Sección 'Mental'
Mental: un
House sin cafeína
Acabo de ver el piloto de Mental, una serie parecida a muchas, con los tópicos de otras tantas, muy terriblemente generalista (en el sentido multitarget) que sin embargo me resultó atractiva por cuestiones alejadas a la trama. Por ejemplo, está completamente filmada en Bogotá, pero en inglés y fingiendo un Los Ángeles bastante certero. Otra curiosidad: la Fox la ha estrenado en todo el mundo al mismo tiempo, como ya ocurrió con The Listener, y como seguramente se hará cada vez más habitual.
¿Demasiada información para un primer párrafo? Tengo más: la idea de filmar en América latina se ha venido barajando en las cadenas yanquis desde hace bastante, pero la crisis global los ha convencido de que sea ‘ahora’. Tampoco será el de Mental el único caso. Con el tiempo tendremos varias producciones de bajo coste. Quiero decir: técnicos, sonidistas, iluminadores y maquilladoras que cobran en pesos, y no en dólares. Pero con actores, directores y creadores yanquis.
En Mental los protagonistas son estadounidenses que fingen estar en Estados Unidos. La curiosidad geográfica no es argumental, sino presupuestaria. Pero mejor hablemos de la serie, del argumento.
¿Preparados?
La serie es mala.
Ya está.
Bueno, está bien, un poco de desarrollo. Imaginemos un grupo de guionistas intentando, sin suerte, emular el éxito de House M.D., con cada uno de sus detalles: un médico poco ortodoxo, la jefa del hospital que es veterana pero está bastante buena, unos residentes poco habituados a esas técnicas poco ortodoxas, un caso por episodio en donde todo parece no tener solución hasta que el protagonista la encuentra, unas soluciones que aparecen cuando otros van a la casa del paciente... Etcétera.

¿De veras e tan parecida es a House? No sólo eso. Además el médico es... ¡británico! Y para peor, las cosas que no se parecen a House son importantísimas, al menos en el piloto: el guión no le llega a las rodillas y el protagonista no tiene la ductilidad de Hugh Laurie.
Hay otras diferencias, para que nadie intente hacer un juicio por plagio. Por ejemplo, el doctor Jack Gallagher (que así se llama el prota, interpretado por Chris Vance) se dedica a los loquitos, a los esquizoides, a los perturbados. No conduce una motocicleta, sino una bici. No es cojo ni adicto a la vicodina, pero por lo que vimos ayer tiene una hermana con problemas. Es más joven. No parece traumatizado por una vida de mierda sino más bien feliz. Y posiblemente se enamore más fácilmente de las muchas doctoras muy guapas que tiene alrededor.

Ahí está todo. Una serie que posiblemente funcione perfectamente en alguna cadena generalista (apuesto por Telecinco o Antena 3). No tardarán en comprarla. Por el momento, tiene previstos trece episodios que se emitirán durante todo el verano, justo cuando no hay otra cosa buena para ver en esa franja de ficciones para todo el mundo: ni House, ni The Mentalist, ni CSI.
Repito: lo único interesante de este estreno es la decisión de filmar y producir en América latina. Una excelente idea presupuestaria en tiempos de crisis. Una luz de esperanza para futuras buenas ficciones. Mental no es el caso.
No desesperemos: el calendario está raquítico y todo lo bueno ya terminó; pero en junio llegan Weeds y True Blood. No está todo perdido.