Sección 'TDT'
Más huevos
en la TDT
En septiembre Telecinco pondrá en el aire un nuevo canal de TDT, que se llamará La Nueve y que intentará (desde el nombre) competir con la cadena Nova, de Antena 3. ¿Competir con idéntica temática? No.
¿Competir para ver quién genera la mejor programación? No, tampoco.
¿Competir para ver quién llega primero a las emisiones en alta definicón? ¡No, menos!
¿Entonces, competir para qué?
La Nueve competirá con Nova para ver cuál de las dos se queda con el botón número 9 de los mandos a distancia. A ver cuántos incautos pican desde el logo. A ver a qué target pueden embaucar desde la costumbre táctil, como perritos de Pavlov.
A ver cuál de las dos es más instente, más empática, más visible, más cercana al uno, al dos, al cuatro. ¿Después qué hacen con la cadena nueva? Le echan reposiciones y series viejas. Esa parte no es la que les importa. Les importa a ver dónde pone el dedo la abuela en el mando.
Porque ésa es otra: se están decantando por el espectador pasivo, el nuevo espectador queda fuera de este marketing. Enfocan la estrategia para las abuelas, los abuelos y la gente mayor que (por falta de práctica) sigue manejando el mando del uno al nueve. Allí van, a por más canales.
Desde septiembre, Antena 3, Telecinco, Sogecable, VEO Televisión, NET Televisión y laSexta, todos ellos, pondrán más huevos en la canasta. ¿Por qué? ¿Porque hacen falta? No. Porque el Gobierno les asignó frecuencias. Y ellos allá van, tan contentos, a montar docenas de nuevos canales en la TDT…
Y uno se pregunta: ¿Pero cómo? ¿Primero no habría que ponerle contenido a los que ya están?
La coreografía
del caos
¡A la de tres! Antena 3 dio el primer paso innovador para sacarle partido a la TDT. ¿Mando interactivo? ¿Emisiones en HD? ¿Una guía de programación que de verdad funcione? ¿Subtitulado real en toda la programación? ¡No señor! El invento es mucho mejor que todo eso. Se les ocurrió la grandísima idea de sincronizar la publicidad en sus cuatro cadenas. Antena 3, Veo7, Neox y Nova se van al corte todas juntas. A la vez. Uno, dos, tres… ¡publicidad!
No importa el contenido que haya en cada canal: un señor aprieta el botón rojo y todo se congela para ir al corte. La coreografía del caos, en estado puro. Quizá en Neox, Bart Simpson está contando un chiste, no importa: lo cortan por la mitad. Tal vez en Nova están emitiendo un videoclip, no pasa nada: después de la pausa regresan con el estribillo. No les importa respetar al público, mucho menos preservar la calidad de los contenidos.
No. Lo que les importa es hacerles creer a los patrocinantes que ese sistema funciona. Convencen a las marcas, les dicen que, de ese modo, más gente ve los anuncios. ¿Y saben qué es lo más gracioso? Las marcas se lo creen. No sospechan que el público destierra a Veo7, a Neox y a Nova al final de la lista. Que las desprecia y las relega para poder hacer zapping. Eso es lo que hace cada vez más gente, señores patrocinadores.
Eso es lo que hacemos —desde hace ya tiempo— cuando intentan tocarnos el culo. Nos vamos. Pasamos. Cancelamos. Olvidamos. ¿Y saben quiénes somos los que hacemos eso? Nosotros, los que compramos cosas.
Hawking mira V. ¿Que la versión actual de V es una simple alegoría sobre los efectos del 11-S, como apuntan algunos críticos? ¿Que la remake de la ABC pretende reflejar el miedo hacia un otro de carne y hueso, tan real como desconocido? No señor. Es mucho peor que todo eso.
Para el astrofísico Stephen Hawking, la posibilidad de que los seres extraterrestres existan no sólo es completamente lógica, sino que conviene quedarnos callados en nuestro injusto, desigual pero después de todo hospitalario planeta, y evitar cualquier acción —como insistir al universo enviando señales de humo— para establecer contacto con ellos.
Hawking encendió la alarma en una entrevista reciente para una serie de Discovery Channel. "No hagamos nada para llamar su atención —clamó a la humanidad—, porque si nos descubren podrían invadir la tierra y arrasar con todos nuestros recursos".
Es decir que para el científico británico, la existencia de extraterrestres no sólo es una posibilidad matemática y cierta, sino que se los imagina más parecidos a los lagartos de V que al simpático e inofensivo Alf. Lo que Hawking imagina, en suma, se parece mucho a esto:
Para que después no digamos que nadie nos advirtió.
El mundo sin Lost. Cuando Lost llegue a su fin —siempre y cuando imaginemos un cierre a la altura de nuestras expectativas— millones de personas en el mundo se sentirán huérfanas, más solas que antes, definitivamente perdidas. ¿Cómo será el mundo sin Lost? La cadena ABC ya tiene la respuesta.
