Sección 'Sudáfrica 2010'
España S03E01:
Bienvenidos a la elite
Cambian muchas cosas después de que tu país gana una copa del mundo por primera vez.
Cambian la relación del fútbol con las mujeres. Desde mañana vas a tener que soportar a tu madre, a tu novia, a tu hermana hablando de triangulación y verticalidad. Es insoportable, pero el año que viene se les pasa.
Cambian más cosas. La cantidad de chicos de ocho años que quieren ser mediocampistas.
La cantidad de bebés bautizados con el nombre de Carles, de Andrés, de Iker.
Cambia la publicidad deportiva: ahora será mejor, porque existe, por fin, la memoria emotiva.
Cambia tu relación con los países limítrofes: con el de la izquierda, que nunca ganó una final; con el de la derecha, al que ahora ya mirás de frente.
Cambia el modo en que se emiten los partidos por televisión. Un país campeón del mundo no se merece ir a publicidad durante siete minutos después de vencer en una final. Eso es mezquino, es sucio, es irresponsable.
Dentro de cuatro años ya no ocurrirá.
Cambian muchísimas cosas cuando tu país es el mejor de todos en el mejor deporte que existe.
Cambia el modo en que esperás el Mundial que viene.
Cambian la Liga, la Copa y la Champion, que ya no valen tanto como antes.
Ya hay un gol que gritaste más que ninguno.
Enhorabuena, españoles.
Bienvenidos a la elite de los hinchas que sufren de verdad.
España S02E03:
¡Zas, en toda la boca!
España emitió anoche su mejor episodio, el S02E03, con una escena increíble de Carles Puyol, y renovó por primera vez temporada.
Dicho esto, aquí dejo 10 ideas originales para el comentarista español de Espoiler:
- Escribir en mayúsculas "Zas en toda la boca".
- Mencionar que Argentina perdió 4-0 contra el mismo equipo.
- Teclear la sílaba "ja" docenas de veces en mayúsculas.
- Escribir la palabra "bocazas" y sus múltiples sinónimos.
- Volver a escribir "Zas en toda la boca", por las dudas.
- Enlazar la foto de Maradona tomando coca con una vuvuzela.
- Recordarle al autor del blog sus palabras de hace un mes.
- Hacer hincapié en que no quedaron equipos sudamericanos.
- Instalar la problemática de la inmigración y la xenofobia.
- Apagar el ordenador, salir a la calle y festejar.
...ustedes que pueden.
España S02E02:
¿por qué no seguir?
Ayer escribí unas líneas sin ganas, sin corazón, como podría haberlas escrito un brasileño después del revés con Holanda. O un paraguayo después del gol de Villa. Pero hoy ya es domingo y todo está más calmo.
Tienen razón los lectores de Espoiler: ¿por qué no seguir relatando los episodios que faltan de esta serie? ¿Sólo porque Argentina quedó afuera? Mi decisión no había sido cobarde, sino de un brutal desgano. Klose y Müller me quitaron las ganas de teclear.
Pero, con la mano en el corazón, uno siguió viendo Lost hasta el final, a pesar de la sexta temporada. Un Mundial sin Argentina es lo mismo que el final mágico de Lost: lo mirás hasta que acaba, pero sin pasión. Entonces, ¿por qué no hablar del asunto?
Hasta ahora (y no creo que los lectores españoles ni los argentinos piensen lo contrario) el mejor episodio de este Mundial, el más intenso, fue el S02E02 de Uruguay. ¡Ah, cuánto dramatismo! Pero cuidado, porque el S02E02 de España estuvo también al límite. Fíjense sino el pobre Camacho, que casi se muere en directo:
Puedo decirlo ahora, porque acabo de ver el partido (no lo vi ayer porque estaba desganado, culpa de los alemanes). Pero esta mañana vi el Paraguay vs. España, y hubo de todo. Penales mal cobrados, penales no cobrados, penales repetidos, penales atajados, un gol agónico... ¿Qué sería del espectáculo sin árbitros impresentables?
El fútbol es hermoso. Las tristezas son martillazos en la cabeza, y las alegrías no se pueden explicar. Los que rehúyen de las bromas a muerte, de las chanzas y de los insultos no gustan del fútbol sino del deporte, que es otra cosa.
El fútbol, cuando de verdad importa, hace que —si perdemos— no querramos salir a la calle al día siguiente; y si ganamos, genera ilusión de inmortalidad.
