Siete mujeres y dos hombres sin piedad

Por: | 10 de julio de 2013

José Bretón, en una de las sesiones del juicio en Córdoba.

Siete mujeres y dos hombres tienen en sus manos el destino de José Bretón, el hombre acusado de matar a sus hijos Ruth y José en Córdoba el 8 de octubre de 2011. Este grupo de personas, el jurado, tendrá que contestar a 20 preguntas sobre el caso y de sus respuestas resultará el veredicto. ¿Culpable? ¿O inocente? Tengo la convicción de que este puñado de ciudadanos anónimos son sensibles, sensatos y justos, aunque no tengan ni la menor idea de leyes. Creo firmemente en el jurado, pese a que soy consciente de que hay mucha gente que recela y desconfía de esta institución.

La Constitución española, promulgada en 1978, establece en su artículo 125 que "los ciudadanos podrán ejercer la acción popular y participar en la Administración de Justicia mediante la institución del Jurado, en la forma y con respecto a aquellos procesos penales que la ley determine, así como en los tribunales consuetudinarios y tradicionales".

Los legisladores de la Transición y los subisguientes no se dieron prisa en desarrollar los mecanismos que hicieran posible la participación del pueblo en los asuntos judiciales. Hasta 1995 no fue promulgada la Ley del Jurado, que contempla el derecho y el deber de cualquier español a enjuiciar a los autores de delitos contra las personas, delitos cometidos por funcionarios públicos en el ejercicio de su cargo, delitos contra el honor, delitos contra la libertad y la seguridad y, por último, en casos de incendio.

Durante la larga dictadura del general Francisco Franco no existió la fugura del jurado: la justicia era impartida por jueces profesionales. Tal vez por eso, esta institución tiene poco arraigo en España y es absolutamente desconocida por la ciudadanía. Los sucesivos Gobiernos de la democracia tampoco han puesto mucho de su parte para dar a conocer el funcionamiento de esta forma de participación en la vida cívica.

Hay muchos delitos, por ejemplo los asesinatos, que está comúnmente aceptado que no solo causan un mal o una ofensa a la víctima, sino a todo el cuerpo social, a toda la colectividad. Si este principio está generalmente aceptado, ¿por qué no va a poder participar la sociedad en la imposición del castigo que merecen tales conductas?

La legión de detractores del jurado esgrimen una panoplia de agrumentos en contra de esta institución: que las personas del pueblo son legas en Derecho, que pueden ser fácilmente manipulables por un fiscal astuto o un defensor marrullero, que potencialmente pueden sucumbir a la influencia de juicios paralelos, que podrían ser amenazados o coaccionados.... En apoyo de sus tesis desempolvan casos como el del etarra que en 1997 fue absuelto de matar a escopetazos a dos policías vascos, lo que supuso un escándalo tal que hubo de repertirse el juicio.

¿Quién garantiza que los jueces profesionales sean siempre justos, asépticos, impertérritos,  y en modo alguno influenciables? ¿No son ellos también personas? Quienes apuestan decididamente por que la justicia sea sólo impartida por magistrados retratan a estos casi como si fueran autómatas y carentes de sentimientos. ¡Menudo favor les hacen!

Es cierto que los jurados populares han incurrido en errores. ¿Y quién no? Pero no es menos cierto que los tribunales profesionales también han dictado sentencias injustas y carentes de lógica. Basta con repasar las hemerotecas para descubrir fácilmente el rastro de jueces corruptos, insensatos y a veces hasta completamente enloquecidos. La verdad no es una ciencia exacta.

 

Henry Fonda, en una imagen de la película 'Doce hombres sin piedad'.

Cuando se habla del jurado, el refente más habitual es la película Doce hombres sin piedad, de Sydney Lumet, en la que un grupo de ciudadanos debe pronunciarse sobre la culpabilidad o la inocencia de un joven acusado de haber matado a su padre. Once de esos hombres están convencidos de su culpabilidad y solo uno (encarnado por el genial Henry Fonda) cree firmemente en lo contrario. Este último acaba convenciendo a los demás de la inocencia del reo. La película es una maravilla en sí misma y por cómo refleja la capacidad de raciocinio de unas personas sencillas.

Muchos de los hombres y mujeres que han pasado en España por la experiencia de formar parte de un jurado popular se han manifestado encantados de haberlo hecho. Supongo que habrá otros muchos para los que no fue así. Recuerdo a alguno que, al acabar su misión, declaró exultante: "Me siento mucho mejor persona". Las siete mujeres y los dos hombres que a estas horas debaten el veredicto del caso Bretón nunca olvidarán esta vivencia. Yo confío en ellos y en ellas.

Hay 8 Comentarios

Thanks for the insights about José Bretón.

Si existiera la profesionalidad, cosa de la que se carece de manera abismal, no se cometerían tantos errores.
En procedimientos de este tipo, donde intervienen tantas personas, es muy fácil equivocarse. Más aún sabiendo como suelen trabajar la mayoría. Porque hay errores que no cabe en alguna que se puedan cometer.

Para todos aquellos interesados en los avances informaticos para formacion, educacion, charlas, conferencias, reuniones, ............sin limites; un gran avance de la informatica y un pequeño paso http://mundosvirtuales3d.com

Cuando escribo estas palabras todavía no se ha hecho público el veredicto contra o a favor de José Bretón. Todos pensaban que era cosa hecha, que el martes mismo se conocería el veredicto de culpabilidad. Algunos medios que siguen de cerca y machaconamente este caso, dieron por hecho, in situ, que en media se sabría la cosa. Han pasado 48 horas y lo que parecía pan comido se ha convertido en una de las incertidumbres más aterradoras. Estamos hablando de un padre que presuntamente asesinó a sus hijos de 2 y 6 años y luego los quemó en la finca de sus padres, con alevosía y todo lo demás. Se han presentado todas las pruebas posibles en contra del acusado. Patólogos forenses han dicho que los restos encontrados en la hoguera pertenecían a niños de esa edad. No se sabe a ciencia cierta si corresponden a sus hijos, pero que de no ser así, allí ha habido un crimen. La forense de la policía tergiversó unas pruebas cruciales, culpó a ésta del mal hacer de sus compañeros y cuando todos creían que pediría perdón por su error, cargó contra los forenses que acreditaron sus error y contra todo lo que se movía. Así pues, lo que parecía un caso resuelto, con retraso, se ha convertido en una incertidumbre por mor del jurado, que todos pensamos estaría mediatizado.
Los jueces se equivocan, los jurados se equivocan más todavía. No saben lo que es la presión de esa institución ni la acción coactiva de un defensor sin escrúpulos. Yo no creo en los jurados populares, vamos que no me pondría en manos de ninguno.
Por cierto ¿Quién juzgó a Garzón y luego acusó de prevaricación?
A Camps lo juzgó un jurado popular VALENCIANO, creo que entre ellos eran votantes del propio Camps el 80%. Nunca lo sabremos, lo que sí sabemos es que fue exculpado de todo lo evidente. Mal.

Pienso que en este señor si no tienen pruebas no lo puedes meter en la cárcel, aun sabiéndolo no puedes hacer nada, bueno o le pueden caer muchos menos años que no los que le tocarían.
La justicia en España lo veo que esta muy mal hacen cosas que te dejan sorprendido y si hubiera algún cambio iríamos mucho mejor.

Si alguien no ha tenido ni una pizca de PIEDAD ha sido el mismo Bretón. Mal está acusar a los miembros del Jurado de carecer de ella.El acusado no consultó con nadie para hacer lo que hizo con la vida de sus propios hijos.

