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El negocio asegurador español dominado por la banca (*)

Por: | 20 de diciembre de 2018

A menudo hemos destacado la relevancia que para el conjunto de entidades bancarias españolas tiene su participación en el negocio de seguros, negocio que, de manera colateral al estrictamente bancario, en algunos casos contribuye de forma decisiva a aumentar la rentabilidad global de las entidades que más han desarrollado dicha actividad. No en vano, el negocio de seguros en España destaca por sus relativamente elevados niveles de rentabilidad y solvencia, sostenidos además en el tiempo. Tanto, que el sector ha sorteado más que bien la grave crisis económica y financiera internacional que impactó singularmente en el sector bancario.

En este post profundizamos en el análisis de la interrelación entre los dos sectores en España. En primer lugar, revisamos de manera comparada cuál es el grado específico de participación de cada uno de los principales grupos bancarios españoles en el sector seguros nacional, determinando también el peso y las características que en dicho sector tienen las compañías que están vinculadas a las entidades bancarias.  Aunque dicho análisis se ha abordado en ocasiones, lo ha sido de manera parcial y no suficientemente sistematizada.

La otra cara de la moneda, y este es el segundo objetivo de esta entrada al blog, es analizar la contribución específica a sus resultados de la participación de los diferentes grupos bancarios en el negocio de seguros en España.

Relevancia de las aseguradoras vinculadas a grupos bancarios

Son 35, del total de 227 que operaban en España al cierre de 2017, las compañías significativas que hemos identificado con vinculación a las quince principales entidades españolas que cubren prácticamente la totalidad del mercado bancario. Consistente con que el bancario es el principal canal de distribución de los seguros de vida en España (tanto de vida-ahorro como de vida-riesgo) la mayoría de ellas (25) operan en el ramo de vida y sólo las diez restantes lo hacen el ramo de no vida.

Globalmente, como puede observarse en la Tabla 1, esas 35 entidades concentran algo más del 50% del negocio asegurador en España si lo medimos por el tamaño del balance, las provisiones técnicas que gestionan o los resultados que generan. Bien es cierto que, como se ha señalado anteriormente, ese peso sustancial en el “control” del sector asegurador en España está claramente sesgado al ramo de vida, en el que acaparan el 70%- 80% de la actividad y los resultados frente al 25%-30% en el que lo hacen en el ramo de no vida.

Una segunda característica relevante de las aseguradoras vinculadas a grupos bancarios es que la generación de resultados está asociada a una menor disposición relativa de recursos propios: generan el 51% de los resultados del seguro disponiendo sólo del 31% del patrimonio neto de las compañías que operan en España. Ello probablemente tenga una doble explicación: un menor grado de capitalización relativo de las compañías vinculadas a grupos bancarios, como consecuencia de su preferencia porque el “exceso” de capital esté situado en la matriz (bancaria), y simultáneamente una mayor eficiencia del negocio (frente al conjunto de las no vinculadas a grupos bancarios) que impacta positivamente en sus resultados. La combinación, en términos relativos, de mayores resultados y menor disposición de recursos propios contables se traduce en una rentabilidad significativamente más elevada del conjunto de aseguradoras vinculadas a grupos bancarios que las del resto de sector. En concreto, el ROE medio de las 35 aseguradoras vinculadas a grupos bancarios alcanza prácticamente  el 20%[1], en tanto que la rentabilidad del resto del sector sólo es algo superior al 8%, resultando el ROE promedio del 12% que definió el sector seguros español en 2017.  

Finalmente, en términos de estructura de la propiedad de las aseguradoras vinculadas a grupos bancarios señalar que nos encontramos con experiencias mixtas tanto en vida como en no vida. En el caso del ramo de vida, la mitad de los grupos bancarios apuestan por la explotación autónoma del negocio asegurador[2], y entre ellos los líderes Caixabank y BBVA. Sin embargo, en el ramo de no vida, sólo tres de los quinces grupos bancarios (destacando el caso de Bankinter con Línea Directa) explotan autónomamente el negocio asegurador, ya que mayoritariamente lo hacen compartiéndolo con socios especializados.

