El pasado domingo Caixabank anunció la adquisición del 100% de las acciones de Barclays Bank SAU en manos de Barclays Bank PLC, su matriz británica. Este acuerdo supone la adquisición del negocio en España de Barclays por 800 millones de euros. El perímetro de la operación incluye el negocio de banca minorista, gestión de patrimonios y banca corporativa, lo cual supone unos activos de 21.600 millones de euros, quedando en manos de la entidad británica el negocio de banca de inversión y el de tarjetas (Barclaycard).
Recordemos que entre finales de 2013 y principios de 2014 Barclays España ya realizó ventas de negocio bancario en los mercados de Madrid y Castilla-La Mancha a Caja Rural Castilla-La Mancha en una estrategia de reposicionamiento hacia los segmentos considerados prioritarios para la entidad, banca privada y banca personal. Sin embrago, esta estrategia de reposición ha finalizado con la venta de todo el negocio a uno de los principales operadores bancarios en España. Recordemos igualmente que la matriz ya había calificado sus actividades en España (y en el resto de Europa continental) como no estratégicas para el grupo británico.
Esta operación corporativa supone para Caixabank un reforzamiento de su posición competitiva en segmentos de rentas altas, el 32% de los clientes minoristas pertenecen al segmento de banca personal, profundizando al tiempo en el negocio de particulares en España.
Geográficamente, Caixabank ganaría presencia fundamentalmente en Madrid, donde se concentra más de un tercio de las oficinas adquiridas, superando a Banco Santander, hasta ahora segunda entidad por cuota en esta Comunidad. Por el contrario, en Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana y Canarias se produciría un mayor grado de solapamiento de sucursales.
El precio a pagar por Caixabank, que se ajustará en función del patrimonio neto de Barclays España a cierre de 2014, supone una valoración relativa de 0,47 veces el patrimonio neto estimado para esa fecha (1.700 millones de euros), muy similar a la ratio pagada por BBVA en la adjudicación de Catalunya Banc. Por tanto, surgirá un fondo de comercio negativo o bad will por unos 900 millones de euros, ya que el precio a pagar será inferior al valor contable de los activos adquiridos. Impacto positivo que se reflejará en la cuenta de resultados de la adquirente en el momento de la toma de control del nuevo negocio.
No obstante, este patrimonio neto debe ser ajustado por los costes de reestructuración relacionados con el redimensionamiento de la nueva entidad, previstos en 300 millones de euros, así como por la pérdida esperada de la cartera de crédito y otros ajustes a valor razonable que se estiman en 400 millones de euros. Considerando ambas cifras, el precio de la transacción se fijaría en el 80% del patrimonio neto adquirido.
Este proceso de reestructuración repercutiría, según estimaciones del adquirente, en sinergias de costes por el 42% de los costes de explotación de Barclays España (porcentaje similar al estimado por BBVA en el contexto de la compra de Catalunya Banc), cifrando los ahorros en 150 millones de euros a partir del año 2016.
La operación, que se prevé cerrar en el mes de diciembre de 2014 o principios de 2015, supone la tercera de envergadura para Caixabank, tras las adquisiciones de Banca Cívica y Banco de Valencia en el año 2012. Por otro lado, supone la segunda gran operación de integración del año, tras la compra de Catalunya Banc por BBVA.
Principales entidades de crédito españolas (mar-14, miles de millones de euros)
Fuente: Afi, AEB, CECA, UNACC (estados consolidados, excepto Santander y BBVA)
Estas dos operaciones, junto a la integración de Caja 3 en Ibercaja, la adquisición de Banco CEISS por Unicaja, la creación de Abanca, fusión de Novagalicia Banco y Banco Echeverría, por mencionar algunas de las operaciones de integración de los últimos meses, son ejemplos del proceso de bipolarización de la banca española. Proceso del que han resultado dos grandes grupos de entidades: entidades grandes o muy grandes y de ámbito nacional, incluso internacional, y entidades de ámbito local, reducido o muy especializado, de un tamaño muy inferior comparado con el de las anteriores.
Aunque el número de entidades del primer grupo es muy inferior al del segundo, las entidades de ámbito nacional concentran en torno al 95% del negocio. Sin embargo, desde un punto de vista de los micromercados, la cuota de mercado relativa de las entidades locales en sus territorios de actuación se puede situar entre el 20% y el 40%.
Distribución de negocio bancario en España por tipología de entidades
Fuente: Afi a partir de AEB, CECA, UNACC, CNMV y AIAF
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