Sección 'Michael Richards (Kramer)'
Kramer, el vecino del
apartamento de al lado
La comedia Seinfeld tiene la mayor cantidad de "grandes secundarios por metro cuadrado" en la historia de la televisión. Son tantos, y tan buenos, que hasta el propio Jerry Seinfeld es un secundario genial en su propio show. Por lo tanto, ésta no será la única vez que un actor de reparto seinfeldiano aparezca en la nueva sección de Espoiler. Empezamos con Kramer, pero habrá más. Vamos a ello.
Michael Richards nació en Los Ángeles en 1949, y debutó en la tele en 1982, en el show Fridays, haciendo monólogos de comedia. (Allí también estaba un muy joven Larry David.) Tres años más tarde hizo un pequeño personaje llamado Eddie Gordon, en la famosísima Cheers, y papeles menores en Hill Street Blues, la ochentosa Miami Vice o la comedia Fresno. Sin embargo, la fama le llegaría con su rol de Cosmo Kramer en la comedia Seinfeld, con un personaje inolvidable.
Tras aquel éxito, de magnitudes universales, a Richards le sería imposible volver a las pantallas. De su último intento, The Michael Richards Show (2000), se grabaron siete episodios y fue un fracaso: sólo llegaron a emitirse tres.
Le ocurriría lo que a muchos secundarios que calan profundo en la memoria televisiva: el encasillamiento eterno. El último caso importante es el personaje de Joey (en Friends) que no pudo levantar cabeza ni siquiera haciendo el mismo rol en serie propia.
Kramer es el paradigma de este mal, el símbolo patrio de la maldición. No hubo forma de ubicarlo en otro sitio cuando la comedia Seinfeld acabó en 1998. Lo último que hemos sabido de él no es bueno: en 2006 Michael Richards insultó, durante una actuación, a un espectador negro que lo estaba abucheando. En un ataque de rabia de más de dos minutos, lo llamó repetidas veces "nigger", esa palabra que en Norteamérica es casi tabú. Hay un video en Youtube que capta la caída libre del actor. Y también otro donde se disculpa, dos meses más tarde, desde el show de Letterman y en presencia del propio Jerry Seinfeld.
En sus tiempos de gloria, sin embargo, Richards fue un actor adorado por el público usamericano. Su papel en la serie es el del vecino enloquecido del protagonista, o en apariencia enloquecido. Quien observa las nueve temporadas de la sit-com con detenimiento, descubre que Cosmo Kramer es el único que no está loco. Lo suyo es el equilibrio desesperado.
Kramer, un personaje con corazón
O mejor, su locura tiene que ver con lo gestual y lo imprevisto. Pero, sin duda, es el personaje que carga con la humanidad, el único que parece tener corazón y bondad. Los otros tres no tienen estas virtudes. Jerry, George y Elaine viven en un mundo que los amenaza todo el tiempo, viven agazapados y alertas. Kramer en cambio parece estar transcurriendo sus días en un universo paralelo, en un mundo feliz donde las peores catástrofes tienen que ver con la comida, la ducha y los inventos. Es el único personaje de la serie que no desconfía.
Lo explica muy bien el propio George, una tarde en la cafetería de siempre, y con Elaine como partenaire. Asegura que Kramer vive la vida como si fuese un fantasy camp, que en nuestra idiosincrasia sería algo así como una "colonia de vacaciones" (en Argentina) o "campamento de verano" (en España). La frase completa es así:
Toda la vida de Kramer es un campamento de fantasía. La gente debe pagar dos mil dólares para vivir como él una semana. No hace nada. Le saca la comida a sus vecinos y hace el amor sin una cita. ¡Eso es un campamento de fantasía!
Botón de muestra
El video de aquí abajo comienza con esta secuencia de George (la de la fantasy camp) y continúa con algunas escenas típicas de Kramer, de diversas temporadas de la serie, en donde el diálogo siempre es complemento de la capacidad gestual.
Al final del tramo, un bonus con una escena en donde a Jerry Seinfeld (el actor) le resulta imposible seguir con su parlamento a causa de la improvisación gestual de Michael Richards. Imperdible.