Tabla 1: Magnitudes relevantes del negocio asegurador de la banca en España
(millones de euros, 2017)

Fuente: Afi, Entidades, DGS

20181220 Tabla1

 

Dominio de la banca española en el ramo de vida

Como ya hemos señalado, el hecho de que el canal dominante de la distribución del seguro de vida (tanto en su modalidad de ahorro como de riesgo) sea el bancario, determina la supremacía de la banca en este segmento del negocio asegurador (entre el 70% y 80%). La capilaridad de la red bancaria española, la cercanía del ahorro previsional al negocio financiero y la relevancia que para la comercialización de los productos vida-riesgo tiene la comercialización de hipotecas son determinantes de ese desarrollo.

Los quince principales grupos bancarios participan en compañías aseguradoras que operan en este ramo, si bien la importancia relativa del negocio en cada una de ellas es desigual. Por volumen de negocio en vida destaca con claridad el grupo Caixa (60 m.m. de balance gestionado), seguido a gran distancia, por los dos grandes grupos bancarios españoles, BBVA y Santander[3] (en torno a 20 m.m.  cada uno de ellos).  Con un volumen de negocio gestionado en torno a la mitad de los dos grupos anteriores, les siguen Sabadell y Bankia. Ya por debajo de los estos cinco primeros grupos, pero con un volumen de negocio significativo, se encuentran, por este orden, Ibercaja (en torno a 7 m.m. de euros) y Unicaja (algo más de 4 m.m. de balance gestionado).

En conjunto estos siete grupos bancarios concentran más del 90% del volumen de negocio de vida en España que está vinculado a la banca, generador, por otra parte, de unos 2.000 millones de euros de beneficios con una concentración similar. Una parte sustancial de esta cifra, en torno al 75% (en cada caso específico en función de su grado de participación en las compañías aseguradoras) engrosaron la generación de resultados de dichas entidades.     

Gráfico 1: Participación de la banca en el negocio asegurador de vida (2017)

20181220 Grafico1

Fuente: Afi, Entidades, DGS

 

Participación singular de la banca española en el ramo de no vida

Siendo muy inferior a la de vida, la participación del 25%-30% de la banca en el ramo de no vida no es despreciable y, además es singular y relevante en algunas de las entidades. Dos compañías, Línea Directa (filial 100% de Bankinter) y Adeslas SegurCaixa (filial de Caixabank compartida con Mutua Madrileña, socio a quien vendió hace unos años el otro 50%) acaparan el grueso de la contribución de los resultados a los grupos bancarios. A ellas hay que sumar también Caser, compañía dependiente en su origen de distintas cajas de ahorros, y en la que hoy en día tienen participación más o menos significativa varias entidades de crédito. 

Las compañías de no vida vinculadas a los grupos bancarios generan una cifra cercana a los 500 millones de euros de beneficios, de los que algo más de la mitad contribuyen a las cuentas de resultados de los grupos bancarios.

Gráfico 2: Participación de la banca en el negocio asegurador de no vida (2017)

20181220 Grafico 2

Fuente: Afi, Entidades, DGS

Rentabilidad y contribución de los seguros a los resultados de la banca española

Ya hemos señalado que la rentabilidad de las aseguradoras españolas vinculadas a grupos bancarios es muy elevada en general, y ronda en media el 20% si bien con una distribución poco uniforme.  