Lo único que los españoles conocemos sobre la institución del Jurado nos viene de las películas americanas. El Jurado no tiene tradición en España, y ha habido muchos casos en que las decisiones de un Jurado han tenido que ser revocadas por diferentes razones. En resumen, creo que el Jurado popular es una pérdida de tiempo y de dinero. El ámbito de la Justicia oficial, con su enrrevesada jerga y sus vericuetados entresijos, es cosa de profesionales que para ello estudian un montón de años; la única justicia popular que me parece merecedora de tal nombre es la que las víctimas pueden ejercer directamente sobre el o los victimarios, pero a eso algunos no le llaman justicia, y sorprendentemente lo consideran también un delito.

hola, Duvi

Los comentarios de esta entrada están cerrados.

Etiqueta Roja

Sobre el blog

Noticias, comentarios, análisis y opiniones sobre criminalidad en general y procedimientos y sentencias judiciales, todo desde el prisma del rigor, la equidad y la profundidad, alejado siempre de cualquier atisbo de sensacionalismo. Toda la información sobre sucesos en http://elpais.com/tag/sucesos/a/

Sobre el autor

Jesús Duva . Redactor jefe de EL PAÍS, especializado en asuntos de Interior. Autor de varios libros, entre ellos Fugitivos, Emboscada en Fago, El Solitario y Vidas Robadas. Profesor de Reporterismo e Investigación en la Escuela de Periodismo EL PAÍS-UAM. "Creo que la historia de un país es la historia de sus crímenes".

Jorge A. Rodríguez . Jefe de Sección de EL PAÍS (Política). Especializado en asuntos de Interior en El PAÍS, ha cubierto atentados de ETA y los ataques del 11-M. Profesor de Reporterismo e Investigación en la Escuela de Periodismo EL PAÍS-UAM. "Todo crimen tiene un fallo. Lo difícil es encontrarlo"

Mónica Ceberio Dejé el derecho y ahora escribo sobre él. Me gustan las sentencias. Detrás de su lenguaje técnico, cada una de ellas es el final de una historia de vida, muerte, celos, patologías, problemas… que se puede reconstruir. Porque casi todo acaba pasando por un tribunal.

Luis Gómez. Cumplí varios años de condena en Deportes de donde salí para moverme por lugares como Domingo, El País Semanal y ahora Nacional. Escribí España Conection (RBA) sobre el crimen organizado. No hay que irse a una guerra para encontrar zonas de conflicto. Las hay en casa. Me quedé con una frase: "De la cárcel se sale, del cementerio, no".

Álvaro de Cózar . Ha pasado por cuatro secciones en este periódico. Pero al final siempre acaba escribiendo de lo mismo, de crímenes y criminales. Ya sea en una guerra o en el barrio Salamanca. Le tiene querencia al género.

Rebeca Carranco ha trabajado en Málaga, Madrid y Girona con El País. Desde hace dos años se dedica a cubrir las historias de policías y ladrones desde Barcelona.

Javier Barroso. Dedicado desde hace una década a cubrir los sucesos y los juicios más importantes de Madrid; entre ellos, la detención del asesino de la baraja, Alfredo Galán; el accidente de Spanair en Barajas o los atentados del 11-M. Siempre intenta descubrir la parte humana de los implicados, en especial de las víctimas, las grandes olvidadas en las tragedias, a menudo relegadas a frías cifras.

Fernando J. Pérez. "Empecé mi carrera periodística leyendo esquelas en la radio, pero los delitos que más me llaman la atención no tienen que ver tanto con la muerte como con la avaricia y la codicia humanas: corrupción, estafas, timos... También me preocupa que la crisis sirva para levantar las barreras a la implantación de mafias".

Archivo

noviembre 2013

Lun. Mar. Mie. Jue. Vie. Sáb. Dom.
        1 2 3
4 5 6 7 8 9 10
11 12 13 14 15 16 17
18 19 20 21 22 23 24
25 26 27 28 29 30  

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal