Sección 'CSI Las Vegas'
¿De dónde
salen las ideas?
En la tele, como en muchos ámbitos, el origen de una idea es muchas veces arbitrario, otras fortuito, y en todos los casos un gran misterio. A veces no entendemos cómo determinada idea pudo llegar a convertirse en piloto, con todo el esfuerzo que eso implica. Y muchas otras veces cómo cierta historia consiguió sobrevivir —en ocasiones incluso más allá de una temporada— a partir de un germen desgraciado.
Sin ir más lejos, muchos de estos gérmenes son productos de laboratorio: ideas fabricadas pacientemente por expertos, sometidas a diversos testeos y luego echadas a rodar; con resultados diversos y dispares.
Otros, todo lo contrario. Nacen de una ocurrencia singular y peregrina, más cercana al siglo diecinueve que a los tiempos que corren; bajan como un rayo revelador, y traen cifrado todo su universo en un simple chispazo.
El éxito o el fracaso es harina de otro costal.
Algunos ejemplos exitosos
Lost (2004) pertenece al género series de probeta, fabricada en un laboratorio a pedido de la cadena ABC. Su origen tiene que ver con la película Cast Away (El náufrago), protagonizada por Tom Hanks. El punto de inicio: un grupo de sujetos perdidos en una isla, obligados a sobrevivir a partir de las escasas posibilidades de un entorno hostil y solitario.
En un principio costó sacar a flote la idea. En el guión del primer piloto, los personajes estaban más perdidos que ahora: cocinaban cocos, habitaban sus propias chozas, tomaban sol en la playa, pero no iban a ningún lado.
Hasta que J.J. Abrams se sumó al proyecto y aportó un puñado de preguntas claves: ¿Y si la isla fuera un personaje más de la historia? ¿Y si en algún lugar apareciera una escotilla? ¿Y si todo lo que sucede estuviera rodeado de mucho, pero de mucho, misterio? Bueno, lo que sigue de la historia es bastante conocido.
Kung Fu (1972), por citar un caso más lejano en el tiempo, también fue una serie de laboratorio, casi un experimento sociológico diseñado para los lisérgicos espectadores de los años setenta, aburridos de los héroes clásicos de la tele de entonces. No por azar la serie combinó la dura realidad del lejano oeste con una buena dosis de mística oriental, muy en boga por aquellos años.
En el mismo sentido, tampoco fue producto de la casualidad que el personaje principal fuera un monje budista -Wang Chan Kein-, que sólo apelaba a la violencia cuando no le quedaba más remedio; otro concepto que cuajaba a la perfección con la filosofía del flower power.
Estos elementos —que apuntaban directamente a la cabeza del espectador— resultaron fundamentales para que la serie se convirtiera en un éxito.
Cuando actúa la musa
En el otro extremo, del lado de las musas, está el caso de Anthony E. Zuiker, a quien se le ocurrió la historia de CSI después de una larga y agotadora jornada de trabajo en el Hotel Mirage de las Vegas, donde manejaba un trencito para los turistas.
Sentado en el sillón de su casa, cerveza en mano, Anthony miraba junto a su esposa un documental en el Discovery Channel sobre las nuevas técnicas de investigación científica empleadas por la policías. “Qué buena idea para una serie”, comentó después de la emisión; y se quedó pensado un rato, con la mirada en una telaraña que colgaba del techo.
Hoy, CSI Las Vegas es una franquicia que suma dos versiones más: Miami y Nueva York, y que se transmite en todo el mudo con éxito implacable.
Otro caso: cierto día, Chris Carter, hastiado de las comedias en las que trabajaba, leyó un informe que sostenía que casi cuatro millones de americanos podrían haber sido chupados por extraterrestres. Algo sucedió en su cabeza. Tomó ese dato, lo mezcló con el caso Watergate, lo aderezó con Kolchak: The Night Stalker, Alfred Hitchcock Presents y The Twilight Zone, y escribió el piloto de The X Files. Así de fácil.
Hay muchos ejemplos. Uno de los más atractivos es el origen de Seinfeld. La idea de esta sitcom surgió de las charlas que Jerry Seinfeld y Larry David mantenían a diario. En un momento los dos se dieron cuenta de que esas conversaciones sobre “nada” en particular podían ser, tranquilamente, el origen de una comedia.
