Sección 'Weeds'
Final de temporada
para Weeds
Mañana acabará la sexta temporada de Weeds, con un episodio llamado, convenientemente, Theoretical Love Is Not Dead. Y uno se pregunta: ¿cómo será ese final si ya el episodio doce, emitido la semana pasada, parecía el final, y no sólo de la temporada, sino de la mismísima serie?
Por suerte, el derrotero de la familia Botwins, o mejor dicho de los Newman, no se acaba aquí: porque esta descomunal serie de Showtime regresará el año que viene, como Dios manda.
Hay que decir que, en más de un espectador, Weeds viene despertando sensaciones encontradas. No a todo el mundo conforma la serie de Jenji Kohan, sobre todo a partir de la cuarta temporada. La gente señala que ha sufrido un bajón notable, protesta porque de aquel tiempo a esta parte la trama se viene estirando como chicle, y se queja porque nada es lo que era.
¡Bastardos! ¡Dejen de gemir!
Esta serie es una de las pocas que mantienen un hilo narrativo concentrado. Es complicadísimo emitir seis temporadas completas y que cada personaje asuma su rol de crecimiento sin fisuras. El episodio doce tuvo muchos guiños a los espectadores históricos: la mención de Celia Hodges, la terrible presencia de Judah, el esposo muerto al que sólo conocemos por fotos, y, sobre todo, ese intento de confesión de Nancy frente a una grabadora, en la que dice su nombre, sonríe y parece que comienza a contar su historia desde el día uno.
Nada de eso. Las cosas están peor que nunca, como siempre parece ser al final de cada temporada. Acaba de aparecer otra vez Esteban, el gran enemigo de los Botwin (que, por contrapartida, es un buen amigo de Espoiler) y la tensión que se respira parece no tener solución.
¿La tendrá? ¿Conseguirá la familia escapar otra vez y continuar con su escapada rumbo norte? No importa. Cada segundo de Weeds es intenso y emocionante. Ver otra vez a Doug en Agrestic (perdón, Re-Grestic) con su ex mujer casada y feliz, no tiene precio.
Weeds sigue viva y coleando: y los Botwins, o mejor dicho los Newman, regresarán la temporada que viene con trece nuevos capítulos que comenzaremos a ver en agosto de 2011. Será una de las series más longevas de la factoría Showtime.
El episodio final fue escrito por la mismísma Jenji Kohan, la creadora. A propósito, en breve Jenji estrenará nueva serie junto a Chris Offutt. Se trata de Tough Trade, una historia que esperamos con ansiedad.
Describirá la vida de los Tucker, una familia muy disfuncional de Nashville cuyos integrantes se dedican al negocio de la música country: abuelo, padre e hijo, enredados en problemas con el alcohol, las drogas y el dinero. ¡Qué belleza! Lo bueno de todo esto es que la serie contará con Sam Shepard, que encarnará al patriarca del clan.
Pero mientras eso ocurre, seguimos teniendo Weeds. La enorme serie corta que parece larga. Y con una Nancy que no envejece, que sigue siendo la mujer de la que nos enamoramos hace, ahora, seis temporadas.
Un boomerang
para Nancy Botwin
>
Este fotograma muestra el final del último episodio de Weeds. No pongo la escena en movimiento porque podría colarse algún espoiler. Si viéramos moverse a esta foto, Nancy nos parecería una máquina sobrecargada, en cortocircuito, a punto de explotar.
El quinto episodio de esta sexta temporada, emitido el martes, fue el mejor hasta ahora. Se llama Boomerang y habla sobre cómo regresan todas las cosas a por ti, incluídas las lejanas.
El episodio habla de cómo, a la velocidad del rayo, las peores cosas regresan y pueden partirte la cara y dejarte sentado en el baño de un hotel, con tu cuñado desnudo, tres madres histéricas, dos policías, un bebé que llora, un matón a sueldo a punto de encontrarte y dos hijos a la buena de dios.
No hay manera de explicar la interpretación de María Luisa Parker en la piel de Nancy Botwin. Está bien: ustedes saben que yo estoy enamorado de María Luisa y que, por cada caidita de ojos que me hace en la cámara, ya salgo gritando que hay una gran actuación. Sí, sí. Lo sé. Pero esta vez va en serio.
