Sección 'Zoey (Merritt Wever)'
¿Quién es
esa chica de rosa?
Primero lo primero: no hay secundarios en Nurse Jackie, excelente comedia oscura de Showtime, que destaque o asome la cabeza por encima del resto. Todos están allí como satélites de la única, fundamental y decisiva estrella del show. Hablamos por supuesto de la mismísima y homónima mujer del título (un monumento para Edie Falco).
Pero la estudiante de enfermería Zoey Barkow, la actriz secundaria elegida para esta reseña, tiene un toque particular; una tara naif que nos cautiva de entrada. Apenas aparece en el primer episodio, con su uniforme rosa salpicado de dibujos infantiles, su anotador personal y sus pendientes de ositos panda, creemos saber todo sobre ella. Y después, cuando la vemos actuar, confirmamos cada una de nuestras sospechas.
Zoey está interpretada por Merritt Wever, una actriz de veintinueve años que se crió en el centro de New York y que empezó a trabajar desde muy joven. Pasó por el off Broadway e intervino en varios largometrajes, entre ellos Into the Wild, Neal Cassady, Michael Clayton y The Adventures of Sebastian Cole. Y, por supuesto, en la tele.
Cómo vadear en la tormenta
Los personajes secundarios de Nurse Jackie cumplen sobre todo una función: la de resaltar, por contraste, las características de la protagonista. Así tenemos a la cínica Eleanor O'Hara (Eve Best), al frívolo y egocéntrico Fitch Cooper (Peter Facinelli), al paciente Mohammed '"Mo-Mo" De La Cruz (Haaz Sleiman) y al esposo fiel y complaciente Kevin Peyton (Dominic Fumusa)... Todos ellos, y los que faltan nombrar, actúan como el reverso de Jackie. Son el espejo deforme en el que la enfermera se mira.
Y Zoey, tanto en el trabajo como en la vida, es precisamente todo lo que Jakie no es. Insegura, infantil, inexperta.
A los seis años se casó con su mascota, un gato; simuló la ceremonia, le hizo un smoking al animal y todo. Como duerme poco, en las noches de insomnio se dedica a hornear pastelitos que por la mañana reparte entre sus compañeros de trabajo. Cada orden que recibe la anota en una libreta de apuntes (rosa, por supuesto) con aplicación y esmero, y cree comprender a Jackie en cuestiones amorosas dentro del ámbito laboral porque en su juventud llegó a "segunda base" con un jefe de Burger King.
Antes de la revelación en Nurse Jackie, Merritt Wever apareció en la segunda temporada de The Wire, en tres episodios de Law & Order, en uno de NCIS, y en doce capítulos de la estupenda Studio 60, en el papel de Suzanne.
El vínculo con sus superiores es de absoluta sumisión. Por ejemplo le tiene pánico a la doctora O'Hara, la mejor amiga de Jackie, y lo vemos cuando -dubitativa y temerosa- intenta recuperar su flamante estetoscopio, del que la médica se adueñó maliciosamente con el único propósito de complicarle la existencia.
Es que Zoey acaba de llegar a un mundo completamente nuevo. Un lugar violento, por lo general despiadado, que exige muchos reflejos y sangre fría. Y aquí reside el problema, porque nuestra novata enfermera carece precisamente de ambas virtudes. Nadie le niega su vocación, pero sin estas dos herramientas fundamentales es difícil que pueda llegar a alguna parte.
El mejor consejo de toda su carrera, sin duda, lo recibe de Jackie: "¿Sabes de qué trata este trabajo, cariño? -le dice la experimentada enfermera en un momento del segundo episodio-. En vadear a través de una tormenta de personas que vienen a este lugar en el peor día de sus vidas. Para que sepas, los doctores están aquí para diagnosticar, no para curar: nosotras curamos".
Todo el tiempo estamos pendientes de que no cometa un error, alguna fatalidad -después de todo de sus manos dependen la vida y la muerte- que le pueda costar el puesto. Sin embargo su cabecita vuela sin reservas. Cuando las cosas se ponen complicadas, ella suele tener otras preguntas en mente.
¿Un señor obeso es más grande que un obeso mórbido?
Botón de muestra
Una escena de ping pong dialéctico entre Merritt Wever (como Suzanne) y su jefe en la ficción, Matthew Perry (Matt Albie). Ay, cómo echamos de menos Studio 60:
Pero volvamos a Nurse Jackie : en un momento Zoey la rosa cambia de color. No vamos a decir a cuál ni por qué, para no estropearle la sorpresa a los que todavía no lo saben. Pero en esta mutación cromática a lo mejor esté el germen de lo que veremos de ella en la segunda temporada.
¿Dejará de usar pendientes con ositos? ¿Dejará de preocuparse porque un loco, desde la ventana de un edificio, le gritó que se estaba quedando calva? Tal vez sí, aunque nosotros, en el fondo, rogamos efusivamente que no lo haga. Queremos ver mucho más de Zoey, así como está pintada: la chica ingenua, torpe e insegura que le pone el toque rosa a la mejor comedia negra del año.