Sección 'The L Word'
La cuesta de enero
viene cargada de series
Ya estamos de regreso de estas mini-vacaciones de fin de año, y por suerte nada ha ocurrido en nuestra ausencia. Pero atención, porque esta semana regresan muchas series que habían estado estancadas, y también dan comienzo otras que esperábamos con los dientes largos. Pongámonos al día.
Nuevas temporadas
Hay cuatro regresos fulgurantes, y los mencionaré por orden inverso, para darle un poco de suspenso a la cuestión.
Cuarto puesto para One Tree Hill, que debuta con su quinta temporada este miércoles (episodio doble). Es una serie que se parece mucho a un culebrón, con dos hermanos que no saben que comparten padre, chicas lindas pero perras, etcétera; no tiene el menor interés.
Tercer lugar para Medium, bastante conocida en España, que inicia el martes su cuarta entrega con Patricia Arquette conversando con los muertos. Bostecemos, que ahora viene lo mejor.
El segundo puesto es para
The L Word, la serie de Showtime que cuenta la vida de unas cuantas lesbianas. Dicho así suena soso, pero la serie ya lleva años haciendo las delicias de grandes y chicos. Yo la veo desde que empezó, y le he tomado mucho cariño. Aquí una reseña que hicimos en Espoiler hace unos meses.
Y párrafo aparte para el inicio de la quinta temporada de The Wire (el lunes), una serie imprescindible de la que también hablamos largamente en este blog, porque nos encanta hasta límites perversos. Se trata de una producción de HBO que se sumerge en un larguísimo caso policial por temporada. En realidad, es una maravillosa película de trece horas de duración, repartida en una docena de capítulos.
Los chicos de Argenteam están, en este instante, acabando la traducción de la cuarta temporada, que reseñaré en breve (cuando todos los episodios estén disponibles en español). En Estados Unidos comienza la quinta el lunes, y espero con el corazón que los subtituladores —esta vez— le den la prioridad que merece.
Regresa la mafia, pero en comedia
Y no acaba así la semana. En tiempo de huelga, sorprende en la parrilla de la cadena ABC una nueva producción llamada Cashmere Mafia, que presentará su piloto este lunes y el segundo episodio tres días más tarde, el jueves 10. Según pudimos ver en el trailer, se trata de una comedia de cuatro mujeres, al estilo de Sex and the City e incluso Women's Murder Club.
Qué se yo, todo muy bonito, pero ya hemos visto muchas cosas parecidas. Solamente me genera una pequeña excitación la presencia de Lucy Liu en un protagónico.
¿Y las series de siempre?
Por último, un repaso de las series que gastarán este mes sus últimos cartuchos de guión pre-huelga. Entre las mejores, el regreso de Desperate Housewives el lunes, con un décimo episodio que nos mostrará a Wisteria Line después del tornado funesto. También regresamos con CSI (la original), y un trío de grandísimas comedias para el jueves: My Name is Earl, Ugly Betty y 30 Rock. Para alquilar balcones.
No está mal para comenzar el año. Además, la semana que viene regresa también Prison Break, que dejó a sus seguidores con los huevos en la garganta, y justo con el fin de mes se nos viene encima Lost (parece mentira que ya falte tan poco). Señores, la cuenta regresiva ha comenzado.
Calendario semanal, completo
Lesbiana tú eres,
entre todas las mujeres
Sí, es verdad: todas las lesbianas de The L Word son guapas, y ésa ha sido siempre la primera crítica purista sobre el producto. Pero también son guapos todos los náufragos de Lost, y todos los médicos residentes de Grey's Anatomy, y todos los perros de 101 Dalmatians, cuando en la vida real los náufragos, los perros y sobre todo los médicos son más bien feos y tienden a oler muy mal.
En general, la enorme mayoría de los actores y actrices (y canes) de las series son gente vistosa, no importa cuál sea su identidad sexual. ¿Por qué los creadores de The L Word iban a poner entonces lesbianas horribles, como todas las que conozco en la vida real? ¿Con qué fin?
También es verdad, dirán algunos, que la única exponente heterosexual femenina de la serie (Kit, interpretada por la gran Pam Grier) es más bien fea tirando a camionero peruano, y que los poquísimos hombres que aparecen en pantalla son el tópico del macho cobarde, del novio manipulador, del padre borracho, o del marido cornudo. Bueno, sí. Todo es cierto. Pero supongamos que han querido hacer una obra desde la mirada lésbica, donde (imagino, pues no soy lesbiana) los hombres debemos ser algo así de espantoso, con la excepción honrosa de Miguel, el tío de Bimba Bosé.
Pero no quiero hablar sobre esa cuestión, sino sobre otra más importante: la serie es buenísima. Comencé a verla hace unos años solamente por la posibilidad (certera y abundante) de que aparecieran chicas dándose besos con chicas, que es la tercera cosa que más nos gusta a los hombres después del fútbol y rascarnos. Pero desde la segunda temporada comenzó a haber menos sexo lésbico y más historias —menos teta y más trama— y sin embargo me quedé con ellas, porque las historias y los personajes funcionan muy bien.
La serie se emite por Showtime (la segunda mejor cadena de pago después de HBO) y vio la luz —con bastante revuelo de la Iglesia y otras empresas de gente disfrazada— en enero de 2004. En marzo de este año acabó la cuarta temporada, y se prepara la quinta para los inicios de 2008. Cada una tiene doce capítulos de una hora. Y con eso alcanza para tenernos contentos.
The L Word es la historia de un grupo de entre cinco y ocho mujeres (a veces más) que viven con cierto lujo en Los Ángeles, y tienen problemas y los solucionan como pueden. No está allí la riqueza de la trama, sino en las pequeñeces de la rutina con el espectador. Con el tiempo, sus creadores han sabido darle forma a todos los personajes principales y se logró algo bastante atípico: que nos encariñásemos con ellos.
El regreso, cada año, de The L Word, es una fiesta sencilla para nuestros ojos, una cita sin demasiados aspavientos. La serie se hace un lugar entre las cosas que queremos ver una noche a la semana. Y el día que no estén, supongo, las chicas guapas que se besan entre ellas se echarán de menos en nuestros sofás.