No hace falta profundizar demasiado para darse cuenta del éxito de audiencia que supone Twitter. Según comScore, en enero de 2012 algo más de 180 millones de internautas en todo el mundo se conectaron a la plataforma de conversación vía web. A esto habría que añadirle los que además lo hicieron desde sus dispositivos móviles. Han crecido un 60,6% con respecto a enero del año pasado. Sus límites de audiencia no están marcados y podrían seguir imponiendo un ritmo de crecimiento similar a lo largo de este año. Pero hay algo que les atormenta, y no es para menos, sobre todo viendo la agresividad comercial de una Facebook en plena espiral de conjeturas iversoras bursátiles, o un Google que sigue siendo una máquina de ganar dinero con su programa de Adwords (publicidad en buscadores).
Los ingresos publicitarios son la gran asignatura pendiente de Twitter. El acuerdo con Yandex, el buscador ruso, les da un respiro en su importante línea de ingresos derivados de la autorización de rastreo de buscadores, toda vez que perdieron a Google en este campo, empeñado en forzar el eje en Google Plus en vez de hacerlas convivir. Tenderán a entenderse, les guste o no. Sin embargo, para que Twitter tenga algo de poder de negociación, necesita consolidar un formato publicitario que le aporte cash inmediato, sostenido y basadao en ingresos long tail.
En septiembre de 2011, Dick Costolo, CEO de Twitter, anunció que estaban trabajando en nuevos formatos publicitarios, dejando la puerta abierta a la introducción de Tweets corriendo "libremente" por los timeline de los usuarios, sin que ellos hubieses solicitado seguir a la cuenta del anunciante. Algo que parecía sagrado en el objetivo de velar por la satisfactoria experiencia del usuario, un hito que se ha de romper por el bien común, es decir, los ingresos publicitarios. Y es que la edad de Twitter ya demanda una rentabilidad apreciable y un potencial de crecimiento como empresa tan extraordinario como lo es su fama.
Ayer por la noche algunos usuarios conectados desde España empezaron a apreciar en sus timelines los primeros anuncios. José Luis Antúnez, conocido empresario de Internet, lo anunciaba y añadía algo todavía más interesante: el anuncio tenía tintes contextuales, es decir, estaba relacionado con temas sobre los que había escrito recientemente: