Sección 'Ricky Gervais'
Ricky, en contra
de los toros
¿Ustedes vieron alguna vez a Ricky Gervais serio? Aquí lo tienen.
"El Gobierno catalán en España está a punto de abolir las corridas de toros y queremos que sepan que hay millones de personas en todo el mundo a los que nos importa lo que voten y que esperamos ver cómo ponen punto final a esta crueldad", dice el actor.
Ricky Gervais y la
guerra de Malvinas
Como pelear contra un enano. ¡Ah, qué bien me lo estaba pasando ayer martes! Me venía riendo y riendo y riendo con un monólogo fabuloso de Ricky Gervais para HBO (se llama Out of England, The Stand Up Special y está completo para descarga y subtítulos). Ricky está muy políticamente incorrecto durante esa hora y media. Se ríe de los niños que tienen cáncer, se burla de los obesos mórbidos, se mofa de los autistas, hace bromas sobre los paralíticos... Y claro, como yo soy liberal y moderno, y sobre todo desprejuiciado e inteligente, también me reía y me reía y me reía. Hasta que en el minuto treinta y ocho...
¡Ah, grandísimo hijo de puta!, pensé. Voy a hacer un enorme esfuerzo para que me dejen de gustar tus series míticas; ya no quiero ser liberal y moderno, ni mucho menos desprejuiciado e inteligente, ahora ya no me río con tus chistes. Meterse con los niños del cáncer está bien, con los autistas, con los mogólicos... ¿pero con los argentinos? No señor. Es demasiado.
David, el que no va al mundial. Más ingleses de mierda. David Beckham quería a toda costa jugar el mundial de Sudáfrica, pero se le rompió el talón de Aquiles y todos los sueños se le fueron por la borda. Pero hay otro que puede cumplir: actuar en televisión, ya que tanto se arregla y se preocupa por el pelo. El futbolista va a participar -en realidad todavía no está confirmado- de la serie británica Gavin & Stacey, en un episodio especial. Esta serie, según nos han comentado, está muy bien y es graciosa. Pero tiene la enorme dificultad de no estar subtitulada. Así que aprovechamos la oportunidad para pedir los subtítulos de la primera temporada de Gavin & Stacey. Gracias.
El mundo partido en dos. Antes el mundo se dividía entre quienes habían llorado con la escena del piano de la película Casablanca y los que no. O, como dijo Clint Eastwood en Il buono, il brutto, il cattivo: "El mundo se divide entre los que tienen un revolver cargado y los que cavan. Tú cavas". Pero ésta es otra época, mucho más moderna y glamorosa. Por eso ahora el mundo se reparte de otra manera: de un lado tenemos a los que aman Glee, del otro a los que la detestan y no comprenden su éxito. Nuevos nombres acaban de sumarse a los adeptos de la serie musical, que entre ellos se hacen llamar gleeks: Lady Gaga, Justin Timberlake, Jennifer Lopez, Julia Roberts y la mismísima Madonna. Todos ellos van a estar —algunos aún no han confirmado— en próximos episodios. (Otros talentos, como Eduard Punset o Gilberto Gil, todavía no se pronunciaron a favor o en contra de la serie.)
Price y Michael Jackson. A Richard Price lo conocemos como uno de los guionistas de The Wire, pero también es novelista y tiene una interesante trayectoria cinematográfica. The Wanderers, su primera novela —la redactó a los veinticuatro años—, fue adaptada por Philip Kaufman para la pantalla grande. Spike Lee hizo lo propio con Clockers, y Martin Scorsese le encargó el guión de The Color of Money.
Pero, entre todos sus trabajos, hay uno que resulta bastante extraño: lo hizo junto a Scorsese en los ochenta, y el protagonista es Michael Jackson. Se trata de Bad, aquel legendario video musical de dieciocho minutos, en el que Michael interpreta a Daryl, un muchacho que regresa a su ciudad natal, graduado, y se reencuentra con sus viejos y marginales amigos, que que no han cambiado como él.
