Como en otras ocasiones, una pieza del año 2005 vuelve a estar entre lo más visto de EL PAÍS. Esta vez ha sido una columna de Rosa Montero titulada El negro. La noticia "resucitó" el pasado miércoles 4 de enero gracias a Facebook y Twitter. Sin embargo, el volumen de audiencia recibido no fue suficiente como para entrar en el módulo de lo más visto de la home de EL PAÍS.
Fue ayer domingo cuando el agregador de contenidos Meneame.net le dio el empujón definitivo y la pieza se coló entre los contenidos más vistos en las últimas 24 horas de EL PAÍS. De este modo, esta mañana el porcentaje de entrada de usuarios a la noticia se repartía de la siguiente manera:
Una vez Facebook, Menéame y Twitter aportan entre las tres casi el 75% de la audiencia de la información. Esta entró como la décima noticia más vista del domingo. Al estar accesible en el ranking de lo más visto, hace que la pieza se garantice seguir creciendo.
Una vez más, el fenómeno de las redes sociales recupera historias de manera espontánea, capaces de resucitar temas alejados de criterios de actualidad informativa. Ayer, la información contaba con unos 5.000 recomendaciones en Fabcebook por la mañana, frenta a las 11.000 de ahora (lunes 9, a las 19:00). El botón de Twitter aumentó en la pieza en más de 2.200 acciones, a lo que habría que añadirle todas aquellas personas que lo distribuyeran de otro modo. Eso sí, en este caso cabe destacar a Menéame, quien fue determinante ayer para la expansión de la noticia y en porcentajes superiores a Twitter. El artículo de Rosa Montero cuenta una historia atemporal sobre prejucios raciales, con una moraleja extraordinaria.
Hay 16 Comentarios
Una vez más, el fenómeno de las redes sociales recupera historias de manera espontánea, capaces de resucitar temas alejados de criterios de actualidad informativa.
Publicado por: Last Kings Snapback | 15/05/2012 14:31:15
Es verdad, el texto es una fiel copia mas que releida por todos, pero yo me pregunto y cuantos estos que critican y critican el texto piensan como la alemana del cuento de Rosa? El que este libre de pecado..! que tire la primera piedra!!.
Publicado por: Extranjera | 03/05/2012 19:28:41
Que si es plagio o no, que si la historia es real en parte o no, importa poco. Algunos comentan sobre ello para distraer la atención y llevarla lejos de lo que ha señalado Alma Rosa. Aquí lo hiede es intención victimizante, paternalista e hipócrita y auto-redentora de El Negro. Un tópico, que de tan común ya resulta obsceno. Cualquier lector atento detecta fácilmente la confesión pública de los propios prejuicios de la autora. El que aún no lo haya notado que lo vuelva a leer.
La emoción justiciera para corregir el sentimiento de culpa de una Rosa "alemana", vamos, ¡cuánta simpleza!. Que se le ve el plumero a la Montero.
Ética de la victimización
Mario Roberto Morales
(http://www.lainsignia.org/2007/febrero/soc_001.htm)
La autovictimización es cómoda y agradable. La persona que se victimiza se ubica en un espacio imaginario que le confiere automáticamente “la razón” y las consideraciones incondicionales de otras personas. Pero hay que decir que aparte son las víctimas y aparte los victimizados. A veces, las victimas se autovictimizan. Otras, tienen la suficiente dignidad como para no hacerlo. Estas son las víctimas admirables y ejemplares, como es el caso, por ejemplo, de Nelson Mandela. Los autovictimizados que no han sido víctimas necesitan crearse un victimario. Esta táctica es moneda corriente hoy día y forma parte de la agenda de muchos de los llamados “nuevos movimientos sociales”, en especial los inscritos en las ideologías multiculturalistas, que buscan integrar a las subalternidades elitistas en la dominación, imitando cada vez más a sus verdugos.
Las personas autovictimizadas reciben asistencia, dinero, apoyos y solidaridades incondicionales de multitud de personas conmovidas en su mala conciencia culposa, de modo que el acto de autovictimizarse tiene la enorme ventaja de proporcionar a sus protagonistas un modus vivendi muy por encima de los salarios mínimos. Otra de las ventajas de la autovictimización es que permite evadir la discusión racional y científica, sustituyéndola por la emotiva acusación hacia el victimario, provocando con ello que quienes solidarizan con la filosofía de la autovictimización eximan a la supuesta víctima victimizada del deber de discutir lo que haya que discutir en términos racionales. De ahí que sea mucho más fácil y cómodo para un autovictimizado y para sus solidarios acusar a alguien de racista o sexista, que discutir con él o ella los hechos concretos que lo llevan a proferir tal acusación.
Y bien, ¿a qué apelan los autovictimizados cuando crean o bien magnifican a su victimizador y lanzan su queja? Apelan a la culpa y al miedo, dos emociones que articulan muchas de las llamadas “actitudes éticas y morales” de esta época y de todas las épocas. Hacer sentir a alguien culpable es algo relativamente fácil, y hay personas con especiales habilidades para lograrlo. Asustar a la gente con hecatombes y holocaustos también lo es. Y ambos expedientes son usados por el victimismo. La culpa, para incitar la solidaridad en personas que por conflictos neuróticos se echan encima los males de la humanidad; el miedo, para asustar con la posibilidad de que los victimizados se alcen al unísono, como los pájaros de Hitchcock, y nos coman. En realidad, hay muy pocas cosas en la vida tan fáciles como victimizarse. Y tan lucrativas. Pero victimizarse no es lo mismo que ser víctima, ya lo dijimos. La víctima no siempre se victimiza porque a menudo no ha perdido dignidad.
La autovictimización ha rendido buenos frutos como táctica subalterna de sobrevivencia y lucha. Pero se torna problemática cuando ciertas elites especializadas en su ejercicio quieren sustituir el debate, la discusión y la objetividad de los hechos concretos con el discurso y la versión facilones de la victimización. Esto, a la larga, no favorece las causas de estas elites porque evadir la confrontación intelectual abierta para acusar al otro de racista o sexista es indigno y cobarde, además de que demuestra incapacidad reflexiva y argumentativa, es decir, falta de vigor intelectual y moral en las elites que viven de este discurso y que suelen refugiarse en el oenegismo parasitario de la cooperación internacional.
Se sabe que la moral burguesa confunde la caridad y la beneficencia con la justicia social o igualdad de oportunidades. Y, por lo que se ve, los “nuevos movimientos sociales” lo hacen también, pues algunos de sus dirigentes se pasan la vida apelando a la caridad y la beneficencia burguesas, y manipulando la situación concreta de las masas en cuyo nombre se victimizan y extienden la mano, para que culposos funcionarios internacionales y miedosos ciudadanos nacionales, se solidaricen con su peculiar manera de ganarse la vida.
Cedar Falls (EEUU), 20 de noviembre de 1999.
Publicado por: Epiménides | 25/01/2012 11:26:55
¡¡¡Vaya, Alma Rosa!!!! Estupendo tu análisis de 11/01/2012 5:21:30. Te felicito y gracias por compartirlo con nosotros.
Publicado por: Javier Flórez | 22/01/2012 13:53:45
SOBRE "EL NEGRO" DE ROSA MONTERO: el escritor Ian McEwan en su última novela "SOLAR" (marzo 2011) incorpora una anécdota idéntica del "ladrón involuntario", incluso luego uno de los personajes discute el origen de la misma. En el caso de McEwan se trata de un paquete de patatas.
Publicado por: JAVIER RAMOS | 19/01/2012 17:01:37
No soy un profesional ni académico de la literatura, me considero solo un vicioso aficionado a la lectura. Viajo 800 km round ticket en autobús a Monterrey o en mi Ford pick up F150 2010 hasta allí solo para visitar La Gandhi o el Fondo de Cultura Económica y regresar a casa el mismo día con sendas bolsas de libros. No más, peligrosas las autopistas en las últimas semanas."La bestia en la jungla" de Henry James, "un triste caso" de James Joyce y otro de Guy de Maupassant que no recuerdo el nombre pero trata de un hombre viejo eternamente enamorado de la mujer de su amigo que muere de un infarto al saber que ella tambien lo amaba.Para mí estos tres cuentos son uno solo en formas diferentes provenientes de un cuento arquetípico de la cueva de Platón o el inconsciente colectivo. Hay un poema de Basho, haiku por supuesto, que en tres lineas habla del otoño y grullas volando en lo alto de un lago.Wordsworth años despues escribió el mismísimo poema, grullas planeando en lo alto de un lago en la Inglaterra rural del sigloXIX. Yo me congratul de haber leído "El negro" de la Sra Montero,muy buen tratamiento del tema y buen remate. Compro toneladas de libros de cuentos que son casi siempre una decepción. Este relato no. Saludos a todos y un 2012 feliz.
Publicado por: fernan55 | 14/01/2012 20:09:18
Lo interesante de este asunto es que la escritora suiza Francesca de Cesco publicó en 1975 el cuento "Spaguetti für zwei" (Espagheti para dos).
Este cuento es una lectura obligada en los institutos alemanes y se suele leer en el octavo o noveno curso.
El cuento se desarrolla en un autoservicio y el protagonista es un chico joven de 14 años. En el artículo de Rosa Montero la protagonista es una joven alemana y el lugar es una universidad alemana. La trama de su artículo es prácticamente idéntica al contenido del cuento: los dos comen del mismo plato, la alemana/el chico empieza a pensar sobre el negro para al final darse cuenta de que la persona que come del plato del otro no es el negro sino la joven/el chico.
Qué casualidad!
Publicado por: dagmar | 14/01/2012 15:30:51
No se puede acusar a shakespeare de plagiar a Plutarco, tal vez de adaptarlo, transformarlo y legarlo de ese modo a la posteridad, como no se puede acusar a Freud de fundar el psicoanálisis en Hamlet o Dostoyevski. La historia contada por la Sra Montero es perfecta, bien escrita, con profesionalismo y sobre todo, mesura, que por lo visto nos falta a todos.
Publicado por: fernan55 | 11/01/2012 20:26:58
Basta, por favor, con el sempiterno y noño maniqueísmo del negro víctima, no obstante noble, paciente, perdonador y comprensivo ante sus opresores e injuriantes blancos, seres insensibles, indolentes, egoístas, arrogantes y, muchas veces crueles.
Tan racismo es “Villanizar” al blanco, rubio de ojos azules, como hacerlo al moreno pardillo.
Simplificar la ética y la justicia social por los colores de la piel o de las creencias políticas es algo que se debería haber abandonado hace tiempo.
La gente no se convierte en noble, honrada, trabajadora y honesta por carecer de medios económicos ni por padecer hambre. Ser materialmente pobre y, encima, analfabeto funcional o total no es nada de lo cual haya que enorgullecerse, porque nada de esto hace a nadie mejor persona del mismo modo que la holgura material y una buena educación tampoco operan como una varita mágica para convertir a la gente en seres más decentes y humanos.
Los ricos no son, ni moral ni éticamente hablando, ni peores ni mejores que los pobres y hambrientos. Hay gente pobre que lo es como resultado de sus “pobres” elecciones, basadas en hábitos de pensamiento y costumbres ancestrales. Bien cierto es que existe gente rica que lo es porque ha robado, ha estafado al fisco o viene explotando a sus trabajadores, pero también la hay porque se trata de gente soñadora, osada, optimista, altruista, generosa, luchadora… que no se ha enriquecido explotando sino dando trabajo a otros y ofreciendo honradamente un servicio a la sociedad.
Entonces, gente deshonesta la hay rica, ciega, pobre, sorda, negra, coja, blanca, gorda, indígena, flaca o morada. Qué hastío comprobar que se le sigue dando espacio a gente que se ha quedado enganchada a las consignas del pasado, lemas y denuncias que ya no se ajustan más a la realidad.
Hay que ser muy necio, muy incauto o ambas cosas, para reducir el mundo al blanco y negro de un yin y yang artificioso y decrépito.
Lo cierto es que por los resultados se conoce a la gente. No hay personas inferiores por su color ni por sus rasgos físicos, las hay por sus elecciones. Es una cuestión de ejercer apropiadamente la herramienta del LIBRE ALBEDRÍO. No todas las ideas y costumbres están en el mismo nivel de justicia y rectitud. ¿Qué usar como barómetro? El respeto a la vida y dignidad humana. Hay pueblos, hay grupos, hay masas que practican el tormento sistemático a niños, mujeres y animales. Son infelices y miserables sin la ayuda del “monstruoso” blanco. Así es como se mide la calidad humana: tomándoles la temperatura al respeto de los derechos humanos y de la vida en general.
