Sección 'Flash Forward'
Tiempo de
cancelaciones
No voy a echar de menos ninguna de las series canceladas en estas últimas semanas. De todas formas, hagamos un repaso de los principales proyectos truncados, aquellos cuyas cabezas han rodado en estos días, sin piedad, y con sólo un puñado de deudos en el entierro. Lo más curioso es que, en esta oportunidad, hay pesos pesados en la lista de difuntos:
Duró 2 minutos 17 segundos. Puestos a decir algo, empecemos por este enorme fiasco de la ABC, que arrancó con bombos y platillos y terminó en el más estrepitoso de los fracasos. La historia es conocida: la cadena quiso generar un sustituto para aprovechar la pantalla caliente que dejaría Lost luego de su final, pero se equivocó bastante feo. Lo que demuestra que es imposible procrear "mística" (la que sí tuvo Lost, y genuina) en un laboratorio. Una buena serie, también, necesita su cuota de azar. FlashForward no tuvo azar, y sin azar, muchachos, es improbable que acompaña la suerte.
Sobre Heroes y tumbas. Un caso parecido al de FlashForward, con la diferencia de que a la NBC le llevó cuatro temporadas aceptar el fracaso. Es más, la cadena hizo lo imposible para sostener hasta el final este mamotreto, que terminó derrumbándose por su propio peso. Todo el mundo se lo veía venir. Después de una primera temporada muy buena, la gente fue perdiendo el entusiasmo, cada vez más. De un tiempo a esta parte Heroes venía agonizando sin remedio. Y no hubo nada que hacer: ni reemplazo de guionistas ni flamantes productores pudieron reanimar al muerto, por más empecinada confianza que la cadena depositara en la serie. Y ya lo ven, Heroes ni siquiera tendrá un final más o menos digno.
20 años no es nada. A diferencia de los otros, el final de Law & Order sí me duele un poco, porque la serie llevaba veinte temporadas en pantalla. Yo le hubiera dado algunas más, aunque no la mire. Lo hubiera hecho por el simple motivo de que me gustan los rercords de permanencia en televisión, mucho más que los dramas judiciales. O en todo caso, por esa cuestión de reverenciar a los proyectos longevos y tratarlos con el mismo respeto con el que se cuida a los ancianos en China, aunque nadie los mire. Law & Order no se merece terminar con la palabra cancelada en su acta de defunción. El último capítulo, el 24 de mayo.
Un trauma de médicos. Está claro que la NBC está en problemas. Mercy, una malograda historia sobre enfermeras, no funcionó. Y las razones fueron más que claras: la serie era malísima. Lo mismo podríamos decir de Trauma, otra de médicos, pero enfocada en un equipo de emergencias. En ambos casos, ninguna sorpresa. Como dijimos en su momento, si la NBC intentó con Trauma ocupar el vacío dejado por ER, está claro que el tiro le salió por la culata. Y de Mercy ¿qué se puede decir? No le podemos ni dar las gracias.
Etcétera, etcétera... Y para ir cerrando, digamos que —además de FlashForward— la ABC sumó otras víctimas a su lista de difuntos recientes. Dos series que no despertaron nuestro entusiasmo, pero que de alguna manera se merecen una mención: Better of Ted y Romantically Challenged; además de la veterana Scrubs, que llega al final del túnel después de nueve temporadas en pantalla (estiradas), cambios de formatos e incesante desfile de personajes.
FlashForward
vuelve a respirar
FlashForward vuelve a respirar. Antes del inevitable parón, FlashForward estaba casi muerta, con poco oxígeno y pronósticos médicos nefastos. Después del episodio tres, veíamos la serie por inercia, e incluso por el morboso placer de verla estrellarse contra el suelo.
La audiencia flaqueaba semana a semana. Para recuperar lo poco que le quedaba de vida, la cadena ABC tuvo que intervenir de manera drástica, sin piedad. Primero, reemplazó al equipo de guionistas, y después, reestructuró el planteo inicial. El episodio doble de esta semana, el S01E11-E12 —que marcó el regreso de la serie después del parón de invierno— demostró que FlashForward aún tiene vida, aunque la noticia todavía no sea para tirar petardos al cielo. ¿Qué hicieron? Se plantearon contar la historia otra vez, desde una óptica más noble; quizá, hasta más poética. Y tomaron la decisión, acertadísima, de no estirar las tramas como chicle.
Hay algunos datos que nos hacen ser optimistas: este episodio doble estuvo bien narrado y aportó mayor número de respuestas que todos los anteriores juntos. La sensación es que la intriga —que iba a ser desarrollada a lo largo de la serie— se concentró en estos dos capítulos, y de aquí en adelante el planteo será reformulado de cuajo. La pretensión de plantear una intriga inicial potente, y acompañarla de una mitología propia para viralizar entre fans, fue un riesgo que le dio a la ABC resultados espantosos. Tal vez si FlashForward se limita a contarnos una historia entretenida, sin tanta alharaca, tenga posibilidades de revivir definitivamente. Todavía está a tiempo de hacerlo, porque el episodio doble de esta semana nos pareció el mejor (lejos) de todos los emitidos hasta el momento.
El musical que faltaba. Noticia bomba, que nos dejó de una pieza: uno de los últimos episodios de la segunda temporada de Fringe será... ¡una comedia musical! El episodio en cuestión se llamará Overture, es el número veinte y su emisión está prevista para el 29 de abril. ¿Cómo se las arreglarán J.J.Abrams para introducir en la trama números cantados y bailados y no perecer en el intento? La idea es perturbadora: el musical será, en realidad, un producto de la cabeza alucinada de Walter Bishop (John Noble). Veremos, entre otras cosas, a la agente Astrid Farnsworth (Jasika Nicole) cantando un tema de A chorus Line, y a la mismísima Nina Sharp (Blair Brown) entonando una serenata para Olivia (Anna Torv). La sola idea de que un episodio de Fringe se parezca a un capítulo de Glee es, como mínimo, una pesadilla. Pero lo soportaremos con estoicismo.
Los Monty, en seis entregas. Bill Jones es el hijo de Terry Jones, uno de los integrantes de Monty Python. Monty Python: Almost the Truth (La versión de los abogados) es una serie de seis documentales en los que Bill cuenta la historia del grupo cómico más legendario y mítico del planeta. Es la primera vez en veinte años que los cinco integrantes vivos de los Monty Python —John Cleese, Terry Jones, Eric Idle, Michael Palin y Terry Gilliam— se juntan para hablar de ellos, de sus épocas de colegio, la relación con sus padres, la universidad y las influencias que tuvieron a lo largo de la carrera. Recomendado tanto para fanáticos como para iniciados en la materia.
¿Qué sucede en esa pelea? La primera promo de True Blood es bastante extraña: una escena confusa extraída del rodaje de la tercera temporada. ¿Qué hace Eric (Alexander Skarsgard) en el suelo? ¿Con quiénes pelea? ¿Qué pasa ahí?
Por lo que vemos, a Eric lo tumba un empleado de Merlotte's, pero no hay mucho más que eso. Las imágenes, además de crear cierta intriga, sirven para recordarnos que la serie regresa el 13 de junio. En España (si los subtituladores están finos) la veremos el lunes 14 de junio, posiblemente después de Italia vs. Paraguay, que juegan por el Grupo F a las 15.30, en Pretoria.
Perdón, Me pasa cada cuatro años. Desde este momento, y durante los próximos cien días, estaré en 'modo Mundial'.
¿Tiene futuro
FlashForward?
Que el rodaje de FlashForward, la flamante niña mimada de la ABC, haya sido freezado por unos días no sorprende a nadie. ¿O me equivoco? El arranque de la historia, espectacular y bien logrado, no consiguió sostener el ritmo y conquistar el interés de la audiencia. La serie nos fue aburriendo poco a poco, cada vez más, y los últimos episodios los terminamos viendo por ósmosis, en mi caso porque ya formaban parte de la rutina de los viernes por la tarde (el aperitivo tonto antes de Fringe).
Aunque la decisión de la ABC pretende "darle un tiempo a los guionistas para mejorar la historia", está clarísimo que este parón no significa más que un fracaso para las altas aspiraciones que la cadena había depositado en esta serie; un revés calamitoso que de todos modos sus ejecutivos están dispuestos a subsanar.
