Sección 'Misfits'
Cinco superhéroes de mono naranja
El quinteto más incorrecto de adolescentes desviados, aquellos en los que nadie delegaría la menor responsabilidad —mucho menos superpoderes magistrales—, regresó con un episodio piloto alucinante y sin pelos en la lengua.
En otra palabras, volvió Misfits a la televisión británica. Y el niño incorrecto y descarriado que vive dentro nuestro, el Nathan que todos escondemos en las entrañas, se siente feliz.
Hace más o menos un año, la serie de Channel 4 creada por Howard Overman (guionista de Merlin y Hotel Babylon) nos había dejado con un cliffhanger de proporciones tarantinescas. ¿Lo recuerdan?
Pero mucho más que eso, que si nos ponemos un poco serios es lo de menos, Misfits nos había presentado a un nuevo paladín para sumar a nuestra repisa de superhéroes catódicos: el actor Robert Sheehan, nuestro querido Nathan; más que actor, un amigo.
Miren qué preciosa criatura:
Misfits cuenta la historia de un grupo de adolescentes británicos, mejor dicho: de cinco delincuentes juveniles obligados a realizar servicios comunitarios, que tras una fulminante tormenta eléctrica adquieren poderes sobrenaturales.
Oír pensamientos ajenos, volverse invisible, erotizar al prójimo a niveles demenciales, hacer que el tiempo retroceda o simplemente poseer el don de la inmortalidad son las capacidades que el prodigioso temporal repartió entre nuestros queridos muchachos.
Durante la primera temporada los vimos lidiar con sus nuevos atributos, y sobre todos padecerlos. Pero ahora, en esta nueva etapa que comienza, después de haber dejado detrás varias batallas y algún que otro cadáver, está claro que los chicos ya no son los mismos que eran.
A Alisha (Antonia Thomas) se la ve más tranquila; Simon (Iwan Rheon) abriga esperanzas de adaptarse al mundo real, Kelly (Lauren Socha) puede que haya madurado un poco, y Curtis (Nathan Stewart-Jarrett), el joven atleta al que una noche de excesos le frustró la carrera, acaso encuentre una salida. A todos, de alguna manera, se los ve distintos.
A todos, menos al encantador y simpático Nathan, más incorregible y egocéntrico que nunca: sobre todo ahora que se sabe inmortal.
En el primer episodio de esta segunda entrega, los superhéroes de mono naranja tienen que lidiar con un enemigo muy peligroso. Nada menos que con un cambiaforma. Nota al pasar: recordemos que la fatídica tormenta cayó sobre otras almas desconocidas, y en todas ellas también diseminó maravillas.
La presencia del cambiaforma no es un guiño a Fringe, como cabría suponer, sino que se trata de un homenaje explícito a otra serie de ciencia ficción: la mítica Star Trek, Deep Space Nine, en la que aparece una raza de mutantes con esta misma y extraña virtud.
Pero esto no es todo. Mientras la policía pisa los talones de los cinco protagonistas, otra trama horizontal se abre en la esperada premier: la presencia de un personaje misterioso, un sujeto enmascarado y veloz que conoce los secretos mejor guardados de nuestros amigos, y que los acecha desde la oscuridad total o desde las alturas, vaya uno a saber por qué.
¡Pero qué nos importa!
Volvió Misfits, con una nueva temporada de seis episodios. Eso es lo único que vale. Y nuestro niño interior, el mismo que bostezó tres veces con el piloto de No Ordinary Family, repito, ahora se siente feliz.
El regreso de los
superhéros británicos
Por fin se confirmó y nosotros ya estamos festejando: la segunda temporada de Misfits, otra británica de seis capítulos, es un hecho. ¿Todos sabemos de qué va la historia?
Por la dudas refresquemos: un grupo de muchachos, todos con problemas de adaptación social, que luego de una extraña tormenta son bendecidos con poderes sobrenaturales.
Hay mucho más, pero ésa es más o menos la síntesis de esta maravillosa serie que fue encasillada por algunos como historia juvenil, pero les garantizo que es mucho más que eso. ¿Cuándo vuelve Misfits? En noviembre de este año.
¿Qué tal?
Delincuentes
con poderes
“Es una mezcla entre Heroes y Shameless”, me dijeron hace unos días, cuando me recomendaron Misfits, la nueva serie de la británica Channel 4. No me pareció una buena forma de vender una trama. Es como decir de una mujer: tiene algo de Nicole Kidman y también un aire a tu abuela.
La fusión entre algo bueno y algo horrible puede dar como resultado la extravagancia o el travestismo, pero nunca la belleza. Eso pensé y, como siempre, me equivocaba.
Misfits tendrá seis episodios (saludable costumbre inglesa); la serie se empezó a emitir el pasado 12 de noviembre, y la cuarta entrega se podrá ver —y descargar— mañana por la noche. Es decir: ustedes tienen veinticuatro horas para ver los primeros tres capítulos y enamorarse de la historia y de sus cinco personajes. Entonces, ¡dejen de leer y habiliten la serie en la Agenda Personal!¿Por qué la recomiendo así de rápido, sin intentar primero seducir al lector, sin explicar nada sobre latrama? Porque al final no se equivocó el que me dijo que Misfits es “una mezcla entre Heroes y Shameless”. Ahí está toda la explicación. Lo que no me avisaron es que tenía lo mejor de ambas. De Heroes, la idea inicial; de Shameless, el motorcito interno.
Creada por Howard Overman (guionista de Merlin y Hotel Babylon) Misfits camina entre dos géneros complicadísimos de abordar al mismo tiempo: la ciencia ficción y el humor. Lo extraño, lo milagroso, es que logra dividirnos el cerebro en dos partes. Con el hemisferio derecho seguimos la historia sobrenatural de unos delincuentes juveniles que adquieren poderes tras una tormenta eléctrica, cometen un asesinato y son perseguidos por la culpa. Y con el hemisferio izquierdo nos revolcamos de risa con cinco personajes memorables que mantienen diálogos inteligentes y absurdos.
No será la BBC, por supuesto, pero Channel 4 me cae simpática cuando experimenta. Muchas veces lo hace sin demasiado ingenio o suerte, pero al menos lo intenta. Es difícil encontrar, en este siglo, proyectos de este canal que no resulten innovadores, frescos, económicos y arriesgados. Pensemos, por ejemplo, en The IT Crowd, The Inbetweeners o Dead Set.
En esa línea, Misfits es quizás el mejor experimento del año para la cadena inglesa. Logra hipnotizar con una frescura arrolladora, un humor muy eficaz y, sobre todo, con la capacidad de detenerse en un tema fascinante, ése mismo que Heroes no consiguió abordar nunca: el problema moral del superhéroe, la responsabilidad no deseada que surge cuando lees el pensamiento ajeno, o cuando eres invisible a voluntad, o cuando puedes detener el tiempo.
Pero no se queda ahí: en Misfits también hay una minuciosa paleta de personalidades. De cada uno de los cinco protagonistas se podría hacer un gran spin-off (si la serie fuera yanqui, claro).
Nathan, ingenioso y descarado hasta el hartazgo; Alisha, un arquetipo de lo que en los barrios bajos se conoce como calientapollas; Simon, introvertido y con una pinta increíble de pervertido sexual; Kelly, la impresentable gordita varonera enamorada del peor del grupo; y Curtis, un atleta negro, joven y prometedor, pero cocainómano. Y todo eso, junto con lo paranormal, lo hilarante y lo filosófico,en seis episodios de cuarenta minutos cada uno. Sin vicios yanquis.
Un guiño final sobre este asunto: al final del capítulo primero, cuando los cinco descubren que algo ensus cuerpos y sus mentes ha cambiado, uno de ellos se pregunta:
—Entonces, ¿qué pasa ahora? ¿Somos superhéroes? ¿Vamos a estar siempre así?
Y entonces Nathan, siempre afilado, le responde:
—No, esa clase de cosas sólo pasan en Norteamérica... Nosotros volveremos pronto a nuestras vidas de mierda.
Lo dicho: el último episodio de esta maravilla, antes de Navidad.