La Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) acaba de hacer público los resultados de un denominado “ejercicio de transparencia” de la banca europea. A los datos individualizados publicados de 64 de los principales bancos europeos, que acaparan a su vez el 64% de los activos bancarios de los 21 países que han formado parte del análisis, se añade un breve documento que sintetiza los cambios operados recientemente en el sector bancario europeo. La voluminosa información, puesta a disposición pública por la EBA, tiene la pretensión de favorecer la transparencia y la disciplina supervisora y de mercado de dicho sector. Da continuidad en la práctica a dos importantes ejercicios que había coordinado previamente: los stress test a la banca europea de 2011 y el ejercicio para su recapitalización en 2011-12. De hecho los 64 bancos “radiografiados” ahora, incluyen todos los sometidos al ejercicio de recapitalización del pasado año, habiéndose añadido simplemente cuatro bancos griegos. Los bancos españoles incluidos son Santander, BBVA, “la Caixa” y Popular, que concentran algo más del 50% de los activos bancarios españoles.
La información proporcionada incluye, entre otros, datos de solvencia con información del capital y de la composición de los activos ponderados por riesgo (APR) sobre los que están establecidos los requerimientos regulatorios. También es notable el detalle del riesgo de crédito con desglose de cartera de activos impagados, así como la exposición soberana de las entidades, elemento de extrema sensibilidad en esta crisis, pormenorizada en plazos y carteras contables.
En la batería de datos proporcionada, referida a diciembre de 2012 y junio de 2013, no sale bien parada la banca española en términos comparativos. Como puede observarse en el gráfico adjunto, el ratio de solvencia (homogeneizado y medido en términos de Core Tier I EBA) se situaba el pasado mes de junio en el 10,1%, solo por encima de la banca eslovaca y lejos del nivel medio del 11,7% de la banca europea. Además la distancia se había ampliado durante el primer semestre de este año después de que la banca europea acrecentase en media en 50 puntos básicos su ratio de solvencia, por solo 35 puntos básicos de los bancos españoles.
Core Tier 1 EBA en %. Junio 13
Fuente: EBA y Afi
La mera comparativa en términos de esta ratio es muy limitada y la propia EBA, que colaborará con el BCE en los test de estrés de la banca de este 2014, recalca expresamente que el ejercicio realizado no incluye ningún componente de análisis de resistencia de la banca, siendo simplemente un acto informativo. De hecho, pueden hacerse algunas apostillas que matizarían esa adversa posición de las principales entidades españolas que, por otra parte, no han hecho uso en ningún caso de ayudas públicas (de las que por cierto sí lo han hecho entidades de algunos países que ahora aparecen en mejor posición). Entre ellas podrían citarse:
- Los datos no dejan de ser una mera fotografía estática, sin considerar en absoluto la capacidad de generación de márgenes futuros de las entidades.
- Las cifras de capital manejadas están basadas en una normativa de solvencia que quedará modificada a principios de este próximo año, normativa que será la que sirva de marco en el ejercicio de revisión de calidad de los activos y en el posterior test de estrés que acometerá el BCE antes de asumir plenamente sus nuevas competencias como supervisor.
- La estimación de los APR[1], que como denominador de la ratio de solvencia es también lógicamente un componente de extrema relevancia, está ampliamente cuestionada internacionalmente por las divergencias observadas en diferentes países consecuencia de las prácticas y supervisión nacionales. Me remito en este punto a algunas de mis entradas anteriores de este blog (esta y esta otra). La propia EBA acaba de publicar esto ayer mismo. Es razonable que por el tipo de actividad de la banca española las ponderaciones por riesgo resulten superiores, en general, a las de la banca europea. No parece sin embargo que tanto como para que se den las distancias que reflejan los datos. Nótese que considerando una mero ratio de apalancamiento (capital sobre el tamaño del balance de las entidades) los resultados arrojarían una visión bien distinta: los que se reflejan en el gráfico posterior, con un mejor posicionamiento de la banca española sobre la media y muy por encima de los dos grandes, Francia y Alemania, que por este orden se situarían en las últimas posiciones.
Apalancamiento (capital sobre activo) de la banca europea. Junio 2013
4. También podría señalarse incluso, que entidades de países sometidos a procesos de reestructuración de su sistema bancario bajo programas de rescate han estado sometidas a mayores exigencias de limpieza de su balances y por tanto de provisiones, las cuales constituyen en la práctica un colchón adicional reforzador de la solvencia.
Todo lo anterior es cierto, pero qué duda cabe que podrían citarse algunos contraargumentos de importancia no menor, entre los que destaca sobremanera el comprometido entorno económico local en el que todavía durante algunos años habrán de operar los bancos españoles.
Los ejercicios de revisión de la calidad de los activos y el posterior de estrés al que va a ser sometida la banca europea deben permitir en principio tener una radiografía más ajustada y nítida de la fortaleza de cada una de las entidades y de cada uno de los sistemas bancarios nacionales. En mi opinión, es probable que mejore en alguna medida la posición relativa que la banca española define a través de sus ratios de solvencia con las actuales “reglas del partido”. No es menos cierto, sin embargo, que no es fácil de discernir el resultado final de un proceso de diagnóstico en el que operarán numerosas incertidumbres durante demasiado tiempo: todo el próximo año. Razón de más para que las entidades españolas estén “condenadas” a robustecer aún más su stock de capital.
[1] El balance de la entidad ajustado convenientemente por la composición de sus exposiciones y el riesgo atribuido a cada una de ellas, en definitiva.
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