Sección 'Ted Danson (Frobisher)'
Arthur Frobisher,
un malo con claroscuros
En Damages, una serie donde abundan los malos, el villano Arthur Frobisher (Ted Danson) se lleva todas las palmas. Y no es poco decir, porque en los doce capítulos que duró la primera temporada de esta ensortijada historia a Frobisher le tocó enfrentarse con otra villana difícil de superar en astucia y maldad: la soberbia abogada Patty Hewes, interpretada por la impresionante Glenn Close.
Actor en serie
El nombre real de Ted Danson es Edward Bridge Danson III. Nació el 29 de diciembre de 1947 en San Diego, California, y antes de interpretar a Frobisher trabajó en numerosas series de televisión.
Su carrera comenzó en 1975, en un culebrón llamado Somerset, y participó como actor invitado en diferentes series, incluidas las clásicas B.J. and the Bear, Benson y Magnum.
La popularidad le llegó en 1982 con la gran comedia Cheers, en la que interpretaba a Sam Malone, ex jugador de béisbol, ex alcohólico y mujeriego empedernido devenido en camarero. Esta sit-com permaneció en pantalla doce temporadas consecutivas.
Estuvo a punto de convertirse en un actor hundido en el éxito de Cheers, pero volvió al éxito con la serie Becker, la prehistoria del doctor House: un médico malhumorado, sin códigos, al que no le costaba nada decirle la verdad horrible a sus pacientes. Más tarde, sorprendió a propios y extraños parodiándose a sí mismo en Curb your enthusiasm, dopnde interpreta a un vecino y amigo de Larry David.
Sin embargo fue el año pasado, con la interpretación del magnate acusado de estafar a los empleados de su empresa, cuando Ted Danson se terminó de liberar del personaje Sam Malone, el carismático camarero de Cheers, para ubicarse definitivamente en un lugar que muy poca gente le presagiaba: el de los actores de primera línea.
Un auténtico self made man
Así como los malvados de las historias modernas, Frobisher se mueve en la ambigüedad del claroscuro. Igual que el padrino de Marlon Brando, es capaz de ordenar a su sicario de confianza la ejecución de un cristiano inocente poco después de haber jugado con sus hijos en la piscina, como un buen padre de familia.
La fortaleza interna, el impulso de haberse construido a sí mismo de la nada, siguen intactos en él aún después de haberlo perdido todo. Una porción de tierra es lo único que consigue salvar de la derrota más terrible y menos esperada. Sin embargo, esto sólo le basta para volver a soñar con la construcción de un nuevo imperio.
Al cierre de la primera temporada, Frobisher observa esa fracción de campo pelado. Lo vemos soñar de pie; lo vemos imaginar lo que vendrá; lo vemos rehacer, ladrillo por ladrillo, cada cosa que perdió, todo de nuevo:
Di a esa compañía todo lo que tenía... y fallé. A mis empleados, a mi familia. Fallé a todo el mundo que creyó en mí.
Botón de muestra
En uno de los episodios finales de la primera temporada, Frobisher contrata a una mujer que le debe enseñar a mentir en un tribunal. No poner los codos sobre la mesa, mirar siempre al frente y, sobre todo, ser sensible sin parecer demasiado débil. Pero Arthur no puede con ella.
Estuve a punto de poner una escena del final, pero después caí en la cuenta de que algún lector despistado todavía no vio la serie. Por culpa de los rezagados, me privo de decir una cosa más sobre la memorable actuación de Danson en Damages.
Última dato: la contienda entre ambos personajes no sólo se libró en el plano argumental. La otra batalla fue la que disputaron Close y Danson más allá de la ficción, por ver quién de los dos resultaba el peor villano de la historia. Por ello, de acuerdo a lo actuado —dado que se trata de un thriller legal— se impone hacer justicia y afirmar sin pelos en la lengua que Danson, en la piel de Frobisher, resultó la gran revelación de la temporada, aún ante la impecable actuación de Glenn Close.
Que conste en actas.