Tan elevada rentabilidad, tanto más si se compara con la del negocio típicamente bancario, unido a la sustancial participación de la mayoría de las entidades en el negocio de seguros de vida, y también en casos singulares en el de no vida, se traduce no sólo en una contribución significativa al margen generado por los grupos bancarios. La participación en el negocio de seguros español aportó más de 1.800 millones de euros a los resultados de las cuentas consolidadas del conjunto de entidades españolas conjunto

En algunos casos dicha contribución es además sustancial. La Tabla 2 adjunta recoge una estimación[4] del peso que los beneficios atribuibles de las compañías de seguros españolas vinculadas a los bancos tienen en sus resultados consolidados declarados.  Para el conjunto de entidades la contribución a sus resultados consolidados de aquellos que provienen de su participación en el negocio de seguros español asciende al 10%. Ahora bien, como puede observarse, si excluimos a los dos grandes grupos bancarios internacionalizados en los que la contribución del negocio bancario en otros países es mayoritario, dicho porcentaje se eleva notablemente. Excluidos Santander y BBVA la contribución del negocio de seguros en España a los resultados consolidados del resto de entidades se eleva hasta un 27% en media, contribución que es superada en los casos de Caixabank, Sabadell, Bankinter, Unicaja, Ibercaja y Cajamar.

Tabla 2: Aportación del negocio seguros al beneficio consolidado de la banca  (millones de euros, 2017)

20181220 Tabla 2

Fuente: Afi, Entidades, DGS

Cabe hacer una reflexión final sobre el potencial de contribución adicional del negocio asegurador de la banca a sus resultados. Teniendo en cuenta los elevados niveles de rentabilidad de dicha línea de negocio claramente puede seguir siendo una fuente de crecimiento adicional de sus márgenes para las entidades bancarias españolas. En el caso del ramo de no vida, dada su baja participación en la “tarta” tiene la posibilidad de aumentar su peso aprovechando su red bancaria. Bien es cierto que la comercialización de los productos de este ramo, alejados de las características de los productos financieros en los que están especializados las entidades bancarias y sus redes, es mucho más compleja. Con todo, son bien conocidas las experiencias exitosas de algunas entidades en ámbitos como auto y salud.

En el caso del ramo de vida el potencial de crecimiento debe provenir más del aumento del tamaño de la “tarta” dada la posición de supremacía de la banca española en este segmento. Este escenario es, sin embargo, muy verosímil dada la relativamente baja penetración de los productos asociados (vida ahorro previsional fundamentalmente) respecto a nuestros homólogos europeos y las incertidumbres sobre la suficiencia que proporcionarán en el futuro las pensiones públicas. Los bajos tipos de interés vigentes y la expectativa de que se prolongue este escenario en el tiempo constituye un factor limitativo a corto-medio plazo. Por otra parte, ha de tenerse en cuenta también el atractivo que este ramo tiene para grandes compañías de seguros internacionales especializadas y para compañías que han venido operando históricamente en el ramo de no vida. Es clara la tendencia reciente de estos dos tipos de operadores por aumentar su peso en el negocio de ahorro previsional en incluso por competir con la creación de nuevos vehículos en el negocio del asesoramiento y la inversión puramente financiera.  

__________________________________

(*) Con la colaboración de Fernando Rojas. Versión simplificada de la Nota con el mismo título publicada en Afi Research

[1] Esta ratio está en todo caso algo sesgada al alza en 2017 por los elevados resultados extraordinarios de Sabadell Vida como consecuencia de la venta de su cartera de vida-riesgo a una reaseguradora.

[2] Nótese que en ello ha influido el proceso de consolidación bancaria de los últimos años.

[3] Este último tras la adquisición de Popular y, con él, de su negocio de seguros

[4] Porcentaje que supone el beneficio atribuible por la participación de cada banco en el negocio de seguros sobre el beneficio que arroja su cuenta consolidada. Nótese que ese porcentaje es mucho más reducido en las grandes entidades internacionalizadas como consecuencia de su mayor perímetro al integrar también todo el negocio bancario internacional.

La creciente liquidez de las Administraciones Públicas locales

Por: | 18 de diciembre de 2018

Carmen López

Las Corporaciones Locales son el único subsector de las Administraciones Públicas españolas (en adelante, AA.PP.) que ha conseguido dejar de registrar déficits a día de hoy. Mientras, y pese a la positiva coyuntura económica, la posición agregada del conjunto de AA.PP. cerrará 2018 todavía con un déficit en el entorno del 2,7% del PIB.