Miren ustedes la escena final del S06E05 (no importa si siguen la serie o no) y descubrirán la síntesis de una narración trepidante, y de una madre impotente.
Hay dos secundarios que no se quedan atrás, dos escoltas que acompañan a María Luisa mejor que ningún otro. El primero es Justin Kirk y se entiende, porque el tío Andy ya es legendario. Pero el que viene creciendo de una manera inaudita es Alexander Gould, que en cada episodio muestra un nuevo matiz, una cara de loco diferente, un guiño soberbio... que nos hace olvidar que tiene solamente quince años, y que empezó esta historia con once.
Un lujo Weeds. Tenía razón Demian Bichir (el aún esposo de Nancy), hace un par de semanas, cuando nos decía que no había que perderse esta temporada:
PD: Mil gracias a Rodrigo, lector muy fiel de Espoiler, que nos mandó este video.
Bienvenida otra vez,
Nancy Botwin
Como muchas otras veces, Nancy Botwin (Mary-Louise Parker) y su familia se precipitan a hacer maletas y escapar del hogar por la noche, a las apuradas y sin dormir. Atrás dejarán una ciudad y un grupo de nuevos enemigos. Ayer empezó en Showtime la sexta temporada de la serie creada por Jenji Kohan y nunca como ayer hice memoria sobre el inicio de la serie, cuando Nancy era una viuda reciente que empezaba a coquetear con la venta de marihuana.
Sus hijos todavía estaban a salvo (uno adolescente, el otro en medio de una infancia traumática) y el tío Andy (Justin Kirk) era solamente una bala perdida.
Pero pasaron seis años y cinco temporadas que a mí me gustaron, siempre, cada una más que la otra. Weeds, lo escribí cientos de veces en Espoiler, nunca me defraudó y consiguió que en cada cambio de ciudad, de trabajo-pantalla, de secundarios, hubiera la mística que da nombre a la serie.
Los creadores de la historia tienen el desparpajo de cambiarlo casi todo, menos lo que importa. Celia Hodges (Elizabeth Perkins) sigue firme junto al pueblo (ya sea borracha en su casa como secuestrada por su propia hija revolucionaria en México). Y lo mismo ocurre con Doug Wilson (Kevin Nealon) y con Dean Hodes (Andy Milder).
Estamos cada vez más lejos de Agrestic, el pueblito donde pasamos las primeras temporadas. A este paso, recorreremos toda Norteamérica en la huida. Nancy, sus dos hijos y, aunque esta vez todos lo dudáramos, el tío Andy se cambiarán los nombres, los atuendos y tendrán que ser otros en la sexta que empezó ayer.
Hay que alejarse de un asesinato. Pero al alejarse hay que llevarse al asesino, un niño con cara de loco que no siente remordimientos, sino más bien el orgullo de haber pasado de nivel en un videojuego. Atentos a Shane esta temporada, pero más que nada atentos al pequeño actor Alexander Gould: será uno de los grandes en pocos años.
Bienvenida Weeds. Con tus huidas y tus cambios de ritmo, con tus nuevos secundarios y tus historias exageradas, con Nancy y sus caritas de adolescente a destiempo.
Te echábamos de menos.
¿Lo pasado,
pisado?
Showtime ha dado a conocer un enorme trailer de la sexta temporada de Weeds, que —por si acaso alguien no estaba al tanto— se estrena el próximo 16 de agosto. El avance tiene de todo, y es tan completo en información que puede herir la susceptibilidad de muchos. Por eso, fiscales del espoiler, abstenerse.
Vayamos al grano.
Está claro que la sexta temporada viene con un quiebre importante en la trama de la serie, que afecta especialmente a la familia Botwin y su entorno. Era lo que se esperaba, sobre todo luego de que Shane
(Alexander Gould), el querubín de mamá Nancy (nuestra querida Mary Louise Parker), hiciera lo que hizo en el último episodio de la quinta entrega.