Y así fue cómo la nada absoluta, la intrascendencia descarada y el absurdo cotidiano, todo eso a la vez, se convirtieron en la mejor sitcom que —para muchos— produjo la televisión estadounidense a lo largo de su historia.
Una idea genial y simple —narrada con maestría— que por efecto contrario terminó hablando de “todo”, o de “todo un poco”, durante sus nueve largas temporadas.
Inspiradas por las musas o diseñadas por expertos, nadie duda de que las ideas son el producto más preciado de la televisión. Ahora, que una idea llegue a convertirse en serie, y que además funcione, es otra cosa.
Una lotería, un misterio que, muchas veces, incluso parece no tener que ver con nada, ni siquiera con el embrión original.
CSI: la novena comenzó
con una despedida
Sigamos con las críticas a episodios iniciales, como venimos haciendo desde hace ya algunas semanas. Hoy le toca a una de nuestras series dramáticas favoritas. Atención.
Muy buena: CSI Las Vegas
Debo comenzar este artículo diciendo que si usted, lector, desconoce informaciones que tienen que ver con la cancelación de contrato de actores de esta serie —ocurridas a principios de año—, todo lo que sigue puede ser considerado espoiler.
Dicho esto, continúo para los que sí ya sabían que Warrick Brown (Gary Dourdan) dejaría la serie al finalizar la temporada pasada. Lo interesante era ver de qué forma se despediría, y éste fue el eje del primer episodio de la temporada nueve, llamado "For Warrick", que se emitió el pasado 10 de octubre y que, en casa, nos hizo llorar a moco tendido.
En general CSI (la versión original, las otras no sé ni me importan) nos tiene acostumbrados a grandes cierres y grandes inicios de temporada. Pero es indudable que ésta ha sido muy especial, porque es la primera vez que uno de nuestros muchachos pasa a mejor vida.
¿Qué dice usted? ¿Que lo que acabo de escribir es un espoiler y que usted quería disfrutar o padecer la muerte del negrito el año próximo, en Telecinco? Lo siento mucho. Si usted mira CSI por Telecinco no debería estar en este blog. Éste es un cuaderno para gente que ve series de verdad, sin publicidades de veinte minutos y sin doblaje. ¡Váyase de aquí, foráneo, en lugar de quejarse y patalear! ¡Salga de esta página antes de que le diga que Grissom dejará la serie al final de esta temporada! Ups, ¿ya lo dije? Jódase.
Volvamos a hablar entre nosotros. CSI, decía, comenzó con una fuerza fascinante. Vovió (por un ratito) la antipática y desabrida Sara Sidle (Jorja Fox) para el funeral del moreno, y todos los demás andaban por los pasillos como almas en pena. Maravillosa la composición de William Petersen, que demuestra que es un actor increíble.
No le pongo un excelente grandote a este inicio de temporada porque me resultó corto. El eje de la trama (la muerte de Warrick) junto al plot de la búsqueda de su asesino hubieran merecido episodio doble. No lo tuvo, y entonces debimos soportar unas elipsis muy fuertes, justo en escenas de dolor que, por morbo, habríamos deseado que fuesen más duraderas.
Cuatro estrellas para esta serie que a final de temporada se quedará sin su gran protagonista. Se va Grissom y todavía no sabemos quién lo reemplazará. A mí, con la mano en el corazón, y de entre todos los candidatos, me gusta John Malcovich.
Enciendo velas todas las noches en casa para que sea él.
¿Cómo descargo el primer episodio?
Podcast: hoy, Heroes
Hace unas horas, en ComRàdio, hablamos de la primera temporada de Heroes en la habitual sección de series de cada martes. Pueden descargarse el podcast aquí mismo o escucharlo en el coqueto reproductor de aquí debajo:
Calendario del Martes 14 de octubre
Y para acabar, la pasada noche en Norteamérica se pudieron ver un montón de buenas series, que ya están disponibles para descarga. Aquí el listado completo.
Qué ver en la 4ª
semana de septiembre
Que dios nos coja confesados. Desde el lunes y hasta el sábado (es decir, en un lapso de ciento cincuenta horas hábiles) hay 40 series interesantes para ver por la tele. Esto significa que ha comenzado la temporada fuerte. Así que vamos por partes:
Las consagradas. En esta semana inician temporada The Simpsons, House M.D. y C.S.I. Las Vegas, o sea: las series más exitosas de la televisión abierta española. Pero también lo hacen otras que tienen su porción de público y prestigio en las cadenas locales, como Smallville, Numb3rs, Grey's Anatomy y Boston Legal.