Pero la foto es más positiva aún. Lejos de mantenerse en equilibrio presupuestario (que es lo que le exige a este subsector la Ley de Estabilidad Presupuestaria), las Corporaciones Locales, (en adelante CC.LL.), están registrando importantes superávits desde 2012, llegando a alcanzar en algunos ejercicios hasta seis décimas de PIB, más de siete mil millones de euros.

Aunque parte de este superávit no se traslada directamente a liquidez (el superávit podríamos decir que es una expresión contable), indudablemente ha nutrido sus cuentas de tesorería. La liquidez en manos de este subsector[1], medida a través de la partida de fondos líquidos del remanente de Tesorería, alcanzó a cierre de 2017 21 mil millones de euros, el 1,8% del PIB. Una cifra sin duda muy elevada teniendo en cuenta que el total del gasto no financiero de las CC.LL. en el ejercicio ascendió a 5,8 puntos de PIB. Dicho de otro modo: las CC.LL. podrían financiar un tercio de su gasto no financiero anual con los fondos que actualmente tienen líquidos en su tesorería.

 

Fondos líquidos de las Entidades Locales

20181217_Nota remanente

Fuente: elsectorpublico.es

 

En todo caso, dentro del sector local, el comportamiento de cada tipo de entidad no ha sido homogéneo. La situación de liquidez de las diputaciones y entidades similares (Consejos, Cabildos) se ha mantenido relativamente estable. Ni sufrieron excesivamente en los años más crudos de la crisis, ni ahora están mostrando un aumento significativo de su liquidez. Ello se debe principalmente a la naturaleza de sus ingresos y gastos, menos ligados al ciclo económico.

Sin embargo, los Ayuntamientos, aquejados de fuertes problemas de sostenibilidad hasta 2011, con fuertes caídas de los recursos urbanísticos, han mejorado espectacularmente su posición, casi doblando sus fondos líquidos, que han pasado de ocho mil millones de euros en 2010, a más de 14 mil millones de euros a cierre de 2017.

Cabe, en este punto, preguntarse las razones que llevan a esta acumulación de recursos ya recaudados, disponibles, y prácticamente sin remunerar dado el contexto actual de tipos. Indudablemente, y más allá del debate de la necesidad de mayor inversión o cobertura de servicios por parte de las CC.LL., parece poco eficiente mantener esos recursos provenientes de los impuestos de los ciudadanos durmiendo el sueño de los justos. La razón principal sobre la que pivota esta excesiva liquidez viene derivada del cumplimiento estricto de la regla de gasto por parte de las CC.LL. Al igual que con el cumplimiento del objetivo de déficit, el cumplimiento de la regla de gasto[2], está siendo ampliamente llevado a cabo en el sector local, fuertemente reglado.

Cabe en este punto preguntarse si es necesaria una reforma o flexibilización de la regla de gasto para este subsector tal y como apuntan algunas voces, que, lejos de necesitar endeudamiento para realizar sus políticas como el resto de AA.PP., persiguen gastar los recursos de los que disponen.

 

[1] Datos obtenidos a través de la base estadística de www.elsectorpublico.es

[2] La regla de gasto impide crecimientos de éste por encima del crecimiento del PIB potencial de la economía española.

 

Mitos y verdades de la educación financiera

Por: | 04 de diciembre de 2018

Verónica López Sabater (*)

La gestión de las finanzas personales es un ámbito de nuestras vidas -uno entre muchos otros- que debemos cuidar para llevar una vida equilibrada en sociedad. Vivimos en una sociedad crecientemente compleja, rodeados de información relevante para nuestro bienestar que a menudo no entendemos, malinterpretamos, negamos o simplemente ignoramos. Recibimos avisos y alertas de todo tipo: sobre la amenaza del cambio climático, el cambio de paradigma de la digitalización, la crisis de refugiados, la contaminación, la protección de la privacidad de nuestros datos personales, la sostenibilidad del Estado del bienestar, la desigualdad creciente, la soledad, el futuro del trabajo, y un largo etcétera.