Sólo queda una posibilidad: la alternativa de comenzar un nueva vida en otro lugar, ya no como los Botwin, sino con identidad falsa y todo lo que eso implica. ¿Podrán, no obstante, empezar de nuevo? Esa es la cuestión.
Habrá varias caras nuevas este año en el elenco de Weeds, entre ellas la de Linda Hamilton y Peter Stomare. La primera, una cultivadora de marihuana ecológica (me encanta la idea), que tenderá su mano a Nancy. A Peter Stomare, en tanto, lo veremos como un cheff de origen alemán, que será el nuevo empleador del simpático tío Andy (Justin Kirk).
La última temporada de Weeds no dejó conforme a todo el mundo, pero yo me cuento entre los fieles incondicionales de la primera hora y por esa razón espero el 16 de agosto con bastante ansiedad, más aún cuando se dice por ahí —aunque sólo se trate de rumores— que puede ser la última.
¿Será posible?
A dos metros
bajo tierra
La promo de la sexta temporada de Weeds es impecable, pero Mary-Louise Parker no tiene adjetivos. Lo único que se puede decir de ella, a esta altura, es onomatopéyico y visceral. No se entendería en absoluto, mucho menos por escrito. Por eso vamos a verla en acción, y luego seguimos.
Ahora sí. Showtime acaba de presentar este bonito adelanto de Weeds, un pasaje de ensueño y alegórico de lo que veremos en la temporada que viene, exactamente a partir del 16 de agosto.
Lo que Nancy Botwin entierra en el pozo —un pozo que ella misma se encarga de abrir en la tierra— sólo lo pueden interpretar aquellos que están al día con la serie, quienes tienen claro quién es el propietario del pasaporte, del arma y del móvil que, al final, suena. Y también quienes conocen el origen del muñeco de Jesús y lo que sucedió con ese palo de croquet. Pero se disfruta igual, seguro.
Me encanta la promo, como otras promos de la cadena. ¿Estaremos en condiciones de afirmar que ya existe un estilo Showtime? Sin miedo, amigos: por supuesto que sí, y desde hace rato.
Showtime, cada vez mejor. Pero insisto: Mary-Louise Parker no tiene adjetivos.
Los Simpsons y
un Fuerza Chile
Homer, benéfico. La familia Simpson nunca le dedicó un episodio a Chile (como sí lo hizo con Brasil, por ejemplo, y enfadó muchísimo al gobernador de Río de Janeiro), aunque los super fanáticos de la serie tienen bien apuntados todos los momentos en que se menciona a ese país en los veinte años que dura la animación. Sin embargo, en un pequeño corto emitido hace unas semanas —en un Fesival benéfico después del terremoto— Matt Groening cedió los derechos para que se envíe a los chilenos un mensaje de aliento, con la voz (latinoamericana) y la imagen de Homer. Y él dice que sí ha estado en Chile:
Burla a Glee, toma 12. Y para terminar, voy a burlarme otra vez de Glee, puesto que ya hace semanas que no lo hago. Quiero dejar claro, antes de inaugurar la mofa correspondiente al día de la fecha, que no me burlo de la serie en sí misma, sino de los más de 900 usuarios de EspoilerTV que la siguen, y la tienen en la Agenda, y la miran cada semana, y disfrutan con ella. Mi encono es hacia ellos; porque me avergüenzan a mí, al país que les da cobijo, a la comunidad en general, y a los diez mil ciento ocho usuarios que, con sensatez, la pasan de largo en el calendario semanal.
Dicho esto, dentro video de quince segundos:
Tres finales
de temporada
En los últimos días acabaron tres series que seguimos al detalle. Es decir, en la pantalla grande de casa (las otras, las menores, las vemos en el televisor). Me refiero a Weeds, que agotó temporada hace veinte días, a True Blood, que finalizó ayer llena de sangre, y a Hung, la más jovencita del trío.
Voy a hacer ahora mismo, si me dejan, una reseña para cada una.
Hung
Me exasperó. Ahora que ya acabó la temporada lo puedo confesar: me exasperó. Durante los tres primeros episodios yo me decía: “Tranquilo, la serie es nueva y está calentando motores”.
