Hace mucho, demasiado, que Sudán no conoce la calma. Al menos desde 1983 el país ha vivido en constante conflicto, hasta el punto de que hoy ya ha dejado de ser el Estado más grande de África, tras la independencia de Sudán del Sur el 9 de julio de 2011. Pero tampoco esa separación ha resuelto los problemas arrastrados a lo largo de una confrontación entre Jartum y Juba que desembocó en un Acuerdo Global de Paz (CPA, firmado en 2005) que preveía, entre otras cosas, la celebración de un referéndum en la rica zona petrolífera de Abyei- ubicado en el Estado de Kordofán, con una superficie de unos 10.000km2- para que sus habitantes decidieran si se mantenían integrados en Sudán o si pasaban a formar parte de Sudán del Sur.
Por el contrario, tanto Jartum como Juba han rechazado el resultado de un proceso organizado unilateralmente por los líderes Ngok Dinga, mayoritarios en la zona, en el que no pudieron participar (como reclama desde hace tiempo Jartum) los pastores Misseriya que tradicionalmente usan los pastos y acuíferos de Abyei para sus rebaños al menos unos seis meses al año. Juba rechaza que esos ganaderos puedan votar por no tener residencia permanente- coincidiendo con la recomendación del Tribunal Permanente de Arbitraje-, pero ahora reclama a la Unión Africana (UA) que se encargue de resolver el problema derivado de la celebración del referéndum, en un intento por no empeorar sus relaciones con Jartum. La UA, por su parte, también ha calificado el referéndum de "inaceptable e irresponsable", pero su autoridad parece muy limitada (como lo demuestra el hecho de que sus delegados ni siquiera pudieran entrar en la zona el pasado día 26). Tampoco parece que la Fuerza Interina de Seguridad para Abyei de la ONU (UNISFA) tenga capacidad para reconducir una situación que se tensa por momentos.
En el fondo del contencioso sobresale el afán por controlar la riqueza petrolífera de Abyei, para lo que los Ngok Dinka- colaboracionistas con Juba en su enfrentamiento bélico con Jartum en el pasado- y los Mysseriya- alineados en general con Jartum- son meros instrumentos de una competencia que está aún lejos de ser resuelta. Sudán del Sur ha logrado quedarse con una mayor proporción del petroléo que antes explotaba únicamente Jartum, y todavía puede aumentar esa ventaja si logra consolidar el control sobre Abyei. Pero la salida de ese petróleo a los mercados internacionales se realiza casi en exclusiva por el Great Nile Pipeline, que llega a Port Sudan. Por tanto, Juba necesita entenderse con Jartum para que ambos puedan obtener unos ingresos de los que depende en buena medida no solo el bienstar de sus respectivas poblaciones, sino también el aparato de poder de Omar al Bashir (en Jartum) y de Salva Kiir (en Juba). Y nada apunta que ambos mandatarios vayan a renunciar a corto plazo a jugar todas sus bazas (incluyendo las violentas).
La primera señal de por dónde pueden ir los tiros (nunca mejor dicho) será el próximo intento de llegada de los Misseriya con sus rebaños a tierras de Abyei. Atentos.
Hay 3 Comentarios
El problema está en los miles de españoles que están emigrando a países poco seguros. Ahí está el ejemplo de los camioneros de Sierra Leona...
http://www.inverealestate.com
Publicado por: LUIS | 06/11/2013 10:25:37
La Paz Mundial es una utopía, y como tal, no parece que vaya a ser realidad nunca. El amor y la felicidad no serán plenas mientras tanto
http://www.lafoliemadrid.com
Publicado por: MARIA | 06/11/2013 10:24:12
Muchas zonas de Africa son altamente inestables, y no tiene pinta de que vayan a mejorar en el corto plazo, demasiados intereses económicos.
http://xurl.es/k2wij
Publicado por: LUIS | 06/11/2013 10:22:29