Son estos determinantes de nuestro futuro cuya materialización en un sentido u otro (más utópico, más distópico) depende de nuestras acciones individuales y colectivas, porque toda acción tiene implicaciones en el corto y, lo que resulta más difícil de visualizar porque los humanos somos miopes, en el largo plazo.

La adopción de soluciones a estos problemas globales, por quien le competa directamente abordarlos -soluciones fundamentalmente de carácter técnico o científico- requiere tomar decisiones, seleccionar entre varias alternativas en función de criterios diversos: costes, beneficios, tiempo de implementación, complejidad de la transición, existencia y fortaleza de los grupos de interés y resistencia al cambio, entre otros.

La economía y las finanzas van de eso, de procurar seleccionar la mejor alternativa entre las opciones disponibles en función del contexto, del momento, de las prioridades, de las preferencias y de las expectativas... que determinan lo que es “mejor” en cada caso para el conjunto de la sociedad.

Explicar por qué lo considerado “mejor para todos” lo es efectivamente, y procurar que todo el mundo lo entienda -y cuestione-, es aún hoy una asignatura pendiente en España.

Mejorar la comprensión de las causas, efectos y mecanismos de transmisión de las decisiones económicas, ya sean particulares o colectivas, es el objetivo fundamental de la educación financiera que asocio al concepto más sencillo de “saber llevar las cuentas de las cosas”. Así, “llevar las cuentas de las cosas”:

  1. Permite visibilizar el esfuerzo que supone hacer que todo funcione –miremos a nuestro alrededor, es fascinante- a modo de reconocimiento y de ejercicio de rendición de cuentas, a todas luces necesario.

Y es que a menudo damos por hecho que “las cosas se hacen solas”, sin pararnos a pensar quién, cómo, cuándo y por qué las hace quien está llamado a hacerlas, que todo supone un esfuerzo, independientemente de quién lo asuma directa o indirectamente.

  1. Permite cuestionar con espíritu crítico –espíritu crítico a fomentar-, y exigir la revisión, el análisis y la actualización desde una perspectiva no tradicional, porque el mundo cambia, todo está interrelacionado, son vasos comunicantes, nos guste o no, lo que implica que:
    • elegir la opción A sobre la opción B es precisamente una renuncia a B, cuyos detalles e implicaciones no siempre nos son presentados o explicados adecuadamente, a menudo se ocultan.
    • el mal uso o abuso (free-riding) repercute en la cantidad y calidad del resto de prestaciones, servicios, equipamientos con las que ha de compartir los recursos disponibles, generalmente escasos.
    • detectar situaciones ineficaces (que no sirven para el objetivo que persiguen) o ineficientes (sobre-dimensionadas, infra dotadas, lentas, etc.), y comunicarlas a quien corresponda para que las revise y corrija si es que existen los canales habilitados, sea práctica habitual. Las dudas en este punto son: ¿Existen estos canales? ¿Se utilizan? ¿Cumplen su función?
  2. Facilita la toma de decisiones complejas sobre alternativas disponibles en nuestra vida cotidiana (presupuestos, hipótesis, escenarios, contratos, financiación, ahorro, seguros, por mencionar algunos), ayudar a otros a tomarlas o pedir y recibir ayuda sin complejos.
  3. Permite distinguir lo razonable de lo sospechoso, ayuda a fomentar la autoprotección y a entender que derechos y obligaciones son las dos caras de una misma moneda, la moneda con la que interactuamos en sociedad.
  4. Fomenta la participación activa. Cada día es más habitual que empresas, ayuntamientos y otras instancias (p.e. Unión Europea) fomenten la participación de sus grupos de interés (empleados, clientes / ciudadanos, contribuyentes) en las tomas de decisiones. Participación que, no obstante, cuesta mucho despertar porque como sociedad no estamos acostumbrados a ella, no estamos “entrenados”, no nos fiamos cuando se nos pide nuestra opinión. Y es que participar supone un esfuerzo adicional a los ya de por sí demandantes ámbitos de la vida a los que hacía referencia al inicio: dedicar tiempo a entender, proponer, debatir, argumentar, comparar y elegir. La participación activa se resume en que si nos preguntan, debemos contestar y, para contestar (esto es, hacer el esfuerzo que conlleva), necesitamos dos incentivos básicos: (i) entender lo que se nos pregunta (por qué es importante y cuáles son las opciones) y (ii) sentir que nuestras respuestas sirven para algo.