¿Pero será posible que, con esta decisión, puedan solucionar algo? ¿Podrán los guionistas en la semana de pausa estipulada mejorar la trama y eliminar los defectos acumulados?
Tal vez consigan ajustar los guiones, pero ¿y los actores? ¿Qué hacemos con Joseph Fiennes, al que todo el tiempo veo vestido de Shakespeare enamorado? No me creo su papel ni un segundo. Como tampoco concibo a Dominic Monaghan, pese al especial cariño que le tengo, en el rol de villano. La escena del tren, cuando seduce a una pasajera, es roja directa. Y hay más problemas con el elenco, pero para qué ahondar...
¿Qué hacemos con Joseph Fiennes, al que todo el tiempo veo vestido de Shakespeare enamorado? No me creo su papel ni un segundo.
No va a ser fácil para los responsables de FlashForward levantar al muerto, maquillarlo y ponerlo otra vez en circulación. Ya veremos. Al menos el receso en el plan de rodaje no afectará la emisión semanal de la serie, que seguirá su curso tranquilamente, como si nada hubiera pasado.
Otras cuestiones
El caso FlashForward es la nota más sonante de la temporada otoñal, pero hay que decir que la mayoría de los últimos estrenos resultaron mediocres y poco atractivos. A la temprana cancelación de The Beautiful Life —a la cadena CWTV apenas dos emisiones le alcanzaron para darse cuenta que la serie no iba a ninguna parte— le siguió el anunciado final de Trauma, la apuesta fuerte de la NBC que sin embargo completará los trece episodios. Similar suerte corrieron Three Rivers (CBS), Eastwick (ABC) y Hank (también de la ABC).
Del resto de los estrenos, salvo dos claras excepciones, no hay mucho que decir. Bored to Death parece ir encontrando de a poco —pero muy de a poco— el tono que busca desde el primer episodio; la nueva versión de V (Invasión extraterrestre) está bien, tiene sentido, pero no aporta nada nuevo, y White Collar es simpática y estoy seguro de que va a funcionar —es la típica serie que compran las generalistas—, pero nada más.
¿Hablé de dos claras excepciones? Aquí van: son la comedia Modern Family (ABC) y el drama The Good Wife (CBS). La primera, sin dudas, es mi preferida. Cada vez está mejor; los guiones son brillantes, todos los personajes encantadores y está claro que sus creadores saben hacia dónde apuntar la brújula.
La segunda es The Good Wife, que no tiene grandes aspiraciones, es sólida y está bien escrita. Ni más, ni menos. Si la rocambolesca FlashForward termina por fracasar, será una pena para los casi 3.000 usuarios de Espoiler.TV que la tienen en su agenda semanal, pero nos quedarán al menos estas dos pequeñas obras para disfrutar.
Series poco pretenciosas, sencillas y sin tanto despliegue, pero con mucho futuro. Un futuro real, quiero decir, sin flash forwards.

Una mirada
al futuro
¿Qué pasaría si vas al pasado y matas a tu abuelo antes de que conozca a tu abuela? La ficción ensayó múltiples respuestas para esta pregunta, con miles de ejemplos que no vamos a repetir. Pero sí vamos a hablar de un caso que en los últimos días ha dado mucha tela para cortar: la paradoja del váter en FlashFoward.
El enunciado de la paradoja lo firma un señor llamado Psyro y se puede leer aquí. El váter de referencia es en el que está sentado el agente Stanford Wedeck (Courtney B. Vance) cuando tiene su visión personal del futuro. Se ve a sí mismo en el excusado, con los pantalones bajos y el diario abierto en la sección deportes.
Si sabía que esto iba a ocurrir, se pregunta el autor de la teoría —porque se supone que en ese preciso instante Wedeck está seis meses adelantado al momento del desmayo general—, ¿cómo puede estar tan tranquilo? ¿Cómo es posible que se limite a cumplir su flashforward, inmutable, sin hacer nada al respecto?
Y el mismo planteo corre para el resto de los personajes, a quienes en sus respectivas visiones —salvo al agente Mark Benford (Joseph Fiennes)— se los ve como si éstas en realidad nunca hubieran tenido lugar. Nadie en ese momento parece caer en la cuenta de que aquello que vieron, después de todo, era inevitable. La única respuesta lógica, para el autor, es que como base argumental la serie proponga la alternativa de universos paralelos.

Lo primero que recuerdo haber visto en televisión sobre este tema era una serie que se llamaba, en español, El túnel del tiempo (The Time Tunnel). Los protagonistas eran dos científicos, Tony y Douglas, y el túnel un portal que giraba con forma de espiral (una imagen que no olvido) y que llevaba a distintos momentos del pasado.
Yo entonces era un espectador ingenuo. No me preguntaba por qué la máquina siempre trasladaba a los científicos a los grandes momentos de la humanidad, como el hundimiento del Titanic, y nunca a lugares y a fechas en las que no había pasado nada.
Con la experiencia de Lost, a la que sus detractores acusan de azarosa y poco seria, los responsables de FlashForward tomaron la precaución de trazar un arco argumental sólido, que además se escapa del libro en el que se inspira la serie. Ellos quieren llevar tranquilidad a los hogares y juran que todo fue planificado en detalle. "No teman —dicen en las entrevistas—: la historia es coherente, los guiones redondos y al final no habrá grietas. Ya lo verán".
¿Pero a quién le creemos entonces? ¿A Robert J. Sawyer o a la gente que critica la serie en los foros? ¿Y si después todo termina siendo un sueño? ¿Y si al final todos están muertos y los flash forward son visiones del purgatorio?
Más que teorías y especulaciones por ahora prefiero discutir otras cosas. La interpretación de algunos actores —la de Joseph Fiennes, por ejemplo—, o la intención sistemática de apelar, en cada capítulo, a las emociones del espectador con recursos injustificables, como esos videoclips que aparecen en mitad de la trama. Y la lágrima del agente Stanford Wedeck en el sepelio de las víctimas de la tragedia. ¡Por favor!
Por lo menos una cosa es cierta: si los responsables de FlashForward pretendían que la gente replicara teorías en miles de foros y se tomara el trabajo de hablar de la serie, pueden darse por satisfechos.
Porque ahora, para bien o para mal, todos queremos saber cómo termina la historia.
Flash Forward:
el mejor estreno
Como lo prometimos en el artículo del miércoles, ésta es la segunda parte de las reseñas para los estrenos del mes pasado. Aquí les dejo otras cinco series nuevas y mi percepción arbitraria, sesgada y prejuiciosa.
Como siempre, vamos de peor a menos peor:
The Vampire Diaries
O cómo hincar el diente en lo trillado
Cuanto más historias de vampiros salen a la luz, más me gusta Alan Ball. Aquí hay una chica huérfana que coquetea con un vampiro bueno recién llegado al pueblo (vaya a saber por qué siempre es un pueblo); una escuela con adolescentes pavos; otro vampiro malo, que es hermano del bueno, y cuerpos que aparecen en la noche, atacados y mordidos. El piloto, malísimo por donde se lo mire, es un hallazgo en el siguiente sentido: está armado como un puzzle, con piezas tomadas de otras historias. No hay nada en él que no hayamos visto antes, desde el principio hasta el final. Por eso, porque sabe jugar como nadie con material de reciclaje, y por su manera de reírse todo el tiempo del género, amamos a Alan Ball.
Puntaje para este piloto:
The Forgotten
O cómo olvidarse rápidamente de un piloto
Piloto tirando a regular. No lo salva ni el bueno de Christian Slater, que interpreta al ex policía Alex Donovan. Alex perdió a su hija de ocho años –está desaparecida, no muerta— y ahora forma parte de un grupo altruista que se dedica a investigar crímenes que la policía da por cerrados. El piloto, como seguramente cada nuevo episodio, está centrado en una víctima olvidada, y en los esfuerzos de este grupo de investigadores, compuesto por gente común que sufrió en carne propia la desaparición de algún ser querido. Ignoro si siempre será igual, pero el primer capítulo está narrado, en off, por la víctima. Su voz nos llega desde el más allá, y al final nos cuenta parte de la resolución de la historia. Flojo. Lástima por Slater, que viene de la fracasada My Own Worst Enemy.
Puntaje para este piloto:
Mercy
O cómo malgastar otra historia de enfermeras
Veronica Callahan (Taylor Schilling) es una enfermera de una fuerte personalidad, pero en el fondo sensible, que vivió la experiencia de una guerra, la de Iraq. Ahora está de regreso y trabaja en un hospital (Mercy), pero no puede quitarse de encima todo el horror que vieron sus ojos. Para peor está tironeada entre el amor de dos hombres, y tiene que lidiar con la estúpida arrogancia de los médicos, cuando ella es la que sabe. Es inevitable comparar a Verónica con Nurse Jackie, otra enfermera peculiar. Y en la comparación la sufrida chica que regresó de Iraq pierde por knockout. Al piloto de Mercy se le notan demasiado los hilos, y no hay escena que no resulte artificial y forzada. Tuvimos ganas de abandonar el episodio por la mitad, pero aguantamos hasta el final, por las dudas. ¿Y saben qué? No mejoró ni un poquito.
Puntaje para este piloto:
The Cleveland Show
O cómo montar una franquicia afroamericana
Más allá del cansancio que nos pueda provocar el idéntico trazo estético de los dibujos de Family Guy, o las mismas voces que American Dad, más allá del tedio automático que nos producen las franquicias, hay que preguntarse cómo carajo hace Seth MacFarlane para seguir poniendo voces y producción ejecutiva en sus proyectos, y además aparecer como actor un rato en Flash Forward. Yo nunca en la vida había visto a un ex alcohólico tan productivo en su etapa abstemia. The Cleveland Show es más de lo mismo, sólo que el color marrón, en este caso, será más utilizado por los coloristas que el rosa. Los Griffin aparecen en el piloto, pero más adelante ya no. Cleveland Brown, el de la voz lenta, se convierte en prota absoluto. Yo hubiera preferido que tal cosa ocurriese con Glenn Quagmire.
Puntaje para este piloto:
Flash Forward
O cómo llenar durante meses el pozo que deja Lost
Hay que sacarse el sombrero con la capacidad de los yanquis para repetir la estructura de los éxitos azarosos. Flash Forward nos recuerda a Lost en todo, menos en la trama. Pero hay un trasfondo sensorial que nos hace creer que estamos viendo algo histórico. ¿Cómo lo hacen? Primero, descubren por qué funcionó Lost. Nada que ver con una isla, sino con un conjunto de detalles: coralidad multirracial, suspenso dosificado, impacto inicial, ganchos en el futuro o el pasado. Además: tipografía de créditos idéntica, ausencia de intro y dos actores muy reconocibles de la otra serie: Charlie (Dominic Monaghan) y Penny (Sonya Walger).
Pero con eso solo no basta. Un piloto redondo necesita algo más: un guión perfecto que, además de presentarnos seis personajes en cuarenta minutos, nos involucre en un mundo manejable pero descontrolado. ¿Cómo explicar, en tan breve lapso, que un día cualquiera los siete billones (según los comentarios no se dice billones, se dice megatones o diez mil personas al cubo) de habitantes de la Tierra se desmayan al mismo tiempo durante dos minutos y diecisiete segundos? ¿Cómo decir, además, que al despertar todos descubren haber presenciado en propio futuro cercano, es decir, que han estado en el 29 de abril de 2010? No señores, no es fácil que nos hagan comer ese chorizo en un rato. Pero lo hacen, y con maestría.
Un apunte final para confirmar que se trata del mejor estreno en mucho tiempo: la serie comenzó a emitirse el jueves 24 de septiembre (el mismo día que en la ficción ocurre el desmayo masivo) y el último episodio de de la primera temporada cae justo el jueves 29 de abril de 2010. ¿Les suena esta fecha? Sí, es el día clave del futuro. La trama nos acerca, semana a semana, a las visiones.
Un lujo de tiempos reales, de magia cronológica, que el cine no se puede permitir. Sólo la buena tele.