Sin embargo, yo vivo en Cataluña: casi no hubo bocinazos en las calles. Por eso, para sufrir con la alegría española (como dios manda), me inventé los comentarios de este blog. ¿Quiero sufrir la derrota? Entro a Espoiler y ya tengo mi escarmiento.
Ahora, queridos amigos, quedan cuatro equipos, y dos de ellos van por una hazaña que no consiguieron nunca. ¿Por qué no seguir conversando sobre fútbol, si las mejores series empiezan recién a fin de mes?
Ahora, que mi equipo ya no está, lo peor que podría pasar es una final entre Holanda y Alemania. Y lo mejor es que el Mundial sigue vivo, lo mejor es que puede haber una final en idioma español, lo mejor es que Enric González seguirá escribiendo un par de semanas más sobre fútbol (dibuje, maestro), lo mejor es —sin duda— que el fútbol sigue siendo hermoso.
Y si Alemania queda afuera, y si Holanda queda afuera, mucho mejor.
Argentina S02E02:
y adiós Mundial
Con estas escuetas líneas, y sin ganas de decir mucho, doy por vistos el episodio S02E02 de Siempre caemos en cuartos y de Argentina campeón (títulos erróneos, es un detalle mínimo), que se jugaron este sábado 3 de julio. Suerte para los cuatro que quedan, y sobre todo para el que más la necesita. Un pedacito de mi corazón todavía late y sigue siendo rioplatense.
Cierro este espacio con la tristeza que siente un fanático, y vuelvo el lunes con la segunda cosa que más me gusta hacer a la tarde: ver series.
A ustedes, lectores, gracias por dejarme hablar de fútbol en un blog de tele. No se volverá a repetir, o quizás sí, dentro de cuatro años.
De esta línea para abajo, tienen permitida la burla, la euforia y el insulto soez hasta que queden afónicos.
Ustedes se lo merecen.
España S02E01: ¿se
viene un crossover?
Éste es el tercer Mundial de Fútbol que me toca vivir en España. Mis anteriores siete mundiales los padecí en Argentina. Aquí vi cómo España caía contra Corea en 2002, y después vi cómo España caía contra Francia en 2006. En los dos casos disfruté como un chancho.
¿Por qué disfruto, si los jugadores me gustan en la Liga? ¿Por qué prefiero que España caiga el sábado contra Paraguay? Porque los hinchas de fútbol españoles, la prensa deportiva, los relatores, los diarios, todos, son muy graciosos cuando pierden en el Mundial.
España jugó ayer su primer episodio de segunda temporada. Fue contra Portugal, y acabó 1 a 0 con gol de David Villa, un protagónico estelar que ya alcanzó en goles a Gonzalo Higuaín.
Si Argentina logra deshacerse de Alemania el sábado, y España se quita de encima el problema paraguayo, ocurrirá el gran desastre: que las dos series que estoy siguiendo se emitan el mismo día a la misma hora. Y para peor, a la vez, una dentro de la otra. Se llama crossover.
Pero pueden ocurrir otras opciones.
Primera opción: que Argentina pase y España se quede en el camino. En ese caso, los hinchas españoles más sensibles no vengan aquí a leer lo que escribiré el sábado, porque voy a estar particularmente contento e ingenioso.
Segunda opción: que Paraguay y Alemania nos dejen a ambos con las ganas… No es muy probable, pero está en la estadística. En ese caso, supongo que el sábado no tendré ganas de escribir nada. Hay solamente una cosa peor que perder en un Mundial, y es que a tu enemigo no le importe porque está en su propio entierro.
Y tercera opción: que España pase a semifinales y Argentina se quede en el camino…
¡Ah, cómo se excitan ustedes con esa opción! ¡Cómo acartonan la medibacha cuando lo imaginan! Doble alegría española: cruzar el rubicón de los cuartos, y que los argentinos, esos bocones, no estén allí.
Yo les prometo que si ocurre esa calamidad, si ocurre lo peor, el sábado estaré aquí, bien tarde por la noche, para que ustedes tomen venganza y se desquiten.
Pero mientras tanto, suscribo los versos del Martín Fierro:
ni piense que hago teatro:
soy sudaca en cada llave
y paragua en llave cuatro.
