Es muy tarde, como veis, y he salido por ahí acompañada de un tremendo chulazo que además me ha invitado a una de esas fiestas que marcan el calendario urbano, con lo que sinceramente, estar ahora tecleando me parece un corte de rollo que no creo que llegue a perdonaros jamás... jejejeje.
Las cosas, ya que se hacen, mejor hacerlas en condiciones, o sea que ya que me pongo, daré detalles.
El chulazo es uno de esos cubanos que, como es habitual, se escaparon de la isla después de años trabajando como modelo en La Maison, una especie de oasis de belleza y glamour en pleno corazón de La Habana... Poesías aparte, se trata de uno de los hombres más guapos que yo he visto en toda mi vida, con esos ojos azul turquesa, ese pelo negro, esa piel de melocotón y esa hilera de dientes blancos como la nieve dentro de unos labios carnosos rosados que parecen dibujados. Y encima, leído y viajado, buena gente, deportista y divertido. Sí, es una especie de prota de Smallville en versión caribeña muy pero que muy mejorada... Lo único malo es que es como mi hermano... aunque a veces, cancaneando con el desastre (moral) intuyo que planea amenazante sobre mí el pecado del incesto...
Llegamos a la fiesta, que era el primer aniversario de Bangaloo, uno de los locales de moda y había una cola que daba la vuelta a manzana. Eso cuando tienes 15 años te hace como ilusión, lo de mirar y ser vista, hacer el tonto con los que te siguen o preceden en la fila... pero a estas alturas de partido yo abogo por hacer una llamada y que suban a colarnos. El tiempo es oro y no se puede derrochar esperando.
Una vez dentro había la mayor concentración de chicas de metro noventa de altura que he visto nunca, no sé si hubo alguna agencia de modelos que no estuviera avisada... Y de chicos, pues lo propio, junto con famosos que posaban sonrientes ante el clásico photocall... A ver si me hago famosa de una vez y me gritan "Eva una foto, por favor" cada vez que entre a un garito, que me muero de ganas de demostrar lo falsa a la par que fotogénica que puede llegar a ser mi "sonrisa-automática-de-quedar-bien". Cuando se me pasó el ataque de mala leche por sentirme un ser inferior (en el más literal sentido de la palabra, porque cuando cruzaba el local, todas me daban en la cara con esos tremendos pares de prótesis de silicona exhibidos sin recato ninguno), me sobrevino el de mala leche por no tener otra vez esa mágica edad, los 20 años... Las bandejas pasaban cargadas de pinchitos calientes y bebidas, y pronto descubrí que los camareros eran muy amables y sensibles a un buen golpe de melena... dicho lo cual confieso que en determinado momento perdí la cuenta de los tubos de cerveza que me llegué a beber y también del momento en que me pasé al cubata puro y duro. Con los efluvios del alcohol no me avergonzaba tanto mirarlas fijamente y, lamento ser tan creativa pero además de confirmar el refrán que dice "de noche todos los gatos son pardos" podéis creerme si digo "de noche todos los los guapos son falsos" y no me estoy poniendo trascendental, que podría, a juzgar por los retazos de conversaciones que tuve oportunidad de escuchar, sino que, quizá por ese mismo efecto entre anestésico y euforizante de las copas, mirar detenidamente las caras de todas esas mujeres tan guapas me producía la sensación de caminar a través de un showroom de cirugía estética y de garrafas de botox. La música en directo estuvo a cargo de un grupo hasta casi las doce y media, hora en que Voltereto se atrincheró en la cabina y encauzó la sesión.
Durante casi diez minutos me dediqué a seguir a otro cubano -sí, sí, tuve una noche temática- que se me metió en el ojo. Cuando digo "seguir" entendedme: no con la mirada, sino físicamente. Vaya, que me coloqué detrás de él, a veces tocándole un poco la espalda, o agarrando su correa de forma casi imperceptible, rollo trenecito -estaba hasta la bandera-, y me moví como uno de esos peces parásito que se cuelgan de los grandes cetáceos, y así me pasé exactamente diez minutos de reloj, durante los cuales, esta especie de pantera negra (es un tiazo de metro noventa, mulato, con ojos verdes, vestido de negro de arriba a abajo y atrezado con ostentosos adornos de plata) dio más besos que una viuda en la salida de un funeral... ¡Ah! Él ni se enteró, así que si me va mal en esto, creo que me haré espía, ahora que he comprobado que soy completamente invisible. Analizada y seleccionada mi presa, dada su naturaleza de depredador nato, era momento de trazar una estrategia compleja y ambiciosa puesto que no había una sola tía en el garito que no se lo quisiera llevar puesto, así que empleé mis únicas armas: la inteligencia y el sentido del humor. No os voy a contar literalmente lo que le dije (sorry pero son años de práctica y la sabiduría de este nivel no se regala así como así), el caso es que tengo su teléfono y una cita para verle en otro momento, sin tanto jaleo...
Me iba ya y, en la misma cola del ropero, un nene de no más de 26 se me queda mirando y me sonríe como Bambi y, justo cuando me puse a su lado para guardar mi turno y recuperar mi abrigo, me sorprende con una frase ingeniosa: "Si estás aquí porque te vas a quitar algo más, guardo el casco otra vez y me espero, porque esto seguro que vale la pena"... Y decidimos comprobarlo...
Copio el comentario de El Criticón referido a mi crónica nocturna, publicada en "Buenas noches":
"El blog está bien, interesa leerlo...aunque la verdad es que nunca pensé que los tópicos sobre las mujeres y los cubanos (o negros) fuera tan cierto; y tampoco pensé que es cierto que con una sola frase se pudiera llevar a una mujer 'a comprobarlo', como dijiste. Una caricia o una frase a tiempo, con tu pareja, o con esa persona con la que ya has alcanzado cierto nivel de confianza, siempre resulta sensual...y sexual. Pero, así, de repente, con un desconocido...¿qué tipo de sentido tiene? Si es que luego os quejáis cuando se dicen esos tópicos sobre vosotras...
Por otra parte, me parece genial que cada cual vea el sexo a su manera, y digo hombres y mujeres. Mientras no se haga daño, todos en paz..."
Te agradezco de verdad lo que dices, tanto lo amable como lo no tanto, porque apuntas temas muy interesantes sobre los que me encantaría que los lectores expresaran también su parecer.El tópico acerca de los cubanos -perdón si alguna otra nacionalidad, incluida la española, siente un poquito de agravio comparativo-, es absolutamente ganado a pulso. Sólo he ido dos veces a Cuba, por vacaciones, y no me considero una experta ni podría trabajar como guía local ni nada parecido, sin embargo es cierto que he concocido a muchos allí y también en Madrid y debo decir que para cualquiera que tenga ojos resulta evidente que los cubanos y cubanas tienen una genética privilegiada... a lo que se suma su carácter, fraguado a base de privaciones, de renuncias, de "resolver" como modo de vida..., lo que les ha llevado a desarrollar (igual por puro instinto de supervivencia) una actitud positiva, una alegría de vivir y de disfrutar del aquí y del ahora sin amargarse, una simpatía y unas ganas de agradar que... en fin, todo suma. Si se le añade la puntualización que haces, la presunción de "gran herramienta" que existe acerca de los hombres de raza negra... Bueno, pues sí, quizá sean un montón de ingredientes que, juntos en una misma probeta, generen una especie de bomba sexual muy apetecible para el género femenino.
Lo demás que comentas, tal y como alcanzo a comprenderlo (igual te malinterpreto) me hace muy poca gracia, la verdad. Lo primero, quiero puntualizar un detalle: el texto acaba de una forma premeditadamente ambigua. Sé que se podía tomar unívocamente, presuponiendo que en efecto hubo sexo con el tercero de los que enumero en el relato de la noche... Como al final de tanta parrafada me di cuenta de que aquello era casi una "oda a los tremendos", una especie de "elegía a la belleza física", me parecía que no estaba de más apuntar una verdad como un templo: si bien es cierto que de noche es más fácil para los tiburones de metro noventa, para los modelos y los cachas -es decir, los que triunfan porque estimulan a las chicas por el sentido de la vista-, no es menos cierto que a las mujeres nos encanta que nos seduzcan con ingenio; con bromas; haciéndonos reír, con comentarios que, pudiendo ser una variante del clásico "piropo", nos hacen sentir atractivas, en vez de profanadas o acosadas... Me parece interesante que se valore que el sentido del oído (=sentido del humor) puede ser la llave del corazón/bragas (ad casum) de muchas de nosotras...
Concluyo con lo que de veras entiendo imperdonable, (y reitero que si tergiverso tu intención, espero que me lo aclares, porque no es mi intención estigmatizar este post, que en general me parece muy valioso), pero es que... ¿Alguien puede justificar que ya en 2006 se recrimine a una mujer por ejercer libremente su sexualidad con lo de "así, de repente, con un desconocido...¿qué tipo de sentido tiene? Si es que luego os quejáis cuando se dicen esos tópicos sobre vosotras..."? A ver, aunque reitero que esa es sólo una de las interpretaciones que se puede dar al texto, si aceptamos la posibilidad de que realmente me fui con él, ¿qué hay de malo? Reproduje lo que el chico me dijo, ésa fue la primera frase del chaval pero está claro que después habría más... Si tenía encanto y se generó cierta química entre los dos, ¿por qué no? Ahora te pregunto: sinceramente, ¿habrías escrito la misma recriminación/amenaza de recibir "tópicos" si el texto lo redactara un tío que sale de copas, le entra a varias y acaba yéndose con una de ellas a la que acaba de conocer?
Igual no me estoy enterando pero, ¿puedo interpretar que las mujeres estamos liberadas a la hora de pagar la hipoteca, de trabajar diez horas al día, de dedidir si pasamos o no por quirófano, de estudiar una carrera y ejercerla, de donar órganos y sangre, de asumir el peso de la maternidad, de ..., etc., pero luego resulta que somos semi-incapaces o incapaces para decidir si nos tiramos a alguien, sea o no en la primera noche?
Para muchos el sexo se disfruta en forma de fastfood o incluso como una visita de urgencia a la pastelería de la esquina, de forma puntual o como modo de vida, y ello, ha de resultar respetable para cualquiera, sea célibe, asexual como los ángeles, casado y monógamo, polígamo o hermafrodita... pero, especialmente, sea hombre o mujer. Ya está bien de actitudes machistas y discriminatorias, tanto por suponernos inferiores, como las que se manifiestan envueltas en proteccionismo, porque nos presuponen inmaduras o incapaces de ejercer la libertad sexual, triunfemos o fracasemos...