Lejos están los extraordinarios volúmenes de crédito que al inicio de la crisis “inflaban” los balances bancarios. Pasados estos años, su saldo vivo se ha reducido en medio billón de euros desde su máximo de algo más de 1,8 billones alcanzado en 2010. No ha dejado de caer desde entonces en este largo proceso de desapalancamiento de la economía española.
Tampoco ha sido homogénea la caída por segmentos receptores del crédito. Mientras las administraciones públicas mantienen un volumen similar al de entonces, hogares y fundamentalmente empresas concentran dicha caída. Estos dos últimos segmentos acumulan algo más del 90% del crédito vivo, con ligero predominio ahora del destinado a hogares frente al evidente dominio del crédito a empresas existente al inicio de la crisis. Ello es consecuencia de una caída desde máximos cercana al 40% del crédito a empresas y que “sólo” es del 20% en el crédito a hogares.
Menos visibilidad tiene en las estadísticas la distribución del crédito concedido por entidades. La publicación por éstas de sus cuentas anuales de 2015, de las que ya conocemos las más relevantes, proporciona la oportunidad de ampliar el análisis a esta otra perspectiva.
El cuadro y el gráfico de más abajo recogen la información al respecto de las principales entidades conocida hasta ahora, desagregando el crédito vivo concedido a finales de 2015 entre hogares, empresas y administraciones públicas (se excluye el crédito concedido a otras entidades financieras)[1].
De dicha información se desprende:
- Un 40% del crédito a estos tres sectores se encuentra concentrado, por este orden, en Caixabank, BBVA y Santander. A continuación son otras tres entidades, Sabadell, Bankia y Popular, también por este orden, quienes con magnitudes parecidas acumulan un 20% adicional. Después, un grupo de entidades medianas-pequeñas completan hasta cerca de un 80% de la tarta del crédito bancario español. El resto está ya muy repartido entre entidades más pequeñas y con ubicación más local. No se puede decir por tanto que la concesión de crédito se encuentre excesivamente concentrada en España, si bien es cierto que lo está mucho más que antes del proceso de reestructuración bancaria operado en los últimos años.
- Por otra parte, sigue destacando sobremanera el mayor peso relativo del crédito orientado a hogares sobre el de empresa en aquellos bancos que tienen su origen en el antiguo subsector de cajas. En concreto Caixabank, Bankia, Kutxabank, Unicaja, Ibercaja, Liberbank, BMN y Abanca definen una proporción del crédito a hogares sobre el total que se sitúa en el rango 60%-75% aproximadamente. Por el contrario, en los “antiguos bancos”, con la excepción de BBVA y Bankinter en los que se da un reparto más equilibrado, domina con claridad la actividad crediticia orientada a empresas. También constituye un hecho diferencial que los tres grandes, y en particular BBVA, definen en general un mayor peso relativo del crédito a las administraciones públicas.
En los próximos meses veremos si las renovadas medidas heterodoxas que el BCE acaba de adoptar, para impulsar el crédito y favorecer que las expectativas inflacionistas se alineen con 2% marcado como objetivo orientador de la política monetaria, surten efecto. No lo suficiente nos tememos en el caso español, como para que ya deje de caer el crédito bancario en el año en curso.
[1] Si se tuvieran en cuenta algunos detalles (p.e. las filiales bancarias que operan en España de algunas de las entidades de la tabla) el tamaño de sus carteras de crédito así como, en consecuencia, su peso agregado sobre el total del sistema sería algo superior (aproximadamente un 85% frente al 78% que refleja la tabla)