inquisición y las Cruzadas”.
El final es a toda orquesta, en Roma como escenario, con Sumo Pontífice incluido y cuerpos levitando en el aire. Pero de eso se trata Apparitions. Es una miniserie sobrenatural, bien hecha. Recomendable incluso para quienes tengan reservas con las historias que mezclan sacerdotes, exorcismos, posesión demoníaca y don de lenguas (al final hay un mensaje que, entendemos, va dirigido a este grupo).
Porque, como dice el refrán, se non è vero, è ben trovato. Y eso, para nosotros, es más que suficiente.
Tres series británicas
para la hora del té
Como el lector de Espoiler ya sabe, una vez cada tanto nos da por volver a las series británicas, que es un modo de salir de vacaciones y descansar del yugo norteamericano. Si bien es verdad que los dos mercados son placenteros, los ingleses tienen el tino de proponer ficciones más cortas (seis u ocho episodios por temporada) lo que genera la ilusión óptica de que las tramas tienen mayor concentración, menos relleno de paja.
Los británicos van como locos hacia delante en sus historias, porque no tienen ni trece ni veintitrés episodios para contarte lo que ocurre. Tienen seis turnos de cincuenta minutos. También tienen menos presupuesto. Y mayor conciencia teatral. Donde un guionista yanqui pone una elipsis, una explosión o un giro, un británico te pone un silencio largo y se toma un té. Y como si esto fuera poco, algunos señores tienen bigotes mucho más divertidos, y todos conducen por la derecha, lo que da la impresión de que siempre están a punto de chocar.
¿Qué más se le puede pedir a una industria? Algo más: talento. Y también lo tienen. Hoy, que es lunes, hablaremos de tres series británicas nuevas, con su primera temporada acabada y disponible, y de temática similar: drama - fantasía - suspenso. Las tres recomendables y rápidas de ver.
Vamos a ello.
Meadowlands (Channel 4, 2007)
Los Brogan viven bajo el programa de protección de testigos en una aldea en apariencia encantadora llamada Meadowlands. Sin embargo, a poco de estar allí, la idea de rehacer sus vidas se desmorona. El pasado, que en teoría había quedado atrás, regresa bajo la forma del miedo, la paranoia y unos vecinos muy, pero muy raros. La serie tiene el clima de The Riches, en algún sentido, pero mucho más denso. Es una coproducción con Showtime: la calidad está asegurada.
Demons (ITV, 2009)
Cierto día Luke (un adolescente británico) se entera que no es un muchacho como tantos: carga sobre sus espaldas con un destino bastante especial. Al parecer, según le anunció su padrino, es el último descendiente de los Van Helsing, y por esa razón le corresponde un papel singular e irrenunciable en la vida: luchar contra los Half-lifes, o demonios. Un dato para verla: el gran Philip Glenister (el capitán borracho de Life on Mars) está aquí con su mala uva.
Apparitions (BBC, 2008)
El padre Jacob, un sacerdote católico que trabaja para promover candidatos a la santidad, cuenta con una talento especial para exorcizar. Él sabe que tiene un don, pero está más interesado en su tarea de sumar santos a la iglesia católica. Sin embargo, cuando comienza a desarrollarse una oscura batalla entre el bien y el mal que amenaza el futuro de la humanidad, no le quedará otra que obedecer al llamado del deber. Una realización impecable, tensa y sin tópicos.