Después, con los capítulos cinco y seis, la historia pareció avanzar un poco y respiré con alivio: por fin Ray Drecker (Thomas Jane, el de la poronga grande) empezaba a cepillarse señoras y ganar algo de dinero para dejar de ser un miserable monotemático que no sabe ser feliz. Pero entonces la serie se estancó otra vez, por culpa siempre de Tanya (Jane Adams, la proxeneta) y se hizo un bucle. Un bucle aburrido.
Las mejores partes de Hung son las que aparece Anne Heche (la ex esposa del protagonista) con su nuevo marido feo y rico. Ese plot es divertido. Y nada bueno se puede decir de una serie cuando lo que más se espera es la trama secundaria.
El final ni siquiera estuvo a la altura de la serie. Fue peor. ¿Qué es lo más tópico que podía ocurrir? Que la ex esposa tuviera, sin saberlo, una cita con el ex marido en calidad de prostituto. ¡No! HBO no hacías esas cosas a principios de siglo.
Puntaje para esta temporada:
True Blood
La segunda temporada de los vampiros locos fue mejor que la primera. Que esto vaya por delante. Y es que ahora, que uno ya esta habituado a ese mundo paralelo que es Bon Temps, se espera de ese pueblo cualquier cosa.
Lo más raro que pueda ocurrir, lo más bizarro, lo menos normal, se recibe con palmas y vítores. ¿Sam (Sam Trammell) se convierte en mosca? Aplaudimos. ¿Bill (Stephen Moyer) sale volando como Superman? Festejamos. ¿Sookie (Anna Paquin) se viste como en 1950 y lleva a todas partes una carterita blanca? Sonreímos.
True Blood mostró en esta temporada todas sus cartas. En otro blog ya lo decían, con acierto: es una comedia. Y si vemos la serie de ese modo, disfrutamos como chanchos (desangrados).
Lo mejor de esta segunda parte, si duda, fue la ménade Maryann Forrester (la eternamente hermosa y eficaz Michelle Forbes). Sus vibraciones nos hicieron poner los ojos negros. Lo peor, como siempre, Anna Paquin y sus dientes separados, y su cara de croqueta, y su mirada de vaca enferma, y sus tetas preciosas, y su incapacidad natural para actuar. Pero por alguna razón la soportamos y la queremos. Porque True Blood, sin ella, sería una serie menos mala. Y nos gusta que sea muy mala.
Puntaje para esta temporada:
Weeds
El que haya visto esta serie desde el principio sabe algo que el resto de los mortales no sabe: Weeds es especial, sus personajes son como amigos queridos, y sus historias siempre están a la altura de las circunstancias.
Ésta ha sido la temporada más rara de la serie. Hay menos armas y menos drogas que en las anteriores, pero las pocas armas que hubo funcionaron con más puntería, y la droga esta vez no estuvo frente a la pantalla sino detrás: se la fumaron toda los guionistas. Y resultó muy grato para el espectáculo.
Hablo para quienes la vieron: ¿No es maravilloso el personaje de Perro Insano (Hemky Madera)? Pero no fue lo más surrealista: Celia Hodes (Elizabeth Perkins) secuestrada por su hija, que pide rescate a medio mundo y nadie acude. Los ginecólogos mexicanos de Nancy (Mary-Louise Parker), las adquisiciones friquis de Andy (Justin Kirk), la locura in crescendo de Shane (el pequeño Alexander Gould, que ya no es tan pequeño y tiene los ojos desquiciados), todos los largos diálogos en castellano, el clima, el amor del cuñado, la música...
Hablo ahora para quienes no vieron nunca Weeds: ¡Salgan ya de aquí y miren esa serie!
¿Y el final? No voy a decir nada sobre el final de esta temporada. Nada que no haya dicho sobre los anteriores finales de Weeds. Una maravilla, un hierro candente, un mazazo en la cabeza, una sorpresa necesaria, que alivia de momento y que después nos hace preguntarnos: ¿pero cómo carajo sigue esta historia, es posible que siga después de esto?
Lujo absoluto. Weeds es, desde hace cuatro años, nuestra droga necesaria.
Puntaje para esta temporada: