Sección 'The Incredible Hulk'
Un hombre verde, muy alto,
con la camisa rota
En determinada época de nuestra infancia, Bill Bixby era el actor que más aparecía por la tele. Hubo una larga temporada —naturalmente mis recuerdos son latinoamericanos— en que podíamos verlo, al mismo tiempo, en Mi marciano favorito (My Favorite Martian), en Buscando novia a papá (The Courtship of Eddie's Father) y en El mago (The Magician), mientras que hacía apariciones estelares en Ironside, Mannix, The Streets of San Francisco, Fantasy Island, o The Love Boat (El crucero del amor / Vacaciones en el mar). Sin embargo, la posteridad habrá de recordar a este señor por su obra cumbre de la tele: The incredible Hulk.
Esta serie tiene, para mí, un recuerdo sensorial muy fuerte. No era una cosa más que pasaba la televisión de inicios de los años ochenta, sino más bien un acontecimiento relevante de los domingos por la noche. Era, sin duda, mi serie preferida de la infancia. Para empezar, se me ponía la piel de gallina desde la mismísima introducción, sin importar que la hubiese visto cientos de veces.
La Introducción de The Incredible Hulk Audio en inglés original (1m 09s) Escuchen la música de esta intro (compuesta por Joseph Harnell) en donde se mezcla perfectamente el suspenso con la melancolía, que es justo lo que le ocurre todo el tiempo al pobre doctor Banner. • Original desde YouTube a |
La trama es conocida: el Dr. David Bruce Banner es un científico que estudió, durante años, diversos casos de personas que, en ciertas circunstancias de pánico o riesgo, han demostrado una fuerza sobrenatural. Hay casos reales, fuera de la ficción, en que una madre ha podido levantar un coche que aplastaba a su pequeño hijo, por ejemplo.
Pero en la serie, cuando el doctor Banner llega a la conclusión de que todo el asunto tiene que ver con los rayos gamma, sufre un accidente con la radiación. Desde entonces, en momentos de tensión se transforma en un gigante verde de dos metros. El incombustible periodista Jack McGee (que perseguirá a Banner durante toda la serie, a sol y a sombra) bautiza al monstruo con el nombre de Hulk.
Después de un segundo accidente en donde muere su ayudante (la doctora Elaina Marks) y en el que además se lo da por muerto a él, Banner decide trabajar en la clandestinidad buscándose un antídoto para dejar de ponerse verde y grandote. Así comienza un viaje por diferentes ciudades norteamericanas, siempre escapando, sin casa ni amigos, con un bolso pequeño y haciendo autoestop.
Ayer mismo leía un divertidísimo relato del escritor Pedro Mairal, en el que narra los problemas que padeció en la infancia por ser canijo (petiso, en jerga argentina) y en uno de los párrafos confiesa:
"Me acuerdo de llegar después de cada verano al primer día de clase y tener la esperanza de estar más alto, la sensación de que había pasado tiempo y que quizá había crecido en esos tres meses; y toparme en el patio con unos tipos medio irreconocibles, mis amigos deformados por las hormonas, con la voz cambiada, huesudos, altos, muy altos, con una seguridad y una fuerza que a mí no me habían sido dadas.
"Creo que por eso me obsesionaba la serie de televisión El increíble Hulk, la veía todas las tardes y soñaba con ser Bill Bixby que le advertía 'No soy yo cuando me disgusto' a la gente que lo ponía nervioso; soñaba con pegar el estirón ahí delante de todos en medio de la clase, romper la camisa, los pantalones, con músculos, con mucha fuerza, hacerme hombre de golpe, asustando a todos, inquietando a las chicas, y salir corriendo del colegio ya como Lou Ferrigno, gruñendo, en cuero, descalzo, pero sin estar pintado de verde."
Los niños de finales de los setenta padecíamos una extraña ambigüedad con la serie: nos daba miedo que Banner se exaltara, que se enfadara y mutase, pero al mismo tiempo lo deseábamos. De mayores comprendimos que temor a lo que se desea se llama angustia, así que no está mal pensar que The incredible Hulk fue nuestra primera razón de angustia existencial en la edad de la inocencia. La transformación, el momento exacto en que el hombre débil se convierte en superhombre, nos ponía los pelos de punta:
La Transformación del Dr. David Banner Audio en castellano (latino) (4m 34s) Ésta es la escena cumbre del episodio uno, cuando David todavía no sabe que su cuerpo ha estado expuesto a la radiación. Su primer enfado es típico: llueve y pincha una cubierta en la carretera. • Original desde YouTube a |
The incredible Hulk fue emitida originalmente por la CBS, desde mayo de 1978 hasta el mismo mes de 1982. Fueron cinco temporadas y casi noventa episodios en total, con algunas secuelas malísimas que no prosperaron, a cargo del mismo actor principal: The Incredible Hulk Returns (1988), The Trial of the Incredible Hulk (1989) y The Death of the Incredible Hulk (1990). El bueno de Bixby murió en 1993, a causa de un cáncer de próstata, mientras que su mister hyde, Lou Ferrigno, hizo un breve papel de guardia de seguridad en la remake cinematográfica de 2003.
En Espoiler recomendamos hoy la descarga de las primeras dos temporadas, que son las que se ofrecen con audio dual (inglés y doblaje latino). Como siempre ocurre en estos casos, el recuerdo suele ser mejor que la revisión. Es decir: encontraremos aquí la típica lentitud de las obras televisivas de los setenta, y descubriremos la infantilización de un guión que antes no nos molestaba en absoluto. Pero no está mal revisar, a modo antropológico, el epicentro de nuestros miedos infantiles.
Y si les gusta mucho este asunto de las transformaciones, sólo me resta recordarles que la flamante serie Jekyll, producida este año por la BBC, toca un tema similar y también le cuadra la medalla de 'obra maestra'. A disfrutar, entonces.