Sección 'Being Human'
Being Human: gótica,
monstruosa y humana
Desde hace un tiempo venimos siendo testigos, no precisamente de un resurgimiento, sino de un renovado impulso del género fantástico en la televisión. Aunque no hay nada nuevo bajo el sol. Ni en la afirmación que abre esta nota, ni en los rebuscados intentos de las nuevas series por redecorar el género con vueltas de tuerca argumentales o poderosa tecnología digital.
Hay quienes explican que la reciente irrupción de lo fantástico en la industria de la televisión está íntimamente ligada a la transformación que sufrió el mundo tras el atentado a las Torres Gemelas. Es probable. De la inseguridad humana a partir de este hecho se desprende la necesidad de hacer catarsis, y lo fantástico calza como anillo al dedo con este propósito.
Y como partimos de la certeza de que ‘no hay nada nuevo, viejo’ —la mitología y los relatos antiguos son prueba suficiente de esto— los creadores contemporáneos parecen obligados a parir productos cada vez más “originales” (entre precavidas comillas), con tal de conquistar nuestro interés como espectadores.
En este caso, la BBC ha dado luz a una nueva criatura. Se trata de la serie Being Human, que se pasa de original y comprime en el mismo combo tres subgéneros de lo fantástico: mezcla vampiros, con hombres lobos, con fantasmas. Un ofertón increíble: ¡tres en uno, y todo al mismo precio!
El monstruo interior
Being Human —que promete seis capítulos— cuenta la historia de dos amigos que trabajan en un hospital de Londres. Mitchel (Aidan Turner) es un joven y atractivo vampiro; George (Russell Tovey) —cuando hay luna llena— se convierte en lobizón. Ambos conocen a Annie (Lenora Crichlow) al comienzo de la serie, apenas se mudan al departamento en donde ella murió, pero que aún habita en su nueva forma fantasmal.
Los tres, más allá de su condición, quieren vivir como gente normal, aunque lo monstruoso constituye parte fundamental de su naturaleza. Sólo ellos saben lo difícil que resulta refrenar los impulsos más elementales, como beber cada tanto sangre humana o correr desnudo por el bosque para aullar a la luna llena.
A todo esto se suma una conspiración en ciernes, alentada por vampiros dispuestos a salir del armario (o de los sarcófagos), y en la que Mitchel tendrá que decidir de qué lado estará.
El capítulo piloto tuvo antes de su anunciado estreno un ensayo previo, con diferentes actores en los roles protagónicos de Mitchel y Annie. La primera versión era más oscura que la definitiva. En la nueva no se deja de lado el tono gótico, pero es un tanto más liviana e incluso tiene algunos toques —bien logrados— de humor.
Tal vez no haga falta aclarar que Being Human no es True Blood, ni tampoco Dead Set, pero por lo que vimos hasta ahora al menos amerita una oportunidad. Acabo de cargarla a Espoiler.TV y le puse un seis. Vamos a ver cómo sigue.