Existe una enfermiza obsesión por poner color en el proceso de valoración de las personas, ¿verdad?, venga, pongámoselos, apliquemos la gastada artimaña a ver qué resulta: ¿Qué color tienen los pueblos más desarrollados de la tierra? No digo los más ricos, digo los más desarrollados en términos de humanidad. ¿Dónde se comenten más atrocidades contra los niños? ¿Dónde se está usando guarderías y hospitales como escudo para los centros de operaciones de guerra? ¿Dónde se usa los propios niños, ojo, no los del enemigo, como bombas humanas?¿Qué grupos mutilan los genitales de las niñas? ¿Qué sociedades apedrean a sus mujeres por supuestos o reales adulterios?
¿En quiénes se da la horrenda costumbre de desfigurar con ácido a las mujeres?
¿Qué color tiene las sociedades donde se consume más pornografía infantil?
¿Qué rasgos tienen las naciones donde se tortura, rapta y mata a la gente por sus ideas políticas? ¿Cuál es el color preponderante de aquellos que persiguen y asesinan a otros por su elección religiosa? ¿Dónde se está asesinando a los homosexuales y lesbianas?
¿Qué colores presentan aquellas masas que se entretienen con el tormento de los animales?
¿Qué color piel abunda en esos lugares donde hay más respeto a la libertad de opinión? ¿Qué grupos son los que disfrutan de ciudades más seguras, en términos de delincuencia?
¡Qué inútil y qué sórdido pasatiempo, ¿verdad? Porque el color del bestialismo nos salpica a todos. Entonces, no es una cuestión de razas sino de sacrosantas e intocables creencias y tradiciones culturales que oprimen a los individuos hasta anular su capacidad para pensar, elevarse y elegir algo distinto. Ese es el problema cuando el individuo se desdibuja e identifica más con su papel como parte de un grupo, metamorfoseándose en parte de una masa proletaria, masa agricultora, masa pescadora, pecadora, o, lo que es peor, en masa “santa”. El apego por las costumbres, y el miedo al castigo que los congéneres imponen es lo que disuade al hombre a elevarse hacia otros horizontes más humanos. Así es que la persona aborrecerá lo que el grupo le diga que aborrezca, rechazará lo que se le indique, abrazará, aunque le duela y no comprenda, lo que haga falta y vivirá como un autómata de un mecanismo que no le brotó ni de su razón y, a veces, ni de sus instintos.
La gente de otra raza distinta a la caucásica puede ser, y de hecho muchos lo son, tan o más racistas que los blancos. ¿Le suena a alguien lo que sucedió en Ruanda, entre Hutus y Tutsis?
La empatía, la solidaridad y el amor por el prójimo no es monopolio de los socialistas, ni de los curas, ni de los blancos, ni de los morenos, son valores del individuo humano.
Está desfasada la Sra. Montero, sus ideas pertenecen, y nunca mejor dicho, al siglo pasado. Esta señora sigue entendiendo la vida bajo un sesgo corporativista, superficial y simplón, propio, por supuesto, de sus circunstancias de juventud.
Que se abandone ese paternalismo timorato, ya sea progre, de derechas, católico o del pelaje que sea. Ya va siendo hora que la gente tome responsabilidad de lo que ocurre en sus vidas sin tener que estar echando la culpa a otro. Cada quien es lo que piensa. El que piensa “bonito” construye, a la larga o a la corta, una vida bonita.
Ya va siendo hora de que se renueven los comentaristas, los opinantes y los conceptos, , la carroña para los carroñeros, que la gente de hoy requiere de un alimento sin levadura doctrinaria ni partidaria, uno fresco, producto de almas no sólo sinceras, que no dudo que la Sra. Montero lo sea, sino lúcidas, independientes y libres de conveniencias y certezas no revisadas, corregidas, ni actualizadas, de modo que se renueven las creencias, se reinterpreten las doctrinas, se ponga fin a tanta querencia y tradición bárbara, nos acerquemos más ese “día” que todos anhelamos, el de la paz, la concordia y la justicia.
Renovación, por favor, aire limpio y fresco.
Publicado por: Alma Rosa | 11/01/2012 5:21:30
Es real. Y no importa que no haya sucedido. Tiene visos de verosimilitud y mas que nada de plausibilidad y toda ficción incluso la científica debe tenerla. La historia es deliciosa y te hace sonreir, no dudo que sucede cientos de veces en los aereopuertos, las universidaes, los supers etc. Bien Rosa. Gracias desde México.
Publicado por: fernan55 | 10/01/2012 20:37:50