¿Pero qué pasaría si el último episodio no deja conforme a nadie? Para eso la ABC, todavía, no ha imaginado nada.
Queremos ver el
fútbol en silencio
Esta mañana, en la columna Pantalla de humo que escribo para el suplemento EP3 de El País, recordaba que hace no muchos meses, durante una de las semifinales de la Eurocopa, hubo un problema de sonido en Suiza y la transmisión nos llegó, durante diez minutos gloriosos, con el sonido ambiente del estadio y nada más.
Si no me acuerdo mal esto pasó en la semifinal entre Alemania y Turquía. Yo estaba en casa, soportando con bastante asco las idioteces que dicen los comentaristas y de pronto, ¡zas!, silencio absoluto de relatores y pelafustanes, mutismo de frases hechas, ausencia de tópicos y conversaciones intrascendentes.
¡Ah, qué orgasmo deportivo, qué sensación de libertad fue escuchar durante un rato el sonido de las gradas, el murmullo alterado de cien mil almas cuando un delantero llega al área, la voz del estadio, el golpe del balón contra un botín, el grito del defensa cuando se rompe la tibia!
Lamentablemente, esa perfección fue fruto de un error del satélite, y enseguida las cosas volvieron a su cauce. Regresaron los comentaristas españoles, agobiantes y cansinos. Y no sólo eso: además pidieron perdón por su ausencia, porque están convencidos (los pobrecitos) de ser insustituibles o trascendentes. Ellos creen que no podremos entender el fútbol sin sus acotaciones de feria.
La llamada “guerra del fútbol” ha impulsado que cada vez haya más partidos para ver por televisión: de Liga, de Champions, de UEFA, partidos extranjeros, etcétera. Y con ellos, se han multiplicado también los relatores deportivos, los comentaristas y los personajes de cualquier calaña que conversan en off mientras se desarrollan los encuentros.
En las transmisiones deportivas de la BBC, por ejemplo, el espectador tiene la opción de silenciar a los comentaristas y escuchar sólo el murmullo del estadio. ¡Cuánta sabiduría tienen los ingleses! No sólo han inventado el fútbol, sino que también saben retransmitirlo con dignidad.
En algunas emisiones de Canal+ (de España) es posible conseguir esta maravilla del sonido. Pero no es suficiente. Resulta imprescindible que las cadenas generalistas hagan lo mismo que los británicos: que nos den la opción de silenciar tanto desatino de palabras huecas. Cada vez son más absurdas las charlas mientras se desarrollan los partidos de Liga y de Champions. Conversaciones auto referenciales, chistes imbéciles, estadísticas frenéticas, publicidad de otros programas de la cadena y patochadas a granel.
Ahora, que la TDT ofrece diferentes canales de audio, tiene que haber uno para el sonido directo del campo. Un botón que calle a los improvisados y a los torpes, a los que conversan sobre cuestiones privadas en público, a los que en lugar de relatar nos "avisan" sobre los realitis que ofrecerá la cadena luego, a los que ensucian el milagro del deporte, a los incompetentes.
Hay tres personas que saben hablar de fútbol en la televisión de España: se llaman Maldini, Valdano y Robinson. Y se acabó. Los demás tienen que tener un botón de mute en alguna parte. ¡Es urgente!
Calendario de series para el viernes 10 de Octubre
Después de esta diatriba deportiva, que me nació del corazón, les hago aquí la lista de lo que se pudo ver anoche en la televisión usamericana, con opciones de descarga. Buen fin de semana para todos.
ShowView, para qué sirve
y por qué lo esconden
Hace unos cuatro años, cuando en casa nos compramos el primer grabador de DVD, descubrimos una función fascinante: el ShowView. Se trata de un código numérico, único, para cada emisión de televisión. Como el DNI de los programas de la tele.
Si colocas este numerito en tu videograbadora (por ejemplo el #549307 para la emisión de Family Guy de esta noche en La Sexta), no te hace falta indicar el horario en que comienza o acaba la serie. El ShowView reconoce el inicio de la emisión y la comienza a grabar, pone pausa en las publicidades, sigue grabando tras los anuncios y se apaga cuando el programa termina. Al día siguiente vas a tu listado de grabación y te ves el capítulo completo sin cortes.
¡Ay, qué exultantes estábamos en casa al leer sobre este avance tecnológico! Pero la dicha nos duró poco. Enseguida llegamos a un asterisco muy pequeño, con letra diminuta, al pie de las instrucciones del DVD grabador. Decía:
"El ShowView funciona en todos los países europeos con excepción de España".
Y lo repetía en los nueve idiomas de la Comunidad Europea, para que se enterasen todos nuestros vecinos y además pudieran burlarse de nosotros. Para que el dolor fuese mayor y más hondo, nos fuimos a Internet a buscar información complementaria:
“Los códigos ShowView —decía y aún dice la Wikipedia— se publican en más de 2.000 publicaciones en más de 24 países. En Europa, los códigos ShowView se encuentran en prácticamente todos los periódicos nacionales y regionales así como en las principales revistas de TV y el teletexto”.
Meses más tarde viajamos a un país de aquí al lado y, efectivamente, vimos en el periódico que en cada programa de la parrilla se adjuntaba el código. Y vimos también que todos los habitantes de ese país sonreían por la calle, felices de vivir en una región seria de Europa… Regresamos a casa con vergüenza. ¿Por qué no ocurre esto en España, quisimos saber? ¿A qué se debía?
La respuesta nos llegó pronto: las cadenas generalistas de abierto sospechaban (siguen sospechando) que si el ShowView se hace popular los telespectadores tendremos servida en bandeja la opción de ver las emisiones sin publicidad. Y, en segunda instancia, si colocan el código de ShowView, tendrán que definir con criterio esa misma publicidad y no podrán contra-programar, ni hartarnos con anuncios ilegales de quince minutos como hacen, todavía hoy, con impunidad y desparpajo.
Recuerdo que, hace ya cuatro años, en casa asumimos con resignación esta desventura y fuimos, además, ingenuos y optimistas. Fantaseamos de este modo: "A no desesperar: en poco tiempo llegará la TDT y esta pesadilla habrá acabado". ¡Ah, ilusos!
Cuatro años más tarde
Hoy, con la llegada de la Televisión Digital Terrestre (y la legislación europea, que es idéntica para todos los países miembros de la Comunidad) las cadenas españolas ya no pueden omitir el ShowView. Hoy este código numérico existe. Pero las cadenas sí pueden burlarse un poco más del espectador. Y lo hacen de una forma muy simple: no publicitan este avance. Los periódicos no incorporan el código en las parrillas, ni las guías de programación lo adjuntan. El ShowView está, pero todo el tinglado de comunicación se cuida muchísimo de hablar sobre él. Es un fantasma.
Esta semana he intentado grabar programas de televisión utilizando otro sistema de la TDT: la guía tradicional. Pones “Guía” con el mando, te aparece en la tele una parrilla completa, escoges la emisión, le dices que te la grabe de lunes a viernes y apagas tranquilo.
Lo hice con España por la cara, un programa de AntenaNeox. Puse a grabar cinco emisiones. El sábado me senté tranquilamente a verlas, y lo que tenía eran cinco episodios de la serie bélica SWAT.
Posiblemente los directivos de Antena3 decidieron a última hora cambiar la programación de Neox, sin avisarle al chico que actualiza la Guía de Programación. Me imagino que ha ocurrido es eso. O cualquier otra estupidez por el estilo. Falta de comunicación entre los directivos y los becarios, algo así. Gente que toma mucha cocaína por la noche, aprieta botones en la madrugada y por la mañana se olvida de enviar la circular correspondiente. Lo normal.
Sí señor, estamos en ese punto de la tecnología audiovisual española. En el punto en que los jefes hacen cosas sin avisar. ¡Y yo soñando con el ShowView! Estos energúmenos todavía no saben usar el correo electrónico interno, y uno fantaseando con que alguna vez podamos disfrutar de un código universal en nuestras grabadoras.
¿Qué hago ahora yo con estos cinco episodios de SWAT ¿Los veo, los borro, los guardo para después? ¿Qué hago con esta tele de última generación que me trajeron los Reyes el seis de enero, si a la mitad de los avances que incorpora solamente los puedo usar si me mudo a Portugal, o a Andorra…, o a Nigeria?
La Televisión Digital Terrestre en España es una estructura enorme manejada por chimpancés, los mismos chimpancés que dirigen la tele de abierto. ¿Nadie se ha dado cuenta todavía que, para que la nueva tele digital sea una realidad, lo primero que hay que hacer es jubilar a los monos y poner al frente a personas? En ocasiones, los avances tecnológicos necesitan, además de mucha bulla, un poco de sentido común. Dentro de cuatro años intentaré grabar otra vez algo, a ver qué sale.
Mientras tanto, y sólo por rencor y venganza, publicaré aquí los códigos ShowView de la totalidad de cadenas españolas, tanto nacionales, como autonómicas, y también digitales. Guarden estos enlaces, también propaguen la información. Es posible grabar televisión sin publicidad. Sólo que nadie tiene interés en que lo sepamos.
Códigos 'ShowView' en las televisiones españolas
La programación, en todos los casos, comienza en la fecha actual y se extiende durante siete días en el futuro. Disfruten ustedes de estos avances clandestinos.