Considerados por muchas el mejor videoclip de la historia, se puede ver completo aquí. Pero para Price trabajar en este video fue sólo eso: un trabajo. Y tampoco recuerda con mucho cariño al protagonista de la historia. Cuando le preguntaron dónde estaba el día que Jackson murió, él dijo: "Estaba en Harlem, todos lloraban y yo pensé: Vamos, si era un maldito pederasta. Un viejo verde que quería ser una mujer blanca. ¡Por Dios Santo!".
Frekes de parabienes. The Walking Dead. Así se llama el nuevo proyecto de la cadena AMC, que tantas alegrías nos viene dando. La serie nace de un comic muy conocido entre los amantes del genéro, creado por Robert Kirkman. Una historia apocalíptica, o post-apocalíptica. El mundo ha sido invadido por muertos vivientes, y los pocos humanos que quedan intentan sobrevivir como pueden. Rick Grimes es el nombre de la persona que lidera uno de los grupos de sobrevivientes, un ex alguacil que será interpretado por Jonny Lee Miller (Trainspotting, Eli Stone). Frank Darabond (The Blob) será el director y guionista de la serie, y oficiará también de productor ejecutivo. La primera temporada tendrá seis episodios.
Ricky Gervais será
dibujo animado
Ricky es un dibujo. El próximo viernes 19, la cadena americana HBO estrenará la serie animada de The Ricky Gervais Show. El creador de The Office aceptó la propuesta —arriesgadísima, si me permiten el vaticinio— de adaptar unos podcasts que en su momento realizó para la radio, aunque con el aditivo de imágenes en movimiento. Lo acompaña su pseudo hermano, compañero de aventuras y co-guionista, Stephen Merchant (el de cara de tonto y gafas enormes que hacía de representante en Extras). Mientras ustedes se quedan con la boca abierta, igual que yo, les muestro un pequeño adelanto del esperpento:
Mi admiración por Ricky Gervais es enorme —se la ganó con dos de las mejores comedias incómodas de este siglo— pero en los últimos tiempos mi estima viene cayendo en picada. Sospecho que Hollywood no le está haciendo nada bien al inglés. Desde que se mudó a Norteamérica, digámoslo de una vez, se puso un poco pavote. Presentador de galas sin gracia y protagonista de un par de películas infames; eso es todo lo que ha hecho desde que las alas de la BBC dejaron de cobijarlo. Y ahora, para certificar el momento gris, un dibujito animado.
Ojalá me equivoque mucho, pero aunque él se ría en su versión bidimensional, yo no le veo la gracia.
Detectives de dudoso origen. Y la última, que me tengo que ir a ver Lost. HBO sigue apostando a lo grande: Steven Spielberg, David Fincher, Martin Scorsese...y ahora Jonathan Demme (para quienes no les suena, se trata del realizador de The Silence of the Lambs, el silencio de los inocentes en Latinoamérica, y de los corderos en España). El hombre se encargará de fabricar un episodio piloto sobre un ex boxeador devenido en detective privado.
Por lo visto, a la cadena le está excitando mucho esta clase de historias (recordemos el argumento de Bored To Death: un escritor de novelas negras convertido en detective privado). Pero claro: entre una cosa y otra hay diferencias. Este nuevo proyecto está basado en las andanzas de Easy Rawlins, un detective negro que llega a Los Angeles a finales de los años cuarenta, protagonista de varias novelas del escritor Walter Mosley.
Es todo por hoy.
Mañana, cuando volvamos, hablaremos del regreso de Libby.
Dos reyes,
magos de la comedia
Me gustaría retomar ahora mismo la actividad de Espoiler —después de este breve impás de turrones, huelga y fin de año— con un regalo de Reyes para los lectores sibaritas, o para los telespectadores más exquisitos, que es lo mismo. Se trata de un obsequio que debe degustarse con calma, con móviles desconectados y, de ser posible, fuera de los ámbitos del ordenador.
No haré suspenso. A continuación les dejo una entrevista de 48 minutos, en la que Ricky Gervais (inglés, 47 años, creador de The Office y de Extras) conversa en un sofá con Larry David (norteamericano, 60 años, creador de Seinfeld y de Curb Your Enthusiasm). La charla ha ocurrido en el año 2005 pero no existía, hasta hoy, una versión en castellano.
David y Gervais. Juntos. Ambos señores tienen varias cosas en común. Voy a destacar seis: son productores, son guionistas, son protagonistas de sus propias historias, son humoristas, trabajan la vergüenza ajena dentro del ámbito de la comicidad mejor que nadie, y son, para este siglo, lo que Chaplin y Keaton fueron para el siglo pasado. (Sí, ya sé que es una aseveración peligrosa: me hago cargo.) Lo digo en este sentido: se trata de dos monstruos del humor teórico que han sido capaces llevar a la práctica sus hipótesis poniéndoles el cuerpo. Actuándolas también.
En esta charla ocurren pequeñas magias. Entre otras, Larry David explica de qué modo compone un guión, paso a paso. Gervais hace las veces de anfitrión embelesado, pero también aporta lo suyo. Verlos juntos (y por primera vez, porque ellos no se conocían en persona antes de la charla) funciona mejor que un año en una escuela de guión.
En Espoiler he hablado ya de algunas de las obras de David y Gervais. En este blog tenemos una entrada para Extras y para ambas versiones de The Office, y también varias para Seinfeld y para Curb Your Enthusiasm. Quienes no conozcan a estos maestros de la sit-com moderna vayan primero a aquellos textos, y después regresen aquí.
Lo que no teníamos, hasta esta noche de Reyes, era a los dos protagonistas juntos, hablando de sus obras. Yo conocía ya esta charla, sabía de ella, pero mi desconocimiento del inglés me impedía disfrutarla. Por suerte hace unos días el lector Criztian (que suele tomarse el trabajo de traducir de oído entrevistas y cosas de enorme valor) me envió esta joya en castellano.
Me tomé la libertad de corregir algunos detalles de su traducción. No sólo ortografía y gramática, sino también algunas licencias de interpretación que, aunque no son literales, ganan en chispa. O eso espero.
Hagan de cuenta, lectores sibaritas, que ya es de noche y que han puesto los zapatos a la orilla de este blog. Cierren los ojos y despiértense el seis de enero.
Dos reyes, magos de la comedia de este siglo, comienzan a charlar. La conversación misma es el obsequio. Escuchemos absortos, como si fuésemos niños.
Larry David versus Ricky Gervais
Lo último de Ricky Gervais,
el humorista patético
La vida de los extras de cine es dura, y Ricky Gervais (el creador y protagonista de la primera The Office) le pone la firma en Extras, una atípica serie de la BBC que camina, con paso firme, entre la comedia negra, el documental satírico y, muchas veces, el patetismo.
Lo patético (o más bien lo mezquino en el ser humano) en la obra de Gervais es casi el ingrediente clave, el toque maestro o la firma del autor. Y aquí lo vemos otra vez, aunque menos caricaturizado que en el personaje del gerente de la papelera de The Office.
Andy Millman cree que es un actor de cine, pero sólo es un figurante, el peor de todos, el que nunca aparece después de los cortes del editor. Pero entre los suyos (entre los demás extras) habla como si hubiese compartido cartel con Al Pacino.
La serie quizás tenga un ritmo menos trepidante que la antecesora (disculpen que haga la comparación permanente con The Office, pero es que Gervais puso todo su arsenal allí), pero sin embargo tiene virtudes sutiles que la otra no. Entre ellas, un mejor manejo de los silencios y los sobreentendidos. Hay un estilo más trabajado, más dramático. Y menos carcajadas, claro.
Cada uno de los capítulos tiene un actor invitado. Uno de peso. En esta primera temporada de seis, los famosísimos son Kate Winslet, Ben Stiller, Ross Kemp, Samuel Jackson, Les Dennis y Patrick Stewart. Cada uno de ellos hará valer la indiferencia y el ninguneo hacia el pobre figurante, porque de eso va la trama.
Hay una segunda temporada de Extras y, se rumorea, vendrá una tercera en 2008. Ya lo veremos. Por lo pronto, a disfrutar de uno de los mejores comediantes británicos vivos: el señor Gervais, el único capaz (bueno, junto con Larry David) de hacernos reír y avergonzar al mismo tiempo.