Con estos antecedentes ¿cuáles son entonces los mitos de la educación financiera?

  • Mito número 1: la educación financiera es difícil de explicar / entender: sin embargo, todo evento complejo es susceptible de ser explicado de forma sencilla. Todos lo hacemos con nuestros hijos. Es lo que hacen las y los docentes en los colegios con nuestros hijos. Requiere preparación, empatía, paciencia y colaboración.
  • Mito número 2: la educación financiera es difícil de articular / impartir: no obstante, lo circunscribiría al hecho de que por no ser un tema prioritario, por no ser considerado importante, no está debidamente posicionado en la agenda y por tanto, no se diseña con el cariño debido. Además, a menudo queda circunscrito a ámbitos muy específicos (colegios, talleres, herramientas online), cuando su presencia debería ser transversal y permanente en todos los ámbitos de nuestra vida (medios de comunicación, relaciones personales, relaciones laborales, etc.)
  • Mito número 3: la educación financiera está exenta de subjetividad y sentimientos como el pudor, los tabús y la ideología. Este es, en mi opinión, el mito más difícil de admitir, y en gran medida, el quid de la cuestión aquí y ahora. Parafraseando a Chris Skinner en su libro Digital Human, “el dinero es como el sexo, la religión o la política, tres cosas sobre las que desde niños se nos anima a no hablar abiertamente”.

¿Y las verdades?

  • Verdad número 1: la educación financiera es cada día más necesaria y en pleno siglo XXI no debe concebirse de forma aislada a la educación digital. .
  • Verdad número 2: impartir educación financiera no debe ser un ejercicio aislado a un momento o lugar determinado; puede y debe ser ejercida de forma cotidiana, por todos nosotros, de forma permanente.
  • Verdad número 3: impartir educación financiera exige ponerse en la piel del otro para evitar caer en la maldición del conocimiento -cuando sabemos algo, resulta difícil ponerse en el lugar de quien no lo sabe- y despertar el interés de los destinatarios. En definitiva.  

 

Versión editada de la ponencia realizada por Verónica López Sabater en el Encuentro Internacional de Educación Financiera (Edufinet Congress) celebrado en Málaga los días 22 y 23 de noviembre de 2018.

Las autoridades que vienen

Por: | 15 de noviembre de 2018

Recientemente, de forma casi simultánea, hemos conocido el anuncio de dos nuevas autoridades llamadas a jugar un papel relevante en nuestro sistema financiero. Ambas comparten dos importantes características:

1) Son transversales, en la medida en que tendrán competencias sobre los tres grandes sectores del sistema financiero: banca, valores y seguros.

2) Además de cumplir su finalidad propia, como enseguida veremos, deben contribuir a mejorar la reputación social de nuestras entidades financieras, especialmente las de crédito, como consecuencia de la crisis y de las prácticas que han deteriorado su imagen pública.

La primera autoridad la anunció el Presidente del Gobierno el pasado día 7, en el mismo acto en el que comunicó la inmediata aprobación de un Real Decreto-ley para modificar el sujeto pasivo del Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados, que ahora corresponde al prestamista cuando se trate de escrituras de préstamo con garantía hipotecaria.

Se trata de la Autoridad Independiente de Protección del Cliente de Productos Financieros, que está pendiente desde la Ley 7/2017, de 2 de noviembre, por la que se incorpora al ordenamiento jurídico español la Directiva 2013/11/UE, de 21 de mayo de 2013, relativa a la resolución alternativa de litigios en materia de consumo. La resolución alternativa se entiende como vía diferente a la judicial, más rápida y menos costosa para los consumidores.