Argentina S02E01:
ay, cuánta angustia
No digo que le pase a todo el mundo. Pero para nosotros, los fanáticos, lo mejor de los Mundiales son esos tres años y once meses en que estamos deseando que empiecen. Pero el mes fatídico en que ocurren son una época de mierda. No hay paz, sino tensión. No hay alegría, sino excitación. No hay cordura.
Durante la primera fase (la de grupos), que aquí en Espoiler llamamos temporada uno, la angustia se instala en la boca del estómago. Es una molestia que no te deja pensar en otras cosas, pero se sobrelleva.
Sin embargo cuando comienzan los octavos —la segunda temporada— y tu equipo está allí, entonces la angustia se traslada al cerebro y ya no hay paz. No hay sosiego. (Si tu equipo no está allí, es todavía peor.)
Mi serie preferida, que se llama Argentina Campeón, empezó ayer su segunda temporada con un 3 a 1 sobre México. No vi la primera parte, porque tenía la cara ahogada en un almohadón. Solamente escuché los relatos. Sufrí, sufrí, sufrí hasta el gol de Carlitos Tévez en orsai.
Y después de eso sufrí con el 2-0, y después sufrí con el 3-0, y casi me muero con el descuento mexicano, etcétera.
Cuando acabó el partido, en vez de dejar de sufrir, empecé a sufrir pensando en Alemania.
Los Mundiales —y sobre todo, las segundas temporadas— son insoportables cuando tu equipo da un paso adelante, y también cuando se vuelve a casa. No hay felicidad en ninguna parte: o es tristeza, o es angustia.
Me encantaría pensar en otras cosas, escribir sobre series de televisión, o incluso leer un libro en estos días. Pero no puedo.
Esta noche quise irme a dormir, pero en la oscuridad de la duermevela se me apareció Miroslav Klose corriendo con la pelota atada, y yo tenía que marcar a Lukas Podolski que venía solo por la otra banda, y no llegaba a tiempo, yo lo perseguía pero no llegaba…
Me desperté meado y sudando frío.
No sé qué me da más miedo: si perder con Alemania el sábado, o ganarles y esperar el duelo siguiente, que puede ser contra España.
No creo que lo pueda soportar.
España S01E03:
¡y nueva temporada!
Finalmente, y como si de un vaticinio se tratase, Suiza jugó a favor de la justicia y en el grupo más colorado del Mundial se clasificaron las dos rojas. Cualquier otro resultado hubiera sido injusto.
El episodio tercero de Siempre caemos en cuartos comenzó con veinte minutos en los que Chile se pareció muchísimo a los gemelos mexicanos de Breaking Bad: esa gente iba a morir, con diez jugadores en campo contrario, desesperados por el triunfo y certificando el origen del apodo de Bielsa. Hace muchos años que veo fútbol, y nunca antes había visto semejante locura ofensiva.
La estrategia chilena fue kamikaze: podían haber rematado el partido allí mismo, pero ese tipo de juego mortal no soporta el mínimo error. Y llegó el error. Un error que Villa (una especie de Jack Bauer asturiano) resolvió de una vez y para siempre.
El resto fue, por fin, un partido de fútbol normal, quizá salpimentado por un jugador de otro mundo, que se llama Andrés. Pero ese inicio entre España y Chile —esa primera media hora de fútbol salvaje— fue memorable para las dos selecciones. Espectáculo puro. Jugar a ganar o morir. Hubiera sido la mayor injusticia que una de las dos se fuera para casa.
España repite ahora la pregunta del detective Luther al final de su primera temporada. “¿Y ahora, qué?”
Ahora, a pelear contra el narcisismo de Cristiano y sus diez “peor es nada”. Un episodio que debería resultar fácil si España logra desarrollar el juego del segundo tiempo ante Chile. Un episodio que llevaría a España a su punto crítico, los cuartos.
¿Y allí quién espera? Posiblemente Paraguay, tan complicado como Chile, correoso, robusto y sin ideas. Por algo le dicen la Alemania de Sudamérica. Y si no es Paraguay, será Japón. (Yo le tendría más miedo a Japón.)
Sea como fuere, si España logra pasar por encima de sus próximos dos escollos habrá sorteado su estigma de los cuartos de final. ¡Aleluya! Y tendrá que conformarse con eso. Porque si gana dos, lo espera Argentina Campeón en semi y adiós al sueño.
No sé a ustedes, pero a mí el Mundial me está poniendo los pelos de punta.