La evolución del papel desempeñado por las finanzas en las economías modernas, más concretamente a la luz del desencadenamiento de la crisis, sigue siendo un objeto de análisis e investigación generador de numerosos trabajos de calidad desigual. Entre los más recientes, y sin duda merecedores de atención, son los que me han ocupado este verano: el último libro de John Kay (“Other People’s Money”, Public Affairs) y el paper “Finance and income inequality in OECD countries” de Oliver Denk y Boris Cournède, publicado por la OCDE. Ahora quiero comentar este último, pero no descarto en algún artículo próximo, comentar el de Kay, sobre el que ya anticipo mi recomendación de lectura.
Con datos correspondientes a los países de la OCDE en las tres últimas décadas, Den y Cournède analizan algunas de las consecuencias de la expansión financiera registrada en ese periodo, especialmente en términos de ampliación de la desigualdad en la distribución de la renta en el conjunto de la población, y entre las finanzas y el crecimiento de la renta de las familias para diferentes niveles de renta. Con una metodología robusta, tratan, en síntesis, de analizar si existe una relación directa entre la expansión de la actividad financiera, la igualmente creciente desigualdad en la distribución de la renta y el descenso en el crecimiento de los ingresos de los hogares. Y, lejos de ser tendencias coincidentes, existe un vínculo directo entre ellos, según la observación empírica aportada.
Utilizan tres medidas, todas ellas relativas al PIB: el valor añadido de las finanzas, el crédito bancario y de otras instituciones financieras y la capitalización bursátil. Cuando se utilizan como medidas de la expansión financiera el crédito intermediado y la capitalización bursátil la conclusión es clara para el promedio de los países: más finanzas significa una más desigual distribución de la renta.
Es igualmente destacada la conclusión de que la expansión de las finanzas, en particular cuando se utiliza como indicador el crecimiento del crédito intermediado, ha constituido un freno al crecimiento de la renta de muchos hogares de renta media y baja.
Los mecanismos a través de los cuales opera esa relación negativa entre finanzas y distribución de la renta no avalan como principal explicación las crisis financieras ya que los vínculos entre desigualdad y expansión financiera se mantienen en épocas ausentes de crisis. En lo que sí coinciden estos autores es cómo el vínculo con mayor capacidad explicativa es en los beneficios del sector financiero y las mayores rentas de sus empleados, con perfiles profesionales a los que no trabajan en el sector.
Llama la atención que en el análisis particularizado en las economías de la eurozona la evidencia aporta la posibilidad de una causalidad inversa entre finanzas y desigualdad en la distribución de la renta. Es decir, una distribución de la renta más desigual puede determinar una demanda de crédito más elevada.
Aun cuando las conclusiones de este trabajo hayan de ser validadas por otros que estoy seguro aparecerán, dado el interés del tema, estos autores ya han contribuido a acentuar un debate que la crisis situó en primer plano. La pregunta: ¿Es demasiado dominante el papel de las finanzas? También la responde de forma muy contundente J. Kay en su libro, sugiriendo sin el respaldo analítico de estos autores, que no solo se ha de regular mejor, sino limitar la expansión de los mercados secundarios y acompasar el crecimiento de la actividad financiera al de la economía real. Seguro que volveremos sobre el tema.
Hay 1 Comentarios
Al principio fue el trueque... te doy limones y tu me das arroz. Después apareció la moneda (el dinero) como unidad de cambio... te vendo limones y tu me pagas en metálico (oro, plata o cobre). Mas tarde se crea el papel moneda y el sistema bancario, con un banco central como emisor. Y es entonces que surge lo financiero como soporte del movimiento económico. Pero el problema no es lo financiero, el problema es la especulación, que hace uso del bandidaje como soporte de todo el sistema. Está claro que tal sistema alimenta la desigualdad social entre ricos (que son miles) y pobres (que son millones). Si no se pone fin a esta clase de piratería moderna la humanidad estará al borde del derrumbe total.
Publicado por: RAMÓN | 10/09/2015 13:17:29