La disposición adicional 1ª de esta Ley, que trata de las entidades de resolución alternativa en el ámbito de la actividad financiera, exige una única entidad con competencias en este ámbito. Será creada por ley, pero hasta ahora el Gobierno no ha presentado ningún proyecto para hacerla efectiva. Mientras tanto, esa misma disposición cubre la actividad de los actuales servicios de reclamaciones de los supervisores financieros.

La citada autoridad debe mejorar la protección de los consumidores de los servicios financieros, especialmente si sus decisiones tienen el carácter de vinculantes para las entidades, algo de lo que carecen los mencionados servicios de reclamaciones. Al separarse dicha protección de la supervisión, se eliminan los conflictos de interés que existen entre ambas funciones cuando son ejercidas por las mismas instituciones, como ocurre actualmente.

La segunda autoridad la anunció, un día después, en una nota de prensa, el Ministerio de Economía y Empresa (MINECO), que la denomina Autoridad Nacional de Estabilidad Financiera (ANESFI), y sustituirá al Comité de Estabilidad Financiera (CESFI), que dicha nota llama Comisión. Esta última es una institución curiosa, ya que su creación nunca ha aparecido en una norma publicada en el BOE. Su existencia se hizo pública en un artículo del entonces Secretario de Estado de Economía en la revista Estabilidad Financiera del Banco de España, en noviembre de 2006.

La relevancia de la futura ANESFI reside en que constituirá la autoridad macroprudencial de nuestro sistema financiero, jugando un papel similar al que tiene en la Unión Europea la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS, o ESRB, por sus siglas en inglés), creada por el Reglamento 1092/2010, a finales de ese año, que trabaja en estrecha colaboración con el Banco Central Europeo, cuya presidencia comparte. Al igual que la JERS, ANESFI carecerá de personalidad jurídica y no tendrá capacidad normativa, pero sí podrá emitir opiniones, alertas y recomendaciones.

Precisamente, la JERS recomendó en 2011 que todos los Estados de la UE pusieran en marcha su propia autoridad macroprudencial, una recomendación que se atiende ahora. El MINECO no detalla el instrumento en base al cual se creará ANESFI, aunque sí informa de su Consejo y sus principales funciones.

Organigrama

ANESFI tendrá como finalidad principal la supervisión macroprudencial del sistema financiero español, con el objetivo de contribuir a la prevención o mitigación del riesgo sistémico. El citado Reglamento 1092/2010 define este como el riesgo de perturbación del sistema financiero en su conjunto que puede tener repercusiones negativas graves sobre el mercado interior y la economía real. Es decir, la estabilidad financiera no es un tema interno al sistema financiero, sino que, como ha demostrado la experiencia de la crisis, debe contemplarse siempre en función de la economía real a la que debe servir dicho sistema.

Por otro lado, el sistema financiero lo define el citado Reglamento como el conjunto de entidades y mercados financieros, productos e infraestructuras de mercado. Es decir, no debe entenderse el riesgo sistémico como limitado a las denominadas entidades sistémicas, a las que se les atribuye esta condición en función de su tamaño y de la complejidad de sus actividades. Sin negar la importancia de estas entidades, la experiencia de la reciente crisis, en España y otros países, muestra que la misma no siempre emerge de grandes entidades, sino que también puede manifestarse en un número suficientemente elevado de medianas y pequeñas entidades. Dicho de otra forma, la estabilidad financiera afecta al conjunto del sistema financiero, y por extensión a la economía real, por lo que es bueno que exista una autoridad responsable de su vigilancia.

Finanzas a las 9

Sobre el blog

Los profesionales de Afi ofrecen un punto de vista singular sobre la actualidad del sistema financiero. En cada publicación se aborda el análisis de cuestiones ligadas al proceso de transformación del sector, a las novedades regulatorias, a la relación con la tecnología o al repaso de los fundamentos teóricos que explican las bondades de un sistema financiero sólido.

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