Sección 'Lipstick Jungle'
De excelente a asqueroso:
repasamos las nuevas series
Durante la última semana hice uso indiscriminado de sofá y me liquidé seis pilotos de series nuevas flamantes para este pequeño informe. ¿Qué tal son las nuevas producciones que las teles anglosajonas han puesto en parrilla? ¿Hay alguna imprescindible, hay mucho bodrio suelto? Utilizaré los adjetivos excelente, muy buena, buena, pasable, mala, malísima y asquerosa, como ya hice otras veces con idéntica impunidad. Y también estrellitas de color amarillo, que siempre quedan muy vistosas.
No está demás decir que estas valoraciones se basan en primeros capítulos (pilots) en donde casi todo consiste en la presentación de los personajes y el tanteo argumental, pero a estas alturas ya es posible olfatear —sólo con eso— por dónde irán los tiros.
Quiera dios que estas intuiciones les aprovechen mucho.
Excelente: In Treatment
Al que le gusten las tramas de acción, que no pase por aquí. HBO vuelve a romper moldes con una serie diaria (lunes a viernes) en donde todo el estofado pasa por la palabra. Un psicólogo (Paul), recibe cada día a uno de sus pacientes. Los lunes es Laura, los martes Alex, los miércoles Sophie y los jueves Jake y Amy. El viernes es el día en donde este terapeuta sereno, convertido en paciente inseguro, visita a la doctora Gina. Esto es puro teatro, señores, personajes al borde de la confesión, el abismo y la mentira. Y nosotros, desde casa, voyeurs privilegiados de actuaciones memorables. He visto tres episodios solamente. No me hacen falta más para recomendársela hasta a los perros del barrio.
Muy Buena: Eli Stone
Primera sorpresa. No apostaba dos monedas por una comedia legal en donde el protagonista se llamara Eli. ¿Versión masculina de Ally (McBeal)? Puede. ¿Versión más higiénica de Earl (My Name is)? También. Y no hablo sólo de la cacofonía en los nombres, sino de la historia. Eli Stone es un abogado, ocurren cosas surrealistas, hay mucho material kármico o espiritual, aparece el bien y el mal, etcétera. Este hijo flamante entre el bigotudo Earl y la hiperquinética Ally no salió tonto. Todo lo contrario. El primer capítulo me sorprendió por su frescura y su planteamiento singular. No es una obra imprescindible, sólo comedia blanca. Pero cumple su función de entretener y no cuesta nada hacerle un hueco todas las semanas.
Buena: Welcome to The Captain
Segunda sorpresa, y otra vez con una comedia sin mayores pretensiones. Esta serie se podría llamar, tranquilamente, Aquí no hay quien viva. El planteamiento es idéntico al de la serie española: un edificio en el que vive gente, un portero chismoso, gente que quiere privacidad y no la consigue, viejos locos, jóvenes modernos, familia tipo, etcétera. Lo que no tiene, por supuesto, es costumbrismo ibérico. A The Captain (así se llama el edificio) ha llegado un guionista joven en busca de tranquilidad para escribir. En el primer episodio descubrimos que no lo conseguirá. Entre los variopintos personajes secundarios, tenemos a Rachel Welch. Lo demás, está por venir y promete bastante.
Pasable: Breaking Bad
Esperaba mucho más de una trama, a priori, tan jugosa. En cuarenta palabras: a un profesor de química (esposo y padre mal asalariado) le descubren cáncer incurable y decide pasar su último año de vida cocinando droga en una roulotte para hacer dinero y que su familia, tras su muerte, tenga comodidad económica.
Stop. A primera vista nos recuerda bastante a Weeds, pero se le parece muy poco. El equilibrio entre drama y comedia aquí no está nivelado. El episodio inicial tiene buenos momentos, pero también ansiedad y un desarrollo previsible. Se me antoja como una más de esas series que seguiré bajando dos, tres episodios más, y después ya me dará pereza. (Postdata personal: el actor protagonista no me convence nada.)
Mala: Ashes to Ashes
Ay, cómo siento tener que decirlo: a veces la BBC falla. La secuela de Life on Mars (de eso trata esta nueva serie) es innecesaria. A todos nos enamoró el personaje del teniente Gene Hunt, pero este spin-off hace agua por todas partes. Veamos: en época actual una mujer policía está escribiendo un libro sobre el caso de Sam Tyler, aquel contemporáneo que estuvo en coma y a la vez viviendo en 1973. De repente, ella recibe un tiro y viaja a 1981, donde se encuentra con toda la cuadrilla de la serie anterior. El espectador (nosotros) ya no sentimos la maravilla de la obra precedente, y eso es lo malo. Además, los ochenta no tienen la gracia de los setenta. Es una lástima.
Asquerosa: Lipstick Jungle
Para hablar de esta serie podríamos dejarnos vencer por la pereza y, ya que estamos, incluir también otros bodrios como Cashmere Mafia, Gossip Girl y —en menor medida— Women's Murder Club, otros estrenos mediocres de este año. Lo diré sin eufemismos: las series con mujeres guapas que son amigas entre ellas y tienen muchos secretos y mucho dinero me tienen podrido. Puedo llegar hasta Desperates Housewives con dignidad, pero más allá no paso. Me aburro. No me importa si son detectives, o adolescentes, o empresarias, o periodistas, o nadadoras olímpicas sincronizadas. Todo lo que tengan para decir me chupa un huevo. No es prejuicio machista, sino argumental. Vean ustedes Mistresses, o Big Love, y comprenderán la diferencia entre el histeriqueo y la buena ficción.
Una semana plagada
de series femeninas
Comenzamos hoy, oficialmente, la primera semana de febrero con el regusto del primer episodio de Lost todavía en la boca. Si algún lector de Espoiler todavía no lo vio, en Minuto a Minuto lo tuvimos en streaming (ahora ya lo han quitado). No voy a decir nada sobre el argumento, pero como siempre en los comentarios hay gente que pregunta, diré que Lost me sigue haciendo feliz. Nada más.
Pero vean, vean qué lunes nos espera. Un nuevo episodio de House M.D. (para que la gente de Cuatro respire con alivio una semana más), el ecuador de The L Word (la serie sobre lesbianas que, ya dije, está muy bien y sigue en su rumbo), la gran noticia de que The Wire (que va por el quinto de la quinta) está siendo traducida casi en simultáneo al castellano, y el tercer capítulo de Breaking Bad, a la que aún no le hinqué el diente pero que —según me dicen— pinta muy bien (actualizo: no se emite esta semana).
Hacía mucho que no teníamos un lunes así. Pero el martes no se queda atrás tampoco: regresa Prison Break (de la que van goteando episodios por culpa de la ya agónica Huelga) y comienza la tercera temporada de The New Adventures of Old Christine, una serie extraña, con muchos altibajos, protagonizada por Elaine de Seinfeld: la señora Julia Louis-Dreyfus.
Mujeres...
El jueves, como si fuera poco, tenemos un estreno. Un preciado episodio piloto, un infrecuente S01E01. En los tiempos que corren esto es poco habitual. Se trata de Lipstick Jungle, una comedia dramática de la NBC que durará trece episodios y que, por lo que sé, tiene todas las intenciones de convertirse en la nueva Sex and the City (últimamente hay demasiadas series nuevas con esta intención).
En este caso son tres mujeres neoyorquinas muy poderosas. No es que tengan superpoderes, sino que están entre las veinte mujeres más influyentes según la lista del New York Time. Una de ellas, además, es Brooke Shields. Ahí les dejo la información para que ustedes hagan lo que quieran. Yo creo que veré el piloto y muchas gracias.
...y más mujeres
Y sigamos un poco más con historias femeninas, pero ahora cruzando el charco. El miércoles se emite en la BBC el quinto (y penúltimo) episodio de la primera temporada de Mistresses. Gracias a AsiaTeam, tenemos subtítulos y lo tendremos hasta el final. Es una suerte.
¿De qué se trata? Mistresses es como si metiéramos en una coctelera un poco de Tell me you love me, un toquecito de Desperates Housewives y una pizca de Coupling. De la primera tiene la tensión dramática, de la segunda cuatro damas amigas pero diferentes y de la tercera la factura británica y la excelencia del guión. Para decirlo con mayor brevedad: descarguen y disfruten, difícilmente los defraude.
Los libros no muerden
Ahora sí, me voy. Pero antes un dato más para los seguidores más cultos de Lost, esa rara especie a la que una vez llamé "El Espectador Bibliotecario". Durante toda la primera temporada de la serie, hace ya tres años, estuve secretamente convencido de que la trama de los náufragos era una adaptación de La Invención de Morel, una novela corta de Adolfo Bioy Casares. De hecho, en ese tiempo hubiera apostado dinero a que sabía cómo acababa todo. Después la historia del Oceanic 815 dio muchos giros, pero las coincidencias entre la serie y la obra literaria nunca dejaron de aparecer, esporádicas.
El próximo 21 de febrero, cuando se emita el episodio cuatro de Lost (S04E04, Eggtown) un personaje de la serie estará leyendo ese libro. El de Bioy, sí. Los creadores de Perdidos harán de este modo un guiño cómplice a todos quienes creímos que la cosa iba por ahí. Si ustedes son verdaderos fanáticos de la serie, aquí tienen la nouvelle completa en pdf, así pueden llegar al capítulo cuatro con la lección bien aprendida. Además, es una historia genial: no pierden nada, todo es ganancia.