Puntaje para este piloto:
Cinco nuevas
para agendar
De la docena de estrenos que se vienen el mes próximo seguiré al milímetro por lo menos cinco. (De los demás veré el piloto sólo para confirmar que mis prejuicios son certeros.) ¿Pero cuáles son esos cinco? Y sobre todo, ¿por qué los elijo? De esto trata, más o menos, este artículo.
Mis razones para asegurar el visionado de una nueva temporada completa tienen que ver con la presencia de actores fetiche (siempre sigo a Peter Krause, por ejempo), o con las cadenas (le doy preferencia a HBO), o algún secundario fiel (Ted Danson es uno), o también algún nuevo recurso en comedia (hay uno muy novedoso este mes). Incluso a veces veo series nuevas porque me gustó el trailer o las tetas de la protagonista.
Nota para rompe bolas: el número que pongo al costado del título no es una puntuación de la serie, porque aún no se ha estrenado ninguna; es, si se quiere, una valoración de mis expectativas.
Aquí las cinco nuevas series que —creo— seguiré con placer durante los próximos meses (para darle suspenso, voy de menor a mayor):
The Good Wife
Cuidado, porque la CBS es una cadena asociada al fracaso. O por lo menos, a las series que nunca me gustan. Ésta se salvó por un pelo de ir al canasto de las que no veré, pero por suerte las demás eran peores. Bajas expectativas: es una serie dramática protagonizada por Julianna Margulies, que interpreta a Alicia Florrick, una madre de dos hijos que decide volver a ejercer como abogada luego de que su esposo terminara en prisión tras protagonizar un escándalo público con ribetes de corrupción política e infidelidad. Demasiadas palabras para resumir una trama, y eso ya no es bueno. Sin embargo, el trailer me gustó.
Parenthood
Esta comedia dramática retrata a la familia Braverman, conformada por cuatro hermanos que comparten los problemas propios de la paternidad. Peter Krause interpreta a Adam, una persona normal con esposa y dos hijos, a quien a veces le cuesta mantener el rumbo y la cordura. Expectativas moderadas: sigo a Krause a donde vaya, pero ya me falló un poco en Dirty Sexy Money. Su papel allí era soso. Y según la sinopsis de esta nueva serie, Adam parece un calco de su personaje anterior. Le voy a dar el último crédito.
Modern Family
Es una comedia que sigue la vida de tres familias diferentes entre sí, desde el punto de vista de un documental danés. Ya con eso, la compro. Una familia tradicional, con padre trabajador, esposa ama de casa y dos hijos; una pareja gay que acaba de adoptar a un bebé asiático, y un señor mayor casado con una mujer más joven. Buenas expectativas: porque tiene ese recurso intenso de The Office (el falso documental) pero en este caso los 'documentalistas' existen e interactúan con los protagonistas de la trama. ¿Se puede pedir más, como gancho?
Bored to Death
Como el Quijote, que salió a vivir las aventuras de las ficciones que alucinaron su cabeza, el protagonista de esta nueva comedia de HBO es un escritor de Brooklyn devenido en investigador privado, que utiliza los conocimientos de las novelas policiales que leyó a lo largo de su vida para ejercer este duro e intrépido oficio. Enormes expectativas: para empezar, la cadena es amiga de la casa, y segundo, me gustó el trailer y la presencia en él de Zach Galifianakis (el que haya visto la peli The Hangover entenderá mi alegría) y de Ted Danson.
Flash Forward
Es la gran apuesta de la ABC para la nueva temporada: una serie de ciencia ficción basada en un best-seller del canadiense Robert J. Sawyer. La trama parte de un hecho misterioso y extraño: todos los habitantes del mundo se desconectan durante dos minutos y diecisiete segundos, y regresan del trance con rarísimas visiones sobre el futuro. Expectativas muy, muy altas: la trama parece interesante a priori, y además trabajan dos que me gustan: Jack Davenport (Coupling, Swingtown) y Sonya Walger (la Penny de Lost).
Punto y aparte.
A finales de esta semana haré un listado parecido, pero de las cinco o seis historias nuevas de las que no veré más que el piloto, y también anotaré las razones arbitrarias que me llevan a descartarlas de mi agenda.
Pero hoy, que es lunes y ya casi es septiembre, era mejor empezar con un top ten positivo y esperanzador.