Las revelaciones. Las series que fueron un boom el año pasado inician hoy su segunda temporada en Estados Unidos; son Ugly Betty, Heroes y Shark.
Tres grandísimas comedias. Como si fuera poco, también hay campana de largada para How I Met Your Mother, The Office (versión yanqui) y My Name is Earl. Lo mejor en comedia actual.
Las nuevas apuestas. En medio de todo esta orgía de estrenos, no hay que olvidar el debut de series flamantes. Son muchas las de esta semana, pero destacan Journeyman, Reaper, Life y Dirty Sexy Money.
Y las que arrastramos del verano. Para peor, ya estamos enganchados a otras producciones que están promediando su andadura: no podemos dejar de ver Damages, Californication, The IT Crowd, Weeds, ni Curb Your Enthusiasm.
Éste es sólo un resumen de lo mejor de cada casa, pero hay bastante más en el calendario completo. No sé a ustedes, pero a mí las horas que tiene el día (y la noche) no me alcanzan para verlo todo. Ojalá los chicos de los subtítulos puedan, por lo menos, dormir una o dos horas por semana.
Calendario completo
Grissom y el asesino
de las miniaturas a escala
En la séptima temporada de CSI Las Vegas, que se emitió en Estados Unidos desde septiembre de 2006 y hasta mayo de este año (es decir, hasta hace muy poquito), pasan cosas nuevas. Parece mentira, pero sí. Es inusual que una serie tan asentada, tan veterana y con espectadores ya fieles y cautivos, te sorprenda otra vez, y CSI lo hace. A fuerza de guión y de maestría.
El espectador de CSI ya no espera nada. La serie es solvente, los casos a veces están muy bien y otras veces no tanto, pero cumple la función de hacerte pasar 45 minutos pensando en la trama. Eso ya es mucho y nadie les ha pedido más. Pero de todos modos han vuelto a crecer. Eso es lo que hace de CSI un clásico.
En la última temporada hay un hilo narrativo inusual, original y —en ocasiones— grandioso. Se trata de un asesino serial atípico que, tras matar, deja en la escena del crimen una maqueta en miniatura con el detalle del asesinato a escala.
Todo es minucioso: el pequeño cuerpo inerte es siempre un muñeco vestido como la víctima, la sangre es sangre y está esparcida igual, dentro de los minúsculos cajones hay las mismas cosas que en los cajones originales, y todo, todo, es digno de un psicópata con mucho pulso, tiempo libre y, por lo menos, un toque de enfermiza genialidad.
Grissom se obsesiona con estos crímenes, por supuesto, y no puede dejar de pensar en ellos. Nosotros, como espectadores, tampoco. ¿Cómo es posible que alguien, en un lapso de tiempo mínimo, deje una maqueta idéntica a la escena del crimen? ¿La confecciona antes o después? Si es antes, ¿cómo sabe la postura final de la muerte? Si es después, ¿cómo logra armar una maqueta en tan poco tiempo?
Esta temporada (de 24 capítulos) es igual a todas, pero está salpicada por estos crímenes, que ocurren a veces, no siempre. Son el eje que nos lleva al misterio, y vamos descubriendo, muy lentamente, la obsesión de Grissom y su fascinación por lo perfecto. A Grissom lo seduce la genialidad con independencia de la moral. La muerte de otras personas es lo de menos, en tanto el hecho se consume con visos de perfección.
Estoy haciendo todo lo posible para que no se me escapen espoilers muy gruesos. Sólo he consignado las bases de una trama alucinante, la mejor de todas las que se han escrito en CSI. Y por eso recomiendo la descarga de esta temporada. Hay otras cosas que no cuento y que son igual o más impresionantes.
Si algún espectador se ha cansado de CSI, es hora de volver a maravillarse. Sus creadores han conseguido, tras siete años de emisión, una obra maestra que quedará en los catálogos de la mejor tele del mundo.
No esperen a que la pase Telecinco. No tiene sentido ver algo tan bueno mal doblado y con cortes de publicidad. ¿Quién prefiere la maqueta en miniatura pudiendo acceder a la escena original de un crimen perfecto?